Historia Provincial Malagueña

Amigos visitantes, con estas páginas que siguen pretendo dar a conocer un poco de la riquísima y variada historia del paisaje y del paisanaje de la siempre sorprendente provincia de Málaga.

Espero que les aproveche y gracias por acercarse a estas líneas.

sábado, 28 de noviembre de 2020

HA MUERTO DON ENRIQUE, EL ÚLTIMO GUARDA DEL ACUEDUCTO DE SAN TELMO

   El 26 de noviembre de este año de 2020, falleció a los 85 años de edad el Sr. D. Enrique Aguilar Rivas, quien fuera el último gran guarda del maltratado Acueducto de San Telmo, quien durante décadas se dedicó a mantener y gestionar la operativa de riegos de este monumento de la ingeniería dieciochesca. Fue enterrado en el cementerio de San Gabriel de esta ciudad de Málaga a las 14:00 horas del siguiente día 27.

   Durante casi toda una vida, se dedicó a defender el acueducto, clamando ante tirios y troyanos por su constante degradación y ateniendo a cuantos curiosos se le acercaban ávidos de ser partícipes de sus infinitos conocimientos acerca del monumento y de los usos ancestrales del agua y las tradiciones que en torno al líquido elemento hay.

   Con el, desaparece un tesoro difícilmente -por no decir imposible- de reponer: el zabacequia o regidor de acequia, palabra derivada del árabe hispano صاحب الساقية , çáhibas-séquiya. (Diccionario general etimológico de la lengua española. Pág. 761. Madrid, 1887)    

   A pesar de su constante e infatigable labor, D. Enrique no pudo penetrar la indiferencia de los malagueños y las autoridades hacia la conservación de este monumento, de esta obra magna del siglo XVIII, que se está irremediablemente perdiendo ante sus ojos: 

- zonas destruidas al 100% y de las que no queda ni el recuerdo, 

- zonas destruidas en mayor o menor grado, 

- puentes y acequia tapados y ocultos por la tierra, 

- tramos invadidos por la vegetación y su acción destructora, 

- zonas víctimas de los vándalos, 

- alcubillas convertidas en estercoleros, ...                                                                         

   Impotente, D. Enrique veía como una de las obras cumbre de la ingeniería del siglo XVIII se iba perdiendo día a día, como tanto patrimonio histórico y cultural malagueño y todo esto ante la indiferencia y desprecio de la ¿ciudadanía? malagueña.   

   Ni siquiera ha habido la iniciativa, popular o pública, de reconocer mediante un homenaje y una lápida conmemorativa la labor que durante estos 226 años han venido prestando los guardas del acueducto.  En fin, Málaga en estado puro.                                                                         

   Descanse en paz el bueno de D. Enrique.  

IHPMalagueñas

Málaga - 2010

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