En la ciudad de Málaga han estado presentes a lo largo de los años transcurridos desde 1486, año de la toma de la ciudad por Isabel I de Castill y Fernando II de Aragón, multitud de Órdenes religiosas, tanto femeninas como masculinas. Unas han permanecido presentes en nuestra ciudad hasta nuestros días y otras han desaparecido con el paso de los años por diversos motivos.
Hoy vamos ha hacer un muy breve resumen de una de ellas: los Franciscanos Menores Descalzos.
Después de muchos años de pleitos mantenidos con los Franciscanos de San Juan Bautista, consiguieron los Menores Descalzos que el veinticuatro de noviembre de 1682 Carlos II firmara una Real cédula por la cual recibían la real autorización para fundar el convento de San Pedro de Alcántara en la ciudad de Málaga, a la vez que también recibían del Papa el correspondiente permiso.
El siguiente quince de diciembre, fray Pedro de Córdoba tomó posesión de unas casas que Beatriz Mendoza y Lorenzo Muñoz de Loaysa, marqueses de Bisbiliana, les donaron para que estos frailes se instalaran y comenzaran su actividad, siendo a partir de entonces cuando el convento empezó a crecer en espacio gracias a sucesivas donaciones y compras, logrando, de esta manera, un edificio mucho más grande con unas instalaciones óptimas para las necesidades y objetivos de los frailes y la Orden.
De entre los benefactores del convento, se debe destacar al Regidor de la ciudad Alonso Rentero, a quien en reconocimiento a su labor en pro del convento y la Orden, esta le recompensó con el patronato perpetuo de la iglesia del convento
A pesar de que hubo nuevos pleitos con los Franciscanos Observantes, nuestros Menores Descalzos, o Alcantarinos, empezaron a edificar la iglesia del convento el trece de abril de 1692, siendo inaugurada el dieciséis de octubre de 1701, por el Obispo de la diócesis malacitana Fray Alonso de Santo Tomás.
El siglo XVIII fue testigo del rápido y gran desarrollo del convento, alcanzo la comunidad un total de cuarenta frailes de los llamados de coro y diez legos. también asistió este siglo a una serie de pleitos puestos por el convento contra los descendientes de aquel Regidor Alonso Rentero, pleitos debidos a la falta de capacidad de estos descendientes para hacerse cargo de las obligaciones contraídas por el Regidor. No sabemos en qué terminó la cosa.
El siglo XIX trajo consigo la tremenda convulsión que supuso la invasión de las tropas napoleónicas de la Península, viéndose Málaga y, por tanto, el convento afectadas por estos trágicos sucesos, entre los cuales se encuentran la orden dada por José Napoleón, el Rey Intruso, de expulsar a los frailes del convento y proceder a su demolición, con el objeto de construir en su lugar una plaza en la que poner un mercado de abastos. Afortunadamente, esta demolición no se llevó a efecto, aunque si se perdió la fábrica de sayales que tenía este convento.
Cuando por fin fueron los franceses expulsados de Málaga y de España y finalizada la Guerra de la Independencia, volvieron los frailes a ocupar su convento, aunque poco les duró su alegría, pues al advenimiento del llamado Trienio Liberal, se vieron víctimas de la nueva Ley de Monasterios y Conventos, aunque lo que marcó definitivamente el futuro del convento y la presencia de la Orden en Málaga, fue cuando por la Orden de once de octubre de 1835 se llevan a la práctica la supresión y exclaustración monacales ordenada por Juan Álvarez Mendizábal, cerrándose el convento y procediéndose a su demolición en 1837 y los terrenos resultantes vendidos.
Citar que en la iglesia de este convento hubo enterramientos, de los cuales citaremos dos:
- Luis José Velázquez de Velasco, sepultado en la iglesia del convento, en la bóveda de los Melgarejos, familia suya. fue Caballero de Santiago, señor de Sierrablanca, marqués de Valdeflores y Regidor de la ciudad de Málaga. Literato.
- Martín de Aldehuela, ingeniero que diseñó y dirigió las obras del Puente Nuevo de Ronda y del Acueducto de San Telmo, en Málaga.
IHPMalagueñas
Málaga - 2018
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