Noticia aparecida en la Gaceta de Madrid, de 06/04/1856, página 4.
MALAGA
l.° de Abril.
La
noticia de una espantosa catástrofe marítima vino el domingo por la mañana
á llenar de sentimiento á todos los habitantes de esta ciudad, y á sembrar el
luto, el llanto y desconsuelo en muchas familias de diferentes clases de la
sociedad malagueña.
A poco de haber fondeado en el puerto el
vapor Europa, empezó á cundir el rumor
de que era portador de la noticia de la pérdida del vapor Miño, que dos dias antes había salido con dirección á Cádiz,
llevando un gran número de pasajeros, entre los que continuaban
su viaje, y los que se habían embarcado aqui, tanto de Granada como de esta
ciudad, muchos de los cuales, pertenecientes á las primeras casas mercantiles
de esta, iban á Sevilla con el objeto de divertirse en la feria.
El Capitán del Europa no pudo dar pormenores, pues la noticia la había recibido en
la mar al encontrarse al vapor Segundo Gaditano,
cuyo Capitán, que también venia á este puerto , se la trasmitió por la bocina para
que la anticipase, pues siendo el Europa
de mas
marcha, debía llegar ántes.
La ansiedad con que en su consecuencia fue
esperado el Segundo Gaditano es
indecible. Se decía que la catástrofe habia sido terrible , y que el vapor y
cuanto conducía á su bordo se habia abismado en la profundidad de los mares.
Véase si la ansiedad era justa.
Llega el Segundo
Gaditano, y entonces la noticia se confirma. El Capitán de este vapor h
abia sabido que el vapor de hierro Miño
habia sido abordado en Punta Carnero por un gran buque trasporte inglés, y que el
choque habia sido tan terrible que instantáneamente
el Miño se habia sumergido , y que de
todos sus pasajeros y tripulantes solamente se habian salvado 21 personas que
estaban en Gibraltar, donde habian
sido conducidas por el expresado trasporte.
¿Quiénes son los salvados? se pregunta por
todas partes, ¿cómo lo han sido? La segunda pregunta nadie puede contestarla: á
la primera se dice que los salvados son 15 individuos de los pertenecientes á
la tripulación , uno ó dos licenciados, la Sra. Doña
Trinidad Grund , viuda de D. M. Heredia, y una criada; y una ó dos personas
mas, que el Capitán ignoraba quiénes fuesen.
Procúrase entonces saber los nombres de los
pasajeros que tomó el Miño en esta
ciudad, y se sabe que de la sola familia de los Sres. Heredia, de este
comercio, iban ocho individuos, con mas ocho ó nueve criados; que iba otra
familia, la de Don Pedro Reboul, y otra porción de personas conocidas y
distinguidas, como el Sr. D. José Ferrari
y Porral, el dignísimo Sr. canónigo Lectoral de esta santa iglesia catedral el
sabio y elocuente orador cristiano D. José Fontana y Boscasa, y el marmolista
Sr. Frápoli.
Todos, todos, se dice que habian perecido
¡Qué desgracia tan inmensa!
Algunas horas después reciben los Sres.
Larios un expreso de Gibraltar, confirmando la catástrofe: 21 son los salvados,
y entre ellos se hallan en efecto Doña T rinidad Grund
y una criada; D. Eduardo Heredia y la señorita Doña María Heredia; D. José
Frápoli; y los demas, como se habian indicado, eran tripulantes del vapor, de
cuya tripulación habian perecido también bastantes, incluso el Capitán y su
segundo.
¿No habia pues esperanzas respecto de los demas? No, desgraciadamente, al
ménos hasta la hora en que estas líneas fueron escritas: si después adquirimos
otras noticias, nos apresuraremos á comunicarlas. Hé aquí los pasajeros que
según nos in forman tomó el vapor Miño
en este puerto :
D.
Eduardo Heredia. Dona Trinidad Grund y sus dos hijos menores.— Señorita Dona María
Heredia.— Señorita Doña Elisa Heredia.— D. Federico Heredia.— Señorita Doña
Matilde Cámara.—Doña Cecilia Wandemberg.— D. José Fontana y Boscasa.— D. José Ferrari,
y otro.— D. José Frápoli— D. Pedro Reboul.— Doña Isabel Eopez.—-Doña Ana
Fernandez v dos hijos menores Doña Antonia García y dos hijos menores. — Doña Encarnación
García.— D. José Ferrer.— D. José Tejó Tomé.—D. Ramón Massot.— D.
Miguel Maurel.— D. Miguel Badelli.— D. Narciso Usell. Este caballero á última
hora hubo de quedarse en tierra, y nos dicen se embarcó en su lugar otro de
apellido Ló
pez.— Pedro Guardia. — Trinidad Cansino. — María Valdés. — Juana Rodríguez. —
Ana Cepell. — Dolores Rodríguez.— Josefa Ruiz. Todos estos, ó los mas, eran sirvientes de la
casa de los Sres. Heredia.
Los pasajeros que traía el vapor y continuaron
el fatal viaje son: D. J. A. Jiménez, y otro.— D. M. Bustos, y otros dos.— D.
Luis Andoin.— D. Laureano Blanco.— D.
Francisco Escubo.— D. Francisco Pinabell, y otro.— D. Ramón Algar, y u n niño—
D. Francisco Medina, y otro. — D. Marcial Estelle.
Por una multitud de circunstancias
particulares dejaron de embarcarse otras familias que tenían pensado pasar á
Sevilla, y que merced á ello se han librado de tan funesta desgracia.
Después de escrito lo anterior, hemos
recibido la siguiente comunicación sobre el mismo
triste asunto:
El vapor Miño, su
Capitán D. Germán Marquillas, salió de este puerto
el viernes 28 de Marzo á las cinco de la tarde con destino á Cádiz, Vigo y Liverpool,
conduciendo 36 pasajeros de Málaga, 14 dé los puntos anteriores de escala, y 36
tripulantes; en todo 86 personas: á la una y media de la madrugada del dia
siguiente sábado 29 de Marzo habia llegado al Estrecho de Gibraltar, y estando entre la Punta del Carnero
y Tarifa, fue abordado por un buque trasporte de gran porte , y á los pocos minutos
desapareció, llevando consigo 64 personas, pues según parece solo 22 lograron
salvarse de tan desgraciado fin.
El buque trasporte habia sido remolcado por
un vapor hasta fuera del Estrecho; pero encontrando duros vientos
contrarios volvía á Gibraltar: al primer golpe del encuentro cayó la chimenea
del Miño , y al segundo, pocos momentos
después zozobró el malhadado vapor. El arranque de la marcha con viento
favorable y la fuerza de la corriente alejaría al trasporte antes de que
pudiera ponerse en facha y echar los botes al agua, y estos para volver al
sitio del desastre tendrían que arrostrar el viento y corriente contrarios.
Entretanto
los infelices náufragos, que todavía existían asidos de tablas ú otros objetos
flotantes, experimentarían la agonía do la desesperación y de la muerte, casi segura,
que tan de cerca les amenazaba.
Algunos incidentes que se cuentan darían
materia para largos escritos, aunque en instantes pasaran; pero la pluma se
resiste el trazarlos. Se dice que el Comandante del trasporte se halla preso en
Gibraltar para responder ante un Consejo de guerra del descuido que tan
instantáneamente causó la muerte de tantas víctimas y la pérdida de tan
cuantiosos intereses.
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
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