Historia Provincial Malagueña

Amigos visitantes, con estas páginas que siguen pretendo dar a conocer un poco de la riquísima y variada historia del paisaje y del paisanaje de la siempre sorprendente provincia de Málaga.

Espero que les aproveche y gracias por acercarse a estas líneas.

lunes, 17 de julio de 2017

FERRETERÍA EL COMPÁS. UN SIGLO DE LA HISTORIA DE MÁLAGA. 1921 - 2014.

   En el actual edificio de tres plantas del número ocho de la calle de Martínez, que hoy ocupa la zapatería infantil GODY, se halló hasta el treinta y uno de diciembre de 2014 la malagueñísima ferretería El Compas, comercio que abrió sus puertas al público el año de 1921 el industrial D. Luis Barbado Madueño, un cordobés de Montoro que se trasladó a Málaga buscando otros horizontes, comenzando su carrera profesional y de éxito  trabajando duro en la ferretería de Temboury, que se hallaba situada en la calle Liborio García, esquina a Marqués de Larios, 6.


Publicidad en la prensa

   Eran unos tiempos en los que muchos trabajadores vivían y dormían en el mismo local en que trabajaban y donde en demasiadas ocasiones se trabajaba incluso los domingos por la tarde.

   Su valía y profesionalidad alcanzaron altos niveles y su nombre gran reputación, tan es así, que su fama de hombre trabajador, honrado y profesional llegó a oídos de José Guerrero, dueño de la ferretería del mismo nombre situada en el número 12 de la calle del Marqués de Larios, esquina a la calle de Martínez, ocupando una buena parte de la fachada de esta última calle, quien no dudó en ofrecerle ser el encargado principal de su ferretería, su mano derecha, siendo ahí el lugar donde, definitivamente, terminó de aprender las artes y entresijos del negocio y al cabo de un tiempo, animado por sus conocimientos en la materia, por su espíritu emprendedor y por los deseos de crear su propia empresa, se decidió a instalarse por su cuenta y, así, tras patearse el centro de Málaga y las calles más comerciales y transitadas, dio con el local idóneo: el edificio número veinticuatro de la calle de Martínez -entonces llamada de Castelar- y tras las oportunas gestiones, el treinta y uno de agosto de 1921 formalizó el contrato de arrendamiento del citado inmueble de la calle de Martínez, arrendamiento llevado a cabo con el propietario del edificio, D. José Gálvez Ginachero, por el importe de 3.720 pesetas anuales.  El inmueble constaba de dos plantas y un bajo.   
    

Año de 1930

   Este local había sido ocupado en 1920 por la Sociedad Hispano-Americana Irureta y Cía., pero que por desavenencias con el Sr. Gálvez Ginachero lo abandonó.

  Una vez en sus manos el edificio, acondicionó las dos plantas superiores como vivienda para la familia, trasladándose de donde hasta entonces vivieron, en la calle de Sánchez Pastor  y el local lo acondicionó a propósito para la actividad de ferretería al por menor, al que le puso por nombre El Compás, con espacio suficiente para tener mostrador al público y almacén. Como curiosidad, decir que, por sorprendente que parezca, la cocina estaba en el segundo piso.

   Tenía a su izquierda, en el número veintidós, por vecino al sastre D. Juan de la Cruz Moreno Rada y, a su derecha, en el número veintiséis, al laboratorio de Caffarena.


Publicidad de la ferretería en una Guía de Málaga

   Aquí estuvo prestando un esmerado servicio de calidad y atención al público, tanto al de Málaga capital como al que de la provincia venía a proveerse de diversos productos, entre ellos, lógicamente, los de ferretería, pues su ferretería llegó a ser bastante popular, pues aparte de la calidad y la buena atención al cliente, se promocionaba y gastaba bastante dinero en hacerse publicidad, tanto en guías de Málaga -lo que hizo durante varios años-, como en la prensa diaria.

   Pero ¡ay!, los españoles se vuelven locos y el dieciocho de julio de 1936 inician una lucha fratricida que afecta a toda la sociedad, no quedando, lógicamente, Málaga al margen de este conflicto. En el transcurso de un bombardeo llevado a cabo por la aviación del bando nacional el dos de enero de 1937, una bomba cayó sobre el edificio en que se hallaba, dejando destruido el edificio, quedando solo en pie, pero en ruinas, alguna parte de la planta baja, o sea, de la ferretería. También quedó destruido el edificio de atrás, que ocupaba el hotel Fornos, de D. Miguel Palomino, que ocupaba el número seis de la Alameda da Alfonso XIII, hoy Alameda Principal.

   No les pasó nada a la familia, pues resulta que al no demasiado tiempo de empezar la guerra y debido a los problemas de salud de D. Luis, el médico le había recomendado que se trasladase a un lugar de mejores aires, un lugar más acorde a su estado de salud, recomendándole para ello el campo, de modo que la familia se trasladó a vivir a la Colonia de Santa Inés, donde tenían una casa, llamada Quinta María y estando allí fue cuando calló la bomba que destruyó el edificio.

Noticia del bombardeo en la prensa

   No tardó D. Luis en tener conocimiento del suceso y a pesar de sus dolencias fue a ver las consecuencias y una vez ante lo que fue su casa y negocio pudo comprobar que no quedaba casi nada en su sitio, pues tras el bombazo vinieron los amigos de lo ajeno a llevarse cuanto pudieron, dejando el almacén vacío, debiendo empezar la familia, como quien dice, desde cero. 

   De inmediato, empezó las gestiones para buscar un local donde establecerse de nuevo, pues no estaba dispuesto a dejarse vencer después de tantos años de desvelos y trabajos, pero no quiso la suerte que viera de nuevo en marcha su negocio, pues debido a sus problemas de salud, y suponemos que el mal trance pasado por la ruina sobrevenida, falleció de una arterioesclerosis a las seis horas del treinta y uno de enero de ese mismo año de 1937, veintinueve días después de la maldita bomba.

   Fallecía, pues, a los sesenta y siete años de edad, siendo enterrado en el cementerio de San Miguel. Era hijo de Luis y de María. Otorgó testamento ante el notario D. Juan Marín Sells.

   A mediados de octubre de 1938, sus hijos, D. Miguel, D. José y D. Emilio  Barbado Páramo, habidos de su matrimonio con la señora Dª. Carmen Páramo Carvajal, tomaron en arrendamiento un espacioso local que ocupaba los bajos de los números 6 y 8 de la misma calle Martínez y desde entonces hasta su cierre definitivo ahí ha estado radicado, aunque se le estuvieron cobrando las rentas del número 24 hasta 1941, suponemos que hasta enero o febrero. El Ayuntamiento, por su parte, dio orden de que se demolieran las paredes ruinosas y calcinadas de lo que quedaba del edificio


Año de 1940

   Durante el transcurso de ese tiempo, D. José vendió a sus hermanos de forma indivisa  y la mitad a cada uno su parte de la ferretería, el primero de febrero de 1941, y en 1974, debido a una diferencia de criterio entre los titulares en ese momento, el negocio se dividió en dos, quedando la parte del edificio correspondiente al número 8 de la calle en manos de D. Luis Barbado Gregori, hijo de D. Miguel y su último propietario, y la parte correspondiente al edificio número 6 de la calle en manos de su primo D. Carlos Barbado, hijo de D. Luis, quien cerró en 1987 o 1988, fecha en que echaron abajo el edificio, junto a los número dos y cuatro, siendo ocupado el solar resultante por el edificio que hoy existe como número dos.


La ferretería en los años 50

   Y así hasta el pasado día 31 de diciembre de 2014, día en el que el nieto del fundador, D. Luis Barbado Gregori, y su esposa, Dª Amparo, echaron definitivamente el cierre por jubilación, pues ninguno de sus hijos lo continuará al haber orientado sus vidas hacia otros menesteres.

   Punto final a 93 años de historia de un comercio tradicional de Málaga.


La ferretería poco antes de cerrar.

   Algunas curiosidades al respecto de D. Luis Barbado Madueño o de la ferretería son:

   - en el año de 1930 su teléfono era el 2690,

   - el primer artículo que se vendió en la ferretería fue un cuchillo jamonero, y el primero que decidió dejar de vender fue las máquinas de afeitar burros y ello a raíz de cierto suceso ocurrido con un individuo,

   - la familia de D. Luis era originaria de un pueblo cercano a Burgos. En 1868, al estallar la guerra que tuvo como consecuencia que la reina Isabell II abandonara el trono y marchara al exilio, en una de las levas que se hicieron para engrosar al ejército realista, se personaron individuos del Ejército para reclutar al padre de D. Luis, también de nombre Luis,

   Se daba la circunstancia de que era el mayor de los hermanos y ante esto le hizo a su padre el razonamiento de que al ser él el mayor y, por tanto, heredero de la hacienda y bienes de la familia, debería pagar la redención para librarse de ser reclutado.

   Pero no contaba con que su padre tenía otros planes. Una hermana de Luis iba a profesar como monja e ingresar en un convento y su padre había determinado que pagar la dote correspondiente era más importante que pagar la redención de Luis. Por tanto, Luis marchó al frente.

   Quisieron las circunstancias que se hallara en la Batalla del Puente de Alcolea, en la provincia de Córdoba, donde recibió una herida de cierta importancia, siendo evacuado del campo de batalla y trasladado a la cercana localidad de Montoro, donde se recuperó y donde conoció a la que sería su mujer.

   Luis hizo de Montoro su nuevo hogar, poniéndose a trabajar y donde tuvo sus hijos, entre ellos a D. Luis Barbado Madueño, el personaje de este trabajo, 

   - uno de los colores de la fachada durante muchos años fue el verde manzana.


A modo de árbol genealógico:


IHPMalagueñas
Málaga - 2017

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