Historia Provincial Malagueña

Amigos visitantes, con estas páginas que siguen pretendo dar a conocer un poco de la riquísima y variada historia del paisaje y del paisanaje de la siempre sorprendente provincia de Málaga.

Espero que les aproveche y gracias por acercarse a estas líneas.

lunes, 31 de octubre de 2016

MARBELLA Y EL FIN DE SU MUELLE DE HIERRO: UN ARTÍCULO PERIODÍSTICO ©

   A casi ochenta y cuatro años del desmantelamiento y desaparición del tan popular y querido por los marbelleros Muelle de Hierro, he querido sacar a la luz un artículo aparecido en el periódico  La Unión Mercantil de fecha 20 de Marzo de 1934, donde un articulista hace una encendida defensa de la necesidad de mantenerlo para la ciudad de Marbella y para beneficio de la provincia y sus gentes.

   El Muelle de Hierro -que había construido la británica Sociedad Anónima Malcom- era eso, un muelle de hierro donde atracaban barcos de carga que recogieron desde 1870 hasta 1934 las miles de toneladas de mineral de hierro que habían sido extraídas de las cercanas minas de El Peñoncillo. Este puente era paseable desde la costa hasta su mitad más o menos, lugar en que se puso una verja que impedía el paso más allá. Era el muelle lugar de destino de los paseos de los marbelleros de entonces, constituyendo un motivo de solaz.

   La empresa que entonces explotaba la mina en 1934, la The Marbella Iron Ore viendo que ya no era rentable el negocio cerró sus oficinas y puso a la venta el muelle, lo cual hizo que el Ayuntamiento, oyendo el sentir popular, quisiera evitarlo, para lo cual propuso a la Dirección General de Puertos que lo comprase, obteniendo una negativa por parte de dicho organismo y como el municipio no tenía dinero para ello -la economía municipal estaba hecha unos zorros- el muelle acabó por venderse a unos chatarreros  valencianos que tardaron poco en desguazarlo y llevárselo, para desesperación y desconsuelo de los marbelleros, que veían cómo uno de sus símbolos más apreciados desaparecía.

   El articulista, Don José María Zuzuarregui y de Sotto, abogado, había sido Concejal de Marbella entre 1932 y 1933, residiendo en aquella ciudad, y donde su hermana Agustina y su cuñado, José de Laguno, habían fundado un hotel de excelente calidad y alto nivel, llamado Hotel Miramar.

   Haciéndose eco del sentir y del clamor popular ante tal afrenta a la ciudad y al pueblo, el articulista no dudó en tomar la pluma y escribir lo que sigue:

Foto del puente inserta en el artículo

   UN BUEN PUERTO QUE SE MALOGRA

     "A la vista de todos y en plena pasividad de los malagueños y sus autoridades, se va a desmontar el muelle marítimo más capaz de la provincia (descontando los del puerto de Málaga)

   Un muelle de cerca de medio kilómetro de largo (ocho metros de altura sobre el agua) y perfectamente apto para la carga de barcos de cuatro mil toneladas.

   Ni una protesta ni una gestión para impedirlo, ni una sola, tampoco, para lograr lo que es natural y obligado cuando la política provincial y local está verdaderamente inspirada en anhelos de mejoramiento material y social de la región.

   El magnífico muelle de la ensenada de Marbella va a destruirse, sin provecho de nadie, precisamente en la ocasión en que están a punto de concluirse las carreteras de Ronda y Coin que, desembocando en la general de la costa, confluirán en Marbella como vértice de su tráfico. Vea el lector el croquis que publicamos y podrá juzgar por la situación de los datos la enorme torpeza de la destrucción que se intenta.

   Tenemos fama los españoles de cargar a los Gobiernos la culpa de nuestros atrasos, pero a fe que ellos han hecho, en general, todo lo posible para justificar esa costumbre. Veamos el caso presente.

   Sobre el año 1871 se hizo concesión por parte del Estado español a la Sociedad Anónima Malcom para que instalara un muelle en Marbella. En efecto; se construyó un espléndido muelle de sólidas columnas de hierro, fuertemente apresado en otras empotradas en el firme marino, y convenientemente afianzadas de armadura metálica. Cerca de quinientos metros de muelle sobre el mar, con un calado en la punta de veinte y cinco pies de profundidad. En alarde de previsiones técnicas y para facilitar la carga de vapores de cuatro y cinco mil toneladas, se dio al muelle triple anchura en su extremidad; instalando las vías de ferrocarril con sus grúas correspondientes, mangas de carga y demás servicios complementarios.

   Solo el ser macizo le faltaba a este muelle para ser perfecto. Aun prescindiendo de la finalidad de cargar mineral de las minas del Peñoncillo para que se construyó, era de suma necesidad un muelle en la abierta ensenada de Marbella: como lo han demostrado después los hechos en las múltiples ocasiones en que veleros y vaporcitos, sorprendidos por el temporal que no les permitía llegar sin grave riesgo a Gibraltar o Málaga, buscaron el refugio en las aguas siempre más tranquilas que tamiza y amansa el muelle de Marbella. Por el pudieron muchos comunicar con tierra y aprovisionarse durante los temporales.
*      *      *
   Pues bien; ante la construcción de una obra tan beneficiosa y de la buena calidad descrita, ¿con qué cláusula podrá pensarse que se condicionó su instalación?

   ¿Con la de que los concesionarios fueran convirtiendo poco a poco, el muelle de hierro, en muelle macizo  (rellenándolo, en forma, con los mismos bloques de piedra residuo de la mina) para que al término de la explotación recibiese siquiera un puerto estable la región española que iba a dar la riqueza de sus entrañas al Extranjero?...No seamos ingenuos: eso lo hubiera pedido un padre. Y el Estado español dista bastante de ser el padre de los españoles.

   Pero acaso la condición impuesta a la Compañía Malcom o a su sucesora The Marbella Iron Ore, sería al menos la de entregar el muelle de hierro en perfecto estado de conservación al terminar el laboreo de las minas?...Tampoco fue esa, mis dilectos lectores. Cualquier tutor medianejo que concede la realización de mejoras en fincas de sus tutelados, exige a la postre para ellos la propiedad de aquellas mejoras en buena conservación...

   El Estado no llegó a la altura de un mediano tutor; no estaba para cavilaciones benéficos de esta región el día de la concesión del muelle de Marbella; padecía sin duda hipercloridria. Y por eso, del mismo modo que los romanos pidieron para sus enemigos la destrucción de su capital, Cartago; y que después de demolida se pasara por ella la reja del arado para que no quedase ni memoria; y que sembraran de sal sus campos para que fuesen siempre tierra maldita que no volviera a dar más cosecha; de esta misma manera, digo, exigió el Estado español para conceder la instalación de un magnífico muelle marítimo en la costa de Málaga, la seguridad previa, absoluta, contractual, de que el muelle se destruiría de un modo implacable pieza por pieza: y de que se arrancarían hasta los cimientos de sus columnas andando el tiempo.

   Es decir; que el Estado procedió en este caso como el peor enemigo de la provincia; eliminando hasta la posibilidad de que tuviera el único puerto de refugio, carga, y turismo que entonces se le ofrecía. El Estado español (que anulaba de este modo el porvenir marítimo de este trozo de costa) no llegó a pedir, justo es decirlo, que en lo futuro se sembraran de sal los sitios que ocupara el muelle de Marbella; aunque hay quien dice que se abstuvo de tal petición en que ya los salaría suficientemente el mar Mediterráneo. Tal vez si no fuera por esta confianza lo hubiera pedido el Estado, en evitación de que volviera a retoñar el muelle...¡Es mucho Estado el Estado español!

  *     *      *

   Pues bien; la atrocidad que preparó en aquel remoto día de hipercloridria estatal, se va a perpetrar ahora al liquidar su negocio la compañía minera (y aun puede que le ayuden en parte los temporales) con enorme perjuicio del porvenir de Marbella y notable demérito para la costa de Málaga.

   Porque el muelle de Marbella va a ser desmontado precisamente cuando su zona se convierte en confluencia de tráfico de regiones interiores de la provincia tan importantes como Ronda y Coín; cuando hay un problema mortal de paro obrero que tiene en la miseria a trescientas familias solo en Marbella (problema que no se resolverá ciertamente con que se emplee cuarenta hombres en los trabajos de desguace del muelle), cuando se ha palpado la necesidad de tener puerto de refugio en esta costa; cuando con una cantidad insignificante para la categoría del puerto que habría de quedar (cinco o seis millones, no más, de pesetas) podría utilizarse el actual muelle de hierro como base y armadura para la construcción del puerto definitivo, que necesita ya este punto de la costa.

   ¡Sr. Gobernador de Málaga; señores Alcaldes de Ronda, Coín y Marbella; comerciantes, obreros, agricultores! A todos interesa evitar el desguace del muelle de Marbella y lograr su rápida transformación en puerto permanente.

   ¡Medio kilómetro de muelle de piedra para vapores de cinco mil toneladas abierto al tráfico en comunicación directa con las ricas e interesantes regiones de Ronda y Coín!... Obra magnífica para la que habrán de sobrar facilidades técnico - económicas a base de la actual instalación. Solo falta un poco de buena voluntad por parte de todos para concretar la petición y apoyarla en Madrid. Ahora que la fuerza de los hechos obliga ineludiblemente a ejecutar un vasto plan de obras públicas, será de todo punto justo recabar para esta un turno preferente.

   No se trata de una cuestión local ni de partido; es asunto de alto interés provincial, avalorado por el aspecto benéfico que tiene de ser la única solución práctica de esta zona para curar esa dolorosísima llaga social que se llama el paro obrero.

                                                                   J. ZUZUARREGUI (Abogado)
                                                                                                       

                                                            Marbella y Marzo de 1934."

IHPMalagueñas
Málaga 2016

sábado, 29 de octubre de 2016

LA CALLE MARTÍNEZ, DE MÁLAGA. DE 1964 A HOY. (Acera Sur)) ®©

Acera Sur de Calle Martínez

 1- Electrodomésticos Vivas Hermanos.

Donde pone Philips estaba Vivas Hermanos
Martínez, 2. Edificio de dos plantas y que, salvo el local de la joyería Universal, era ocupado por completo por este comercio de electrodomésticos.

La entrada al comercio correspondía a Puerta del Mar, pero hacía esquina con calle Martínez, siendo la puerta en forma de cuña con una columna en medio. También tenía una puerta de entrada por la calle Martínez, justo al pasar la joyería, siendo esa entrada la antigua del portal del edificio. Como vecino por Puerta del Mar tenía a la Panificadora San Jacinto, de Dª. Pastora y en esa acera era donde paraban varias líneas de los autobuses urbanos.

   Tenía bastantes empleados, de los cuales aun podemos encontrar a uno, Juan, en la tienda de la calle de Armengual de la Mota.

   La tienda cerró cuando el edificio fue demolido y hoy, en su lugar, se encuentra la tienda de ropa BLANCO.

2- Joyería - Relojería Universal:

   Martínez, 2. Edificio de dos plantas. La primera noticia que tenemos de esta joyería es por un anuncio aparecido en el periódico SUR en marzo de 1962, en el que aparecía como relojería, aunque vendía joyería también. Eran concesionarios de la marca de relojes suiza Universal.

   En el año de 1964, el Sr. D. Javier de Laguno Zuzuarregui tomó el negocio en traspaso y para diciembre de ese año ya se anuncia en el periódico.  Poco después, desde el primero de abril de ese año de 1964, D. Javier se pone en régimen de sociedad privada con su cuñado, el Sr. D. Juan de Lorenzo - Cáceres Hernández, permaneciendo la actividad en sociedad hasta el veinte de febrero de 1971, año en que ésta se disuelve, se realiza un inventario de bienes y D. Javier le vende su parte a D. Juan, permaneciendo éste con la actividad hasta el cierre del negocio por demolición del edificio junto a las fincas cuatro y seis de la calle en 1987 o 1988. 

En su lugar se erigió el edificio que hoy se puede ver y donde se halla la tienda de ropa de la cadena BLANCO, donde trabaja como encargada Dª. María Teresa de Lorenzo - Cáceres de Laguno, hija de D. Juan.

Las dos plantas superiores del edificio las ocupaban Vivas Hermanos.

Sobre de la joyería anterior a 1971

3- Edificio

   Martínez, 4. En este edificio, de tres plantas, se encontraba un sastre, el Sr. Gálvez, sastrería que en el año de 1940 ya existía. Así mismo, también había una oficina de una compañía de seguros, de la que no sabemos el nombre. No tenía comercio alguno en sus bajos.

4- Edificio

   Martínez, 6. En los bajos de este edificio de dos plantas, estaba se hallaba parte de la ferretería El Compás, que tras la ruptura de la sociedad que unía a los dos dueños, se crearon dos locales, uno en este número seis, a cargo de D. Carlos Barbado y el otro en el edificio número ocho, a cargo de D. Luis Barbado, primos hermanos.

   Pocos años después, la ferretería de D. Carlos cerró y el edificio, junto con los de los número dos y cuatro fueron demolidos para hacer uno nuevo, que es el que hoy está.

   Hoy día, las fincas de los antiguos números dos, cuatro y seis están ocupadas por el Edificio Puertamar y los locales de la planta baja están ocupados, según se entra en la calle viniendo de Puerta del Mar, por Blanco, franquicia de moda de mujer, las oficinas de la Inmobiliaria Alei y una tienda de telefonía llamada People Telefonía, después ocupado ese local por Ultramarinos (delicatesen) Crespillo Innova, de los actuales propietarios de Juan de Dios Barba, que cerraron a los tres años, y tras ellos y la inmobiliaria se establecieron una tienda llamada Albalorios, de abalorios y cosas de manualidades y taller, y una tienda de ropa de mujer llamada Stella, los actuales comercios.

5- Ferretería El Compás:

Martínez, 8. En este edificio de tres plantas se hallaba esta ferretería malagueñísima, que la abrió al público el abuelo de D. Luis Barbado Gregori -su último propietario- llamado D. Luis Barabdo Madueño, un cordobés de Montoro que se trasladó a Málaga buscando otros horizontes, comenzando a trabajar como mozo en la ferretería Temboury, que se hallaba situada en la calle Liborio García, propiedad de una familia francesa. Eran unos tiempos en que los trabajadores vivían y dormían en el mismo local.

   Tras esta, pasó a trabajar como gerente en otra ferretería, lugar donde aprendió las artes del negocio ferretero y, animado por ello, se decidió en 1921 a abrir su propia ferretería, a la que le puso por nombre El Compás, en un local de la calle Martínez en el que estuvo donde permaneció hasta febrero del año 1937, que durante la Guerra Civil una bomba cayó sobre el edificio en que se hallaba, dejándolo en ruinas. En ese edificio también había un hostal llamado Fornos. Ese edificio se hallaba en el número veinticuatro de la calle, probablemente el que hoy es el veinte. Como curiosidad, decir que en el año de 1930 su teléfono era el 2690.
  
   En aquella época de guerra, la familia se habían trasladado a vivir a la Colonia de Santa Inés para huir de los bombardeos, y uno de los días, en febrero del 37, como ya se ha dicho, les avisaron de que una bomba había hecho blanco en el edificio. Cuando D. Luis fue a ver las consecuencias, pudo comprobar que no quedaba casi nada en su sitio, pues tras el bombazo vinieron los amigos de lo ajeno a llevarse cuanto pudieron, dejando el almacén vacío, debiendo empezar la familia, como quien dice, desde cero. 

   Tras la guerra, cogió un espacioso local que ocupaba los bajos de los números 6 y 8 de la misma calle Martínez y desde entonces ahí ha estado radicado, aunque en 1974 el negocio se dividió en dos, quedando la parte del edificio número 8 de la calle en manos de D. Luis Barbado Gregori, su actual propietario, y la parte correspondiente al edificio número 6 de la calle en manos de su primo D. Carlos, quien cerró en 1987 o 1988, cuando echaron abajo el edificio. A la parte de D. Carlos se entraba por el portal del edificio.

   Y así hasta el pasado día 31 de diciembre de 2014, día en el que el nieto del fundador, D. Luis Barbado Gregori, y su esposa, Dª Amparo, echaron definitivamente el cierre por jubilación, pues ninguno de sus hijos lo continuará al haber orientado sus vidas a otros menesteres.

   Punto final a 93 años de la historia de un comercio tradicional de Málaga.

   En este edificio se hallaba la Pensión Ramos, abierta al público probablemente antes de la Guerra Civil, aunque con otro nombre y que perduró hasta hace poco más de tres años. En su fachada aparecían placas de diferentes años anunciando que el hostal aparecía en unas guías de turismo llamada Guide du Routard, algo así como Guía del Mochilero.

   Hoy en día, en el edificio se halla una tienda de zapatos llamada GODY, en su sección de infantil, propiedad del dueño del edificio, el cual ha sido felizmente restaurado, recuperando sus pinturas murales originales, las cuales hacen pensar que este edificio y el contiguo son del S. XVIII.



6- Ultramarinos Juan de Dios Barba:

   Martínez 10. Edificio de tres plantas. Juan de Dios Barba es hoy en día una institución del comercio de la calle y de Málaga, pues no en balde lleva instalado en ese local desde 1932, por el Sr. D. Juan de Dios Barba, sucediéndole en la dirección del negocio su hijo, de igual nombre, D. Juan de Dios Barba Ladrón de Guevara.

   Este Juan de Dios padre, era el proveedor de aceite alimentario al Melillero, el barco que realizaba la travesía entre Málaga y Melilla, allá por los años 40 - 50.

   Permaneció este comercio abierto hasta el año de 1995, en que fue traspasado al Sr. D. Francisco Crespillo García, antiguo empleado de los ultramarinos Cosmópolis, en la calle del Marqués de Larios, ya desaparecido, quien enterado del cese de la actividad por parte de D. Juan de Dios, aprovechó la oportunidad y se hizo con el local, continuándolo al día de hoy aunque ya en manos de sus hijos.

   En este mismo edificio, ocupándolo entero se hallaba la Pensión Ramos, al parecer también propiedad del mismo que regentaba la vecina Pensión Rosa. Cerró sus puertas la pensión hará cosa de cinco años. Este edificio también ha sido restaurado, aunque no ha recuperado las pinturas murales que lo adornaban, salvo una pequeña muestra en el balcón superior.

Juan de Dios Barba, Pensión Rosa y vista parcial de la Pensión Ramos

7- Calle Comisario.

   Estrecha calle que une calle Martínez con la Alameda Principal y donde actualmente los bajos están ocupados casi en su totalidad por Casa Vicente, dedicado al pescado, marisco y pescaito. Esta Casa Vicente es propiedad de D. Vicente Barba Ladrón de Guevara. Al final de la calle, haciendo la esquina este con la Alameda Principal se hallaba una tienda de ultramarinos llamada Ramos.

8- Ortopedia Palma:

   Martínez, 12. Edificio de tres plantas con portal. La primera noticia que hemos encontrado de esta ortopedia es una foto de enero de 1944, que se halla en el Archivo Gráfico del Ayuntamiento de Málaga, aunque no aparece el nombre de Palma. La primera referencia como Palma la hemos encontrado de noviembre de 1952, cuando se anuncia que se vende una moto con los papeles en regla.

   En el año de 1971 todavía llevaba el negocio el Sr. D. Emilio Palma Arena, aunque posteriormente y como consecuencia de su fallecimiento en marzo de 1983, pasó a manos de su hija, Adela, quien lo regentó hasta que el edificio fue demolido sobre el año de 1988, junto con los correspondientes a los números catorce y diez y seis, levantándose hoy día uno de nueva planta erigido por la constructora Cubiertas y Mzov.

9- Bar Victoria:

   Martínez, 14. Edificio de tres plantas que en los años cuarenta, y puede que en los cincuenta también, tenía en sus bajos una marmolería, según foto del Archivo Gráfico del ayuntamiento.


   No obstante, la primera noticia que se ha encontrado de este bar es un calendario para el año de 1968, por lo que es probable que llevara ya algunos años abierto. La primera noticia en la prensa es de septiembre de 1972, donde se da cuenta que había sido sancionado por la Jefatura Provincial de Sanidad, y otra de abril de 1978, notificando que ha sido sancionado con dos mil pesetas por poner un televisor sin solicitar la debida autorización. Su dueño era el Sr. D. José Luis Palomo Rando.

   Este Sr. Palomo traspasó o vendió el bar a otra persona, quien le cambió el nombre por el de Bar Pirri, echando a la plantilla que había y contratando nuevo personal, aunque duró bien poco, pues al parecer por ciertos problemas terminó por retornárselo a antiguo dueño, acabando el Sr. Palomo por echar el cierre cuando demolieron el edificio sobre el año 1988.

   Algunos de los camareros que trabajaron allí fueron Juan, Fali -que ahora trabaja en bar cafetería Florido, en El Palo-, Veri, Guillermo, Agustín -que es hermano de Fali-. Los dos primeros trabajaron después en bares de El Palo y Guillermo entró en LIMASA. Veri, era un apodo, porque repetía mucho la palabra "verídico". A Agustín, que era hermano de Fali le gustaba el rock duro.

   En este número catorce de la calle hubo también una barbería o peluquería de caballeros, que cerró pocos años después de 1971. Probablemente era la peluquería de Diego García, que estaba antes en el número 18.

10- Papelería Faro:

Edifico de tres plantas. La primera referencia que hemos encontrado de esta papelería es de enero de 1951 y tenía dos empleadas, Loli, rubia, y Carmen, morena. Cerró por demolición del edificio.


11- Hostal Imperial.

   En el mismo edificio que la papelería. De hecho, ocupaba todo el edificio salvo la papelería.

   La primera referencia encontrada es de enero de 1944, en una foto del Archivo Gráfico del Ayuntamiento y aparece como fonda, siendo probable que estuviera de antes.

   En la prensa se ha encontrado por primera vez referencia en un anuncio de diciembre de 1959 y la última reseña que tenemos es de mayo de 1985, que al igual que el anterior es un anuncio laboral, pues era una pensión al que iban muchos viajantes de comercio.

   Los escalones que subían al primer piso eran de madera y crujían -por lo menos en los últimos tiempos- al subir y bajar por ellos, produciendo una sensación un poco desasosegante, como de película de miedo. Lo regentaba un matrimonio, llamándose ella Dª. Margarita.

   Actualmente, como ya hemos dicho, los números 12, 14 y 16 lo ocupa un edificio inaugurado en 1992 por la empresa constructora Cubiertas y Mzov, siendo el arquitecto D. Andrés Gutiérrez Istria y el aparejador D. Salvador García Rojo. Los locales comerciales están ocupados de la siguiente manera, empezando desde el oeste: Bar Casa Vicente -antes estuvo una lavandería llamada PRESTO-, Zapatería Umber, Bar Frankfurt (antes bar Don Carlos, antes Bar Colombia), portal y Viajes El Corte Inglés.

12- Edificio Nº 18.

   Este edificio, en el año de 1971 ya no existía. De hecho, aparentemente, la numeración de la calle pasaba del diez y seis al veinte y ello por lo siguiente.

   Por una foto del anteriormente referido Archivo Gráfico, se sabe que en los años cuarenta si estaba ese edificio, que era de tres plantas, en el que se ubicaba una fonda llamada La Paz y la peluquería de caballeros de Diego García. 

   Ocurre que Taillefer compra ese edificio y el gran solar que estaba a su lado, hacia la calle del Marqués de Larios, construyendo ahí el actual edificio, que fue entregado a la empresa en el año de 1955, llamándose desde entonces Edificio Taillefer y se le dio el número veinte, desapareciendo, de un plumazo, el número dieciocho.

   Es bastante probable que la peluquería sea la que encontramos en el número catorce, junto al bar Victoria.

13- La Casa de las Alfombras.

   Martínez, 20. Esta tienda fue abierta en el año de 1971, por D. Antonio León Moreno y al frente de ella estaba D. Laureano Fernández García, quien luego fue Agente Comercial Colegiado.

   La primera referencia que tenemos de ella es de diciembre de 1971 y se trata de un anuncio. Cerró sus puertas en la primera mitad de 1974 o muy poco después.
  
   Fue una tienda que durante los años de 1972 y 1973 tuvo bastante éxito, llegando a formarse largas colas cuando ponían ofertas, colas que incluso llegaban a la altura de la farmacia Caffarena, creándose roces entre los clientes, lo que motivó que el dueño pidiese la presencia de agentes de la autoridad para velar por el orden público.



    Tras cerrar, su lugar lo ocupó una tienda que vendía exclusivamente café, llamada Café Colombia y la empleada se llamaba Toñi, permaneciendo así hasta que tomaron el traspaso un matrimonio, Juan Antonio y Encarnita, y le pusieron por nombre Café Cali

Este matrimonio fueron los dueños de Pañerías Rosaleda, que estaba en la calle del Marqués de Larios. Al principio continuó como empleada Toñi, pero al tiempo pasó a llevarlo la hija de los dueños, Auxiliadora, que permaneció hasta que se fue y se quedó al frente del negocio D. Juan Antonio.

   Hará cosa de cuatro años, cesaron en la actividad y el local lo traspasaron a su actual explotador, quien montó una heladería llamada ChocoLate, que continúa.

14- Llorca:

   Martínez, 20. Esta tienda de material fotográfico, y que posteriormente añadió relojes de pulsera y pilas, la montó en el año de 1971 el señor D. Manuel Vázquez Llorca, quien también tenía otra tienda en la calle Cisneros, en el portal de un edificio.

   Tuvo dos empleadas. Primero estuvo su cuñada y cuando esta se casó su puesto lo ocupó una muchacha pelirroja y con pecas.

   En los años noventa cesó en el negocio y alquiló el local a unas señoras, hermanas, de Madrid, quienes montaron una tienda de ropa de mujer y tras esta, se puso una tienda llamada Pacific, de temas marinos: conchas, corales y temas similares, que lo llevaba un matrimonio. Con el tiempo el matrimonio se separó y la tienda se la quedó el, cambiándole el nombre a Nana Gil, que es lo que al día de hoy sigue, siendo Loli y Virginia las dependientas que lo atienden.

15- Técnica Relojera Javier de Laguno (hoy Joyería Javier de Laguno):

   Martínez, 20. El señor D. Javier de Laguno Zuzuarregui alquiló el local comercial nº 2 de los locales, de 31 metros cuadrados el primero de julio de 1971 a la Inmobiliaria Taillefer, actuando como apoderado de esta el Sr. D. Pascual Taillefer Gil. El importe de ocupación del local fue de ochocientas mil pesetas, mas una fianza de dos meses de treinta mil pesetas y el pago mensual de quince mil pesetas.

Aspecto de la joyería pocos años después de ser abierta

   El negocio era fundamentalmente de relojería, pues el señor Laguno era relojero, aunque introdujo la joyería como manera de ampliar la oferta y así atraer a más público, pero su especialidad era la relojería y de ahí su nombre: Técnica Relojera.
   Era el agente oficial de la firma japonesa de relojes SEIKO para Málaga, aunque dada la excelente formación técnica, las posesión de las herramientas más modernas y los conocimientos más novedosos del sector que el Sr. Laguno tenía, le capacitaba para arreglar cualquier reloj por sofisticado y complicado que este fuera, alcanzando gran renombre en Málaga y fuera de ella, tanto que incluso la renombrada y excelente joyería malagueña Aurelio Marcos, concesionaria de la firma ROLEX, le mandaba relojes para que se los arreglase, dado que contaba con herramientas para ese tipo de relojes.

   Tanta era su profesionalidad en la reparación y su capacidad para la venta de los relojes, que la firma SEIKO, por indicación del Agente Comercial de la firma, D. José Muñoz, lo eligió para formar parte de un grupo de profesionales de España para visitar las fábricas que esta empresa tenía en Japón, a la vez que les regalaban con un viaje turístico-cultural por el Japón de casi veinte días. Justo premio a la profesionalidad y a la pasión por los relojes.

   Ser socio del Club de Leones de Torremolinos, le brindó la oportunidad de conocer gente de otros países y de viajar con más frecuencia al extranjero, teniendo así la oportunidad de ampliar sus conocimientos y adquirir nuevas herramientas y maquinaria con la que dar un mejor servicio a su numeroso público.

   Tras un desgraciado accidente que le costó la vida, se hizo cargo del negocio su hijo César, quien con el transcurso de los años cambió el negocio de relojería en joyería, siendo al día de hoy, cuarenta y cuatro años después, la única joyería de Málaga que no tiene relojes, aunque, eso sí, manteniendo y acrecentando el prestigio que el Sr. Laguno supo dar a su Técnica Relojera.

16- Pelucas Paco´s:

   Martínez, 20. Este negocio también se montó en 1971 tras poner la Inmobiliaria Taillefer en alquiler los locales de la calle Martínez. Era una sucursal de la misma firma que ya funcionaba en el edificio de La Equitativa y a cuyo frente la empresa puso al Sr. D. Antonio Rosado.

   Se dedicaba a la venta de pelucas para señora y los complemento propios de este tipo de artículo, y estuvo funcionando hasta mediados de los ochenta, que cerró sus puertas, pasando a ocupar el local la óptica Domínguez.

17- Óptica José Luis Domínguez:

   Martínez, 20 y 22. En el local que ocupó el antiguo Café Bar Negresco, abrió en 1966 el Sr. D. José Luis Domínguez Lledó una óptica con lo más avanzado del momento, tanto en modelaje como en material técnico y métodos de diagnóstico, convirtiéndose en una de las mejores ópticas de la provincia de Málaga en ese momento.

   El Sr. Domínguez había trabajado en Ulloa Ópticos y uno de sus aciertos fue conseguir que trabajaran con él una plantilla de profesionales serios y de confianza que le dieron a la óptica gran prestigio y fama en la ciudad. 

Profesionales como Manuel Pérez, José María de las Heras -ya jubilados-, José Blanco, y Luis de la Concepción como los más antiguos, prácticamente desde que se abrió la óptica, a los que le siguen en antigüedad Francisco Álvarez, también jubilado, María José Rico, María Alba, Ana María Ramírez, Claudio Zanasi, Gema Pérez y Susana Lozano, la más reciente del actual equipo -y otros más que ha habido a lo largo de los años-  han conseguido con su buen hacer y sus grandes conocimientos una empresa sólida y con gran proyección de futuro.

    En el año de 1971, aprovechando que la Inmobiliaria Taillefer ponía en alquiler los locales de la calle Martínez, tomó el que quedaba pared con pared con su negocio, ampliándolo y dotándolo de una oferta más amplia, volviéndolo a ampliar en los años ochenta cuando el local que había entre él y la Joyería Javier de Laguno 
-Pelucas Paco´s- quedó vacío, quedando definitivamente la óptica con el aspecto que a día de hoy ofrece.   


Aspecto tras la primera ampliación
   NOTA: El edificio Taillefer, actual número veinte de la calle, es de estilo Racionalista Postguerra, construido entre 1950 y 1955, su autor es RAMON ANIBAL ALVAREZ GARCIA-BAEZA y está protegido.
18- Todo para la Mujer:

   Martínez, 22. A este edificio se entra por Alameda, 4. Es un edificio de finales de siglo diecinueve, su estilo es Decimonónico Burgués Malagueño y está protegido. Antes de instalarse esta lencería, el local estaba ocupado por un bar, casi con toda seguridad el Negresco, antiguo local malagueño.

   Era una tienda de lencería y trajes de baño para señoras, quizás la mejor en su momento en Málaga, abierta en el año de 1967 por la señora Srª. Dª. Elizabeth Dennis y su marido, el Sr. D. Guillermo Bech Villalba. Ella es inglesa.

   La primera noticia que de este comercio hemos logrado encontrar, es del ocho de mayo de 1968, tratándose de un anuncio publicado en el periódico SUR solicitando chicas de entre quince y diecisiete años que supiesen hablar inglés para trabajar en la tienda.

   En el año de 1971 es probable que las personas que estaban allí trabajando eran Maite y Alicia, quienes estuvieron durante muchos años. De esta última no sabemos nada, pero de Maite tenemos la noticia que actualmente trabaja en una zapatería de calle Larios llamada Farrutx, del grupo CEISA, propiedad del matrimonio antes citado.

   En el año de 1982, la tienda sufrió una remodelación importante y para celebrar su reapertura se ofreció en el casino de Torrequebrada un desfile de modelos con lo último en bañadores y lencería, todo ello de marcas de reconocido prestigio. Dicho desfile tuvo lugar el siete de abril de ese año.

   Sobre estas fechas o quizás un poco posterior, entró a trabajar otra chica, llamada Mari Carmen, quien actualmente también sigue trabajando en la misma empresa, CEISA, pero en su enseña llamada PINSAPO.

   Quizás a fines de los años noventa se le cambió el nombre al de TODO MUJER, permaneciendo abierta hasta el año de 2012, que cerró sus puertas, tras más de cuarenta y cinco años abierta al público femenino malagueño.

  En su lugar se estableció una empresa llamada Yellow Corner, dedicada a la venta de fotografías en todos los tamaños, enmarcadas o no, de diversos fotógrafos, de renombre o anónimos, pero duró poco tiempo y cerró, estableciéndose en su lugar una heladería llamada ChocoLate, que permanece al día de hoy.


Aspecto tras su reforma
19- Portal

La calle termina en el edificio número veinticuatro de la calle y es de oficinas, mirando a tres calles: Martínez, Alameda Principal y Plaza de la Marina estando la puerta de entrada en la calle Martínez. En el se ubica la compañía de seguros Helvetia y el dentista D. Rafael Poblaciones Montes. 

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Málaga - 2016

   El edificio se levantó en 1889, es de estilo decimonónico burgués malagueño, su autor fue Eduardo Strachan-Viana-Cardenas y está protegido. Sobre los primeros años ochenta fue adquirido por la compañía de seguros La Previsión Española, que luego fue absorbida totalmente por Helvetia en el año 2000.
  
   Como curiosidad, decir que en los años finales del siglo diecinueve, en sus bajos, se ubicó un café - bar llamado Diván de Juan Rico, que era también restaurante. Posteriormente, en 1909, se instaló la farmacia y laboratorio de Caffarena.

NOTA: 

Para las épocas, estilos y protecciones de los edificios, ver: Catálogo de Edificios Protegidos, Gerencia Municipal de Urbanismo, Obras e Infraestructuras, Ayuntamiento de Málaga. En la web:  

http://urbanismo.malaga.eu/portal/menu/seccion_0006/secciones/subSeccion_0001 


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