Al llegar a este puente nos felicitamos, pues íbamos a poder transitar por su interior o por el pretil, dábanos igual, pero cual no sería nuestra sorpresa, ¡oh, nuestro gozo en un pozo!, cuando al cruzarlo y pretender seguir caminando por el canal, al final del puente nos encontramos con que unos hierros, una verja, una valla de hierro puntiaguda, llámenla como quieran, nos impedía continuar nuestra ruta.
Contrariados, Luna, nuestra perrita guía, nos dimos la vuelta para volver, no sin antes haber visto la posibilidad de poder pasar al otro lado, lo cual vimos factible.
Pero eso ya será otro día. De momento ahí van las fotos
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
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