miércoles, 16 de noviembre de 2016

EL REGIMIENTO DE CABALLERÍA DE MÁLAGA. 1706 - 1715 © ® (5ª PARTE)

   Año de 1710


   1- En veinticinco de enero de 1710, el regimiento o parte de él, con su Coronel, se halla en Orihuela, provincia de Alicante.

   2- Entre el nueve y el trece de junio de 1710, alrededor de dos mil hombres del bando austracista realizaron un ataque sorpresa sobre la población tarraconense de Mora de Ebro, asaltándola, haciéndose con el control, tras la defensa realizada por las tropas borbónicas allí destacadas.

   Entre esas tropas se encontraban el Regimiento segundo de Guadalajara y algunas compañías de Caballería, entre las cuales una, al menos, era del Regimiento de Málaga, cuyo Capitán, Diego Antonio de Molina Miñano fue hecho prisionero junto a otro de su misma arma, dos de Infantería, algunos Subalternos y alrededor de sesenta soldados durante la defensa de la plaza.

   Los del Regimiento segundo de Guadalajara, que estaban de guarnición, consiguieron retirarse y atrincherarse en la iglesia y el castillo, realizando una buena defensa, conteniendo y haciendo retirar a los enemigos, pero ante la superioridad numérica de estos se retiró dos días después, habiendo antes procedido a la demolición de algunas de las fortificaciones del castillo. La plaza quedó después abandonada de ambos bandos y nuestro Capitán Diego Antonio de Molina Miñano, junto a los demás, quedó en poder de los austracistas, no siendo hasta primeros del año siguiente de 1711, cuando los borbónicos, tras la reconquista de Miravet, recuperen toda la zona y la guerra en la comarca se decante por ellos, que no recuperarán la libertad, pudiendo volver el Capitán Molina a ponerse al mando de su Compañía.

   3- El cinco de julio se halla el Regimiento de Caballería de Málaga en el campo real borbónico, en Ibars, desde donde junto al resto de la Caballería realizaban encuentros armados contra el enemigo por la zona de Bellacire, la Ribagorza, la plana de Urgell y otros, sobre todo la plaza de Balaguer.

Mapa Batalla de Almenar
   Reforzaron los borbónicos la plaza de Lérida con el objeto de asegurarse la principal vía de escape en caso de necesidad y ante la tenaz resistencia de los sitiados en Balaguer, se decidió que algunas unidades, principalmente de caballería, se dedicaran a labores de vigilar y ocupar los caminos que pudieran conducir refuerzos y avituallamiento a esa plaza, a la vez que se devastaban los campos circundantes, a ver si así se conseguía tomar la plaza y despejar el camino a Barcelona, acciones que produjeron algunos frutos con la ocupación de algunas plazas de los alrededores.

   Julio se presentó caluroso en extremo, provocando la falta de agua y la insalubridad del lugar, lo que afectó a las tropas, obligándolas a retirarse el día veinticinco y posicionarse junto al puente de Lérida, precisamente cuando los austracistas recibieron los refuerzos que del Ampurdán y de Italia esperaban y pasando e inmediato el general Stanhope a ocupar las alturas cercanas a Almenar y tomando bajo su control el paso del Noguera a la altura de Albarrán.

   Mientras eso hacían los austracistas, las tropas del Rey Felipe, levantaban el campo para dirigirse a donde se hallaban sus enemigos, pero Stanhope, que iba un paso por delante, emprendió la marcha hacia Albarrán, cruza el Noguera alrededor de las seis de la mañana del día veintiseis y se hace con la plaza  unas cuantas horas antes de que las avanzadas de los borbónicos se posicionaran en Almenar, esperando al resto del Ejército, mientras que en esos mismos instantes los aliados se encontraban perfectamente formados y, lo que es más importante, muy descansados, esperando a sus enemigos.

   El grueso del ejército borbónico, que llega cansado, empieza a tomar posiciones y a formar sus líneas de batalla el el llano del Sas, enviando el marqués de Villadarias a la Caballería y a algunos batallones de Infantería a las alturas cercanas, dividiendo a estas fuerzas en dos líneas: la primera con veintidós escuadrones y la segunda con veinte, situando a la infantería diseminada entre esos escuadrones.

   Los tres Escuadrones del Regimiento de Málaga se prepara para actuar junto a los otros cuarenta y uno. Se acerca la hora decisiva y el rey Felipe avanza a ponerse al frente de sus soldados.

   A las siete de la tarde, los austracistas reciben la orden de atacar y aprovechando que los Escuadrones borbónicos aun están en marcha, diez y seis de los enemigos se lanzan en tromba sobre ellos, quienes logran contener la embestida y ponerlos en fuga y lanzarse a la carga, pero la infantería aliada, al mando de Staremberg, logra contener el ataque borbónico, permitiendo que la caballería aliada se reponga, de media vuelta y contraataque y aunque se trató de poner orden en las líneas de batalla borbónicas, la izquierda cedió de inmediato ante el arrollador empuje austracista, resistiendo tenazmente la derecha, aunque en vano, pues acabó cediendo y batiéndose en retirada, lo que fue aprovechado por Staremberg ordenando un furioso ataque a la segunda línea borbónica, consiguiendo ponerla en fuga acosados por la caballería aliada.

   Aunque algunos Escuadrones -de Osuna y de Vallejo- retrocedieron para socorrer a la infantería y cargar contra el enemigo, fue inútil y lo único que consiguió fue conseguir que aquella se uniera al Ejército.

   A las poco más de dos horas de combate todo estaba decidido: los austracistas eran dueños del campo y su victoria indiscutible y los borbónicos, tras conocer la retirada del rey Felipe a Lérida, se pusieron en huida desordenada, desembarazándose de los bagajes y municiones, revuelta la Caballería con la Infantería y dejándoles a los austracistas trescientos prisioneros y un botín rico en armas, municiones, bagajes, algunos cañones y ocho estandartes y, lo que es de lamentar: la bien conceptuada Caballería borbónica cayendo en el descrédito.

   Pero la guerra no había terminado y tras este desgraciado combate marcha de nuevo el Regimiento a la provincia de Castellón. 

CONTINÚA

IHPMalagueñas
Málaga - 2016

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