El día veinticuatro de agosto de 1662, entraron en el puerto de la ciudad de Málaga seis galeras de guerra francesas, con mucha gente de guarnición, soldados bastante bien vestidos y con gran variedad de galas, plumajes y listones.
Salieron del puerto malagueño a recibirlas ocho galeras de guerra españolas, que se hallaban surtas en este puerto y que formaban parte de las escuadras de Nápoles y de Sicilia.
Una vez juntas y haberse dado los saludos de rigor y de ordenanza, hubo entre ambas formaciones muchas salvas de artillería, tras las cuales arribaron todas juntas al muelle, volviendo a repetirse las salvas, esta vez en honor de los reyes de ambas naciones, largando con las salvas tantas flámulas y gallardetes que parecía ser primavera por el colorido.
A estas salvas, acompañaba la música producida por los clarines de cada galera. Imagínense: catorce galeras tocando clarines, y era tal la hermosura que a la gente que había acudido al muelle a presenciar el espectáculo se les hacía como música del Paraíso Terrenal.
Después de pasar los franceses dos días en nuestra ciudad disfrutando de la hospitalidad y alegría de los malagueños, las galeras francesas salieron del puerto y fueron a unirse a otros ocho navíos militares que el reino de Francia tenía en aguas del Mediterráneo occidental para combatir la piratería berberisca, en colaboración con los barcos de guerra españoles.
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
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