#SalvemoselAcueductodeSanTelmo
Nació Andrés Arias Maldonado y Velasco en la localidad de Marbella, provincia de Málaga, y debió ingresar en el Ejército, con armas y caballo propios en el año de 162o, hallándose en cuantas ocasiones se presentaron en esa época, destacando el ataque de turcos a la localidad de Estepona, siendo de los primeros en llegar al socorro y junto a sus compañeros los desalojaron. Además de esto, se le ofrecieron muchas ocasiones para demostrar su valor y capacidad.
El año de 1630, pasa a desempeñar el empleo de Auditor de la gente de la gente de guerra, tanto de a pie como de a caballo, y como integrante de las guardas del mar del partido de Marbella, con plaza de jinete en esa Compañía.
En septiembre de 1638, le encontramos destinado en Cataluña como Contador de la gente, a donde había ido por orden del marqués de Aguilafuente, pasando luego al socorro de Fuenterrabía, hallándose en la vanguardia con treinta de a caballo a su mando y al ver que una fuerza francesa cargaba sobre nuestra Infantería, acudió a su socorro con tanto empuje que la desbarató y puso en fuga, siendo de los primeros de a caballo que entraron en las fortificaciones del enemigo y así hasta que nuestras armas alcanzaron la victoria. En estas acciones fue herido en la cabeza y el vientre.
Se halló en el socorro a Maya y Bosque de Biriato, así como en el sitio de Salsas y en la apertura del Paso del Col de Balaguer, tomas de Cambrils y Villaseca, así como de Tarragona, en cuyo día fue guiando el Tercio del la Guardia del rey, recorriendo con el los puestos de la costa.
Cuando la toma de Martorell, fue de los primeros de los que entró en las fortificaciones, acometiendo con gran vigor y dureza al enemigo, hasta que recibió orden de regresar, tras lo cual pasó a ocupar con su Compañía y otra caballería mas los puestos de Martorell, para asegurar el paso del ejército, ejecutándolo con efectividad durante toda la noche.
Tras haber asegurado el paso del Ejército y una vez pasado este, el marqués de los Vélez le ordenó volver, pues los enemigos habían vuelto a ocuparlo. Tras recibir la orden, tomó seis tropetas y seis tambores, a los cuales distribuyó por el terreno haciéndolos sonar, como si una gran fuerza militar se acercase a recuperar los pasos. Ante esto, el enemigo, cayendo en la trampa, corrieron a huir, quedando los pasos de nuevo en manos reales y asegurados.
Tras esto, pasó con ochenta a su mando a Tarragona con avisos y órdenes para el Gobernador, Fernando de Tejada, pues se había sabido que la ciudad estaba teniendo tratos para entregarse a los franceses y se hacía de todo punto necesario poner sobre aviso a dicho Gobernador.
El camino a Tarragona estuvo lleno de dificultades, debiendo defenderse durante el trayecto de las acometidas de los enemigos, saliendo airoso de todas ellas y dando buen fin a su misión, logrando entregar al Gobernador los pliegos que le habían sido confiados, evitándose así la traición de la ciudad. Por esta acción, el rey le hizo merced de un hábito para una de sus hijas.
Acto seguido se halló en el socorro a Perpiñán, encargole el marqués de Torrecuso el mando de la vanguardia por ser soldado experimentado -otras fuentes dicen que la retaguardia- y el día de la batalla se le ordenó que fuera a dar cobertura y apoyo a dos mangas de mosquetería que iban a ocupar un bosque, pero habiéndoseles opuesto cuatro batallones de Caballería del enemigo, pelearon a cara de perro, hasta que le mataron el caballo y le dieron tres pistoletazos, que le dejaron fuera de juego, logrando, no obstante, salvarse e introducir el socorro en Perpiñán.
Acto continuo, se halló en la toma de las fortificaciones de Argeles, sitio y toma de Monjón y de Lérida, toma de los puestos de Balaguer y en el sitio y toma de la localidad de Ajer.
Tras esto, el Comisario Juan de Serrajas lo eligió por Teniente de su Compañía, desempeñando este empleo hasta el trece de agosto de 1639, que quedó de reformado, hasta que el tres de mayo de 1640 recibió el mando, como Cabo, de una tropa de cuarenta y ocho soldados de caballería procedentes de la Costa de Granada, manteniendo el cargo hasta febrero de 1641 que recibió el puesto de Gobernador de la Costa de Granada, recibiendo, a la vez, patente de Capitán de Caballos Coraza ad honorem.
En febrero de 1642 se le puso al mando de una Compañía de Caballos Coraza y con ella y de reformado estuvo se halló en varios hechos de armas, todo a sus expensas, hasta el veinticinco de octubre de 1644, cuando con orden de Andrea Cantelmo, Comandante napolitano al servicio de los Austria, volvió a España.
El año de 1647 y por orden del marques de Casares al Capitán de Guerra y Corregidor de Málaga, se le mandó levantar varias Compañías que embarcadas en cuatro naves en el puerto de Málaga, pasaron a Orán, yendo el como Gobernador de la gente de guerra que acudió al socorro de aquella plaza española, pues por informes ciertos se sabía iba a a ser atacada por el rey de Argel.
Al llegar, se dedicó a realizar inspecciones a las murallas y castillos defensivos, mandándose reparar a sus indicaciones lo que menester fue. También se halló en cuantas correrías y entradas se realizaron en ese tiempo en la zona de los moros, realizadas con éxito y saliendo herido en varias de ellas. Permaneció en Orán hasta el treinta de octubre de 1648, que con licencia del marqués de Flores Dávila, pasó a España.
A su vuelta a la Península, se halló en los años 1650-1652 en las operaciones realizadas en Cataluña bajo en mando de Juan de Austria, donde recibió varias heridas, siendo las más peligrosas las que recibió durante el asalto al fuerte de San Juan de los Reyes, en Barcelona, comportándose con gran valor, tanto que el rey le hizo meced de 80 escudos y la patente de Maestre de Campo.
El tres de julio de 1655 es nombrado Gobernador de Costa Rica, en sustitución del que obtenía el cargo, Juan Fernández de Salinas y Cerda y el siguiente año de 1658, parte a bordo del galeón Santa Catalina para tomar posesión de su nuevo empleo, del cual tomó cargo el ocho de enero de 1659.
Su acción se concretó, aparte de mantener el orden y mejorar las condiciones de vida de sus gobernados, en realizar expediciones en busca de nuevos puertos y zonas de producción, así como de establecer nuevos pueblos.
Entre los puertos que descubrió y estableció una población, fue el hoy conocido como Puerto Limón, desde el cual se podía socorrer con bastimentos y otros a Portobelo y Chagre.
En esta época su hijo Rodrigo emprendió una expedición, durante la cual conquistó Tarica y pobló la zona con los indios, lo que levantó las quejas al Gobernador de los negros, pues Rodrigo pretendía realizar la conquista usándose de ellos como soldados sin sueldo, lo cual no querían aceptar.
El año de 166o, Andrés Arias Maldonado recorrió toda la boca del río San Juan de Granada, con el propósito de encontrar un lugar ideal donde levantar una fortificación, llevando a cabo esta misión junto al Gobernador interino de Nicaragua. Tras la inspección, se determinó que no era posible.
Lamentablemente, poco más se puede contar de este marbellí de pro, pues el veinticinco de noviembre de 1661 falleció, causando gran pena entre sus gobernados, pues siempre se portó con honor, caballerosidad y muy preocupado por el bienestar y paz de los costaricenses.
Mientras el rey nombraba nuevo Gobernador, le sucedió interinamente su hijo Rodrigo.
Estaba casado con Melchora Francisca de Góngora y Córdova, con raíces en las casas de los duques de Alba y de los conde-duques de Benavente. Tuvo por hijos a:
- Juan, Capitán, que murió el la localidad tarraconense de Flix, peleando contra los enemgos de España, es decir, los franceses
- Rodrigo, Capitán y posteriormente fraile del Regular Instituto de Bethlehem
- Bartolomé, Sargento Mayor,
- María, que profesó monja, y
- Melchora, casada.
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
El año de 1630, pasa a desempeñar el empleo de Auditor de la gente de la gente de guerra, tanto de a pie como de a caballo, y como integrante de las guardas del mar del partido de Marbella, con plaza de jinete en esa Compañía.
En septiembre de 1638, le encontramos destinado en Cataluña como Contador de la gente, a donde había ido por orden del marqués de Aguilafuente, pasando luego al socorro de Fuenterrabía, hallándose en la vanguardia con treinta de a caballo a su mando y al ver que una fuerza francesa cargaba sobre nuestra Infantería, acudió a su socorro con tanto empuje que la desbarató y puso en fuga, siendo de los primeros de a caballo que entraron en las fortificaciones del enemigo y así hasta que nuestras armas alcanzaron la victoria. En estas acciones fue herido en la cabeza y el vientre.
Se halló en el socorro a Maya y Bosque de Biriato, así como en el sitio de Salsas y en la apertura del Paso del Col de Balaguer, tomas de Cambrils y Villaseca, así como de Tarragona, en cuyo día fue guiando el Tercio del la Guardia del rey, recorriendo con el los puestos de la costa.
Cuando la toma de Martorell, fue de los primeros de los que entró en las fortificaciones, acometiendo con gran vigor y dureza al enemigo, hasta que recibió orden de regresar, tras lo cual pasó a ocupar con su Compañía y otra caballería mas los puestos de Martorell, para asegurar el paso del ejército, ejecutándolo con efectividad durante toda la noche.
Tras haber asegurado el paso del Ejército y una vez pasado este, el marqués de los Vélez le ordenó volver, pues los enemigos habían vuelto a ocuparlo. Tras recibir la orden, tomó seis tropetas y seis tambores, a los cuales distribuyó por el terreno haciéndolos sonar, como si una gran fuerza militar se acercase a recuperar los pasos. Ante esto, el enemigo, cayendo en la trampa, corrieron a huir, quedando los pasos de nuevo en manos reales y asegurados.
Tras esto, pasó con ochenta a su mando a Tarragona con avisos y órdenes para el Gobernador, Fernando de Tejada, pues se había sabido que la ciudad estaba teniendo tratos para entregarse a los franceses y se hacía de todo punto necesario poner sobre aviso a dicho Gobernador.
El camino a Tarragona estuvo lleno de dificultades, debiendo defenderse durante el trayecto de las acometidas de los enemigos, saliendo airoso de todas ellas y dando buen fin a su misión, logrando entregar al Gobernador los pliegos que le habían sido confiados, evitándose así la traición de la ciudad. Por esta acción, el rey le hizo merced de un hábito para una de sus hijas.
Acto seguido se halló en el socorro a Perpiñán, encargole el marqués de Torrecuso el mando de la vanguardia por ser soldado experimentado -otras fuentes dicen que la retaguardia- y el día de la batalla se le ordenó que fuera a dar cobertura y apoyo a dos mangas de mosquetería que iban a ocupar un bosque, pero habiéndoseles opuesto cuatro batallones de Caballería del enemigo, pelearon a cara de perro, hasta que le mataron el caballo y le dieron tres pistoletazos, que le dejaron fuera de juego, logrando, no obstante, salvarse e introducir el socorro en Perpiñán.
Acto continuo, se halló en la toma de las fortificaciones de Argeles, sitio y toma de Monjón y de Lérida, toma de los puestos de Balaguer y en el sitio y toma de la localidad de Ajer.
Tras esto, el Comisario Juan de Serrajas lo eligió por Teniente de su Compañía, desempeñando este empleo hasta el trece de agosto de 1639, que quedó de reformado, hasta que el tres de mayo de 1640 recibió el mando, como Cabo, de una tropa de cuarenta y ocho soldados de caballería procedentes de la Costa de Granada, manteniendo el cargo hasta febrero de 1641 que recibió el puesto de Gobernador de la Costa de Granada, recibiendo, a la vez, patente de Capitán de Caballos Coraza ad honorem.
En febrero de 1642 se le puso al mando de una Compañía de Caballos Coraza y con ella y de reformado estuvo se halló en varios hechos de armas, todo a sus expensas, hasta el veinticinco de octubre de 1644, cuando con orden de Andrea Cantelmo, Comandante napolitano al servicio de los Austria, volvió a España.
El año de 1647 y por orden del marques de Casares al Capitán de Guerra y Corregidor de Málaga, se le mandó levantar varias Compañías que embarcadas en cuatro naves en el puerto de Málaga, pasaron a Orán, yendo el como Gobernador de la gente de guerra que acudió al socorro de aquella plaza española, pues por informes ciertos se sabía iba a a ser atacada por el rey de Argel.
Al llegar, se dedicó a realizar inspecciones a las murallas y castillos defensivos, mandándose reparar a sus indicaciones lo que menester fue. También se halló en cuantas correrías y entradas se realizaron en ese tiempo en la zona de los moros, realizadas con éxito y saliendo herido en varias de ellas. Permaneció en Orán hasta el treinta de octubre de 1648, que con licencia del marqués de Flores Dávila, pasó a España.
A su vuelta a la Península, se halló en los años 1650-1652 en las operaciones realizadas en Cataluña bajo en mando de Juan de Austria, donde recibió varias heridas, siendo las más peligrosas las que recibió durante el asalto al fuerte de San Juan de los Reyes, en Barcelona, comportándose con gran valor, tanto que el rey le hizo meced de 80 escudos y la patente de Maestre de Campo.
El tres de julio de 1655 es nombrado Gobernador de Costa Rica, en sustitución del que obtenía el cargo, Juan Fernández de Salinas y Cerda y el siguiente año de 1658, parte a bordo del galeón Santa Catalina para tomar posesión de su nuevo empleo, del cual tomó cargo el ocho de enero de 1659.
Su acción se concretó, aparte de mantener el orden y mejorar las condiciones de vida de sus gobernados, en realizar expediciones en busca de nuevos puertos y zonas de producción, así como de establecer nuevos pueblos.
Entre los puertos que descubrió y estableció una población, fue el hoy conocido como Puerto Limón, desde el cual se podía socorrer con bastimentos y otros a Portobelo y Chagre.
En esta época su hijo Rodrigo emprendió una expedición, durante la cual conquistó Tarica y pobló la zona con los indios, lo que levantó las quejas al Gobernador de los negros, pues Rodrigo pretendía realizar la conquista usándose de ellos como soldados sin sueldo, lo cual no querían aceptar.
El año de 166o, Andrés Arias Maldonado recorrió toda la boca del río San Juan de Granada, con el propósito de encontrar un lugar ideal donde levantar una fortificación, llevando a cabo esta misión junto al Gobernador interino de Nicaragua. Tras la inspección, se determinó que no era posible.
Lamentablemente, poco más se puede contar de este marbellí de pro, pues el veinticinco de noviembre de 1661 falleció, causando gran pena entre sus gobernados, pues siempre se portó con honor, caballerosidad y muy preocupado por el bienestar y paz de los costaricenses.
Mientras el rey nombraba nuevo Gobernador, le sucedió interinamente su hijo Rodrigo.
Estaba casado con Melchora Francisca de Góngora y Córdova, con raíces en las casas de los duques de Alba y de los conde-duques de Benavente. Tuvo por hijos a:
- Juan, Capitán, que murió el la localidad tarraconense de Flix, peleando contra los enemgos de España, es decir, los franceses
- Rodrigo, Capitán y posteriormente fraile del Regular Instituto de Bethlehem
- Bartolomé, Sargento Mayor,
- María, que profesó monja, y
- Melchora, casada.
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
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