El año de 1819, asistía la ciudad de Antequera a la apertura de un nuevo local con fines de recreo e instrucción pública. Dicho centro había sido el resultado de la decisión de un grupo de individuos que se propusieron llevar a cabo esta iniciativa, con el objeto de que la sociedad antequerana contara con una institución de esta clase a donde poder ir a relacionarse con otros al objeto de esparcirse, comentar las cuitas de la ciudad, provincia o reino, ... Ni que decir tiene que el centro se mantenía con las aportaciones de estos individuos fundadores.
El centró contó con un billar y servicio de cafetería, así como elementos para la práctica de todos aquellos juegos de mesa permitidos en la época. Además, como buen centro social de la época, estaba suscrito a varios periódicos, tanto locales como provinciales y nacionales.
Tuvo gran acogida en la sociedad antequerana, pues así tenían donde concurrir y relacionarse los ciudadanos, donde encontraban un local a propósito para su tiempo de ocio y así no andar vagando por la ciudad.
Otro de los objetivos de los socios fundadores y como consecuencia de ver como en Antequera se padecía un cierto atraso en las artes, fundamentalmente por falta de profesorado, establecieron en el centro una academia donde se impartieron matemáticas y dibujo y se admitió de forma gratuita a todos aquellos artesanos locales y comarcanos que estuvieran interesados en aplicar esos conocimientos a sus respectivos oficios.
Para finales de ese año de 1819 ya se habían realizado dos concursos públicos, en los cuales los alumnos de este centro pudieron demostrar a sus conciudadanos sus adelantamientos en las materias referidas, siendo su director, Francisco de Paula Maestre, el artífice de estos progresos por su empeño en que sus alumnos dieran de si todo lo que eran capaces.
Al mismo tiempo que ocurría esto, también se había establecido en la ciudad de Antequera ese mismo año de 1819, una academia que impartía varias asignaturas de las denominadas de primera educación, siendo su director Juan de Gálvez Palacios.
Para esta academia, adoptó su director el método de enseñanza conocido en la época de enseñanza mutua. Con este sistema, se pretendía ampliar la enseñanza de esas asignaturas por medio de principios teóricos. Así mismo se instruía a los chiquillos en gramática, poesía, urbanidad, doctrina cristiana y otras.
Su método parece ser que dio resultados pronto, pues para finales de ese año realizó exámenes con el objeto, no solo de evaluar, sino que también de acreditar los progresos realizados por sus alumnos.
Desgraciadamente, la documentación manejada no nos ha dado los nombres de estos dos centros antequeranos. Quizás algún lector pueda dar noticia de ellos, lo cual le agradeceremos mucho.
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
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