RELACIÓN
DE LA CELEBRIDAD
HECHA
POR LA MARINA REAL
Y MERCANTIL
DE MÁLAGA
EN LA RESTITUCIÓN AL TRONO DE S. M.
Y RATIFICACIÓN DE SU JURAMENTO
Desde
el momento feliz que llegó á esta ciudad la deseada noticia de hallarse en
territorio español nuestro augusto Soberano el Sr. D. FERNANDO VII, acordaron
los oficiales de la Real armada, los del ministerio, y demás empleados en los
varios ramos de su instituto ratificar el juramento de fidelidad que prestaron
á S. M. el año de 1808 con la magnificencia y pompa debidas á tan grandioso y
solemne objeto. La matrícula mercantil, que considerándose emanada de la real
armada, anhelaba por tener parte en sus sentimientos de adhesión á nuestro
Monarca, fue admitida con la mayor cordialidad, y desde el momento se determinó
el dia, modo, y forma de solemnizar el acto.
En el treinta de mayo, dia memorable del
Sto. Rey D. Fernando, del Real nombre de nuestro amado Soberano, y aniversario
de la heróica resolución de los españoles de morir por la defensa de su Rey,
patria, y religión; en este dia fue, en el que la marina Real y mercantil dio
principio á la celebridad convenida.
En todo el largo que ocupa el espacioso
balcon de las casas del rey, donde existe la comandancia militar del tercio, se
había dispuesto por la dirección del capitán de fragata é ingeniero en 2º D.
Joaquin Maria Peri, un frontis de órden compuesto con quatro pilastras
estriadas, dexando de los tres entrepaños el del centro de mayor amplitud para
el dosel donde se colocó el retrta de S. M. En el frixo de la cornisa se puso
el lema siguiente.
LA MARINA REAL Y MERCANTIL Á SU
AUGUSTO SOBERANO
EL SEÑOR DON FERNANDO VII
Y en la parte exterior del balcón se corrió
una balaustrada figurada de piedra con sus remates sobre los pedestales en
forma triangular, adornado lo demás de la casa con vistosas colgaduras y
diversas arañas de cristal para la iluminación de la noche.
Preparado todo de esta suerte, se reunieron
los individuos de marina á las cinco de la tarde en la comandancia militar, de
donde salió una diputación de ocho por el sr. comandante generl gobernador de
la plaza D. Rafael Truxillo, y por los señores generales D. Jose O-Donell y D.
Antonio Cruz que se dirigieron con gran uniforme á solemnizar el acto. Al toque
de las campanas de las seis, y en medio del repique general de todas las
iglesias inclusa la matrix, de la salva de artillería de los fuertes, buques
del rey y mercantes, de la música militar, y de los vivas y aclamaciones de un
indecible concurso, se descubrió el retrato de S. M. por el Sr. gobernador
comandante general, estando á su lado los demás generales, el comandante
militar del tercio D. Pedro de Mesa, y los oficiales, y empleados de marina.
Cien y cien veces se repitieron por el pueblo las demostraciones de amor y
fidelidad, y en todas ellas mezcladas las lagrimas de alegría con las voces de viva el Rey, se presentaba el quadro mas
tierno y elegante.
Dos centinelas de los batallones de la Real
armada se colocaron al lado del retrato del Rey, y servido un abundante
refresco que tenia preparado el comandante militar, continuo el concierto hasta
las nueve de la noche. habiéndose iluminado la perspectiva y fachada de la casa
con multitud de hachas de cera, y otras luces en las arañas de cristal que le
adoraban, y verificándolo igualmente los demás del cuerpo con colgaduras en sus
ventanas y balcones, con particularidad el colegio de San Telmo, donde se
dipuso una visual y costosa iluminación por ser su iglesia destinada para
tributarse al dia siguiente las debidas gracias al Todo-poderoso por la
cesación de nuestros males, y cuyo director y empleados contribuían á la
celebridad acordada.
En efecto asi se verificó en la siguiente
mañana, que pasando la diputación por el señor comandante general gobernador, y
estando convocados en el templo los demás generales, estado mayor y oficialidad
de los cuerpos, autoridades, cabildos eclesiástico y secular, órdenes
religiosas, gefes y empleados de las varias oficinas de la plaza, cónsules
extranjeros, y diferentes personas de distinción, se dió principio á la misa
solemne que celebró el teniente de vicario general de mar y tierra, D. Jose
Ortuzar, del órden de San Juan, y prebendado de la santa iglesia catedral, con
la capilla de la misma matriz, la orquesta militar que correspondía en la
puerta de la iglesia, y las descargas de la tropa del batallón de voluntarios
de la patria, que se repitieron por tres veces, al patentizar á S. M. ´al
consagración, y al Te Deum,
concurriendo al saludo los buques del Rey y mercantes, y el repique general de campanas.
Los retratos del Rey y de nuestro Santisimo Padre Pio VII se hallaban colocados
en el presbiterio baxo dosel con dos centinelas de voluntarios, y la iglesia se
adornó con la mayor profusión, ostentando delicadezas y buen gusto en sus
colgaduras, abundantes luces, ramilletes, y alhajas que servían al altar para
la magnificencia del Dios vivo, á quien se dirigían los votos, patentizándolos
elegantemente el : R. P. Fr. Juan Calatrava del órden de San Francisco en la
eloqüente oración, que produxo después del evangelio, y que, llena de la mas
santa unción, elevo los corazones de todos á tributar las debidas gracias á el
padre universal de los vivientes por la restitución de nuestro deseado Monarca,
y de la Cabeza de la iglesia, por el término y fin de nuestros males, y por la
destrucción del tirano de la Europa.
Concluida la misa y el Te Deum pasó todo el concurso á la sala de juntas del mismo Real
colegio, donde se sirvió un abundante refresco por los oficiales del cuerpo, y
se repitieron las voces de viva el Rey
mezcladas con los sentimientos mas puros de gratitud y cordialidad.
Á las
quatro se dió principio á un combate naval de moros y christianos que había
preparado el gremio de pescadores de la matricula, y que practicaron
vistosamente, adornados en sus trages, observando la mayor propiedad y pericia,
el que finalizado con el apresamiento de los siete buques berberisco, se
dirigió el gremio, precedido de la orquesta militar y con los prisioneros en
medio á la puerta de la comandancia para la ratificación del juramento que
tanto deseaba. En la sala principal se prestó solemnemente por todos los
oficiales y empleados sobre el libro de los evangelios á presencia de los
señores generales y otras personas, y enseguida saliendo todos al balcón donde
estaba colocado el retrato de S. M. se exigió de la matricula la insinuada
ratificacion del juramento de fidelidad al Rey según el año de 1808,por el
comandante militar del tercio asistido por su segundo, del auditor y escribano,
á lo que contestaron con vivas, aclamaciones y descargas de fusilería, á que correspondieron
los buques del puerto, y con el saludo de quince voces de viva el Rey á toque
de pito por el prohombre, las que repitió el innumerable concurso que se
hallaba presente y resonaron en toda la extensión de la alameda.
Finalizado el acto á que terminaba la
solemnidad prevenida, alternaron en agradables conciertos hasta las doce de la
noche las dos orquestas del teatro, y militar, y se dispararon vistosos fuegos
artificiales, que concluyeron con un magnífico castillo, combatiendo con otros
dos fuertes y dos barcos colocados en
sus frentes; lo que lleno los deseos de todos los concurrentes que á una voz
han manifestado su satisfacción, y la preferencia que merecían á cuantas
diversiones de igual clase se habían visto en otras ocasiones.
Por último desde aquella hora hasta la
mañana siguiente se dió fin á la celebridad con un brillante sarao en la
comandancia militar, donde voluntariamente concurrieron varias máscaras de
particulares y donde se repitió el refresco abundante y continuado del dia
anterior.
Tal ha sido en substancia lo ocurrido en la
ratificacion del juramento de la marina Real y mercantil de Málaga, y á cuyo
acto se reunió la gente la gente que jamas se ha visto en otras solemnidades.
Diversos vecinos de las ciudades, villas y lugares de la comarca se apresuraron
á presenciar las demostraciones de fidelidad de la Real armada, siendo en tanto
grado, que á mas de hallarse ocupadas con forasteros casi todas las casas de
esta plaza, solo de las posadas, se dio parte al señor gobernado del número de
cinco mil, y á pesar de tan grandioso concurso y de la asistencia de todo el
pueblo, no hubo motivo de desazon la mas leve, ciñéndose todos á observar una
tranquilidad exácta , á desplegar sus sentimientos de alegría, y prorrumpir en
las solas voces de viva el rey, viva la
religión, viva la marina.
IHPMalagueñas
Málaga - 2016
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