Ya hemos visto que la torre parece ser que se construyó en 1506 por mandado del obispo de Málaga.
No será hasta 1571 que no tengamos otra
noticia y es la que nos dice que en la visita realizada ese año por Luis
Machuca y Antonio Berrio, estos hablan de una estancia y no de una torre,
posiblemente debido a que la torre estuviera en estado defectuoso o hubiera
sufrido alguna fractura en su fábrica, por lo cual se ordenó su reconstrucción
a Gaspar de Avendaño, quien cobró por las obras mil cien ducados, la cual para
diciembre de 1575 se hallaba a la mitad de la bóveda, lo cual sugiere que se
terminaría en los meses siguientes
Habrá que esperar a 1726 para volver a tener
noticias de este edificio, cuando Bartolomé Amphoux informa que necesita
reparos, recalzar una parte, hacerle un suelo de hormigón, revocarla por fuera,
ponerle una puerta, etc., presupuestándolo en cuatrocientos veinte reales de
vellón.
En un informe anónimo de 1759 se indica que
necesita de un lugar común, algunos repellos y diversos recalzos,
presupuestándolo en doscientos reales de vellón.
En 1762, Antonio María Bucarelli dice en el
informe que realizó que estaba a un cuarto de legua del mar y que no interesaba
mantenerlo porque lo consideraba inútil, de modo que aconseja su abandono y
proponía construir una nueva en la playa habilitada para soportar dos cañones
de a veinticuatro libras, lo cual presupuestó en ocho mil escudos.
Esta idea se vio ratificada en 1765 cuando
Esteban de Aymerick señala un nuevo emplazamiento donde ubicar la nueva torre,
a la que se la dotaría con dos cañones de a veinticuatro libras, obras que Juan
de Urbina presupuestó en cien mil reales, aunque parece ser que este proyecto
no llegó a buen puerto, pues en 1773 vemos como se propone uno nuevo, según
informa Ramón de Navas, en el cual ahora se habla de construir una
torre-reducto, dándole el contrato a
Santiago de Tarsis.
Todo debió quedar en agua de borrajas, pues
al año siguiente Francisco Gozar dice que la torre debe demolerse y edificar
una nueva habilitada para dos cañones de dieciséis o de veinticuatro libras, volviendo
a nombrar a Santiago de Tarsis como constructor.
Desconozco si se llevó a efecto la
construcción, pero por una noticia de diciembre de 1781 se sabe que estaba en
buen uso y que en 1783 necesitaba una buena mano de cal y una para la puerta.
El 1803, Felipe de Paz la define como torre
solo apta para hacer señales y después de esto ya no hay más noticias de
relevancia hasta 1857, que Miguel Herrera García expone que no era necesaria
para formar parte como estación de la red de telégrafos que se estaba proyectando
implantar.
Por este Herrera sabemos que en ese momento
se hallaba situada a más de medio cuarto de legua, es decir como a un kilómetro
y medio de la playa y que esa distancia la inhabilitaba para ejercer la función
para la que fue construida, aparte de que se hallaba en mal estado. Añadía que
era forma cilíndrica y con una circunferencia de treinta varas, es decir, 27,
077 metros, prácticamente ocho metros de diámetro, teniendo posiblemente entre
diez u once metros de altura.
El paso del tiempo y los cambios en la
defensa de las costas determinó que fuera poco a poco cayendo en el abandono,
aunque no obstante todavía en 1945 apareció un informe sobre ella. Es probable
que fuera vendida cuando el Estado puso en venta inmuebles de este tipo en el
último tercio del siglo XIX.
La fuerte presión urbanística en la zona y
las modificaciones realizadas en la desembocadura del Guadalhorce acabaron definitivamente
con ella, quedando tan solo su recuerdo en los libros y periódicos.
Noticias sobre su dotación
La primera noticia que he encontrado sobre
esta torre está fechada en 1511 y habla sobre donde deben ir a dormir los
torreros:
"Otrosy en la torre de los Molinos a de aver tres
ombres el uno que este contino estante por atalaya en la dicha torre y el otro
que baya a dormir cada noche por escucha, a la torre bermeja con la otra guarda
que viene de torrequebrada y otro dia de mañana buelba vuelva haziendo su atajo
hasta la dicha torre y el otro que vaya a dormir cada noche por escucha a la boca del rio Guadalquibilejo y
otro dia de mañana vuelva haziendo su atajo hasta la dicha torre de Molinos;
estos a de poner la çibdad o quien yo mandare; aseles de pagar veynte e cinco
maravedies cada dia a ada uno de ellos la paga de los moros.
En
1571 la torre o estancia contaba con una dotación de dos guardas.
En noviembre de 1763, Juan de Urbina dice en
su informe tras su visita de inspección que contaba con dos torreros y que
estos disfrutaban de seis fanegas de tierra de secano. Al año siguiente, se
publicó un Reglamento por el cual se determinaba que debía tener un cabo y tres
torreros de dotación.
En 1803 había un cuerpo de guardia en los
alrededores.
En 1830, Mauricio Rodríguez de Berlanga
informa que la torre cuenta con una dotación de un cabo y tres torreros, a lo
que añadir que según Miguel de Santillana en 1849 disfrutaban estos de catorce
fannegas de tierra para su consumo.
Noticias en torno a la torre
La única noticia que he encontrado una
noticia data de 1886, la cual se desarrolla en un cortijo llamado Torre del
Río, donde el sábado diecisiete de abril ocurrió un enfrentamiento entre carabineros,
guardia civil y contrabandistas, siendo apresados siete de éstos últimos y
aprehendidas varias cargas de tabaco después de sostener un intenso tiroteo.
El llamarse el cortijo Torre del Río sugiere que la torre entonces se
hallaba en una propiedad.
NOTA: La imagen de la torre es a modo de ejemplo, solo para ilustrar el artículo, no es la torre en cuestión. Ha sido tomada de internet y es una pintura original al óleo sobre papel especial. Torre vigía nº 4. No se puede usar la imagen con fines comerciales, económicos, de propaganda ni para ningún fin crematístico.
IHPMalagueñas
Málaga - 2020