El
día diez de marzo de 1820, Fernando VII jura la Constitución liberal.
La
ciudad de Antequera fue una alegría los días 25, 26 y 27 de marzo de 1820, pues
esos días se estuvo festejando tanto por el pueblo como por las autoridades la
jura de la Constitución por parte del rey, festejos realizados en común armonía
con el resto de los pueblos y ciudades de España toda, pues por medio de la
cual podría esta gran nación ver consolidado en el trono al "venerado y amado" monarca,
así como se vería asegurada la propiedad nacional. El pueblo, pues, estaba
henchido de gozo por tan magno acontecimiento.
Durante
esos días de ofrecieron al regocijo popular corridas de novillos, se iluminaron
vistosamente las calles, bandas de música recorrían cada rincón de la ciudad,
los antequeranos cantaban hermosas canciones patrióticas a España, a la
Constitución y al rey , el profundo sentimiento religioso, tan arraigado en el
pueblo junto al amor al rey, tenía reflejo en las solemnes funciones religiosas
que se realizaron por tan magno motivo, pidiendo al Altísimo que su bendición alumbrara
esta nueva época que amanecía sobre la nación española, se lanzaban constantes
vivas a las Cortes y a Fernando VII como muestra de respeto y veneración y de
adhesión incondicional a la Constitución, participando de estos festejos no
solo los antequeranos, sino mucha gente forastera que vino a ser testigo en esta
ciudad de tan señalado acontecimiento. Querían ser actores del momento
histórico.
Las
autoridades levantaron un magnífico triunfo de siete varas de alto, compuesto
de varios jaspes con cinco gradas y unas bellísimas verjas de hierro. En el
centro del triunfo, se fijó una lápida dando cuenta del acontecimiento.
El
Alcalde de la ciudad, el conde de la Camorra, daba muestras alegres de su amor
al rey, a la Constitución y a las Cortes
e incluso el Obispo, Francisco Cañedo y Virgil, que aportó una cantidad de
dinero para subvenir a los gastos de esta solemnidad, salió a recibir en la
plaza al Ayuntamiento constitucional y bendecirlo, hallándose presente durante
toda la fiesta.
Ese
espíritu alegre, festivo y de libertad propició, entre otras cosas, que el
siguiente día dieciocho fuese muy comentado el sermón que predicó en la iglesia
de los Remedios de esa ciudad, el magistral de la Colegiata, Pedro Muñoz
Arroyo, sobre el tema ¿Qué es la verdad
con relación a los Gobiernos? Atacó a la Inquisición y no silenció sus
ideas liberales.
Pero
¡ay!, cuán lejos estaban de saber los ciudadanos de Antequera y del resto de
España de lo poco que les iba a durar esa alegría, esa libertad, y cuán poco
iban a tardar en ver a España sumida en la tiranía y el despotismo del rey
absoluto, de aquel "venerado y amado" monarca nefasto, inepto, felón,
traidor y perjuro llamado Fernando VII.
Pronto,
la oscuridad se cernería sobre España, oscuridad que el pueblo llamó Década
Ominosa.
NOTA:
Las láminas de la Colegiata y del Palacio de Nájera son de: www.todocoleccion.net (RADU63025, Tarragona)
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
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