martes, 22 de diciembre de 2020

ANTEQUERA. LA IGLESIA DE SAN AGUSTÍN Y LA COFRADÍA DE LA POLLINICA

   La iglesia antequerana de San Agustín, sede actual de la cofradía de "La Pollinica", se hallaba formando parte del antiguo convento de San Agustín- destruido cuando la Guerra Civil-, el cual fue erigido entre 1550 y 1556, por lo a que a su estructura original se refiere, bajo las órdenes del arquitecto y maestro de cantería Diego de Vergara, quien ya era conocido en el obispado malagueño por su participación en la construcción de la catedral de Málaga. 

   Por lo que a su aspecto exterior se refiere, podemos destacar tres elementos:

1- la portada, con dos cuerpos, uno fabricado en piedra y cuya presentación responde a un  estilo manierista y en la cual destaca un balcón voladizo sostenido por dos ménsulas que le confiere a la portada un estilo más civil que religioso, con la puerta enmarcada entre dos columnas y con dos hornacinas con sendas estatuas, una a cada lado de la puerta.

   Sobre esto, encontramos una virgen con el niño en el interior de una hornacina con un dintel semicircular sobre ello y a cada lado un escudo con un dintel triangular sobre cada escudo.

   Por cima de esto hay un segundo cuerpo, fabricado en ladrillo visto y donde se halla otra ventana sobre la que se sitúa una lápida con inscripción, rematado por un dintel triangular abierto en su ápice y dentro del cual hallamos una escultura.

   Debajo del balcón, encontramos un escudo con una hornacina vacía a cada lado.

2- La torre, fabricada también en estilo manierista, se erige en cinco cuerpos, de los cuales el primero, hasta la mitad de su altura, es de piedra y el resto de ladrillo visto, destacando en esta parte un escudo de piedra enmarcado en ladrillo.

   Los otros cuatro está fabricados con ladrillo visto, habiendo en el segundo y tercer cuerpo una puerta que da a un balcón, el primero con dintel semicircular y el segundo triangular. El cuarto cuerpo también presenta una puerta con balcón, aunque sin dintel. Por último, el quinto cuerpo es el que aloja las campanas

   Todo este conjunto está rematado por  por un último cuerpo octogonal con cuatro ventanas y sobre el que se sitúa un chapitel bulboso, coronado por una veleta, que es una cruz de rejería sobre una esfera. 

3- Los contrafuertes, de los cuales encontramos dos que enmarcan la puerta, a los cuales le siguen otros diez rodeando al edificio, todos fabricados en piedra, confiriéndoles al edificio una impresión de contención, de solidez. 


   Por lo que al interior del edificio se refiere, el siguiente plano refleja muy bien su estructura.


1: Retablo de la Virgen de la Salud.

2: Capilla y Retablo del Santo Entierro. En ella se pueden contemplar las imágenes de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad y la del Cristo yacente, depositado en una urna de gran valor. 

3: Retablo de Santa Rita.

4: Retablo de Santa Bárbara.

5: Presbiterio.

6: Altar Mayor. Construida en estilo manierista y al que se accede tras cruzar un elevado y gran arco de medio punto. Es de planta rectangular y aparece cubierta con una bóveda en estilo gótico muy adornado con yeserías y lienzos, en los cuales se pueden ver pasajes de la vida de San Agustín.


7: Sacristía.

8: Capilla de San Roque.

9: Capilla de San Antón.

10: Capilla de Dios Padre.

11: Entrada/Salida.

12: Nave Central. Presenta una bóveda de medio cañón con lunetos. Esta actual estructura sustituyó en 1668 a la armadura mudéjar realizada por Diego de Siloé que había.

   En mitad de esta nave se encuentra en el suelo la lápida de una tumba con el nombre NARVÁEZ y el escudo de este apellido grabado en ella.


   La fachada principal da a la calle Infante Don Fernando.


   Esta iglesia es, actualmente, la sede canónica de la cofradía de Jesús a su entrada en Jerusalén y María Santísima de Consolación y Esperanza, conocida enttre los antequeranos como La Pollinica.

   Esta cofradía se fundó en la ciudad el año de 1949, teniendo su primera salida procesional al siguiente año, pero solo con el trono de la imagen de Jesús sobre la borriquilla delante de una palmera.

   No sería hasta seis años mas tarde que se incorporaría a los desfiles procesionales el trono con la imagen de María Santísima de Consolación y Esperanza, una talla del siglo XVII cedida por las monjas agustinas de la ciudad. Dicha Virgen sostenía en sus brazos a un Niño Jesús y estuvo procesionando bajo un palio de color verde manufacturado en la misma ciudad de Antequera.

   Una vez trasladada la cofradía a su actual sede en la iglesia de San Agustín en 1968, se incorporó una tercera imagen, la de Jesús orando en el huerto, imagen que en 1974 fue sustituida por una nueva obra de Antonio Checa. 


   El año don mil amanece para la Cofradía con la celebración de su cincuentenario y la coronación litúrgica de la Virgen, así como con el estreno de nuevo palio y enseres, realizados en el taller de bordados de la propia cofradía. 


   Nota: las imágenes de la Virgen, Jesús y el escudo de la Cofradía han sido tomadas de la página oficial de la Agrupación de Cofradías de Antequera:

http://www.agrupaciondecofradiasdeantequera.org/

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Málaga - 2020

domingo, 29 de noviembre de 2020

LA FRAGATA ARGENTINA PRESIDENTE SARMIENTO EN MÁLAGA. NOVIEMBRE DE 1911.

 

    En la tarde del sábado, cuatro de noviembre de 1911, llegaba al puerto de Málaga la fragata argentina buque escuela Presidente Sarmiento tras un viaje, al parecer sin contratiempos, que la traía desde la ciudad de Barcelona. Era su comandante el capitán de fragata Mariano F. Beascoechea.

   El siguiente día, domingo, el comandante, acompañado de parte de la oficialidad del buque, saltó a tierra para cumplimentar una visita y presentación a las autoridades malagueñas, en un clima de gran cordialidad y fraternidad entre dos naciones hermanas y en buena armonía, estableciendo un plan de estancia de la expedición argentina en nuestra ciudad.

   El lunes día seis, ofreció la oficialidad argentina una fiesta a bordo de la fragata que resultó ser muy agradable y exitosa, ofreciéndose refrigerios. Por la noche, se les ofreció a los marineros un banquete.

   Al día siguiente, martes, fue la oficialidad argentina invitada a un espléndido banquete en su honor, organizado por la Cámara de Comercio malagueña. La presidencia de dicho banquete la ocupó José Álvarez Net, presidente de la Cámara, quien situó a su derecha al capitán Beascoechea y a su izquierda al señor Huelín.

   Entre los comensales se hallaban siete oficiales y siete guardias marinas de la fragata, los miembros de la junta directiva de la Cámara y los principales comerciantes e industriales de Málaga.

   Durante la comida, se brindó numerosas veces por la amistad y fraternidad entre ambas naciones y el señor Álvarez Net manifestó los verdaderos e intensos deseos de que se estrecharan aun más los ya de por si sólidos lazaos que unían a Málaga con la república hermana, a lo que el señor Beascoechea respondió manifestando la gratitud por la acogida recibida en nuestra ciudad a la vez que recordaba los lazos, no solo económicos y comerciales, sino que también los históricos y espirituales que unen indisolublemente a ambos pueblos, español y argentino, deseando vivamente que España, "...con las nobles armas del trabajo reconquiste comercialmente a la Argentina..."

   Por la noche, el Ayuntamiento malagueño obsequió a los marinos con un banquete en los salones del hotel Regina.

   El miércoles, se ofreció a la buena sociedad malagueña un té a bordo de la fragata, al que acompañó un baile que duró hasta bien entrada la noche. Ese mismo día, los marineros argentinos fueron obsequiados con una función organizada por la Cruz Roja malagueña.

   El jueves, día nueve de noviembre, la fragata "Presidente Sarmiento " abandonó las aguas malagueñas con rumbo a Gibraltar.

   En 1931, siendo ya contraalmirante, Beascoechea escribió una narración del undécimo viaje de esta fragata, en el transcurso del cual narró su estancia en la ciudad de Málaga en noviembre de 1911.

   He aquí lo narrado:

   Hace ya muchos años, tal vez veinte, tal vez más, una gran inundación, causó grandes perjuicios en la ciudad de Málaga. Su río, el Guadalmedina, que la cruza desde las faldas de sus montañas hasta el mar, desbordó torrentes de su profundo cauce y arrastró en sus turbiones, caseríos importantes, ocasionando muertes y destrozos que llevaron a la miseria a muchos cientos de sus habitantes.


   Esta noticia fue conocida en Buenos Aires el mismo día de la catástrofe y el Banco Español, entonces en la plenitud de su crédito, inició de inmediato una suscripción para socorrer esta desgracia. El pueblo argentino respondió al instante y la colonia española con afán patriótico recolectó en pocas horas, sumas importantes de dinero. Nuestras cámaras votaron en el día, una donación generosa y con tal rapidez se llevó a cabo la colecta, que esa noche llegó a Málaga un giro telegráfico por más de un millón de pesetas. Allí le llamaron el óbolo argentino, y desde ese tiempo aquella ciudad, agradecida, pedía por intermedio del Ministro Español en Buenos Aires, que la fragata "Sarmiento" tocara en Málaga en uno de sus viajes.

   El 4 de noviembre, a las cuatro de la tarde, estábamos frente a Málaga, con cielo claro y sol radiante. La ciudad, blanca como una paloma, entre sus montañas y las playas del mediterráneo. Un grupo numeroso de embarcaciones hizo rumbo hacia nosotros. Eran guigues del Club de regatas tripulados por niñas que con blusas azules, vestidos blancos y gorras marineras, en cuyas cintas decía Viva la noble Argentina, venían a traernos el primer saludo, subieron a bordo, entre aplausos y acordes musicales, y con tan preciosa carga, la "Sarmiento" que venía con todo su velamen, inició su entrada al puerto, recogiendo sus velas con tal prontitud y corrección, que se [hay un borrón] ...tas sentamientos que accionaban la maniobra, en que cada marinero desplegaba el máximo de su agilidad y destreza para que aquella faena que contemplaban miles de espectadores resultara lucida.

   La ciudad estaba embanderada; los balcones con adornos y flores y el Regimiento Húsares de la Reina, venido especialmente de Madrid, al mando del Coronel Cayetano de Alvear, desplegado en orden de batalla, presentaba sus armas a los acordes de nuestro Himno (el argentino), que varias bandas de música hacían oír en aquel momento.

   El pueblo, con aclamaciones entusiastas, vivaba una y mil veces a la República Argentina y a sus marinos, a la hija predilecta de España. Y entre aquel clamoreo que no cesaba un instante y entre los silbatos de las sirenas de los buques y las fábricas vecinas, la "Sarmiento" continuaba su entrada, recogidas ya sus velas y tirando a tierra los cabos necesarios para amarrarse al malecón que le estaba destinado.

   ¡Cómo narrar aquellos días inolvidables en que sus horas fueron una serie no interrumpida de ovaciones y de fiestas!

   Desde mi llegada, avisé a la Comisión de Fiestas que mi estada en el puerto duraría tres días, aunque eran cuatro los marcados en el itinerario del viaje. Siempre lo hacía así en todas partes, porque a última hora, principiaban las insistencias para que la fragata postergara su salida, siéndome entonces posible complacerlos sin pedir permiso al Ministerio.

   En la tarde del tercer día, vinieron a bordo varias damas de la Sociedad de Beneficencia a decirme que ellas sabían que debía zarpar a la mañana siguiente, pero a pesar de ello me pedían en nombre de todas las damas y señoritas de Málaga, que postergara un
día mi partida, pues se iba a dar una función de gala con fines caritativos en el teatro "Cervantes" y que ellas estaban seguras, que si podían anunciar en los carteles que nosotros íbamos a estar presentes, la fiesta sería todo un éxito, reportando grandes beneficios para sus pobres protegidos. Accedí al pedido haciéndoles saber que sentimientos de esa naturaleza no se invocaban inútilmente en un buque argentino.

   Esta noticia corrió pronto por toda Málaga y cuando en la noche siguiente, nos presentamos en el adornado palco que nos habían destinado, los concurrentes del teatro se pusieron de pie y damas y caballeros nos aplaudieron con cariñoso entusiasmo.

   En los entreactos, visitando los palcos de mis amigas, noté que todas ellas me decían: "Ya verá Vd. cómo mañana tendremos todavía la felicidad de tener a la Sarmiento en nuestro puerto" Y efectivamente, así hubiera sucedido, si una cariñosa indiscreción no hubiera hecho saber a uno de mis oficiales, que todas las niñas del Rowing Club tenían el propósito de cerrarnos la salida del puerto, con sus embarcaciones tripuladas por ellas mismas!

   ¿Qué comandante, no hubiera dejado caer las anclas de su navío, ante semejante muralla? Por eso nos fuimos en silencio, a las dos de la mañana, mientras la ciudad dormía.

   El 12 de noviembre, después de varios días de permanencia en Gibraltar, dedicados a una prolija recorrida de toda la arboladura, hicimos rumbo al Atlántico, en busca de los alisios del noroeste.

   Mandé a Málaga este pensamiento, que, según supe más tarde, fue publicado en numerosos diarios de España:

A MÁLAGA

   Si las gracias de las malagueñas se derramaran sobre las cuencas del Guadalmedina, ni el Guadalquivir, ni el Plata, ni el Amazonas, serian más caudalosos! ¡Adiós, pedazo del cielo, bañado por el Mediterráneo! ¡Lo terrible es haberte conocido y tenerte que dejar!

   La "Sarmiento"

*NOTA: Las dos últimas fotos son propiedad del Archivo Díaz de Escovar, de Málaga.

IHPMalagueñas

Málaga - 2020

sábado, 28 de noviembre de 2020

HA MUERTO DON ENRIQUE, EL ÚLTIMO GUARDA DEL ACUEDUCTO DE SAN TELMO

   El 26 de noviembre de este año de 2020, falleció a los 85 años de edad el Sr. D. Enrique Aguilar Rivas, quien fuera el último gran guarda del maltratado Acueducto de San Telmo, quien durante décadas se dedicó a mantener y gestionar la operativa de riegos de este monumento de la ingeniería dieciochesca. Fue enterrado en el cementerio de San Gabriel de esta ciudad de Málaga a las 14:00 horas del siguiente día 27.

   Durante casi toda una vida, se dedicó a defender el acueducto, clamando ante tirios y troyanos por su constante degradación y ateniendo a cuantos curiosos se le acercaban ávidos de ser partícipes de sus infinitos conocimientos acerca del monumento y de los usos ancestrales del agua y las tradiciones que en torno al líquido elemento hay.

   Con el, desaparece un tesoro difícilmente -por no decir imposible- de reponer: el zabacequia o regidor de acequia, palabra derivada del árabe hispano صاحب الساقية , çáhibas-séquiya. (Diccionario general etimológico de la lengua española. Pág. 761. Madrid, 1887)    

   A pesar de su constante e infatigable labor, D. Enrique no pudo penetrar la indiferencia de los malagueños y las autoridades hacia la conservación de este monumento, de esta obra magna del siglo XVIII, que se está irremediablemente perdiendo ante sus ojos: 

- zonas destruidas al 100% y de las que no queda ni el recuerdo, 

- zonas destruidas en mayor o menor grado, 

- puentes y acequia tapados y ocultos por la tierra, 

- tramos invadidos por la vegetación y su acción destructora, 

- zonas víctimas de los vándalos, 

- alcubillas convertidas en estercoleros, ...                                                                         

   Impotente, D. Enrique veía como una de las obras cumbre de la ingeniería del siglo XVIII se iba perdiendo día a día, como tanto patrimonio histórico y cultural malagueño y todo esto ante la indiferencia y desprecio de la ¿ciudadanía? malagueña.   

   Ni siquiera ha habido la iniciativa, popular o pública, de reconocer mediante un homenaje y una lápida conmemorativa la labor que durante estos 226 años han venido prestando los guardas del acueducto.  En fin, Málaga en estado puro.                                                                         

   Descanse en paz el bueno de D. Enrique.  

IHPMalagueñas

Málaga - 2010

jueves, 22 de octubre de 2020

EL FUERTE DE SAN LUIS. MARBELLA. 1739-2020.


Vista de Marbella según Francis Carter. 1772.

   Como todo el mundo sabe, hay en Marbella un hotel llamado Hotel El Fuerte, que abrió sus puertas el primero de julio del año de 1957, siendo el primero de una serie de hoteles que con el tiempo formarían la cadena hotelera Fuerte Hoteles, de gran prestigio y renombre y que ha sido testigo de la impresionante evolución que la ciudad de Marbella ha experimentado desde aquellos entonces hasta el día de hoy.

   En él se han alojado celebridades como la gran Lola Flores, Rafael Alberti, Walt Disney, Penélope Cruz, Vargas Llosa o Timoty Dalton. También ha sido el hotel escenario de películas, como Holiday in Spain. Así mismo, es sede de un museo donde se exponen fotos, tanto del hotel como de los restos del castillo, antiguas centralitas de teléfono, viejas cafeteras, cajas registradoras que hace muchos años quedaron en desuso, botellas de vinos y licores de hace décadas, libros de reclamaciones y de operaciones de los años sesenta, un proyector de cine de 1958,  ...

   Pero lo que quizás alguno puede que no sepa, es que en la finca donde hoy se alza este hotel, se halló desde 1739 un castillo o fortaleza llamada de San Luis, que en el año de 1810 escribió una brillante y heroica página en los anales de la historia de Marbella, de Málaga y de España por su tenaz y numantina defensa frente a los cinco sitios que en un periodo de casi nueve meses fue sometida la fortaleza y sus bravos defensores por las tropas del entonces mejor ejército del mundo, el francés, quienes en su huida, en agosto de 1812, lo volaron dejándolo en ruinas.

   Bien, con este breve trabajo pretendo dar a conocer este fuerte o castillo, hoy solo un recuerdo en las páginas de los libros y periódicos. Dar a conocer tanto el edificio como algunas breves pinceladas de su devenir histórico.


Fotos de Marbella Antigua. Tomada del grupo de Facebook Historia de Marbella

Edificio y Dotación

   La ocupación inglesa del Peñón de Gibraltar en plena Guerra de Sucesión Española, supuso que al finalizar esta contienda se iniciase un proceso de fortificación de las plazas costeras tanto a levante como a poniente del Estrecho, como prevención y defensa ante las acciones hostiles por parte de los británicos, en una época de amenaza de guerra permanente.


Plano del fuerte. Plantas alta y baja.

   Es en este nuevo marco en el que hay que situar la edificación del fuerte de San Luis en la playa de Marbella, cuya misión sería defender tanto la playa como el fondeadero, por lo que desde la década de los años veinte de ese siglo XVIII se elaboraron diferentes proyectos para la edificación de un fuerte capaz de hacer frente y repeler los ataques enemigos.

   Así, tenemos que en 1726, el ingeniero Domingo Recco levanta un plano para la rehabilitación del castillo de Marbella y la construcción de una batería para defender la playa, aunque no será el único proyecto que se elabore para la defensa de la ciudad, pues en 1732, el ingeniero Francisco de Ibáñez elabora un plano, perfil y elevación de un cuartel de caballería.

      Por fin, lo que se opta, aparte de mejorar el castillo y las defensas de la ciudad, es la construcción de una batería en la marina marbellí, siendo Juan Bernardo Frosne quien elabora los planos de dicho fuerte con su cuerpo de guardia, que en 1736 fueron aprobados, estándose construyendo ya en 1738 a base de mampostería y parapeto de sillería de piedra labrada. Batería a barbeta sobre bóveda capaz para ocho cañones y con gola cerrada por hornabeque y tambor para defensa de la puerta.

   Contaba con habitación para el gobernador, alojamiento para una treintena de soldados, dos cocinas, una para oficiales y otra para la tropa, un almacén para pólvora y otro para armas y pertrechos, calabozo, caballerizas, lugar común, cuartel con chimenea, cuerpo de guardia con chimenea, foso, puente levadizo, pozo de agua dulce con su pila y horno.

   Tenía un perímetro de unos ciento trece metros y se hallaba situado a unos doscientos cincuenta metros de la plaza de Marbella y a unos veinticinco o cuarenta y ocho metros de la playa, según el informe que se maneje.

   Lógicamente, el paso del tiempo fue deteriorándolo y así, en 1749 hubo que reparar el puente levadizo y en 1767 se debió renovar el hormigón de las bóvedas y un rastrillo y puente levadizos nuevos. Así mismo, se construyó una garita en la batería, un lugar común en el tambor que defendía la puerta que miraba a poniente. En 1803 se le volvieron a hacer algunas obras.

   Tras la destrucción que sufrió en diciembre de 1810, como luego se verá, en 1821 se recomendó construir uno nuevo apto para tres cañones de a veinticuatro , con cuerpo de guardia y repuesto, pero no será hasta 1849 que la  idea que se vio reafirmada en el informe de Miguel de Santillana, quien propone demoler lo que quedaba y levantar uno nuevo, justificándolo en que era útil para la defensa de la ciudad y del fondeadero, aunque la idea, nuevamente, no llegó a buen puerto, aunque debió de seguir manteniendo alguna fuerza destacada en el, pues en los Estados Militares de España continuó apareciendo con gobernador hasta el año de 1842.

   En 1857, José Herrera García hace una descripción del mismo, donde se destaca el estado de ruina en el que se encuentra:

   "Colocado a 52 varas del mar -43,47 m- en el terreno alto contiguo á la playa, frente de la Ciudad de Marvella, de quien dista un tiro de fusil: su forma es cuadrilátera, de cuyos cuatro lados, el que mira al Norte o á la Población es de 33 varas de largo -27,58m-, constituyendo un frente abalaurtado: los dos lados colaterales, forman dos alas de 17 y 1/4 varas de largo -14,42 m-; y el que mira al mar es curvo de 320 de desarrollo. En la cortina del frente abalaurtado está la puerta de entrada, con su foso y puente levadizo.

   Se encuentra arruinado, igualmente que sus Edificios á prueba de bomba, adosados interiormente á todo el perímetro del castillo, formando un patio en el centro por donde tienen las entradas. Sobre los techos de los Edificios, correspondientes al frente de tierra y sus colaterales, había una Plaza de armas para fusilería; y sobre el frente curvo, la correspondiente batería a barbeta contra el mar.

   El objeto de este castillo es la defensa del fondeadero de Marvella, que está a Poniente, y proteger la Población: su posición es buena: puede montar cinco piezas gruesas de Artillería. Dista de la torre anterior -la del Río Real- media legua -2,79 kms- Debe reedificarse, tanto por la importancia del puerto que ocupa, cuanto por ser la única obra de defensa que se encuentra en el Castillo de Manilva en las 7 leguas -27,86 kms- que hay de distancia, y también, por conservar la memoria de la heroica defensa que hizo en la Guerra de la Independencia, resistiendo su pequeña guarnición contra las Tropas francesas que lo atacaron y no pudieron tomarlo hasta que consiguieron traer artillería gruesa, abriendo para ello su Camino; en cuyo caso volaron sus defensores el castillo, y verificaron su retirada por mar.

   Tiene sin embargo este Castillo el defecto de encontrarse si flanqueo las alas y el frente de Tierra, cuya falta debe corregirse en el proyecto de su reedificación. Necesita grandes reparos.

   En un informe de 1906, se dice que el fuerte solo era una casa blanca de tres pisos que habían sido construidos sobre sus ruinas.

   En agosto de 1890, el fuerte y la finca donde se ubicaba pasó a manos privadas  a través de subasta pública. No he averiguado quien compró la propiedad, pero sí que en 1907 la tenía el médico soriano Félix Jiménez de Ledesma, quien instaló junto al fuerte una fábrica de harina.

   En 1933 pasó a ser propiedad de la melillense Ana María Sánchez Luna, quien lo mantuvo en su poder hasta  que al principio de la década de 1940 adquirió una señora llamada Elvira Vidal en la década de 1940, que terminó por vendérsela a José Luque Manzano en 1954 por un millón doscientas mil pesetas,  quien construyó un hotel, quedando los restos del antiguo y heroico fuerte en los jardines dentro del ámbito del mismo. Más adelante se dará alguna información más.

   En cuanto a la dotación, Contamos con pocas fuentes que den noticia de esta. La primera la da Luis Fernández de Córdoba en 1740, quien informa que debe contar con  un cabo y seis soldados para pasar avisos. También dice que debería tener solo cuatro cañones, dos de grueso calibre y otros des de menor calibre.

   En 1752 contaba con siete cañones.

   La siguiente fuente es el Reglamento de 1764, que dice que este fuerte ha de contar con media compañía de inválidos -cincuenta y tres individuos-, en la que van incluidos los oficiales, un cabo, cuatro inválidos de artillería y un guarda almacén.

   En 1774, Francisco Gozar informa que había sido dotada con cuatro cañones de a veinticuatro y dos más de a dieciséis.    


Situación del fuerte respecto de la ciudad. Archivo General de Simancas

 Gobernadores y otros individuos conocidos del castillo.

   En junio de 1751, le fue conferido el gobierno del castillo al teniente coronel Juan Bautista Millas.

   Los años de 1767, 1768 y 1769 fue gobernador el teniente coronel Juan Gallardo

   Entre los años de 1770 y de 1784, ambos inclusives, el gobernador fue el capitán Nicolás Bernardi, teniente coronel desde 1781.

   Entre los años de 1785 y mayo de 1792, ambos inclusives, el gobernador fue el capitán Manuel de Leyba, teniente coronel desde 1792.

   Desde mayo 1792 hasta 1803, el gobernador fue teniente de navío, Pedro Antonio Casasola.

   Desde 1804 y hasta 1842, ambos inclusives, fue gobernador el capitán Manuel Artola.

   Además de estos gobernadores, tenemos los nombres de algunos moradores del castillo:

   1769, sargento Villaplana

   1777, capitán Pedro de Burgos,

   1795, capellán Fernando Espinosa,

   1800, Rafael de Toro, con un sueldo de doce escudos al mes. Probablemente se tratase de un guarda almacén, al igual que Miguel Caballero, que lo era de artillería, aunque de este desconozco la fecha de su estadía en el castillo.  

Sucesos acaecidos en torno al castillo

   Como suele suceder con muchas de las edificaciones de este tipo, son pocas las noticias que sobre ellas trascienden y en el mejor de los casos las que hay son relativas a algún hecho militar o político. No obstante, algunas he encontrado, las que paso a enumerar:

   1ª - El quince de febrero de 1790, el castillo fue parte de los escenarios donde se desarrollaron fiestas populares con motivo de la elevación al trono de Carlos IV.

   Efectivamente, una de las representaciones que se llevaron a cabo era el intento de desembarco y asalto de la ciudad de Marbella por parte de tropas moras y en uno de los desembarcos, la centinela del castillo hizo la señal de moros en tierra, lo que entendido por el vigía de la torre de la vela de la fortaleza de la ciudad, echó la campana a rebato, partiendo de inmediato las tropas de infantería y caballería a la playa, donde se enfrentaron a ellos, venciéndolos, haciéndolos cautivos y encerrándolos en los calabozos de la ciudad.

   2ª - Este castillo entró en la Historia por la puerta grande en 1810, cuando entre marzo y diciembre de ese año, él y sus  defensores soportaron un tenaz asedio por parte de los franceses, quienes fueron durante todo ese tiempo fueron incapaces de tomarlo en las varias veces que lo intentaron, que fueron en marzo, en mayo por dos veces y en julio el día diez, que fue de bastante intensidad y del cual tenemos una relación escrita del ataque y defensa en un parte enviado por el brigadier Francisco González Peinado al brigadier Francisco Javier Abadía:

   "Mi querido Amigo: a las 4 de la tarde del 10, me atacaron los enemigos que se encajaron encima sin dar más que media hora de tiempo por causa de la falta de una vanguardia de caballería la que he pedido a Lacy, repetidas veces, y en ningún punto puede emplearse con más utilidad que en este. Aunque el tiempo fue tan corto, las providencias se midieron con él.

   Le mandé a Valdivia que con las compañías de Estepona, Marbella y una porción de dispersos de la División de Lacy, se subiese al Ingenio, y estableciese a sus inmediaciones las guerrillas en la altura cercana a la espalda del mismo edificio; por cima de ésta, hay otra más eminente que finaliza la cordillera, en donde le encargué pusiese su reserva, lo que ejecutó muy puntual.

   En este Castillo se dieron las disposiciones siguientes: salieron dos guerrillas al mando de dos oficiales y se establecieron la 1ª sobre el flanco derecho del castillo, bien avanzada, detrás de una cordillera de pitas y protegida, en caso de retirada, por la playa; la otra, sobre la izquierda, oculta por una grande arboleda; por delante de ellas, con tres o cuatro caballos, salió el valiente y poco ponderado Cevallos, que se lisonjeaba mi corazón de ver su arrojo, aunque después le eché una buena peluca, pues se expuso demasiado, y mató a un oficial de caballería.

   Yo me metí en el barco que monta un obús, y con él y otro místico inglés, que tiene a su bordo dos cañones de a 4 me dirigí a esperar al enemigo que bajaba por la playa, a quién le rompí el fuego arrimándome a tierra todo lo posible, y les hice variar de dirección. Después dieron vuelta por unas pequeñas alturas, y atacaron a las guerrillas de Cevallos, las que los recibieron con la mayor serenidad, y se travó un furioso tiroteo, que duró hasta cerca de ponerse el sol, dando tiempo a que se salvase el pan que había en los hornos, y mucha gente que salió del pueblo a la montaña. A ésta se dirigió otra columna que fue muy bien recibida por Valdivia, y se travó un fuego infernal.

   A la media hora de esta contienda se sintió u oyó un caracol, y enseguida se desplomaron por el flanco derecho de los enemigos, como unos 200 paisanos de Ojén y pueblos inmediatos, quienes emprendieron un tiroteo terrible, con lo que se animaron las pocas tropas de Valdivia, y aunque quiso sostenerse el enemigo, lo cargaron en tales términos que tuvieron que bajarse con la mayor precipitación al llano inmediato a la ciudad.

   Aquí fue cuando más padeció mi espíritu por la falta de Caballería, que si la hubiésemos tenido, capaz de contrarrestar a la suya, hubiera sido asunto concluido. En este estado llegó la noche, y se quedó todo tranquilo.    

   Ayer de mañana, me entré en el castillo, y a los pocos momentos lo rodearon los enemigos con porción de guerrillas; pero sin presentar objeto, causándonos 7 heridos que dos de ellos murieron a poco rato.

   Donde se advertía mucho fuego se les contestaba con el nuestro de fusilería y Artillería metralla, cuya contienda duró todo el día sin interrupción. Se oyeron muchos lamentos y muchos que subieron a los árboles con sus pies, bajaron de cabeza.....

   ... Aunque no tengo humor de escribir y que debía aprovechar este momento en descansar le quiero dar esta prueba de afecto, y que asegure al Gobierno y a nuestros amigos, que mientras que haya pólvora, balas y piedras sobre el castillo, mientras exista González y Cevallos, no será presa de los Vándalos. Así se lo asegura su Afectísimo Apasionado Amigo de corazón..."

   La numantina resistencia de los defensores encendió la ira de la canalla francesa, quienes viendo como su orgullosa Grande Armée era rechazada una y otra vez ante sus furiosos embates, acaudillados por el sargento mayor Rafael Ceballos Escalera, hizo comprender al general francés Víctor que sin artillería de gran calibre y una presencia importante de saldados no había nada que hacer, por lo que solicitó una y otra vez se le enviara, lo que consiguió  y una vez con ella, a primeros de diciembre comenzó un incesante cañoneo que destruyó el puente levadizo y un almacén de pólvora, explosión que hirió a varios soldados y tras cinco días de fuego francés había abiertas brechas en los lienzos que miraban a la ciudad, por las cuales comenzaron a los enemigos a practicar el asalto a la fortaleza.

   Afortunadamente para la guarnición, se hallaba en la bahía el bergantín inglés La Nave, que por medio de señales indicó que el comandante iba a desembarcar, a pesar del fuego, para conocer de primera mano la situación, el cual, al verla, comprendió lo crítica que era y pidió a los defensores que resistieran, que vendría con lanchas de salvamento para evacuarlos, lo que se consiguió en la noche del ocho de diciembre, no sin antes haber lavado la artillería. En la operación fallecieron algunos hombres por culpa de las prisas con hubo que hacerlo todo, pues los franceses redoblaron el fuego de fusilería para impedir el embarque de nuestros hombres.

   Esta guarnición fue trasladada a Algeciras, habiendo debido refugiarse en el Peñón de Alhucemas por culpa del temporal.

   La acción vino relejada en la Gaceta de la Regencia del siguiente modo, aportándonos algunos datos más a los ya referidos:

   "A las 11 del día 3 del corriente se presentaron los enemigos en número de 1700 a 2000 hombres con tres cañones de á 24, dos obuses de á 7 y un mortero de 9 pulgadas, al mando del general Sebastini, al frente del castillo de S. Luis de Marbella.

   En el momento empezaron á formar sus baterias en la ermita del calvario de este pueblo, las que se consiguio destruir por dos veces con el vivo y acertado fuego de nuestros artilleros; pero el 8 amanecieron construidas tres baterias, la una de sacos á tierra en el camino de Marbella á Málaga, que batia el flanco derecho del castillo, compuesta de dos cañones de á 24; la otra dentro del pueblo de Marbella que constaba del mortero y un obus y la otra del cañon y un obus, que batia el flanco izquierdo del expresado fuerte.

   Todas rompieron el fuego á las 11 del dia, y se les contestó con mucha viveza; pero como las murallas eran debiles y los fuegos del enemigo mayores que los nuestros, consiguieron desmontarnos un cañón, batiendo al mismo tiempo la puerta y murallas de la fortaleza.

   En vista de ello su gobernador el teniente coronel D. Rafael Cevallos Escalera, que en otras ocasiones anteriores la habia defendido gloriosamente, obligando al enemigo á abandonar con mengua la empresa, determinó evacuar el fuerte, y embarcarse con su guarnición en algunos buques ingleses que cruzaban en aquellas aguas.

   Así se executó con el mayor orden á pesar del vivo fuego de artilleria que hizo el enemigo y duró hasta las 11 de la noche del 8 en cuya hora estaba ya a bordo toda la guarnición, á excepción del cabo Miguel Hilario, que con 4 artilleros se quedó a clavar las piezas, romper los juegos de armas e inutilizar las municiones.

   El fuerte ha quedado enteramente arruinado, y actualmente lo ocupa un corto destacamento enemigo."

   A pesar de no ser numeroso el destacamento francés, este acometió obras de fortificación en el castillo, así como aspilleraron el convento de San Francisco, hicieron un fuerte reducto con foso y empalizada y colocaron ocho cañones de grueso calibre, todo ello pagado por el vecindario.

   Casi dos años después y viendo perdida la guerra, las tropas francesas estacionadas en las villas costeras, recibieron el veintidós de agosto de 1812 la orden la orden de evacuarlas, orden que fue rápidamente ejecutada y los franceses estacionados en Marbella, al mando del coronel Maransin, huyeron de Marbella el veinticinco de agosto de 1812, no sin antes hacer estallar el polvorín, destruyendo el ala de levante del castillo, clavar las piezas de artillería y arrojar al mar las municiones que no se pudieron llevar.

   Esto que a continuación pongo es la traducción de la orden por la cual el general Honoré Gazan de la Peyriere le ordena al general Jean-Pierre Maransin que evacúe, entre otros, Marbella y destruya lo que pueda:

   "Sevilla, 22 de agosto de 1812

   Orden de evacuar el Litoral. Medidas a tomar.

  Señor general, según las órdenes del general en jefe, habrá de evacuar inmediatamente Marbella Alhaurín, Vélez y Málaga, y conducirá a todas las tropas de todas las armas, francesas o españolas, así como con las francesas. que están establecidos en el país que temerían verse comprometidos si se quedaran, incluso con los españoles que quieran seguirle, el cónsul de Francia, las administraciones y comisiones de secuestro, a Antequera, donde se unirá a la columna del general Conroux y seguirá las órdenes de este general.

    Al evacuar los lugares incluidos en su gobierno, destruirá las armas y municiones que no se puedan llevar, así como las principales fortificaciones. Devolverá a las autoridades del país, de acuerdo con el orden del día 15 de este mes, las tiendas y objetos que quedaran. Se encargará de que no se cometan molestias y de que las tropas observen una severa disciplina, manteniéndolas siempre preparadas para el combate y haciéndolas servir con gran vigilancia.

   Dará órdenes para que cada soldado cuente con 60 cartuchos y que se lleven la mayor cantidad de comida posible. Tenga especial cuidado de que nadie se quede atrás.

   El general de división Conroux recibe las órdenes generales para esta evacuación; ejecutar lo que sea en el caso de recibirlas, sin separarlas del contenido de esta orden.

                                                                                                          El general de división,

                                                                                     Jefe del Estado Mayor General del Ejército,

                                                                                                              Conde Gazan

   Iguales o similares órdenes fueron dictadas al capitán Chesnaie, comandante de Alhaurín, al mariscal Soult, al general Maransin y otros.

   3ª - Tras la declaración de guerra a Francia en abril de 1823, la ciudad de Marbella vio que en caso de acciones militares en su territorio estaba pobremente defendida, tan solo por una compañía de inválidos hábiles y la milicia nacional, por lo que se decide desenterrar los cañones que se hallaban junto al castillo desde 1812, fecha en que se retiraron los franceses.


Tarjeta de invitación a la inauguración del Hotel El Fuerte

   4ª - El periódico El Mediodía,  de Málaga, informaba en febrero de 1885 "que frente al castillo de San Luis, en aguas de Marbella, naufragó dias pasados el laúd «Virgen del Carmen.» La tripulación estuvo á punto de perecer, logrando con bastante trabajo ganar la playa, gracias á los esfuerzos de un cabo de carabineros y siete individuos á sus órdenes"  

   5ª - Hay quien afirma que en el muro que mira al mar fueron fusilados entre 1936 y 1938 marbellíes y que están enterrados en ese sitio.

   5ª - El nueve de septiembre de 2017, la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831 ofreció a la altura de los restos del castillo, una recreación histórica de la defensa del mismo que realizaron los soldados del regimiento de infantería de Málaga. Los miembros de la asociación iban perfectamente vestidos con ropa de la época y portando banderas del regimiento, tras lo cual leyeron un documento que daba cuenta de os sucesos acaecidos dos siglos antes.

   6ª - Al día de hoy solo quedan restos de varias habitaciones abovedadas, aunque bastante desfiguradas, hallándose junto al hotel que desde el cuatro de julio de 1957 ocupa la finca donde se hallan los dichos restos y donde se ha ubicado un pequeño museo que depende del hotel.

   Se halla amparado por la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

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Málaga - 2020

TRAJE TÍPICO MALAGUEÑO EN UN SELLO DE CORREOS. 1969.

   Hola, buenos días.

   Hoy os traigo a escena un sello de Correos editado por este organismo en el año de 1969.


   Formaba parte de una colección que mostraba los trajes típicos de cada provincia de España, e incluía los de las provincias africanas: Guinea Ecuatorial, Sahara, Ifni y Marruecos, apareciendo el de Málaga en 1969 con el número 32 de la serie.

   Fue una colección muy interesante e instructiva, pues mostraba un aspecto de nuestra cultura bastante interesante. 

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martes, 29 de septiembre de 2020

BATERÍA DE SAN NICOLÁS.

   Málaga sufrió con frecuencia en estas aguas mediterráneas y a lo largo de su dilatada historia la presencia de armadas enemigas, armadas que dificultaban extraordinariamente el tráfico portuario y la vida de los ciudadanos ribereños. Esta circunstancia y la importancia de su comercio, obligaron a las autoridades locales a una constante vigilancia de las escasas fortificaciones que entonces existían en la fachada sur malacitana, reforzando los baluartes de la línea de costa y construyendo otros tantos cuando el estado de las políticas internacionales así lo aconsejaba.

   Para la protección de los buques anclados en el interior de la dársena, las sucesivas ampliaciones de los muelles a lo largo de los años siempre contemplaban propuestas para fortificarlos y armarlos.

   Fue el ingeniero militar Bartolomé Thurus el primero que planificó la construcción de una batería y un faro en la cabeza del dique de levante a partir de 1717 y con las sucesivas obras de ampliación o mejora de dicho muelle hubo que hacer modificaciones en el proyecto de Thurus, modificaciones realizadas por Jorge Próspero de Verboom, quien cambió la planta de la batería a circular sobre una plataforma de cincuenta metros, en la idea de que con esa disposición sería capaz de soportar mejor los temporales de levante y cruzaría sus fuegos con los del castillo de San Lorenzo. Para dicha nueva batería, propuso el nombre de Castillo del Rey, en honor a Felipe V.

   Como en ese momento se estaban llevando a cabo las obras del muelle, se construyó en 1739 una batería provisional dotada con tres piezas de artillería y como se trataba de algo provisional sufrió las consecuencias del tiempo y de los malos materiales, por lo que en 1748 se solicitó su reparación lo que no tuvo lugar, pues se pensó que era mejor terminar la obra del dique y construir en su cabecera una batería de mayor envergadura, de modo que ahí quedó la cosa y pasaron los años.

Batería provisional, señalada con la letra F. 1742.

   


"Perfiles de la batteria y prolongación del muelle acia la parte Levante" (2 de junio de 1743)

   Y así llegaos a 1761, en que las autoridades del puerto intentaron llevar a cabo la construcción de dos baterías, una en el muelle de poniente y otra en el de levante, en la idea de guardar adecuadamente tanto el puerto como los barcos en el refugiados. Las autoridades presupuestaron ambos proyectos en doscientos mil reales de vellón, aunque la idea cayó en saco roto, obteniendo la autoridad portuaria tan solo el traslado de algunos cañones de la Alcazaba y de la Torre del Obispo.

   Por fin, en 1770 terminan las obras del llamado muelle viejo y la junta de obras del puerto propone la construcción de una batería que se quiere de calidad y, sobre todo, definitiva, encomendándose el proyecto al ingeniero y teniente general Juan Martín Zermeño, quien conocía el puerto de Málaga y sus defensas, pues fue director de las obras en 1738.

   Martín Zermeño desarrolló un proyecto de batería como un edificio de planta elíptica, dotado de foso, puente levadizo, polvorín, cisterna para las aguadas, cuartos destinados a la tropa, cuerpo de guardia y almacenes, todo por la nada desdeñable cantidad de ochocientos doce mil reales de vellón.

   Pero ¡ay!, resulta que a pesar de contar con todas las bendiciones, resulta que la autoridad portuaria malagueña esta sin fondos para poder llevar a cabo semejante obra, de modo que hubo que aparcar la idea y continuar con la batería provisional, que se estaba convirtiendo en algo parecido a "provisional para siempre"

   En 1780 se aprueba la propuesta de reforzar la batería a barbeta y dotarla con seis cañones de a veinticuatro libras, pero de nuevo ocurre lo mismo: no hay fondos y ante la evidencia de que algo se estaba haciendo mal y que, además, podía tener nefasta consecuencias, el rey autoriza en 1786 al ayuntamiento a poner en venta los terrenos que ocupaban las murallas de la ciudad, que realmente no servían para nada y con lo recaudado por la enajenación de dichos terrenos se pudo construir las dos baterías, la de poniente y la de levante, aunque supusiera que hoy Málaga, antaño una ciudad completamente amurallada, no tenga más que unos restos que solo son una muestra.

   Una vez con el dinero, se le encomendó al teniente coronel Alfonso Ximénez que elaborase un proyecto, con plano y memoria, que presentó pocos meses después para su aprobación, con lo que los trabajos se iniciaron de inmediato, construyéndose una batería a barbeta hábil para dieciocho cañones de a veinticuatro libras, suficiente para disuadir a cualquiera de acercarse al puerto.

Planos y Perfil y Elevación del Muelle de Levante de Málaga y Proyecto de la Batería que está aprovada y se ha de construir en su Caveza. 13-6-1769.

   Parece ser que las obras se entregaron a finales de noviembre o primeros de diciembre de 1786, quizás el día seis de este último mes, día de San Nicolás y de ahí el nombre. Ocupaba mil doscientos noventa y dos metros cuadrados de superficie en un traza casi circular y cerrado por la gola por un rastrillo y contaba con una plataforma para la artillería, apta para quince cañones y construcciones para la tropa y para almacén. Costó treinta mil reales de vellón. 

   En 1803, Felipe de Paz la describe como una fortificación cerrada de merlones apta para dieciocho cañones de grueso calibre y parrilla para enrojecer balas y barría la playa de levante y el fondeadero exterior, encontrándose en buen estado. 

   En 1857, José Herrera García hace un descripción de la batería, que es la siguiente:

   "Colocada en el extremo del muelle viejo de Málaga al pie de la linterna: su forma irregular se compone de una batería semipoligonal á barbeta con cinco lados por la parte que mira al mar y playa de Levante, y de otra recta que mira a la entrada del Puerto, siendo su desarrollo noventa y cuatro varas [78,57 m.]; y termina en un parapeto aspillerado que cierra la gola, uniéndose al Edificio comprendido en ella: es capaz de montar diez piezas de grueso calibre. La altura de la barbeta sobre el muelle es de una á una y media varas, y aun en algunos puntos menor.

   Comprende un Edificio, situado á la izquierda de la entrada, de diez y seis varas de largo [13,37 m.] por cinco y media de ancho [4,60 m.], el cual contiene un cuarto para el Comandante de la guardia, el Cuerpo de guardia de la Tropa, y otro pequeño Cuarto para almacen de pertrechos.

   A la entrada de la bateria, fuera de ella, hay otro Edificio, unido á la muralla del Muelle, de diez y nueve varas de largo [15,88 m.] por cinco de ancho [4,18 m]: consta de un cuarto que sirve de repuesto, y dos mas para habitaciones de los artilleros.

   El objeto de esta Bateria es proteger la entrada del Puerto, cruzando sus fuegos con los de la Batería de San José, y defender la playa de Levante en combinacion con la batería de San Felipe y castillo de San Carlos. Su situación es propia para el efecto. Dista de la anterior Bateria [batería de San Felipe] trescientos veinte y cuatro varas. Se encuentra en buen estado.

   El avance de los tiempos, la posición política de España en el mundo y los cambios en el arte de la guerra, determinaron que la batería de San Nicolás, como otras muchas construcciones de este tipo, fuera perdiendo su utilidad.   


Noticias

   Como suele ser habitual, pocas son las noticias que trascienden acerca de este tipo de edificaciones, pero aun así, he logrado encontrar alguna, que son las que siguen.

    - Estando aun ocupada Málaga por los franceses, el veintinueve de abril de 1812 tuvo lugar a la altura de la batería un desembarco de tropas hispano-británicas, fundamentalmente de estas últimas, que logró desalojar a los enemigos de ella, permitiendo que barcos británicos penetren en el puerto y puedan liquidar algunos barcos corsarios franceses.

   Tras la operación y ante el temor de quedar  merced de los fuegos de Gibralfaro y de los fusileros franceses que se habían vuelto a hacer dueños de la batería, abandona el puerto, llevándose presos, además, a dos barcos corsarios mas. 

   - Por orden de once de septiembre de 1888, es uno de los edificios militares autorizados en la plaza de Málaga para usar el pabellón nacional.

- El trece de marzo de 1890, se autoriza al Ingeniero director de la Empresa constructora del puerto de Málaga, D. Luis Vasconi, a que pueda construir un barracón en la zona única de la batería.

  - El quince de abril de 1901, se aprueba el presupuesta de ochenta pesetas que supone el traslado de las piezas de artillería de la batería al parque artillero de Málaga.

A propuesta del Ministerio de la Guerra y aprobado por el consejo de ministros, el veintiséis de febrero de 1913 se le asigna una zona de aislamiento de veinte metros.

   - Por declaraciones del teniente coronel de ingenieros Juan Maury y Uribe, destinado como comandante en Málaga, sabemos que durante la Primera Guerra Mundial la batería permaneció desartillada y las piezas que había servían únicamente para las salvas de ordenanza cuando entraba un barco en el puerto.

- El veinticinco de mayo de 1930, se halló en Málaga el general José Cavalcanti, que estuvo en la estación radiotelegráfica, tras lo cual pasó revista a la batería, que se hallaba a escasos metros.

   - Fue artillada durante el transcurso de la Guerra Civil, desartillándose al finalizar esta, tras lo cual comenzaron los trámites legales para proceder a su desmantelamiento para facilitar la urbanización de la zona. Para ello se redactó un proyecto en 1951, por el cual se proponía su traslado a una zona próxima, aunque no se llevó a efecto, desapareciendo.

   En 1953, en el espacio que ocupó la batería se levantó el Real Club Mediterráneo de Málaga, siendo usadas parte de sus antiguas instalaciones como pérgola del club.

   Así terminaban los ciento sesenta y un años de historia de esta batería.


Maqueta de la batería, realizada por Manuel Lara Villodres.

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