Málaga sufrió con frecuencia en estas aguas mediterráneas y a lo largo de su dilatada historia la presencia de armadas enemigas, armadas que dificultaban extraordinariamente el tráfico portuario y la vida de los ciudadanos ribereños. Esta circunstancia y la importancia de su comercio, obligaron a las autoridades locales a una constante vigilancia de las escasas fortificaciones que entonces existían en la fachada sur malacitana, reforzando los baluartes de la línea de costa y construyendo otros tantos cuando el estado de las políticas internacionales así lo aconsejaba.
Para la protección de los buques anclados en el interior de la dársena,
las sucesivas ampliaciones de los muelles a lo largo de los años siempre
contemplaban propuestas para fortificarlos y armarlos.
Fue el ingeniero militar
Bartolomé Thurus el primero que planificó la construcción de
una batería y un faro en la cabeza
del dique de levante a partir de 1717 y con las sucesivas obras de ampliación o
mejora de dicho muelle hubo que hacer modificaciones en el proyecto de Thurus,
modificaciones realizadas por Jorge Próspero de Verboom, quien cambió la
planta de la batería a circular sobre una plataforma de cincuenta metros, en la
idea de que con esa disposición sería capaz de soportar mejor los temporales de
levante y cruzaría sus fuegos con los del castillo de San Lorenzo. Para dicha
nueva batería, propuso el nombre de Castillo del Rey, en honor a Felipe V.
Como en ese momento se estaban llevando a cabo las obras del muelle, se
construyó en 1739 una batería provisional dotada con tres piezas de artillería
y como se trataba de algo provisional sufrió las consecuencias del tiempo y de
los malos materiales, por lo que en 1748 se solicitó su reparación lo que no
tuvo lugar, pues se pensó que era mejor terminar la obra del dique y construir
en su cabecera una batería de mayor envergadura, de modo que ahí quedó la cosa
y pasaron los años.
Batería provisional, señalada con la
letra F. 1742.
"Perfiles de la batteria
y prolongación del muelle acia la parte Levante" (2 de junio de 1743)
Y así llegaos a 1761, en que las autoridades del puerto intentaron llevar a cabo la construcción de dos baterías, una en el muelle de poniente y otra en el de levante, en la idea de guardar adecuadamente tanto el puerto como los barcos en el refugiados. Las autoridades presupuestaron ambos proyectos en doscientos mil reales de vellón, aunque la idea cayó en saco roto, obteniendo la autoridad portuaria tan solo el traslado de algunos cañones de la Alcazaba y de la Torre del Obispo.
Por fin, en 1770 terminan las obras del llamado muelle viejo y la junta
de obras del puerto propone la construcción de una batería que se quiere de
calidad y, sobre todo, definitiva, encomendándose el proyecto al ingeniero y
teniente general Juan Martín Zermeño, quien conocía el puerto de Málaga y sus
defensas, pues fue director de las obras en 1738.
Martín Zermeño desarrolló un proyecto de batería como un edificio de planta elíptica, dotado de foso,
puente levadizo, polvorín, cisterna para las aguadas, cuartos destinados a la
tropa, cuerpo de guardia y almacenes, todo por la nada desdeñable cantidad de
ochocientos doce mil reales de vellón.
Pero ¡ay!, resulta que a pesar de contar con todas las bendiciones,
resulta que la autoridad portuaria malagueña esta sin fondos para poder llevar
a cabo semejante obra, de modo que hubo que aparcar la idea y continuar con la
batería provisional, que se estaba convirtiendo en algo parecido a
"provisional para siempre"
En 1780 se aprueba la propuesta de reforzar la batería a barbeta y
dotarla con seis cañones de a veinticuatro libras, pero de nuevo ocurre lo
mismo: no hay fondos y ante la evidencia de que algo se estaba haciendo mal y
que, además, podía tener nefasta consecuencias, el rey autoriza en 1786 al ayuntamiento
a poner en venta los terrenos que ocupaban las murallas de la ciudad, que
realmente no servían para nada y con lo recaudado por la enajenación de dichos
terrenos se pudo construir las dos baterías, la de poniente y la de levante, aunque
supusiera que hoy Málaga, antaño una ciudad completamente amurallada, no tenga
más que unos restos que solo son una muestra.
Una vez con el dinero, se le encomendó al teniente coronel Alfonso Ximénez que elaborase un proyecto, con plano y memoria, que presentó pocos meses después para su aprobación, con lo que los trabajos se iniciaron de inmediato, construyéndose una batería a barbeta hábil para dieciocho cañones de a veinticuatro libras, suficiente para disuadir a cualquiera de acercarse al puerto.
Planos y Perfil y Elevación del Muelle de
Levante de Málaga y Proyecto de la Batería que está aprovada y se ha de
construir en su Caveza. 13-6-1769.
Parece ser que las obras se entregaron a finales de noviembre o primeros de diciembre de 1786, quizás el día seis de este último mes, día de San Nicolás y de ahí el nombre. Ocupaba mil doscientos noventa y dos metros cuadrados de superficie en un traza casi circular y cerrado por la gola por un rastrillo y contaba con una plataforma para la artillería, apta para quince cañones y construcciones para la tropa y para almacén. Costó treinta mil reales de vellón.
En 1803, Felipe de Paz la describe como una fortificación cerrada de
merlones apta para dieciocho cañones de grueso calibre y parrilla para
enrojecer balas y barría la playa de levante y el fondeadero exterior,
encontrándose en buen estado.
En 1857, José Herrera García hace un descripción de la batería, que es la
siguiente:
"Colocada
en el extremo del muelle viejo de Málaga al pie de la linterna: su forma
irregular se compone de una batería semipoligonal á barbeta con cinco lados por
la parte que mira al mar y playa de Levante, y de otra recta que mira a la
entrada del Puerto, siendo su desarrollo noventa y cuatro varas [78,57
m.]; y
termina en un parapeto aspillerado que cierra la gola, uniéndose al Edificio
comprendido en ella: es capaz de montar diez piezas de grueso calibre. La
altura de la barbeta sobre el muelle es de una á una y media varas, y aun en
algunos puntos menor.
Comprende un
Edificio, situado á la izquierda de la entrada, de diez y seis varas de largo [13,37 m.]
por cinco y media de ancho [4,60 m.], el cual contiene un cuarto para el
Comandante de la guardia, el Cuerpo de guardia de la Tropa, y otro pequeño
Cuarto para almacen de pertrechos.
A la entrada
de la bateria, fuera de ella, hay otro Edificio, unido á la muralla del Muelle,
de diez y nueve varas de largo [15,88 m.] por cinco de
ancho [4,18 m]: consta de un cuarto que sirve de repuesto, y dos mas
para habitaciones de los artilleros.
El objeto de
esta Bateria es proteger la entrada del Puerto, cruzando sus fuegos con los de
la Batería de San José, y defender la playa de Levante en combinacion con la
batería de San Felipe y castillo de San Carlos. Su situación es propia para el
efecto. Dista de la anterior Bateria [batería de San
Felipe]
trescientos veinte y cuatro varas. Se encuentra en buen estado.
El avance de los tiempos, la posición política de España en el mundo y los cambios en el arte de la guerra, determinaron que la batería de San Nicolás, como otras muchas construcciones de este tipo, fuera perdiendo su utilidad.
Noticias
Como suele ser habitual, pocas son las noticias que trascienden acerca
de este tipo de edificaciones, pero aun así, he logrado encontrar alguna, que
son las que siguen.
-
Estando aun ocupada Málaga por los franceses, el veintinueve de abril de 1812
tuvo lugar a la altura de la batería un desembarco de tropas hispano-británicas,
fundamentalmente de estas últimas, que logró desalojar a los enemigos de ella,
permitiendo que barcos británicos penetren en el puerto y puedan liquidar
algunos barcos corsarios franceses.
Tras la operación y ante el temor de quedar merced de los fuegos de Gibralfaro y de los
fusileros franceses que se habían vuelto a hacer dueños de la batería, abandona
el puerto, llevándose presos, además, a dos barcos corsarios mas.
- Por orden de once de septiembre de 1888, es uno de los edificios militares autorizados en la plaza de Málaga para usar el pabellón nacional.
- El trece de marzo de 1890, se autoriza al Ingeniero director de la Empresa constructora del puerto de Málaga, D. Luis Vasconi, a que pueda construir un barracón en la zona única de la batería.
- El quince de abril de 1901, se aprueba el
presupuesta de ochenta pesetas que supone el traslado de las piezas de
artillería de la batería al parque artillero de Málaga.
- A propuesta del Ministerio de la Guerra y aprobado por el consejo de ministros, el veintiséis de febrero de 1913 se le asigna una zona de aislamiento de veinte metros.
-
Por declaraciones del teniente coronel
de ingenieros Juan Maury y Uribe, destinado como comandante en Málaga, sabemos que durante la
Primera Guerra Mundial la batería permaneció desartillada y las piezas que había
servían únicamente para las salvas de ordenanza cuando entraba un barco en el
puerto.
- El veinticinco de mayo de 1930, se halló en Málaga el general José Cavalcanti, que estuvo en la estación radiotelegráfica, tras lo cual pasó revista a la batería, que se hallaba a escasos metros.
- Fue artillada durante el transcurso de la Guerra Civil, desartillándose al finalizar esta, tras lo cual comenzaron los trámites legales para proceder a su desmantelamiento para facilitar la urbanización de la zona. Para ello se redactó un proyecto en 1951, por el cual se proponía su traslado a una zona próxima, aunque no se llevó a efecto, desapareciendo.
En 1953, en el espacio que ocupó la batería se levantó el Real Club Mediterráneo de Málaga, siendo usadas parte de sus antiguas instalaciones como pérgola del club.
Así terminaban los ciento sesenta y un años de historia de esta batería.
IHPMalagueñas
Málaga - 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario