Historia Provincial Malagueña

Amigos visitantes, con estas páginas que siguen pretendo dar a conocer un poco de la riquísima y variada historia del paisaje y del paisanaje de la siempre sorprendente provincia de Málaga.

Espero que les aproveche y gracias por acercarse a estas líneas.

sábado, 17 de julio de 2021

REAFELA BARÉS DE HERRERA: ESCRITORA

   Rafaela Barés de Herrera, quien debió nacer en el último tercio del siglo XIX, fue una poetisa y escritora malagueña de la que hay muy pocas referencias sobre su vida, tanto personal como profesional. De ella se sabe de cierto que colaboró con algunas revistas entre los años de 1891 y 1923, teniendo noticia de algunos de ellos: Ateneo, el semanario satírico Los Apóstoles y en Málaga católica, revista editada por la Agrupación de Cofradías en los años veinte del pasado siglo.

   Parece ser que a pesar de sus esfuerzos, no obtuvo prestigio ni fama, llevando una vida de bastantes ahogos económicos. A pesar de ello, tiene en el municipio malagueño dos calles a ella dedicadas: la calle Rafaela, en el barrio de La Trinidad y la calle Escritora Rafaela Bares, en la barriada del Puerto de la Torre.

   Por la correspondencia que mantuvo con el cronista Díaz de Escovar, parece ser que contrajo matrimonio con Cosme Herrera -de ahí posiblemente su segundo apellido-, con quien tuvo hijos. En una de dichas cartas, confesaba la triste situación económica que sufría:

   "... así soporto la vida, de la humanidad huyendo, evitando sus ojos y ocultando mi pobreza.

Mas no crea V., Lloro mi propia maldad, qué miedo es ver sufrir a mis hijos, a toda ventura ajenos. Verlos presa de la anemia, sabiendo que existe el remedio y no comprarlo por falta de recursos...”

   También es posible que tuviera un hermano llamado Francisco, que para 1915 era suboficial en la caballería del ejército español. 

   Al presente, desconocemos donde y cuando falleció esta poetisa malagueña.

   Hemos encontrado algunos datos de sus colaboraciones en revistas malagueñas. Así, tenemos conocimiento de la revista que Ateneo, publicó poemas como Tristeza (enero de 1891) y La muerte de mi padre (abril de 1891). 

    No sabemos donde se publicó ni cuando su poema A la Fé, poema escrito en alabanza de esta virtud teologal y en el cual da razón de lo que para ella era dicha virtud, a la que identifica como "...madre de la esperanza y el consuelo..."

" ¡Gloria; gloria a la fe que nos inspira !
¡Quién acentos grandiosos brotar hiciera de mi tosca lira, para cantar sus triunfos poderosos!"

   En la revista Los Apóstoles, conocemos un par de publicaciones: Mis creencias, en donde en un párrafo es posible que confiese su falta de creencia en la religión, una sensación de vacío espiritual, sensación compartida por otras autoras malagueñas de la época, como por ejemplo Josefa Ugarte-Barrientos:

   "El alma de la pobre pecadora que la cristiana religión no adora y se olvida de todo lo sagrado, irá por los espacios, tristemente, sin reposo, llevando eternamente el peso abrumador de su pecado..."

 y el poema El cerdo, el cual apareció en la edición del veintitrés de abril de 1893, páginas. 3 y 6 y que a continuación reproducimos:

CERDO

Cantar de la Natura los encantos

arduo trabajo fuera

para la mente mía, pues se halla

de inspiración exenta. 

No entonará mi voz gigantes himnos

a tamaña grandeza.

De tan santa misión la dulce gloria

es solo del Poeta...

Más, ¿qué hacer?, me consumen los deseos

de expresar mis ideas.

Quiero elevar al ser que me cautiva

sentida cantinela.

Y aunque este ser amado es muy... cochino

y habla mal nuestra lengua,

y tiene hocico largo y ojos lánguidos

y gachas las orejas...

Él es mi predilecto, pues comprendo

que aunque horrible por fuera

oculta en su interior, el pobre mío

¡unas cosas tan buenas!



Portada del número en el que aparece el poema

IHPMalagueñas

Málaga - 2021

jueves, 15 de julio de 2021

TORREBLANCA: UNA FORTALEZA VÍCTIMA DEL DESARROLLISMO

   Según la documentación usada, esta fortificación tuvo su precedente en una torre almenara usada ya en tiempos musulmanes y que tras la conquista cristiana fue o bien restaurada o bien levantada de nueva planta con sucesivas reformas, apareciendo nombrada en las Ordenanzas de 1497 y en las Instrucciones de 1511. Servía, tanto en la época musulmana como cristiana, para la defensa de la vega de Mijas frente a los ataques de enemigos.

   Se hallaba emplazada próxima al mar, sobre un elevado promontorio y su estructura cambió de torre cilíndrica a torre en forma de pezuña en el año de 1765.

   Construida de mampostería, con piedra labrada en los esquinales, bóvedas y gola de coronación, constaba de dos plantas y coronada por una azotea. Tenía, por la parte que mira al mar, forma de semicircunferencia y se hallaba abalaustrada en la parte que miraba al norte, hallándose la puerta de entrada a seis metros sobre el rasante, accediéndose a ella por medio de una escala de cuerda. Situada en muy buena posición, estaba preparada para dos piezas de artillería de a 12 libras, con los cuales defendían las playas inmediatas.

   Se hallaba situada a media legua de la anterior torre hacia poniente, la de Benalmádena o del Muelle.

   Según las ordenanzas de 1511, tenía una dotación de dos hombres, uno continuo y el otro iba a dormir a la torre inmediata, haciendo el camino de vuelta a la mañana siguiente.

                             


   Como se dijo antes, esta torre tenía según las Ordenanzas de 1511 dos hombres de dotación. No he encontrado más información al respecto hasta 1764, que por el reglamento de 18 de agosto de ese año, se determinaba que en dicha torre debía haber tres torreros y un cabo.

   Estos individuos para ejercer de tales, debían ser admitidos por el comandante de tropa del partido al que pertenecía la torre cunado hubiera vacante y para ello el aspirante debía superar una serie de pruebas: talla, robustez, salud, agudeza visual, agilidad, buenas costumbres. Así mismo, debían de tener más de 20 años y menos de 40.

   Tendrían preferencia aquellos aspirantes que hubiesen servido en la caballería o en la milicia urbana de la costa. Además, debía saber leer y escribir, pues según la ordenanza, al menos dos de los tres torreros debían saber.

   Una vez admitidos, torreros y cabo pasaban a ser considerados soldados, gozando de fuero militar y quedando sujetos a las penas de ordenanza. Su destino final sería en Inválidos, como los demás del ejército, siempre que hubieran servido al menos veinte años o quedaran inútiles como consecuencia del servicio en la torre o en acción de guerra. El torrero cobraría 2 reales y 17 maravedíes y el cabo 3 reales.

   Una vez en la torre, siempre debía haber un torrero en la azotea. Debían residir en la torre y solo podían abandonarla cuando hubiera que ir al pueblo a por suministros, aunque eso no debía ser diariamente y solo se podía abandonar la torre un solo torrero, haciéndolo entre la segunda descubierta y media hora antes de la puesta del sol, debiendo estar completa la dotación durante toda la noche.

   Las municiones las recibirían del guarda almacén del castillo de Fuengirola.



   No hemos hallado noticias de sucesos que tengan como protagonista a esta fortificación, aunque debía tener su importancia dado que en sus alrededores desaguaban tres arroyos, lo que lo hacía apto el lugar para realizar aguadas, no solo de los propios, sino también de los enemigos, como los berberiscos y los turcos, que aparte de agua también hacían rapiña y captura de esclavos.

   Esta fortificación desapareció en los años sesenta del pasado siglo cuando se amplió la carretera de la costa. Fue una víctima del desarrollismo de esa época. Sus últimos moradores fueron un matrimonio de edad avanzada que consiguieron abrir un hueco en el muro, logrando hacer de la planta baja su vivienda.

   Tiempo después de su destrucción, se construyó una torre vigía circular en un lugar próximo a donde estuvo la de este artículo.

NOTA: Las fotos han sido tomadas del Archivo de la Biblioteca Cán0vas del Castillo, Málaga,  del periódico Málaga Hoy en su edición digital del seis de marzo de 2011 y del grupo de Facebook Solo Fotos Antiguas de Málaga.

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Málaga - 2021

martes, 13 de julio de 2021

NORIA DEL CURA. RÍO GUADALMEDINA.

    Hola.

   Hoy traigo a estas páginas las ruinas de una antigua noria, la del Cura, situada en la margen izquierda del río Guadalmedina según lo remontamos y que se hallan a unos seis o siete kilómetros del centro de la ciudad de Málaga, a unos cientos de metros del Pantano del Agujero. Hay quien dice que fue edificada en el siglo XVII.

   No vamos a dar una disertación sobre estas ruinas, pues, hay que decirlo, carecemos de la suficiente información para poder hacer un artículo medianamente creíble, de modo que hemos preferido dar una brevísima descripción, la cual nos ha sido proporcionada por Carlos Sánchez, quien bajo el nombre de Carlos Karlitros gestiona -junto a otros- un grupo en Facebook llamado Lagares y Cortijos, lugar muy recomendable que intenta recuperar la memoria histórica de un patrimonio que poco a poco se está perdiendo.

   Nos dice Carlos que 

   "se trata de una noria de rosario de pozo lateral, se utilizaba para sacar agua para regar la huerta que había junto a ella ... se encuentra en muy mal estado y ha perdido gran parte del ruedo sobre el que giraba la bestia que movía la noria. 

   Entre el agujero y esta noria hay otras dos norias más, ambas en el lado derecho según subes. la primera se encuentra muy cerca del propio agujero y normalmente se encuentra inundada por las aguas de la cola del pantano y la segunda noria se encuentra en el recodo del rio que está bajo el monolito de conmemoración de la construcción de la carretera de las pedrizas en el año 1972 si mal no recuerdo."

   Advertir al curioso que s acerque a verla, que al día de hoy ya ni siquiera queda la parte del ruedo que menciona Carlos Sánchez y al paso que va la cosa, dentro de poco tampoco quedarán ruinas que ver.

   Nada mejor que unas fotos para ilustrar algo:


Agujero que da nombre al pantano










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Málaga - 2021