Vista de Marbella según Francis Carter. 1772.
Como todo el
mundo sabe, hay en Marbella un hotel llamado Hotel El Fuerte, que abrió sus
puertas el primero de julio del año de 1957, siendo el primero de una serie de
hoteles que con el tiempo formarían la cadena hotelera Fuerte Hoteles, de gran
prestigio y renombre y que ha sido testigo de la impresionante evolución que la
ciudad de Marbella ha experimentado desde aquellos entonces hasta el día de
hoy.
En él se han alojado celebridades como la
gran Lola Flores, Rafael Alberti, Walt Disney, Penélope Cruz, Vargas Llosa o
Timoty Dalton. También ha sido el hotel escenario de películas, como Holiday in Spain. Así mismo, es sede de
un museo donde se exponen fotos, tanto del hotel como de los restos del
castillo, antiguas centralitas de teléfono, viejas cafeteras, cajas
registradoras que hace muchos años quedaron en desuso, botellas de vinos y
licores de hace décadas, libros de reclamaciones y de operaciones de los años
sesenta, un proyector de cine de 1958, ...
Pero lo que quizás alguno puede que no sepa,
es que en la finca donde hoy se alza este hotel, se halló desde 1739 un
castillo o fortaleza llamada de San Luis, que en el año de 1810 escribió una
brillante y heroica página en los anales de la historia de Marbella, de Málaga
y de España por su tenaz y numantina defensa frente a los cinco sitios que en un
periodo de casi nueve meses fue sometida la fortaleza y sus bravos defensores
por las tropas del entonces mejor ejército del mundo, el francés, quienes en su
huida, en agosto de 1812, lo volaron dejándolo en ruinas.
Bien, con este breve trabajo pretendo dar a
conocer este fuerte o castillo, hoy solo un recuerdo en las páginas de los
libros y periódicos. Dar a conocer tanto el edificio como algunas breves
pinceladas de su devenir histórico.
Fotos de Marbella Antigua. Tomada del grupo de Facebook Historia de Marbella
Edificio y Dotación
La ocupación inglesa del Peñón
de Gibraltar en plena Guerra de Sucesión Española, supuso que al finalizar esta
contienda se iniciase un proceso de fortificación de las plazas costeras tanto
a levante como a poniente del Estrecho, como prevención y defensa ante las
acciones hostiles por parte de los británicos, en una época de amenaza de
guerra permanente.
Plano del fuerte. Plantas alta y baja.
Es en este nuevo marco en el que
hay que situar la edificación del fuerte de San Luis en la playa de Marbella,
cuya misión sería defender tanto la playa como el fondeadero, por lo que desde
la década de los años veinte de ese siglo XVIII se elaboraron diferentes
proyectos para la edificación de un fuerte capaz de hacer frente y repeler los
ataques enemigos.
Así, tenemos que en 1726, el
ingeniero Domingo Recco levanta un plano para la rehabilitación del castillo de
Marbella y la construcción de una batería para defender la playa, aunque no
será el único proyecto que se elabore para la defensa de la ciudad, pues en
1732, el ingeniero Francisco de Ibáñez elabora un plano, perfil y elevación de
un cuartel de caballería.
Por fin, lo que se opta, aparte de mejorar
el castillo y las defensas de la ciudad, es la construcción de una batería en
la marina marbellí, siendo Juan Bernardo Frosne quien elabora los planos de
dicho fuerte con su cuerpo de guardia, que en 1736 fueron aprobados, estándose
construyendo ya en 1738 a base de mampostería y parapeto de sillería de piedra
labrada. Batería a barbeta sobre bóveda capaz para ocho cañones y con gola
cerrada por hornabeque y tambor para defensa de la puerta.
Contaba con habitación para el gobernador,
alojamiento para una treintena de soldados, dos cocinas, una para oficiales y
otra para la tropa, un almacén para pólvora y otro para armas y pertrechos,
calabozo, caballerizas, lugar común, cuartel con chimenea, cuerpo de guardia
con chimenea, foso, puente levadizo, pozo de agua dulce con su pila y horno.
Tenía un perímetro de unos ciento trece
metros y se hallaba situado a unos doscientos cincuenta metros de la plaza de
Marbella y a unos veinticinco o cuarenta y ocho metros de la playa, según el informe
que se maneje.
Lógicamente, el paso del tiempo fue
deteriorándolo y así, en 1749 hubo que reparar el puente levadizo y en 1767 se
debió renovar el hormigón de las bóvedas y un rastrillo y puente levadizos
nuevos. Así mismo, se construyó una garita en la batería, un lugar común en el
tambor que defendía la puerta que miraba a poniente. En 1803 se le volvieron a
hacer algunas obras.
Tras la destrucción que sufrió en diciembre
de 1810, como luego se verá, en 1821 se recomendó construir uno nuevo apto para
tres cañones de a veinticuatro , con cuerpo de guardia y repuesto, pero no será
hasta 1849 que la idea que se vio
reafirmada en el informe de Miguel de Santillana, quien propone demoler lo que
quedaba y levantar uno nuevo, justificándolo en que era útil para la defensa de
la ciudad y del fondeadero, aunque la idea, nuevamente, no llegó a buen puerto,
aunque debió de seguir manteniendo alguna fuerza destacada en el, pues en los
Estados Militares de España continuó apareciendo con gobernador hasta el año de
1842.
En 1857, José Herrera García hace una
descripción del mismo, donde se destaca el estado de ruina en el que se
encuentra:
"Colocado a 52 varas del mar -43,47 m- en el terreno alto contiguo á la playa, frente de la
Ciudad de Marvella, de quien dista un tiro de fusil: su forma es cuadrilátera,
de cuyos cuatro lados, el que mira al Norte o á la Población es de 33 varas de
largo -27,58m-, constituyendo un frente abalaurtado: los dos lados
colaterales, forman dos alas de 17 y 1/4 varas de largo -14,42 m-; y el que mira
al mar es curvo de 320 de desarrollo. En la cortina del frente abalaurtado está
la puerta de entrada, con su foso y puente levadizo.
Se encuentra arruinado, igualmente que sus
Edificios á prueba de bomba, adosados interiormente á todo el perímetro del
castillo, formando un patio en el centro por donde tienen las entradas. Sobre
los techos de los Edificios, correspondientes al frente de tierra y sus
colaterales, había una Plaza de armas para fusilería; y sobre el frente curvo,
la correspondiente batería a barbeta contra el mar.
El objeto de este castillo es la defensa del
fondeadero de Marvella, que está a Poniente, y proteger la Población: su
posición es buena: puede montar cinco piezas gruesas de Artillería. Dista de la
torre anterior -la del
Río Real-
media legua -2,79 kms- Debe reedificarse, tanto por la importancia del puerto
que ocupa, cuanto por ser la única obra de defensa que se encuentra en el
Castillo de Manilva en las 7 leguas -27,86 kms- que hay de distancia, y también, por
conservar la memoria de la heroica defensa que hizo en la Guerra de la
Independencia, resistiendo su pequeña guarnición contra las Tropas francesas
que lo atacaron y no pudieron tomarlo hasta que consiguieron traer artillería
gruesa, abriendo para ello su Camino; en cuyo caso volaron sus defensores el
castillo, y verificaron su retirada por mar.
Tiene sin embargo este Castillo el defecto
de encontrarse si flanqueo las alas y el frente de Tierra, cuya falta debe
corregirse en el proyecto de su reedificación. Necesita grandes reparos.
En un informe de 1906, se dice que el fuerte
solo era una casa blanca de tres pisos que habían sido construidos sobre sus
ruinas.
En agosto de 1890, el fuerte y la finca
donde se ubicaba pasó a manos privadas a
través de subasta pública. No he averiguado quien compró la propiedad, pero sí
que en 1907 la tenía el médico soriano Félix Jiménez de Ledesma, quien instaló
junto al fuerte una fábrica de harina.
En 1933 pasó a ser propiedad de la
melillense Ana María Sánchez Luna, quien lo mantuvo en su poder hasta que al principio de la década de 1940 adquirió
una señora llamada Elvira Vidal en la década de 1940, que terminó por
vendérsela a José Luque Manzano en 1954 por un millón doscientas mil
pesetas, quien construyó un hotel,
quedando los restos del antiguo y heroico fuerte en los jardines dentro del
ámbito del mismo. Más adelante se dará alguna información más.
En cuanto a la dotación, Contamos con pocas
fuentes que den noticia de esta. La primera la da Luis Fernández de Córdoba en
1740, quien informa que debe contar con
un cabo y seis soldados para pasar avisos. También dice que debería
tener solo cuatro cañones, dos de grueso calibre y otros des de menor calibre.
En 1752 contaba con siete cañones.
La siguiente fuente es el Reglamento de
1764, que dice que este fuerte ha de contar con media compañía de inválidos
-cincuenta y tres individuos-, en la que van incluidos los oficiales, un cabo,
cuatro inválidos de artillería y un guarda almacén.
En 1774, Francisco Gozar informa que había
sido dotada con cuatro cañones de a veinticuatro y dos más de a dieciséis.
Situación del fuerte respecto de la ciudad. Archivo General de Simancas
Gobernadores y otros individuos conocidos del
castillo.
En junio de 1751, le fue conferido el
gobierno del castillo al teniente coronel Juan Bautista Millas.
Los años de 1767, 1768 y 1769 fue gobernador
el teniente coronel Juan Gallardo
Entre los años de 1770 y de 1784, ambos
inclusives, el gobernador fue el capitán Nicolás Bernardi, teniente coronel
desde 1781.
Entre los años de 1785 y mayo de 1792, ambos
inclusives, el gobernador fue el capitán Manuel de Leyba, teniente coronel
desde 1792.
Desde mayo 1792 hasta 1803, el gobernador
fue teniente de navío, Pedro Antonio Casasola.
Desde 1804 y hasta 1842, ambos inclusives,
fue gobernador el capitán Manuel Artola.
Además de estos gobernadores, tenemos los
nombres de algunos moradores del castillo:
1769, sargento Villaplana
1777, capitán Pedro de Burgos,
1795, capellán Fernando Espinosa,
1800, Rafael de Toro, con un sueldo de doce
escudos al mes. Probablemente se tratase de un guarda almacén, al igual que
Miguel Caballero, que lo era de artillería, aunque de este desconozco la fecha
de su estadía en el castillo.
Sucesos acaecidos en torno al
castillo
Como suele suceder con muchas de las
edificaciones de este tipo, son pocas las noticias que sobre ellas trascienden
y en el mejor de los casos las que hay son relativas a algún hecho militar o
político. No obstante, algunas he encontrado, las que paso a enumerar:
1ª - El quince de febrero de 1790, el
castillo fue parte de los escenarios donde se desarrollaron fiestas populares
con motivo de la elevación al trono de Carlos IV.
Efectivamente, una de las representaciones
que se llevaron a cabo era el intento de desembarco y asalto de la ciudad de
Marbella por parte de tropas moras y en uno de los desembarcos, la centinela
del castillo hizo la señal de moros en tierra,
lo que entendido por el vigía de la torre de la vela de la fortaleza de la
ciudad, echó la campana a rebato, partiendo de inmediato las tropas de
infantería y caballería a la playa, donde se enfrentaron a ellos, venciéndolos,
haciéndolos cautivos y encerrándolos en los calabozos de la ciudad.
2ª - Este castillo entró en la Historia por
la puerta grande en 1810, cuando entre marzo y diciembre de ese año, él y
sus defensores soportaron un tenaz
asedio por parte de los franceses, quienes fueron durante todo ese tiempo fueron
incapaces de tomarlo en las varias veces que lo intentaron, que fueron en
marzo, en mayo por dos veces y en julio el día diez, que fue de bastante
intensidad y del cual tenemos una relación escrita del ataque y defensa en un
parte enviado por el brigadier Francisco González Peinado al brigadier
Francisco Javier Abadía:
"Mi querido Amigo: a las 4 de la tarde del 10, me
atacaron los enemigos que se encajaron encima sin dar más que media hora de
tiempo por causa de la falta de una vanguardia de caballería la que he pedido a
Lacy, repetidas veces, y en ningún punto puede emplearse con más utilidad que
en este. Aunque el tiempo fue tan corto, las providencias se midieron con él.
Le mandé a Valdivia que con las compañías de
Estepona, Marbella y una porción de dispersos de la División de Lacy, se
subiese al Ingenio, y estableciese a sus inmediaciones las guerrillas en la
altura cercana a la espalda del mismo edificio; por cima de ésta, hay otra más
eminente que finaliza la cordillera, en donde le encargué pusiese su reserva,
lo que ejecutó muy puntual.
En este Castillo se dieron las disposiciones
siguientes: salieron dos guerrillas al mando de dos oficiales y se
establecieron la 1ª sobre el flanco derecho del castillo, bien avanzada, detrás
de una cordillera de pitas y protegida, en caso de retirada, por la playa; la
otra, sobre la izquierda, oculta por una grande arboleda; por delante de ellas,
con tres o cuatro caballos, salió el valiente y poco ponderado Cevallos, que se
lisonjeaba mi corazón de ver su arrojo, aunque después le eché una buena peluca,
pues se expuso demasiado, y mató a un oficial de caballería.
Yo me metí en el barco que monta un obús, y
con él y otro místico inglés, que tiene a su bordo dos cañones de a 4 me dirigí
a esperar al enemigo que bajaba por la playa, a quién le rompí el fuego
arrimándome a tierra todo lo posible, y les hice variar de dirección. Después
dieron vuelta por unas pequeñas alturas, y atacaron a las guerrillas de
Cevallos, las que los recibieron con la mayor serenidad, y se travó un furioso tiroteo,
que duró hasta cerca de ponerse el sol, dando tiempo a que se salvase el pan
que había en los hornos, y mucha gente que salió del pueblo a la montaña. A
ésta se dirigió otra columna que fue muy bien recibida por Valdivia, y se travó
un fuego infernal.
A la media hora de esta contienda se sintió
u oyó un caracol, y enseguida se desplomaron por el flanco derecho de los
enemigos, como unos 200 paisanos de Ojén y pueblos inmediatos, quienes emprendieron
un tiroteo terrible, con lo que se animaron las pocas tropas de Valdivia, y
aunque quiso sostenerse el enemigo, lo cargaron en tales términos que tuvieron
que bajarse con la mayor precipitación al llano inmediato a la ciudad.
Aquí fue cuando más padeció mi espíritu por
la falta de Caballería, que si la hubiésemos tenido, capaz de contrarrestar a
la suya, hubiera sido asunto concluido. En este estado llegó la noche, y se
quedó todo tranquilo.
Ayer de mañana, me entré en el castillo, y a
los pocos momentos lo rodearon los enemigos con porción de guerrillas; pero sin
presentar objeto, causándonos 7 heridos que dos de ellos murieron a poco rato.
Donde se advertía mucho fuego se les
contestaba con el nuestro de fusilería y Artillería metralla, cuya contienda
duró todo el día sin interrupción. Se oyeron muchos lamentos y muchos que
subieron a los árboles con sus pies, bajaron de cabeza.....
... Aunque no tengo humor de
escribir y que debía aprovechar este momento en descansar le quiero dar esta
prueba de afecto, y que asegure al Gobierno y a nuestros amigos, que mientras
que haya pólvora, balas y piedras sobre el castillo, mientras exista González y
Cevallos, no será presa de los Vándalos. Así se lo asegura su Afectísimo Apasionado
Amigo de corazón..."
La numantina resistencia de los defensores
encendió la ira de la canalla francesa, quienes viendo como su orgullosa Grande Armée era rechazada una y otra
vez ante sus furiosos embates, acaudillados por el sargento mayor Rafael
Ceballos Escalera, hizo comprender al general francés Víctor que sin artillería
de gran calibre y una presencia importante de saldados no había nada que hacer,
por lo que solicitó una y otra vez se le enviara, lo que consiguió y una vez con ella, a primeros de diciembre
comenzó un incesante cañoneo que destruyó el puente levadizo y un almacén de
pólvora, explosión que hirió a varios soldados y tras cinco días de fuego
francés había abiertas brechas en los lienzos que miraban a la ciudad, por las
cuales comenzaron a los enemigos a practicar el asalto a la fortaleza.
Afortunadamente para la guarnición, se
hallaba en la bahía el bergantín inglés La Nave, que por medio de señales
indicó que el comandante iba a desembarcar, a pesar del fuego, para conocer de
primera mano la situación, el cual, al verla, comprendió lo crítica que era y
pidió a los defensores que resistieran, que vendría con lanchas de salvamento
para evacuarlos, lo que se consiguió en la noche del ocho de diciembre, no sin
antes haber lavado la artillería. En la operación fallecieron algunos hombres
por culpa de las prisas con hubo que hacerlo todo, pues los franceses
redoblaron el fuego de fusilería para impedir el embarque de nuestros hombres.
Esta guarnición fue trasladada a Algeciras,
habiendo debido refugiarse en el Peñón de Alhucemas por culpa del temporal.
La acción vino relejada en la Gaceta de la
Regencia del siguiente modo, aportándonos algunos datos más a los ya referidos:
"A las 11 del día 3 del corriente se presentaron los
enemigos en número de 1700 a 2000 hombres con tres cañones de á 24, dos obuses
de á 7 y un mortero de 9 pulgadas, al mando del general Sebastini, al frente
del castillo de S. Luis de Marbella.
En el momento empezaron á formar sus
baterias en la ermita del calvario de este pueblo, las que se consiguio
destruir por dos veces con el vivo y acertado fuego de nuestros artilleros;
pero el 8 amanecieron construidas tres baterias, la una de sacos á tierra en el
camino de Marbella á Málaga, que batia el flanco derecho del castillo,
compuesta de dos cañones de á 24; la otra dentro del pueblo de Marbella que
constaba del mortero y un obus y la otra del cañon y un obus, que batia el
flanco izquierdo del expresado fuerte.
Todas rompieron el fuego á las 11 del dia, y
se les contestó con mucha viveza; pero como las murallas eran debiles y los
fuegos del enemigo mayores que los nuestros, consiguieron desmontarnos un
cañón, batiendo al mismo tiempo la puerta y murallas de la fortaleza.
En vista de ello su gobernador el teniente
coronel D. Rafael Cevallos Escalera, que en otras ocasiones anteriores la habia
defendido gloriosamente, obligando al enemigo á abandonar con mengua la
empresa, determinó evacuar el fuerte, y embarcarse con su guarnición en algunos
buques ingleses que cruzaban en aquellas aguas.
Así se executó con el mayor orden á pesar
del vivo fuego de artilleria que hizo el enemigo y duró hasta las 11 de la
noche del 8 en cuya hora estaba ya a bordo toda la guarnición, á excepción del
cabo Miguel Hilario, que con 4 artilleros se quedó a clavar las piezas, romper
los juegos de armas e inutilizar las municiones.
El fuerte ha quedado enteramente arruinado,
y actualmente lo ocupa un corto destacamento enemigo."
A pesar de no ser numeroso el destacamento
francés, este acometió obras de fortificación en el castillo, así como
aspilleraron el convento de San Francisco, hicieron un fuerte reducto con foso
y empalizada y colocaron ocho cañones de grueso calibre, todo ello pagado por
el vecindario.
Casi dos años después y viendo perdida la
guerra, las tropas francesas estacionadas en las villas costeras, recibieron el
veintidós de agosto de 1812 la orden la orden de evacuarlas, orden que fue
rápidamente ejecutada y los franceses estacionados en Marbella, al mando del
coronel Maransin, huyeron de Marbella el veinticinco de agosto de 1812, no sin
antes hacer estallar el polvorín, destruyendo el ala de levante del castillo,
clavar las piezas de artillería y arrojar al mar las municiones que no se
pudieron llevar.
Esto que a continuación pongo es la
traducción de la orden por la cual el general Honoré Gazan de la Peyriere le
ordena al general Jean-Pierre Maransin que evacúe, entre otros, Marbella y
destruya lo que pueda:
"Sevilla, 22 de agosto de 1812
Orden de evacuar el Litoral. Medidas a
tomar.
Señor general, según las órdenes del general
en jefe, habrá de evacuar inmediatamente Marbella Alhaurín, Vélez y Málaga, y
conducirá a todas las tropas de todas las armas, francesas o españolas, así
como con las francesas. que están establecidos en el país que temerían verse
comprometidos si se quedaran, incluso con los españoles que quieran seguirle,
el cónsul de Francia, las administraciones y comisiones de secuestro, a
Antequera, donde se unirá a la columna del general Conroux y seguirá las
órdenes de este general.
Al
evacuar los lugares incluidos en su gobierno, destruirá las armas y municiones
que no se puedan llevar, así como las principales fortificaciones. Devolverá a
las autoridades del país, de acuerdo con el orden del día 15 de este mes, las
tiendas y objetos que quedaran. Se encargará de que no se cometan molestias y
de que las tropas observen una severa disciplina, manteniéndolas siempre
preparadas para el combate y haciéndolas servir con gran vigilancia.
Dará órdenes para que cada soldado cuente
con 60 cartuchos y que se lleven la mayor cantidad de comida posible. Tenga
especial cuidado de que nadie se quede atrás.
El general de división Conroux recibe las
órdenes generales para esta evacuación; ejecutar lo que sea en el caso de
recibirlas, sin separarlas del contenido de esta orden.
El general de división,
Jefe del Estado Mayor General del Ejército,
Conde Gazan
Iguales o similares órdenes fueron dictadas
al capitán Chesnaie, comandante de Alhaurín, al mariscal Soult, al general
Maransin y otros.
3ª - Tras la declaración de guerra a Francia
en abril de 1823, la ciudad de Marbella vio que en caso de acciones militares
en su territorio estaba pobremente defendida, tan solo por una compañía de
inválidos hábiles y la milicia nacional, por lo que se decide desenterrar los
cañones que se hallaban junto al castillo desde 1812, fecha en que se retiraron
los franceses.
Tarjeta de invitación a la inauguración del Hotel El Fuerte
4ª - El periódico El Mediodía, de Málaga,
informaba en febrero de 1885 "que
frente al castillo de San Luis, en aguas de Marbella, naufragó dias pasados el
laúd «Virgen del Carmen.» La tripulación estuvo á punto de perecer, logrando
con bastante trabajo ganar la playa, gracias á los esfuerzos de un cabo de
carabineros y siete individuos á sus órdenes"
5ª - Hay quien afirma que en el muro que
mira al mar fueron fusilados entre 1936 y 1938 marbellíes y que están
enterrados en ese sitio.
5ª - El nueve de septiembre de 2017, la Asociación
Histórico Cultural Torrijos 1831 ofreció a la altura de los restos del
castillo, una recreación histórica de la defensa del mismo que realizaron los
soldados del regimiento de infantería de Málaga. Los miembros de la asociación
iban perfectamente vestidos con ropa de la época y portando banderas del
regimiento, tras lo cual leyeron un documento que daba cuenta de os sucesos
acaecidos dos siglos antes.
6ª - Al día de hoy solo quedan restos de
varias habitaciones abovedadas, aunque bastante desfiguradas, hallándose junto
al hotel que desde el cuatro de julio de 1957 ocupa la finca donde se hallan
los dichos restos y donde se ha ubicado un pequeño museo que depende del hotel.
Se halla amparado por la protección de la
Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre
el Patrimonio Histórico Español.
IHPMalagueñas
Málaga - 2020