Historia Provincial Malagueña

Amigos visitantes, con estas páginas que siguen pretendo dar a conocer un poco de la riquísima y variada historia del paisaje y del paisanaje de la siempre sorprendente provincia de Málaga.

Espero que les aproveche y gracias por acercarse a estas líneas.

sábado, 11 de junio de 2022

TRES HORAS Y MEDIA EN VÉLEZ-MÁLAGA

      Hoy, cinco de junio de 2022, hemos ido Mari y yo a la ciudad de Vélez Málaga, pues Mari tenía muchas ganas de ir a conocer a Priscila, la hija de su sobrina Ana y de Fulgencio, su marido, que hacía ya tres meses que nació y aun no había tenido la oportunidad de ir a verla y este domingo se presentaba como el día ideal para ello: Mari comenzó unos días de vacaciones ayer al medio día, amaneció una mañana muy soleada y luminosa y los biorritmos animaban al paseo.

   Yo, como de costumbre, me levanté a las seis y media, desayuné y saqué a pasear a Bobi, estando con ella en la calle cosa de una hora y cuarto o poco más, al cabo de lo cual subimos a casa, encontrando a Mari ya levantada y desayunada, preparándose para partir: escogiendo ropa, ducharse, acicalarse, etc., y al cabo de lo cual, sobre las nueve, bajábamos al garaje, nos montábamos y pusimos rumbo a la gasolinera que hay al final de la Carretera de Cádiz, por donde hay una gasolinera de CEPSA, donde eché veinte litros de gasoil, tras lo cual, a las 09:33 horas pusimos rumbo a Vélez, estando la carretera muy despejada de tráfico, lo que nos permitió llegar, sin ninguna prisa, a las diez.

   Aparcamos pronto, pues no me compliqué mucho la vida, dejándolo en la avenida de Vivar Téllez y empezando a andar hacia la casa de Ana y Fulgencio, pero antes paramos en un bar a tomar un café, a lo que Mari le añadió medio viena con jamón cocido y aceite de oliva. El bar se llama La Oficina y estaba atendido solo por chicas. La verdad es que el café estaba buenísimo. En el local se encontraban algunos vecinos tomando su desayuno tranquilamente, algunos leyendo la prensa.

   Al salir, busqué la calle de Ana, que es Cruz Verde, en el Google Maps y que nos ayudó a llegar hasta allí. 

Fuente de la plaza-rotonda de San Roque

   Al poco de salir del bar La Oficina, llegamos a una plaza llamada de San Roque, una rotonda, en cuyo centro hay una fuente y en la acera, haciendo esquina con una calle, estaba situada una estatua de una persona leyendo, junto a la cual se  fotografió Mari, haciéndolo yo también, pero a la vuelta.

   Tras la foto, continuamos por la calle Cristo, que nos llevó a la plaza de las Carmelitas, pero en vez de entrar en ella giramos a la derecha, subiendo por la calle Romero Pozo al cabo de la cual, a la izquierda tenemos la plaza del Carmen, donde se ubica el teatro del mismo nombre.

   Buscando información sobre él, he averiguado que es la iglesia del antiguo convento de la Orden de Carmelitas Descalzos y que fue restaurada a principios de los años noventa del pasado siglo y convertida en teatro. Del edificio es de destacar la puerta, de la obra primitiva, de estilo manierista, junto a la cual hay una escultura, una estatua que representa a una menina, como las del cuadro de Velázquez, realizada en 2007 por el escultor Antonio Hidalgo.

   Como teníamos un poco de prisa por llegar a casa de Ana, no nos detuvimos a mirar la plaza, ni siquiera nos acercamos a la puerta y la estatua, continuando nuestro camino torciendo por la calle de San Elías, continuando por  calle Federico Vahey, calle Juan Fernández Palma y a través de la callecita de la Piedad salimos a calle Las Tiendas y en el edificio que hace esquina entre estas dos últimas calles pudimos ver una capilla, en cuya planta superior se sitúa un camarín con una imagen de la Virgen de la Piedad.

   El edificio, según reza en una placa, es la Casa-Hermandad de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno "el Rico" y María Santísima de la Piedad. Se trata de una capilla callejera levantada en el siglo XVII y reformada en el XVIII. Su situación en la confluencia de esas dos calles no es casual, pues lo que pretende es que se vea claramente y no deje indiferente al fiel. Hay que recordar, que esta zona es la parte antigua de la ciudad, la ciudad medieval y renacentista. Junto a ella, hay un poste informativo que da, de forma sucinta, noticia de su arquitectura y demás evolución histórica.

Camarín de la Virgen de la Piedad

Casa-Hermandad de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno "el Rico" y María Santísima de la Piedad.

   Seguimos bajando la calle hasta llegar a la Plaza de las Indias, de forma triangular, habiendo situada en el centro una fuente de piedra blanca, de taza hexagonal sobre un zócalo también blanco y hexagonal, rodeado por jardín y delimitado por una reja de forja negra igualmente hexagonal.

Pasada la plaza enfilamos la calle Cruz Verde, donde estaba la casa de Fulgencio y Ana, en cuyo portal me despedí de Mari hasta doce y media, dándome media vuelta y  andando en dirección a la calle Las Tiendas, aunque antes me paré a ver una azulejo que había en la fachada de una casa de la calle Cruz Verde, dedicado a Nuestro Padre Jesús Coronado de Espinas.

   El texto que lo acompaña reza lo siguiente

En esta casa recibió culto interno

Ntro. Padre Jesús Coronado de Espinas

desde 1996 hasta 2004 Se bendice

este retablo en agradecimiento a

Dª. María Teresa Moreno Salcedo

por su inestimable colaboración.

7 julio 2021

   Bueno, continúo mi camino rebasando la Plaza de las Indias y subo por la calle de Las Tiendas, no deteniéndome más que unos momentos para volver a ver la fuente, pues siento especial predilección por ellas, y para coger un par de carteles sobre festejos religiosos dedicados a la Virgen, aunque ahora no recuerdo exactamente lo que anunciaban ambos, solo recuerdo ahora que eran de la Virgen. Al final pongo fotos de ellos.

   Llego a la altura del camarín de la Virgen de la Piedad y una vez rebasado este, aparece a mi izquierda un trozo de la muralla medieval, la cual, aparte del lienzo de muralla, presenta una torre o un cubo, no sé exactamente qué es. Adosado al lienzo hay colocado una cerámica cuyo motivo es recordar a los antiguos habitantes musulmanes de Vélez Málaga que en la Batalla de la Axarquía -que tuvo lugar el veintiuno de marzo de 1483- fueron vencidos por las tropas castellanas. El texto, que por lo visto fue una arenga dada por no sé quién, reza lo siguiente:

Ajárquicos, recordad a los hijos de vuestros hijos que en esta batalla venció la virtud de nuestra estirpe sobre la ambición de nuestros enemigos.

21 de Marzo de 1983

V Centenario de la Batalla de la Ajarquía

Una vez visto el lienzo de muralla y la cerámica, continúo andando y al poco, a la derecha, aparece una magnífica fuente de cuatro caños, aunque lamentablemente de ninguno de ellos manaba agua, lo cual le restaba belleza, pues una fuente, para ser plenamente una fuente y que resalte en todo su esplendor... debe surtir agua, lo que le proporciona mayor plasticidad, belleza y sonido, proporcionado este por el rumor del agua al caer en la pila.

   Se trata de la fuente llamada de Felipe II y Fernando VI. Está formada por un pilar y un frontispicio, cuyo cuerpo lo componen cuatro tableros divididos por pilastras.

   Según informa el cartel que está junto a ella, originalmente, esta fuente se encontraba en la vecina Plaza de San Juan -hoy Plaza de la Constitución- y debido a que en dicha plaza a mediados del siglo XVIII se construyó el Pósito, se desplazó la fuente a su actual ubicación en 1758, aprovechando la ocasión para añadirle en el cuerpo superior -en el que ya estaban las armas de Felipe II  y de la ciudad- un arco sobre el que pusieron las armas de Fernando VI, monarca reinante cuando se trasladó, y bajo el arco una lápida, lápida cuyo texto ha generado confusión a la hora de datar la fecha original de la fuente, creyéndose durante algún tiempo que fue durante el reinado de este monarca cuando se labró y se le dio uso público a la fuente.

   No obstante, una observación de la misma nos permite datarla correctamente, puesto que los leones rampantes, las bocas de los caños y el escudo de Felipe II -que aparece contrapuesto al de la ciudad de Vélez Málaga-, nos informan claramente que nos encontramos ante una fuente de tipo renacentista labrada a mediados del siglo XVI. El texto de la lápida es el siguiente:

REINANDO LA CATOLICA MGD.

DEL S. D. FERNANDO EL SEXTO

SIENDO CORREGIDOR DE ESTA CIUDAD

D. TOMAS ?? DE PARRAGA, Y COMºS

D. FRANCISCO LASO DE LA BEGA Y

D. FRANCISCO DE ESCOBAR Y TR

ASIERRA SE TRASLADO A ESTE SITº

ESTA FUENTE. AÑO DE 1758

   Una vez contemplada la fuente, continué mi camino por la calle de Las Tiendas, saliendo a la vecina Plaza de la Constitución, la cual, como dije antes, se llamaba antes de San Juan.

   Es una plaza amplia y diáfana, de forma triangular, teniendo a mi derecha el edificio del antiguo Pósito, actualmente ocupado por dependencias municipales. Se trata de un edificio alargado, cuya fachada es una sucesión de arcos separados por columnas, habiendo una ventana sobre cada uno de ellos, separadas igualmente por columnas. En la parte de la fachada que queda junto a la calle de Las Tiendas, existe una pintura mural.

   Siguiendo la descripción que de él se hace en la página www.turismo.velezmalaga.es, sabemos que fue construido  

    "...a mediados del siglo XVIII. La edificación tiene un desarrollo de planta rectangular con dos niveles. El primero se expresa a modo de "Lonja" con ritmo sucesivo de columnas, coronadas con arcos de medio punto, donde descargan las bóvedas que conforman el forjado. La planta alta continuaba con una estructura de arcos y grandes columnas y se utilizaba como granero, fundamentalmente de trigo. La fachada, de inspiración barroca, es dividida en tramos con semicolumnas adosadas, con balcón central flanqueado por dos medallones.

   Pasado el tiempo, y desaparecida la función original, en el año 1899 fue vendido a una sociedad para convertirse en locales comerciales y viviendas"

   Ni que decir tiene que fue reformado y adaptado a las necesidades o gustos del momento, desapareciendo el balcón central, convertido en una ventana más, aunque manteniéndose los dos medallones.

   Frente al Pósito, en el lado Este de la plaza, se encuentra un lienzo de la muralla medieval que rodeaba a la llamada Villa, lienzo que lo forman dos torres, una almenada y más estrecha y otra que da protección a la llamada Puerta de la Villa, la cual es una de las que daban acceso a la ciudad medieval, la cual es estrecha, con un arco de medio punto, tanto en el exterior como en el interior.

   Antes de entrar, en la parte alta, se halla una cerámica, que representa una vista de la ciudad desde el camino y que es una reproducción de un mapa del último tercio del siglo XVI realizado por Georgius Hoefnagel, natural de la ciudad flamenca de Amberes, quien realizó diversos grabados de ciudades y lugares de Europa, hallándose el de Velez Málaga en el segundo tomo de la obra Civitates Orbis Terrarum.

   Esto lo sé porque conocía el grabado y a su autor.


   En el lienzo de muralla , en cuyo lado izquierdo se halla la llamada Puerta de la Villa, se pueden observar un par de elementos que destacan en la uniformidad del lienzo.

   Por un lado observamos la presencia de  una lápida, que se halla adosada a la torre almenada y que dice lo siguiente:

REYNANDO CARLOS

SEGUNDO Y SIENDO CORREXI

DOR DE ESTA CIVDAD EL SR DON

FRANCISCO DE CAMPOS Y BALDIVIA

Y CABALLEROS REXIDORES Y

COMISSARIOS Dº ALSO BRAVO

DE MANSILLA Y Dº SIMON MAN

SO MALDONADO SE REDIFICO

Y ACABO ESTA OBRA AÑO DE

1677 

   El otro elemento a destacar del lienzo es una columna que a la torre más grande se halla adosada y que presenta el inicio de lo que fue un arco, indicando que probablemente fuera ese tramo un lugar porticado bajo cuyo techo se realizarían vaya usted a saber qué labores: mercado, administrativas, ..., pero en realidad solo es una suposición, pues no tengo ni idea.

   He estado mirando textos y lo que he averiguado es que adosadas a la muralla lo que habían eran casas, a las que se sumó posteriormente el ayuntamiento y que cuando se despejó la zona apareció la muralla, poniéndose en valor, aunque la restauración que se hizo en el conjunto de la plaza a finales del siglo XX, parece ser que quedó todo un poco desvirtuado, aunque, no obstante, ofrece un aspecto más que atractivo.


   El tercer lado de la plaza, el que mira al sur, está formado por tres casas, perfecta y armónicamente integradas con el conjunto monumental y la iglesia de San Juan Bautista, separados de esta por una calle llamada Escalerilla de San Juan, que es a donde da la puerta y fachada principal de esta iglesia, la cual es del siglo XVI tiene planta basilical, con una nave central y una a cada lado separadas de aquella por un par de columnatas, aunque parece ser que ha sufrido importantes reformas que han modificado algo su estructura y aspecto primitivo, aunque, no obstante, sigue siendo un templo de proporciones formidables y más que interesante, con mucha luminosidad.

   El altar mayor destaca porque toda su extensión está ocupada por un mural. Las naves laterales tienen numerosos altares, destacando la presencia de una importante colección de imágenes de Cristo, la Virgen y otros santos.

   Pasé a la sacristía, donde se hallaban un par de monjes que me hicieron... ningún caso, pues estaban enfrascados con sus teléfonos, de modo que me dediqué a verla. Hay varios armarios, donde se guardan diversos cálices y otros elemento de culto, habiéndolos desde el siglo XVI al XX. Así mismo, había en uno de los armarios una colección de vestiduras talares, como túnicas, capas, ... También se veían algunos libros, tanto misales como de música y otros.

   Tanto el techo como las paredes están decoradas con vistosas yeserías, con motivos florales, todo pintado de blanco, lo cual junto a la luz que penetraba por las ventanas, dejaba la estancia muy luminosa, con mucha claridad.

   En la sacristía había, además, un cuadro de la beata Madre Petra de San José, fundadora de la congregación Madres de Desamparados y San José de la Montaña, en uno de cuyos colegios estudió Pablo durante trece años.

   Presenta el templo, además, otras dos puertas, una a cada lado del templo, dando una a la calle Sevilla y la otra a la calle San Juan, por la cual bajé, pasando por una placita llamada Nuestra Señora de las Angustias Coronada, donde se sitúa una pequeña fuente, dedicada a dicha Virgen, la cual fue bendecida el nueve de marzo de 2019 con motivo de su coronación canónica, concediéndosele, además, la Medalla de Oro de la Ciudad de Vélez Málaga, hallándose presentes en el acto el alcalde del momento, Antonio Moreno Ferrer, el párroco de San Juan Bautista, Federico Cortés Jiménez y el hermano mayor Jesús Damián Gutiérrez Fernández.

   La fuente es coqueta, de taza octogonal rodeada por un jardincito y una verja de forja negra con pomos y escudos de la ciudad dorados. De la taza emerge un vástago de ocho lados, cuatro estrechos y cuatro anchos, donde se sitúan los surtidores de agua. Corona el vástago una imagen de la Virgen.

   La plaza, es sencilla y recoleta, sin ornamentación, aunque la estropea que hay coches aparcados.


   Una vez vista la plazoletilla, subí de nuevo a donde la iglesia, pasando por delante de la puerta principal y bajando como hacia calle Sevilla, aunque mi intención era tirar por la calle que seguía recto, la calle San Francisco, cosa que hice, pero antes me paré a mirar un conjunto escultórico que representa a un nazareno de los de la Semana Santa acompañado por un niño, estando el conjunto encima de un pedestal alto y cuadrado de piedra.

   Tras admirarlo, seguí recto, entrando por la calle de San Francisco, una calle estrecha de casas de vecinos y tiendas, que desemboca primeramente en una plaza triangular, donde destacan dos cosas: la primera es una fuente y la segunda es la llamada Casa de Cervantes.

   La Casa de Cervantes es llamada así porque según parece en ella se hospedó el ilustre escritor alcalaíno durante el tiempo que permaneció en la ciudad como recaudador del Estado para la Gran Armada que poco después partiría hacía las Islas Británicas.

   De ella, por lo poco que vi, destaca su puerta y el patio interior, el cual es porticado, tanto en la planta baja como en la planta primera y en cuyo centro hay una pequeña fuente, de tres tazas en disminución ascendente. Un buen número de macetas adornan y dan frescor y verdor al lugar, animándome a permanecer sentado durante un ratito en uno de los bancos que hay adosados a la pared. La pena es que la fuente no manaba agua.

   Buscando en internet información sobre la casa, la encuentro en la siguiente dirección:

    https://www.velezmalaga.es/index.php?mod=directorio&id=103

   Se trata de una antigua casa solariega del siglo XVI, en la cual han tenido lugar algunos hechos dignos de mencionar. El primero, como ya he comentado, es que en ella se alojó Miguel de Cervantes Saavedra el año de 1594. El segundo, es que en esta casa vino a nacer el que dicen que era hijo de Felipe IV, fray Alonso de Santo Tomás, quien reninció a la vida palaciega y que andando el tiempo fue obispo de la Diócesis de Málaga. 

   En cuanto al edificio en sí, ofrece al paseante una bella "...fachada con grandes balcones y cierros de forja y portada adintelada en sillares con elementos de tradición gótica."

   Tras traspasar la puerta principal, "... apreciamos un zaguán que nos comunica con un bello patio cuadrado con galería de triple arcos de medio punto y columnas de ladrillo."

   Además de esta puerta principal, cuenta con otra que era para la entrada/salida de carruajes y que aún se conserva, aunque esa no la vi, entre otras cosas porque no tenía idea de su existencia.

   El otro elemento de la calle, que el emplazamiento más bien parece plazoleta al confluir ahí la calle Cilla, es la fuente y para describirla, como carezco de conocimientos arquitectónicos y de estilos, recurro nuevamente a internet, donde en la página

   https://turismo.velezmalaga.es/index.php?mod=visitar&tag=monumentos&pos=3&id=21

   se dice lo siguiente:

   Ubicada originalmente en la Plaza de San Francisco, fue construida en el siglo XVI. Tiene su estanque circular, con recuadros resaltados y en su centro un astil bulboso se continúa por encima del plato, ambos acanalados y con cuatro mascarones, que dan salida a los caños.

   Como la calle presenta un desnivel pues por un lado hay un escalón para acceder a la fuente y por el otro aparecen cuatro, resultando bastante curioso y con su gracia.

   Tras visitar la Casa de Cervantes y admirar la fuente, continúo por la calle de San Francisco, la cual va a parar a una perpendicular, llamada plaza de San Francisco, donde se halla el convento y la iglesia de San Francisco, del siglo XVI, pero que no me paré a visitar. Junto a este conjunto se halla un mercado municipal, el de San Francisco.

   Bueno, pues al salir de la calle de San Francisco a la plaza del mismo nombre, giré a la izquierda subiendo la calle, llegando a la plaza de Antonio Garrido Moraga, antes llamada del Palacio, nombre debido a que en ella está emplazado el Palacio del marqués de Beniel, un edificio sobrio pero imponente, donde destacan la puerta de entrada y el balcón que sobre ella se halla, donde ondean airosas al viento las banderas de España, de Andalucía y de la Unión Europea y un par de escudos de armas, uno a cada lado del balcón.

   A la entrada del palacio, sentado en un poyete que hay junto a los dos escalones que dan acceso a este, encontramos una estatua del ilustre escritor complutense, gloria de las letras universales Miguel de Cervantes y Saavedra.

   Atendiendo a las explicaciones que da un poste informativo, sabemos que:

   "Este edificio civil de estilo mudéjar-renacentista fue construido entre 1610 y 1617 por D. Alonso Molina de Medrano, que fue consejero de Felipe II y de Felipe III. Falleció en 1616, siendo trasladados sus restos a la capilla mayor del Real convento de Santiago.

    No tuvo descendencia, por lo que el palacio fue heredado por su sobrino don Gil Francisco de Molina y Junterón, primer marqués de Beniel, pero nunca fue habitado por los marqueses.

   El edificio estuvo cedido como residencia a los Capitanes Generales de la Costa del Reino de Granada.

   En 1861 el edificio lo adquirió el Ayuntamiento de Vélez-Málaga y conoció diferentes usos, como el de Alhóndiga, Instituto Libre de Segunda Enseñanza, Juzgados de Primera Instancia, hasta que en 1899 se convierte en sede consistorial.

   En la actualidad se encuentran las oficinas de la Delegación de Cultura y la Fundación María Zambrano, ilustre pensadora del siglo XX que atesora los destacados premios Príncipe de Asturias y Cervantes.

   Es el edificio civil más importante de la ciudad por su grandiosidad y belleza. Presente una sobresaliente fachada de ladrillos con portada de mármol franqueada por los escudos de la familia Molina Medrano. Se adentra al mismo a través de un zaguán que da paso a un patio central con columnas de mármol que soportan arcos de medio punto de ladrillo. Se sube a la estancia superior por medio de una escalera tipo imperial que queda cubierta por un bellísimo artesonado renacentista, compuesto por piezas hexagonales decoradas con policromía, quedando en su centro el escudo de Alonso Molina.

   Debido a que el palacio permanecía cerrado al público por ser domingo, no puede entrar a ver el patio, pero bueno, oportunidades de volver a Vélez-Málaga no me van a faltar, de modo que podré verlo en una próxima ocasión.

   Volví sobre mis pasos y empecé a bajar la Plaza de San Francisco,  pasando a la calle del Poeta Joaquín Lobato, la cual desemboca en la calle Lope de Vega.

   Justo donde acaba la calle del Poeta Joaquín Lobato se ubican una fuente y una escultura, de metal, como la mayoría de las que he visto en esta ciudad. Esta estatua forma parte de una llamada Ruta de las Estatuas: Joaquín Lobato en las calles de Vélez-Málaga. No sé cuantas cuántas estatuas formarán esa Ruta y si sé de su existencia es por una cartelito que hay adosado en la parte de atrás de la misma.

 

   Por lo que a la fuente se refiere, debe ser reciente y se trata de una taza circular de la que emerge un vástago, en el cual hay dos veneras circulares, abombadas y  acanaladas, habiendo en cada una de ellas cuatro caños de agua, pero con la cosa de que por ninguno de ellos manaba agua alguna, lo cual, francamente, decepciona un poco, porque el sonido del agua siempre confiere un encanto al lugar en el que se hallan situadas. La corona un bulbo.

   Completan el conjunto un pequeño jardín que la rodea y circundándolo todo un verja de forja negra con escudos de la ciudad en dorado adosados en la parte central de algunos de sus lados, así como pomos, también dorados, esquema que se repite en la mayoría de las fuentes que he visto en la ciudad hasta ahora.

   Tras terminar de ver estos dos elementos, me quedé un momento parado en la acera pensando si tirar por la calle Luis de Rute, que es la que la continúa, o si tirar por la calle Virgen de la Paz. Y en estas estaba cuando se me acerca un paisano, un hombre ya mayor, delgado, con bigote y poco pelo ya cano, de buen aspecto, creo que con gafas, de unos setenta años, que pensando que era un turista me preguntó que si estaba de museos.

   Hablando con él, me entero que lleva jubilado ya algunos años, que trabajaba en una fábrica de ladrillo, no me enteré bien si como dueño o como encargado, y que me manifestó su quejaba por el estado de abandono en que se encontraba la parte antigua de la ciudad, con tantas casas cerradas y algunas con aspecto ruinoso. Que era una pena, pues es una parte muy bonita de la ciudad, echándole la culpa de la situación al Ayuntamiento, al alcalde en particular.

   Yo le dije que no, que no era exactamente un turista, pues soy de Málaga y que estaba allí dándome una vuelta. Que ya conocía la ciudad, pues he sido viajante y que durante más de veinte años estuve viniendo aquí a trabajar, de modo que sí, que la conocía. Lo que pasa es que de vez en cuando me gusta venir, aunque en esta ocasión había venido a traer a mi mujer para que fuera a conocer a la hija de una sobrina, que estaba recién nacida.

   Opté por seguir por la calle Virgen de la Paz, desembocando en la calle Paseo Nuevo, girando a la derecha para salir a la calle Campillo, pero antes de entrar, me paré a mirar, y fotografiar, una pequeña fuente que estaba adosada a la pared, como a modo de citarilla, y de la que tampoco manaba agua. Es más, ni siquiera pulsando el botón que tiene para que salga el agua, esta sale. O sea, que el que tenga sed, que se busque un bar.

   Después de esto, continué por la calle Campillo, seguí por calle Sevilla, torcía a la derecha y tras pasar por delante de la iglesia de San Juan Bautista pasé a la plaza de la Constitución, donde tomé alguna foto más. Bajé por la calle de Las Tiendas, pasé por la Plaza de las Indias y entré en la calle de la Cruz Verde, donde me paré a mandarle un mensaje a Mari para que bajara, que la esperaba un poco más arriba. Eran las doce y media.

   Bueno, una vez bajada Mari empezamos a bajar hacia la avenida de Vivar Téllez, para ir al coche, aunque esta vez lo hicimos por un camino diferente, de manera que en vez de salir de la calle Cruz Verde y seguir recto hacia la calle Las tiendas, giramos a la derecha y bajamos por la calle Reñideros, una calle bastante larga que termina en la plaza de los Reyes Católicos, donde hay una fuente , de la que tomé, como no podía ser de otra manera, una fotografía. Fuente que, por cierto, tampoco estaba en funcionamiento.

   Tras esto, giramos a la izquierda, subiendo la calle de Canalejas, hasta dar en la plaza de las Carmelitas, llamada así por el convento de las mismas que en ella se ubica y del cual solo sé que fue fundado en 1702 por la Orden del Carmelo. También es conocido como Convento de Jesús, María y José.

   Antes de entrar en la Plaza de las Carmelitas, paramos en una panadería-confitería llamada Ortiz, que ya conocíamos de una vez anterior que estuvimos, donde compramos dos barras de pan y dos tortas de harina de trigo, aceite de oliva, matalahúga, azúcar, ... que está muy buena y según la que lo vende está hecha de un modo artesanal, no industrial. Bueno, si ella lo dice.

   Continuamos nuestro camino tranquilamente, despacio, por la calle Cristo hasta desembocar nuevamente en la Plaza de San Roque, parando un momento en un bar, pues Mari quería entrar a orinar.

   Mientras la esperaba, me paré a leer una lápida que estaba en la pared del bar, la cual rezaba lo siguiente:

Esta barriada -antigua Lonja

de Capuchinos- honra la memoria

de Manuel José Benito Anguita y Téllez

quien con el nombre religioso de

Fray Rafael de Vélez

(1777-1850) fue obispo de Ceuta

obispo preconizado de Burgos

y arzobispo de Santiago.

El pueblo al que tanto amó, solemniza con

este recuerdo el II centenario del

nacimiento de su preclaro hijo.

Vélez-Málaga, 16 de Octubre de 1977

   Cuando salió del bar, le dije que esperase un momento, que quería ver que era algo que se había enfrente, alto y de colores, y que pensé que podía ser una fuente, de modo que crucé la calle Cristo llegando al sitio, que era una plazoleta ajardinada, formada por las calles Capuchino y Hacilla, pero que también, al parecer, es Plaza de San Roque.  La verdad es que ahora tengo la duda si lo que en un primer momento la que llamé Plaza de San Roque, la de la fuente, se llama realmente así o es una simple rotonda y San Roque es en la que está el actual objeto de mi interés.

   Bueno, sea como fuere, en el centro del jardín se alza una especie de obelisco de cuatro lados, estando cada cara realizada con azulejos pintados con motivos relativos a Vélez-Málaga. Así, una está dedicada a María Zambrano, otra al arte mudéjar, otra  a Pablo Ruiz Picasso y la otra a artistas que nacieron o murieron en la Axarquía.

   Completan la plaza una fuente pequeña, para beber, realizada en metal con adornos de hojas y florituras y apliques en metal dorado y coronada por una piña, también dorada.

   Un busto sobre pedestal de mármol verde dedicado a Antonio Segovia Lobillo, Hijo Predilecto de la ciudad, completa el mobiliario de la plaza.

   Una vez regresado con Mari, empezamos a caminar hacia el coche, pero Mari dijo que porqué no nos tomábamos una cerveza, que el momento era ideal y el lugar animaba a ello. De modo, que sin pensarlo dos veces, entramos y pedimos un par de cañas, las cuales nos las sirvieron bien frías y acompañadas de un platito de aceitunas.

   La verdad es que nos alegramos de entrar, porque nos pareció un sitio acogedor y agradable, donde pensamos que se debía comer bien, de modo que nos emplazamos a volver a esta ciudad y comer aquí. Curiosamente, al igual que el bar donde tomamos café por la mañana, este bar también era atendido solo por mujeres jóvenes.

   Pues una vez tomada las cervezas, nos fuimos ya para el coche y pusimos tranquilamente rumbo a Málaga, Mari contenta por haber visto a su sobrina-nieta y yo por haber echado un interesante rato deambulando por las calles de la capital de la Axarquía malagueña.

   Serían las trece treinta horas cuando salimos de Vélez, llegando a Málaga a las catorce horas.

IHPMalagueñas

Málaga - 2022