miércoles, 16 de noviembre de 2016

EL REGIMIENTO DE CABALLERÍA DE MÁLAGA. 1706 - 1715 © ® (1ª PARTE)

El Regimiento de Caballería de Málaga. 1706-1715

Un regimiento de circunstancias

       Antiguamente existía la costumbre de levantar Regimientos o Compañías por iniciativa privada, es decir, un individuo presentaba al Rey oficio por el cual pedía licencia para levantar un Regimiento o equis Compañías, petición que normalmente solía ser aceptada sin demasiados inconvenientes, solo los derivados de la burocracia. Esta aceptación se realizaba por medio de unas Capitulaciones.


   Tras su firma, se expedían las correspondientes patentes para los Oficiales que lo habían de mandar y ponerlo en funcionamiento orgánicamente, procediéndose luego a reclutar a los hombres que lo habían de servir, vestirlos, equiparlos y armarlos, todo ello a expensas del promotor de la idea, y una vez cubiertas todas las necesidades y condiciones que había que cumplir, se pasaba la primera revista, tras la cual pasaba a percibir el sueldo por parte de la Tesorería real, recibiendo los caballos que se necesitasen si lo levantado era de Caballería. No obstante esto, en el caso que nos ocupa las Compañías pasaban a formar parte del Ejército con los caballos incluidos.

   En el año de 1705, había en España veintitrés Regimientos de Caballería, pero debido a las necesidades de organización y efectividad derivadas de la Guerra de Sucesión se hizo necesario levantar nuevos Regimientos que dieran mayor fortaleza y operatividad al Ejército de Felipe V y, así, por Real Decreto de diez de febrero de 1706 se crearon once nuevos Regimientos, a saber:  




   El treinta de Diciembre de ese año, se ordenó por Real Ordenanza que las Compañías corrieran por cuenta de los Capitanes desde el primero de Enero del año siguiente.


   Así, tras estas disposiciones y otras que se tomaron, la caballería quedó compuesta por cuarenta y seis Regimientos y diecisiete mil seiscientas sesenta y cuatro plazas, lo cual suponía una fuerza de bastante consideración y que permitía atender a las necesidades de la guerra, aunque posteriormente se crearon algunos Regimientos más, como Cuantiosos de Extremadura, creado el cinco de Abril de 1707 y mandado por el Marqués de Lorenzana; el Pastor, creado el nueve de Diciembre de 1709 y mandado por D. José Pastor; el Vendome, creado también el nueve de Diciembre de 1709 y mandado por D. Francisco Rivera; y el 3º de Granada, creado el diez de Noviembre de 1710 y mandado por el conde de Torreplana.

   La marcha de la guerra en 1706 parecía hacer creer que se iba a producir la derrota definitiva de las tropas de Felipe V, las cuales se vieron atenazados por el enemigo por el oeste con la incursión que realizó desde el vecino Portugal aprovechando la sublevación que se había producido en Aragón.

   Esto llevó a la puesta en juego de todos los recursos materiales y humanos disponibles en vista a una dura y fundamental campaña militar y Felipe V, vistas las deserciones y las bajas habidas en sus ejércitos  decide ponerse en persona a dirigir la recuperación de las zonas perdidas y para llevar a buen puerto su proyecto toma una serie de medidas para aumentar tanto el número de efectivos como la efectividad de sus ejércitos, estando entre esas medidas la de reclamar la ayuda del conjunto de la población española, incluidos la aristocracia y la alta burguesía. Con esta medida evitaba, entre otras cosas, las tan impopulares levas forzosas.

   En el caso de la llamada a la aristocracia andaluza, esta se realizó a través de un Real despacho, dado en Madrid el 9 de febrero de ese año dirigido a todas las ciudades cabeceras de reino y a los ayuntamientos de mayor importancia, en el que se animaba a los aristócratas y a la alta burguesía de esos municipios y sus partidos a que se interesaran en la defensa de la Patria, es decir, a contribuir al mantenimiento de la integridad territorial, conminándolos a ponerse a las órdenes del marqués de Villadarias, a cuyo cargo se encontraba Andalucía, como Capitán General del ejército y costas de Andalucía que era.

   Mediante este sistema se consiguieron levantar bastantes regimientos, tanto de Infantería como de Caballería, obteniendo a cambio el "empresario" algunas ventajas, como el inmediato cargo de Coronel del regimiento, el cual debería ser elegido entre los nobles de mayor prestigio y con el fin de atraer a la nobleza, Felipe V concedió una serie de privilegios, tales como el fuero militar  y ciertas prerrogativas como mejores sueldo, concesión de hábitos de Órdenes Militares, posible título de Castilla y  distinción en el vestir. 

   Otro de los beneficios era que se le entregaban al "empresario" todas las patentes de Oficiales firmadas y en blanco, con lo cual tenía la facultad de escoger dichos oficiales mediante la venta de dichas patentes, sufragando así parte de los gastos derivados de la puesta en pie de las compañías o del regimiento. El Coronel vendía los despachos de Oficiales y estos en muchos de los casos le proporcionaban los soldados que fueran necesarios para poner en pie la nueva unidad. 

   Así mismo, quien compraba una de estas patentes conseguía un sueldo de por vida a cargo del Estado, sueldo que se incrementaría conforme fuera progresando en el escalafón, más la honra de servir al rey con la carrera de las armas, carrera que, además, daba la posibilidad de aspirar al ennoblecimiento para sí y los descendientes, pues al ser la carrera militar algo noble, ésta confería nobleza al que la practicara. La parte, digamos perversa del asunto, era que se colocaba al frente de un regimiento o de una Compañía a personas que en su vida habían manejado un arma, como no fuera una escopeta de caza y que no tenían experiencia alguna en el mando militar y desconocían el arte de la guerra y el trato con los Oficiales y los  soldados. Incluso se dieron casos de dar el mando de Compañías a jóvenes menores de dieciocho años.

    Ejemplo de patente firmada y en blanco, puede ser la que se le entregó a D. José de Cea Salvatierra para el nombramiento de los Oficiales del regimiento que mandó y Oficiales de las Compañías por él levantadas:

El Rey

   “Por quanto atendiendo de los servicios de Vos Dn Sr.___________________ he tenido por bien elegiros y nombraros (como en virtud del presente os elijo y nombro) por Theniente de una de las tres compañías de cavallos que el Theniente Coronel de Infantería Don Joseph de Cea Salvatiera ha ofrecido levantar a su costa dando los vestidos de los Soldados los Cavallos Equipages y Armas correspondientes a ellas para que dichas compaías y las nueva que ai sueltas en Málaga se le forme un Reximiento de Cavalleria de que le he nombrado por Coronel. Por tanto mando al Capitan General o persona que Governase las Armas en aquella parte donde…….” 

   Como ya se ha dicho, en virtud del Real decreto de diez de Febrero de 1706 por el que se ordenaba el levantamiento de nuevos Regimientos de Caballería, se levantaron cuatro Compañías reclutadas por la ciudad de Antequera, tres por la ciudad de Málaga y dos por el Obispado de de la diócesis de Málaga. A estas se añadirían las tres Compañías que se ofreció a reclutar, vestir, armar, equipar y montar, todo a sus expensas, D. José de Cea Salvatierra, quien solicitaba para sí el cargo de Coronel del regimiento resultante y la concesión de las mercedes de tres hábitos de Caballeros de la Orden de Santiago, para él y para sus hermanos Bartolomé y Nicolás. (7). Desde luego, obtuvo el hábito de la Orden de Santiago, así como sus hermanos.

   Recibió este Regimiento el número 35 en la escala y el nombre de regimiento de Caballería de Málaga.
   Tras haber abandonado nuestras tropas los Países Bajos e Italia y venidos a la Península los Regimientos que allí había, el dieciséis de Julio de 1714 se confeccionó una relación general de los cuerpos de Caballería existentes, dando por resultado la cifra de cuarenta y siete de ellos, entre los cuales figura el de Málaga, que cuenta con tres Escuadrones.

   Como consecuencia del fin de la Guerra de Sucesión y de la firma de los Tratados de Paz de Utrech y Ranstadt se procedió a una reforma de los Regimientos de Caballería y de esa manera tenemos que el veinte de Abril de 1715 se previene que los Escuadrones se formasen de cuatro Compañías y sin alterar el de doce de estas por Regimiento, pero a la vez se consideraba que las necesidades orgánicas del Ejército eran otras y por tanto se procedió a una reforma, que conllevó la extinción de algunos de los Regimientos de Caballería existentes y como consecuencia de esa reforma el Regimiento de Caballería de Málaga queda extinguido.

CONTINÚA

 IHPMalagueñas
Málaga - 2016

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