Si, ya sabemos que este artículo ni se desarrolla en la provincia de Málaga ni las personas que en el aparecen son malagueñas, pero el protagonista, un barco mercante francés, llevaba por nombre Ville de Málaga, es decir, Ciudad de Málaga, de modo que, aunque sea como curiosidad, lo traigo a estas páginas.
"Esta es la crónica del hundimiento de un barco mercante llamado Ciudad de
Málaga en 1885, no puedo precisar más, tan solo que la noticia y la lámina la
encontré en un periódico francés del mes de septiembre de ese año.
Este vapor, comandado por el
capitán Penelsi, perteneciente a la compañía insular de navegación a vapor F.
Morelli et Cie., Partió de Nápoles y Livorno con destino Marsella, llevando
ochenta y tres personas a bordo, incluyendo diecisiete tripulantes.
El domingo, probablemente el trece
de septiembre de ese año, tomó un cargamento de ciento cuarenta bueyes y una
gran cantidad de cestas con aves de corral. Los bueyes estaban alojados parte
en cubiertay parte en la parte inferior de la bodega.
El mar estaba embravecido y el
siroco soplaba con intensidad, desatándose una tempestad que sorprendió al
Villa de Málaga a ocho millas al sur del cabo Noli, escorándose de flanco y
amenazado de hundimientos, provocando que el ganado de cubierta lograra romper
sus ataduras y salir corriendo hacia el puente con gran desorden y pánico.
El capitán, no solo tuvo que realizar
ímprobos esfuerzos por mantener el buque derecho y a flote, vio que la tormenta
iba a acabar con su barco y hundirlo, de modo que cesó en ese empeño y pasó a
intentar poner orden entre la tripulación y pasajeros, que presos de la
confusión y del pánico querían hacerse a toda costa con las barcazas de
salvamento, no pudiendo evitarlo, sonando entre aquella multitud el sálvese quien pueda.
Diez niños, todos calabreses, acabaron en el
mar barridos por las olas que, furiosas, barrían el puente.
La confusión impidió arriar la barca más
grande, con la que se podían haber salvado la mayor parte de los náufragos y
los botes pequeños estaban ya llenos, algunos demasiado llenos, lo que hizo que
volcaran, ahogándose la mayoría de sus ocupantes.
El capitán, cumpliendo con su juramento, abandonó el barco el último, justo
a tiempo, pues al poco el barco se hundió.
Los barcas con los náufragos permanecieron
alrededor de tres horas en el lugar del siniestro, haciendo grandes esfuerzos
el capitán por reunirlos a todos y poder continuar la ruta a algún puerto,
siendo recogidos a unas tres millas por
unos pescadores, quienes condujeron al puerto de Savona a los treinta y cinco
supervivientes, de los cuales diez eran de la tripulación.
Después de este, la compañía sufrió otro
naufragio, que la dejó imposibilitado para seguir prestando el servicio postal
entre Córcega y el continente"
Fuente: gallica.bnf.fr /
Bibliothèque nationale de France
IHPMalagueñas
Málaga - 2020
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