Acción del 28 de abril de 1853
El Gobernador, suponemos que civil, de la provincia de Málaga, anunciaba el tres de mayo de 1853 que el anterior día veintiocho de abril fue capturado en la villa de Gaucín el tristemente famoso bandido José Corrales Marisca, conocido como el Vizco de Benaoján, quien fue compañero de crímenes y fechorías del delincuente conocido como El Chato, ya difunto.
La captura se debió a las acertadas disposiciones que adoptó el Sargento de la Guardia Civil Comandante de puesto de la villa de Gaucín, ayudado en sus actuaciones por el tercer Teniente de Alcalde de esa villa.
Acción de octubre de 1856
El veintiséis de octubre de este año, la prensa daba la noticia de una acción realizada por miembros del Benemérito Cuerpo.
Ocurrió que al regresar a Gaucín un Sargento junto a un Guardia de prestar un servicio, se encontraron tirada en el camino, junto a una fuente, a una niña recién nacida, la cual se podía decir que había nacido con buena estrella, pues de no haber acertado a pasar por allí estos miembros del Instituto Armado hubiera muerto de frío, recordemos que estamos a fin de octubre y estamos en plena sierra, de hambre o devorada por algún animal de los muchos que por aquellas sierras hay: zorros, lobos,...
Tras ser recogida, el Sargento se la llevó a su casa, donde de inmediato su señora se hizo cargo de la neófita, abrigándola y dándole de mamar, pues había sido madre recientemente, haciéndose cargo de su cuidado y alimentación durante algún tiempo.
Tras ese tiempo y siguiendo el decoro que es propio al Cuerpo, la niña fue bautizada, siendo su padrino, como no podía ser de otra manera, el citado Sargento. Al bautizo asistieron los Guardias Civiles del puesto de Gaucín y los Alcaldes de esa villa. Tras esto, la niña fue entregada al Alcalde primero, quien dispuso lo necesario para su entrega a un establecimiento de beneficencia.
El día treinta de enero del año de 1860, acertaron a pasar por el lugar conocido como Ramblazo de la Garganta los Guardias Civiles del puesto de la Villa de Gaucín, el Sargento primero Felipe Belmonte Hernández, Comandante del puesto de esa localidad serrana, y el Guardia Dionisio García Maestro.
Bueno, pues al pasar por el citado punto resulta que vieron un cinto que contenía dinero, la bonita cifra de ¡4.800 reales vellón! Conociendo tras posteriores y discretas pesquisas pesquisas que dicho dinero pertenecía a Pedro Llinás, le buscaron y le entregaron dicha bonita suma de dinero.
No dando crédito a su suerte y dando gracias a Dios por el trabajo de los Guardias, quiso gratificarles a cada uno con una onza, lo cual, educadamente, ambos se negaron a recibir: era su trabajo.
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario