En el año de 1968, España ya se hallaba en pleno desarrollo industrial y las remesas de dinero que los emigrantes de los pueblos malagueños desplazados a otras regiones más favorecidas mandaban a sus respectivos pueblos, se habían convertido en una fuente de ingresos importante.
Otro fenómeno que en esos años estaba adquiriendo un importante papel en la economía española -y en la introducción de las nuevas ideas provinientes del resto de Europa- era el TURISMO, el cual ya estaba dejando sentir sus efectos en la costa malagueña, siendo Torremolinos, Marbella y Fuengirola la avanzada de este fenómeno, el cual, andando el tiempo, se convertiría en la primera industria de nuestra provincia.
Los pueblos del interior, demasiado lastrados aun por el subdesarrollo, no quisieron quedarse al margen de esta nueva corriente y junto con los planes de mejoras urbanos y sociales se incluían, al menos en la idea, otros planes para convertirlos en focos de atracción de visitantes y Almogía no se quiso quedar atrás.
Imagen de la plaza de José Antonio -hoy de la Constitución- en 1967
Con estas nuevas ideas, el equipo municipal que regía los destinos de Almogía entre 1967 y 1968 se puso manos a la obra. La Corporación Municipal en ese momento estaba compuesta por los siguientes señores:
Alcalde Presidente: D. Manuel Garrido Benítez,
labrador, es excombatiente y Oficial provisional de Infantería, perteneciente a
la Vieja Guardia y Guardia de Franco y diputado provincial por el partido de
Álora. Fue Alcalde desde 1963 hasta 1975.
Concejales: Juan Jiménez Luque, Juan Antúnez Conejo, Manuel Luque
Ligero, Cristóbal Moreno Reina, José Gálvez Tobías, Antonio Mayorga de la Cruz,
Miguel Luque aranda, Antonio Moreno reina y Rafael Antúnez Conejo.
Durante los años de mandato de este Alcalde se habían realizado algunas mejoras en la villa morisca, de entre lo cual destacaremos lo siguiente:
- pavimentación de la Plaza de
José Antonio y embellecimiento de la misma,
- pavimentaciones de las calles
Generalísimo Franco, Plaza de la Iglesia, calle Carril, Oveja, Viento, Sevilla
y Rincón,
- alrededores del castillo y arco en calle Sevilla,
- ensanche de las calles
Hortezuela y Cristo,
- nuevas fuentes públicas en
Plaza de la Ermita y callesCastillo, Viento y Málaga,
- pavimentación y mejora en la
calle Padre Miguel Sánchez y accesos al grupo escolar de ese nombre,
- mirador en calle Peñuelas y
muro de contención,
- mejora del alumbrado público
con luz de mercurio corregido en Plaza de la Iglesia, de José Antonio y calles
del Generalísimo y Cristo,
- lavadero público municipal y
mejora del servicio de limpieza.
Estos logros parece que estimularon al Alcalde y resto de los Concejales, espoleados sin duda por las demandas de los moriscos -así se les llama a los naturales de Almogía-, y en vista de lo realizado se diseñó para el año de 1968 un nuevo plan de obras que mejorarían sustancialmente la vida de los habitantes de Almogía. Dicho plan contemplaba las siguientes actuaciones:
- un Matadero Municipal,
- camino de entrada a la villa,
- pavimentaciones de diversas
calles,
- diez escuelas y once
viviendas para maestros,
- nuevo cuartel de la Guardia
Civil,
- obras de alcantarillado y
distribución de agua a domicilio,
- captación de aguas y
- mejoras en el alumbrado
público de diversas calles.
Que duda cabe que estos proyectos, una vez finalizados, contribuyeron en mucho a mejorar la calidad de vida de los moriscos y a ofrecer una imagen más atractiva y amable de la villa y aquí precisamente, en la imagen más atractiva y amable, quería el Consistorio incidir, pues habiendo visto que el turismo se aparecía como una nueve fuente de riqueza y la posibilidad de situar a Almogía en el mundo, quisieron subirse a ese tren.
Había que aprovechar la visión de Almogía como pueblo típico árabe-andaluz, sus costumbres ancestrales, su gastronomía, su enclave geográfico y la amabilidad y disponibilidad de sus habitantes, por lo cual se diseñó un plan de actuaciones para dotar al pueblo de esa imagen.
A esto añadir su situación en la ruta Málaga-Torcal-Antequera, calles y rincones llenos de cal y de flores, la iglesia con su artesonado mudéjar,...
Estas actuaciones de embellecimiento y atractivo incluirían:
- la pvimentación total de todas
las calles de Almogía, a las que se las decoraría con centros de empedrados artísticos,
- el aprovechamiento de
rincones típicos, con el añadido de fuentes y jardines,
-mejora integral del alumbrado público.
No obstante esto, había pendiente aun algunas actuaciones de importancia que llevar a cabo, como la terminación de la carretera a Casabermeja, una carretera nueva que llevara a Álora Estación, y la reparación de los caminos rurales.
Bueno, la realidad es que hoy, 49 años después, Almogía ofrece un aspecto envidiable, atractivo, hermoso, lleno de color y de alegría: hay que ir a Almogía y vivirla
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
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