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En Málaga tenemos Seminario Diocesano desde que el dieciocho de septiembre de 1587 tomó posesión de Obispo de esta Diócesis, Luis García de Haro, quien considerándolo como algo de suma necesidad para la Diócesis, dirigió un memorial al rey FelipeII, como patrono que era de esa Santa Iglesia, solicitándole su beneplácito para la erección de dicho Seminario y que señalara renta de beneficios del Real Patronato para su sostenimiento. Hay que mencionar, que el Cabildo Catedral no intervino en el tema del Seminario hasta 1592.
Por fin, obtuvo la autorización real, pudiendo abrir, por fin, sus puertas el catorce de agosto de 1597, fecha en la que Carlos, hijo de ese monarca, firmó la Real cédula de su erección.
A la hora de buscar sede, se consultó al Cabildo, y tras las oportunas deliberaciones se habilitó una casa que había entre el huerto de Sagrario y la Catedral, acabando las obras de habilitación el año de 1600, siendo ya Obispo Tomás de Borja y Castro, abriendo, por fin, sus puertas a los nuevos seminaristas.
Obispo Tomás de Borja y Castro
Tras décadas de fecundo crecimiento, en 1779, Carlos IV otorgó a este Seminario el título de Conciliar, a la vez que lo incorporaba a la Universidad Imperial de Granada, con la potestad de conceder Grados de Filosofía y de Teología.
Obispo Alonso Cañedo y Vigil
Esta sede, con el paso del tiempo se fue quedando pequeña y hubo necesidad de buscar un lugar más amplio, lo cual fue solucionado por el Obispo Alonso Cañedo Vigil -quien había solicitado las rentas de un Beneficio entero y un tercio de otro de Antequera- al comprar una casa que se hallaba junto al palacio episcopal, en la calle de Santa María, en 1819, no acabando aquí las adquisiciones de inmuebles para mejorar el servicio y la enseñanza de los educandos, futuros presbíteros y diáconos y, así, el veintiocho de mayo de 1863, Juan Nepomuceno Cascallana Ordóñez, a la sazón Obispo de Málaga, compró un inmueble en la calle de San Agustín, destinándolo a ser la sede del Seminario Menor.
Durante este obispado, el Seminario sufrió las consecuencias de la revolución de los años de 1854 a 1856, llamado por algunos el infausto bienio, pues entre otras cosas vio como se le suprimía los colegio externos, que fueron repuestos pasos estos años.
Obispo Juan Nepomuceno Cascallana y Ordóñez
Las necesidades de ambos Seminarios crecían, pues la formación humana y religiosa era cada vez más amplia y exigente, con un crecido número de seminaristas y es por ello que en 1881 se ampliaron varias dependencias, se mejoró notablemente la biblioteca, se reformaron los estudios, incorporándose para ello nuevo material de enseñanza, etc., todo bajo la dirección del Obispo de entonces, Manuel Gómez-Salazar y Lucio-Villegas, aunque estas reformas no fueron las únicas y fueron más allá de los edificios del Seminario, pues su sucesor, Juan Muñoz Herrera, autoriza que se establezcan las Preceptorías de Latín y de Humanidades en las cabezas de Arciprestazgos, convirtiéndolas en escuelas preparatorias para el ingreso en el Seminario. Un acierto, pues así , los nuevos seminaristas llegaban con un conocimiento preciso de lo que iban a estudiar.
Obispos Manuel González Salazar y Juan Muñoz y Herrera
Los tiempos avanzan y la ciudad de Málaga crece y el tráfago diario se deja sentir en sus calles: gentío, bullicio, ruidos,... y las calles a las que da el Seminario se ven envueltas en ese ritmo de vida, haciendo que no haya el silencio y la tranquilidad necesarias para el estudio y el recogimiento. La obsolescencia e incomodidad de esas antiguas instalaciones también suponían un obstáculo para la vida que necesita un estudiante.
Es el Obispo San Manuel González García el que decide poner fin a esa anomalía, tomando como un empeño personal el asunto, pues, según sus palabras, el Seminario era de
"...estrechas estancias, pisos elevados, patios sombríos, paredes y suelos siempre mojados de humedad y jamás visitados por el sol, clases iluminadas con luz artificial en pleno día..."
"...el constante y ensordecedor ruido producido por el martillo de varios marmolistas y zapateros establecidos en la calle a que da la fachada principal, la bullanguera música de todos los pianillos callejeros que nunca faltan con su obligado cortejo de cantores y bailadores improvisados, el griterío..."
De modo que decide tomar el toro por los cuernos y meterse en la tarea de erigir un nuevo Seminario acorde a las necesidades de quienes iban a ser los pastores de la grey cristiana malagueña. Tras llevar a cabo su magna obra, comentó
"Por eso me metí en la locura (así la llamaban no pocos amigos cuerdos) de levantar lo que, mientras fue mi sueño, llamé "Mi Seminario", y cuando fue realidad, "El Seminario del Corazón Eucarístico de Jesús", cuya primera piedra se colocó solemnemente el 16 de Mayo de 1920, en unos montes cercanos a la ciudad, con arquitectura "a la andaluza", puesto que para Andalucía es, con mucho aire, sol, cal blanca, azulejos y sobre todo mucho gráfico.
Que, desde el primer grano de tierra de la puerta hasta el remate de la veleta, todo enseñe gráficamente a conocer y amar a Jesús Sacramentado".
Se trata de un magnífico edificio que abrió sus puertas para el curso de 1924-1925, poniéndolo bajo la dirección de los Misioneros Eucarísticos Diocesanos, en lugar de quienes desde 1904 lo habían dirigido, los Operarios Diocesanos.
Obispo San Manuel González García
Poco más de una año después, el 11 de febrero de 1926 recibió la visita de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
La tragedia de la Guerra Civil no fue, en absoluto, ajena al Seminario, dando este claros testimonio de fe por medio de la muerte de cinco de los seminaristas y de cinco de sus profesores, destacando de entre ellos el Rector, Enrique Vidaurreta Palma, y el Diácono Juan Duarte Martín, ambos en proceso de beatificación.
El año de 1944 ve una nueva ampliación de las instalaciones del Seminario de la mano del Obispo Balbino Santos Olivera, cuando ordena la edificación de un nuevo pabellón para Seminario Mayor, siendo Ángel Herrera Oria quien cubrirá la explanada con una edificación más, destinándolas a aulas de estudio de Filosofía y de Teología.
Obispos Balbino Santos Olivera y Ángel Herrera Oria
Lamentablemente, en estos años el número de vocaciones va disminuyendo de forma lenta pero inexorable y ante la situación de verse con tan pocos alumnos, el Obispo Emilio Benavent Escuín no tiene más remedio en 1967, que decidir que los alumnos de Filosofía y de Teología pasen a realizar sus estudios a la ciudad de Granada, en la Facultad de Teología de los Jesuitas y en el Estudio General de Filosofía de los Dominicos.
Obispo Emilio Benevente Escuín
No obstante esto, Málaga sigue teniendo seminaristas y empieza a darse un fenómeno nuevo, que es el creciente interés por al Filosofía y la Teología que se va despertando entre los laicos malagueños, que, aparte del conocimiento y la formación, demandan unas instalaciones adecuadas para poder realizar de manera cómoda y óptima estos estudios, siendo eso motivo suficiente para que el Obispo Ramón Buxarrais Ventura creara, para el curso 1974-1975, el Centro Diocesano de Teología, donde a partir de entonces se retoma para Málaga la sede para los seminaristas, incluso se vuelve a poder residir en el Seminario desde el curso de 1979-1980 y vuelve a tener lugar en ese edificio el Teologado.
Ya no es necesario ir a Granada, aunque desde el curso de 1989-1990 el Seminario se afilía a la Facultad de Teología de la Cartuja, en Granada, siguiendo, de esta manera, el mismo plan de estudios y los educandos obtendrán en este centro malagueño el Grado de Bachiller en Sagrada Teología, homologable a Licenciado en Estudios Eclesiásticos.
Obispo Ramón Buxarrais Ventura
La acción del Obispo Buxarrais fue más allá, pues durante el curso 1990-1991 se lleva a cabo una reforma de calado en los edificios del Seminario, reestructurándose sus usos, creando un Aula Magna, dos salas de reuniones, una residencia de ancianos en lo que hoy es el Centro Diocesano de Espiritualidad y que regirían durante tres años las Hermanitas de los Pobres.
Así mismo, el edificio que en la actualidad es la residencia de los seminaristas mayores, erigido en la época del Obispo Balbino Santos Olivera, ve renovado por completo su interior y las aulas de Filosofía y de Teología retornan al edificio construido por el Obispo Herrera Oria.
Quien esto escribe, quiere terminar este artículo haciendo mención del sacerdote diocesano Antonio Eloy Madueño, a quien ha conocido y quien fue el que le dio la Primera Comunión a su hijo.
Dicho D. Antonio, fue nombrado Rector del Seminario en agosto de 2016, después de haber ocupado los cargos de Vicerrector del Seminario mayor y Rector del Seminario menor, aparte de haber sido el Párroco que decía las misas para niños en San Lázaro. Además, es el director del Departamento para la Causa de los Santos.
Va por el.
FUENTE PRINCIPAL: http://www.seminariomalaga.es
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
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