sábado, 28 de agosto de 2021

ANTONIO MENDOZA RUEDA. CIRUJANO.

   Hijo de un cirujano natural de Andalucía, nació en la ciudad de Málaga, a principios del siglo XIX, según parece en 1811.

   Hizo sus primeros estudios en el Colegio de Cirugía y Medicina de Málaga (colegio de vida efímera) y para 1830 ya se hallaba en Madrid, cursando la carrera de Medicina en el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos.

   En 1832 opositó a una plaza de médico cirujano del ejército, que ganó, siendo destinado como tercer profesor al regimiento de infantería de Zaragoza y cuando comenzó la Primera Guerra Carlista, asistió a numerosas acciones, en una de las cuales resultó contuso. En la acción de Peñacerrada (Álava), obtuvo la Cruz de San Fernando "...por haber defendido el hospital de sangre con las armas en la mano", acción que tuvo lugar entre el veinte y el veintidós de junio de 1838.

   Una vez finalizada la guerra,  en 1841 logró plaza en el hospital militar de Barcelona, permaneciendo en el ejercicio de su profesión hasta 1844, año en el obtuvo la cátedra de Anatomía Descriptiva en la facultad de Ciencias Médicas de la universidad de la ciudad condal, pero debido a un cambio en los planes de estudios, cesó en su cátedra al año siguiente, aunque en 1846 se le nombra catedrático de Anatomía Quirúrgica, Operaciones y Vendajes, cátedra que años más tarde recibiría el nombre de Patología y Clínica quirúrgica.

 Gran cirujano y mejor maestro, gracias a este malagueño se formó un numeroso grupo de cirujanos en Cataluña, estudiantes para los que en 1850 escribió un libro de texto titulado Estudios clínicos de cirugía, obra de gran interés en su momento, pues daba cuenta de los avances más recientes e innovadores en cuanto a las técnicas operatorias se refiere.

   El ser cirujano no era óbice para el uso y fomento de aparatos modernos para el estudio, estimulando, entre otros, el uso del microscopio como procedimiento de utilidad para el diagnóstico (análisis de sangre, de mucosidades, de orina, de pus, tumores, ...).

   Junto con otro cirujano, el catedrático de Anatomía Josep Castells, hizo experimentos con la anestesia en animales, siendo los primeros en usarla en intervenciones quirúrgicas en pacientes humanos. Concretamente, el dieciséis de enero de 1847 efectuó la primera operación quirúrgica con anestesia con una paciente, en el hospital de la Santa Cruz.

   Hombre inquieto y a favor  de las corrientes positivistas en Medicina que por entonces circulaban por Europa, fue un gran divulgador, impulsando la edición y publicación de revistas de medicina, de entre las cuales destacó El Compilador Médico, que estuvo en "los quioscos" entre los años de  1865 y 1869, así como fue director de la Revista médica farmacéutica, de vida breve.


   Presidió la Academia de Medicina de Barcelona y durante su mandato actuó como revulsivo de esta institución, sacándola del letargo y estancamiento en el que estaba.

   Mantuvo una actitud crítica con la homeopatía, de la que afirmaba que no merecía "el nombre de doctrina médica" (Real Academia de Medicina, 1853)

   Realizó bastantes viajes al extranjero, lo que le permitió adquirir el dominio de lenguas como el francés, el italiano, el alemán y el inglés. Así mismo, dominaba el latín y el griego. Falleció en Barcelona en septiembre de 1872.

   Escribió las siguiente obras:

- Medios generales para evitar los errores del diagnóstico, con referencia particular a la metritis crónica y aplicación del speculum de Fenner. (Memoria leída en la Sociedad Médica de emulación de Barcelona en octubre de 1842)  

- La infección piógena de Hospital (1846),

   - Reseña de la Clínica particular y quirúrgica correspondiente al curso 1847 a 1848 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (1848),

   - Estudios clínicos de cirugía y medicina. Comprende las clínicas quirúrgicas general, particular y especiales, conforme al orden de enseñanza establecida y reglamentos vigentes, 4 volúmenes (1850-1852),

   -  Enseñanzas e iniciativas (1854)

   - Hahnneman (reseña breve de su vida y de su sistema médico)

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Málaga - 2021

ANTONIO GÓMEZ ESPINOSA. CIRUJANO.

   Nació en la ciudad de Málaga, en el primer tercio del siglo XVIII.

   La primera noticia que tenemos de él, es que tras realizar estudios de cirugía en el hospital de Málaga, en donde fue cirujano mayor, pasó a continuar su carrera en la ciudad de Sevilla, donde se licenció en cirugía latina y ejerció de profesor de cirugía en la misma ciudad.

   Poco después, fue nombrado jefe de cirugía del Hospital General de esa ciudad andaluza. Así mismo, fue recibido como miembro de número de la Academia de Medicina hispalense.

   Tenemos noticia de una obra médica escrita por el y titulada Del modo y cautelas prácticas de la operación del paracentesis en la hidropesía ascitis, dando la fecha de su publicación en 1766, aunque fue leída en la Academia el año anterior, el dieciocho de abril de 1765.

   Sea cual sea el título, esta obra fue el resultado de las muchas operaciones de este tipo que realizó. En ella, realiza muchas observaciones, refuta a aquellos que restaban peligro a este tipo de operaciones, trata de la naturaleza de la enfermedad, de la manera de operarla, de la época más propicia para ello, sitio de punción, extracción de las aguas y como actuar después de la operación.

   En esta obra cuenta los casos de cuatro pacientes a los que operó en varias ocasiones, logrando que vivieran bastantes años.


   A continuación, un resumen del contenido de esta obra aparecido en las Memorias académicas de la Real de Medicina y..., de 1766:

   LECCION CHIRURGICA . Del modo, y Cautelas pràcticas de la operacion del Paracentesis en la Hydropesia Ascitis : Por Don Antonio Gomez Espinosa, Socio Chirurgico de Numero.

   La operacion de el paracentesis, por cuyo medio le extrae el Agua â los hydropicos Asciticos, no obstante ser de antiquissimo uso en la Medicina, ha merecido siempre una especial consideracion, a los que la ordenan, y executan. El sugeto, tiempo, y modo de hacerla, piden una summa prudencia, y consumada pràctica . 

   Mui bien los AA. yà antiguos, yà modernos, que de ella trataron, han prevenido, quanto conduce para su recta execucion. Pero con todo, â esta solo arriban, los que han empleado muchos años en manipularla. El A. de esta Dissertacion es uno de los Professores, que mas le han dedicado en este genero de operaciones; y esto mismo lo ha puesto en estado de poder por si mismo hacer las advertencias mas útiles.

   Despues de haver dado una ligera, y precisa idea de la hydropesia Ascitis, y modo de causarle, dirige su consideracion al tiempo, sitio, modo de hacerla, y cantidad de agua, que deba ser evacuada de una vez. Como esta enfermedad no tiene determinado numero de dias para su formacion, sino es que se observa ya con mas, yà con menos celeridad, segun la disposicion delas lymphas, y vasos, que las contienen; el tiempo de executar la operacion serà, quando el vientre contenga aquella porcion de aguas, que basten para elevarlo de suerte, que pueda perforarse el Abdomen, sin ofender alguna de las partes contenidas.

   El sitio, en que ha de hacerse la puncion, es entre el ombligo, y margen externo del huesso ileon. Assi la ha pràcticado el A, en quantas ocasiones se le han presentado, y assi lo aconsejan los Authores de la mejor opinion. Se hace cargo de que muchos han querido le haga la punctura en el ombligo; mas teniendo presente, ser parte mas expuesta à resultas peligrosas, necessitarle de mas declividad para la commoda extraccion de las aguas , y lo que su larga experiencia le ha enseñado, prefiere aquella à esta parte para la operacion. Y en quanto al modo, sigue el methodo de colocar al enfermo, faxarlo, &c. que se halla establescido por los mejores Pràcticos. 

  La cantidad de agua, que ha de sacarse (dice) serà toda, la que permitan las fuerzas de el enfermo. De modo, que si estas dan lugar, para que se evacue, quanta se halla contenida, assi ls hará; y si no, aquella porcion, que ellas permitan, de que serà indice seguro el pulso, cuya robustez, o decadencia dirigirá al Artifice en caso de tan conocida importancia, para conocer, si ha de permitir la salida à toda, mitad, ò tercera parte, y aun menos, si las fuerzas no permiten otra cosa. Presenta quatro observaciones felices, y dignas de notarse, por la gravedad, â que havian llegado los pacientes. 

   Fuè en todos repetido varias veces el paracentesis, por cuyo medio lograron evadirse de el peligro cierto, que les amenazaba, y vivir muchos años con regular commodidad. Assegura, pudiera pressentar innumerables, y todas felices, por haver sido mui frequente su exercicio en este genero de operaciones. 

   Y concluye, que esto lo debe al conocimiento , que la misma pràctica le hà adquirido, de no hacerlas en sugetos, cuyas entrañas estèn ntrablemente ofendidas, debiles de fibras, y con alguna complicacion que haya puesto sus liquidos en estado de notable depravacion.

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Málaga - 2021

- Diccionario de cirujanos españoles, hispanoamericanos y filipinos, p. 53. J. ÁLVAREZ-SIERRA. 

- Anales históricos en la medicina en general, T. III, p. 380. Anastasio CHINCHILLA. Valencia, 1846

-Memorias académicas de la Real de Medicina y demás Ciencias de Sevilla: extracto de las obras, y observaciones, presentadas en ella el año de 1765. T. I, 167 a 172. Sevilla, 1766. 

martes, 24 de agosto de 2021

MANUEL MINGORANCE ACIÉN. PINTOR:

Nació en Málaga en el veinte de marzo del año de 1920, en un corralón situado en la calle Churruca, hijo de una familia humilde, orígenes que nunca olvidó y de los que nunca renegó.

Desde joven se sintió atraído por el dibujo y la pintura. A los 25 años marchó a Madrid, donde se inscribió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y fue en esa ciudad donde desarrolló su carrera artística.
El veintinueve de enero de 1956, tres días después de casarse con Lucía (desconozco el apellido), partió para Roma, pues había sido agraciado con la concesión de una beca de las de intercambio cultural por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores, para continuar sus estudios.
Permaneció en la capital italiana un año, pero tras volver a ganar otra beca, retornó a esa misma ciudad en 1958 y por otro año.
Fue un pintor cuyo estilo hunde sus raíces en la tradición pictórica de Velázquez y Goya y en los pintores del Quatrocento y del Renacimiento italiano. Siempre huyó de modernidades y abstracciones fuera de lugar
Falleció en su casa de Madrid como consecuencia de un fallo cardiaco en 2014.
Donó su obra a la ciudad de Málaga: 369 pinturas y lienzos, 209 dibujos enmarcados y 8.676 dibujos en diferentes carpetas. Además de todo eso, también incluía su donación 24 grabados y nueve obras de otros artistas, entre las que se encontraban dos bocetos y un óleo sobre lienzo de Félix Revello de Toro, fechado en los años cuarenta.
El cuatro de marzo de 2005, fue nombrado Hijo Predilecto de Málaga a la vez que recibía la Medalla de Oro de la Ciudad, todo durante un acto que se celebró en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de la capital.
En Málaga tiene dedicada una placa en la calle de Churruca, en el lugar que ocupó el corralón en el que nació. A todas luces, creo que es insuficiente este reconocimiento y pienso que este gran pintor malagueño merecería que una calle de la capital malagueña llevara su nombre o que algún busto suyo adornara alguna plaza o jardín... o las dos cosas.
Nota: la foto de Manuel está tomada del Diario SUR digital 17-6-2009.
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Málaga -2021

miércoles, 18 de agosto de 2021

ENRIQUE GARCÍA DE TOLEDO CLEMENS.

   Nació en Málaga, el treinta y uno de mayo de 1884, hijo de Joaquín García de Toledo Hárrison y de Helena Clemens Ramírez, familia de clase acomodada, de la alta burguesía malagueña.

   Era socio del Real Club Mediterráneo de Málaga y en 1904, fue uno de los que a remo llevaron al rey Alfonso XIII desde el barco Giralda al desembarcadero del puerto de la ciudad de Málaga, a bordo de una escampavía de ese Real Club, cuando el rey cursó visita a esta ciudad.

   El veinte de agosto de 1909, sentó plaza de voluntario en infantería, en el ejército de operaciones de Marruecos, en Melilla.

   Entre ese año de 1909 y el de 1912, debió de haberse hallado en diferentes operaciones militares. Esto nos lo confirma el hecho de que fue agraciado con dos cruces de plata con distintivo rojo del Mérito Militar, cruces que en 1913 canjeó por una de primera clase de la misma Orden y mismo distintivo.

   Aunque no tengo la información pertinente, habida cuenta su trayectoria y la documentación manejada, parece ser que se presentó a los exámenes para integrar la reserva gratuita, para lo cual ya debía ser sargento.

   Evidentemente, para poder acceder a este tipo de reserva, tuvo que haber demostrado no solo condiciones académicas o profesionales suficientes, sino que además tenía que haber demostrado también poseer aptitudes militares suficientes y óptimas para engrosar este tipo de  reserva, lo que a todas luces parece ser que demostró entre 1909 y 1912, lo cual induce a pensar que participó en algún hecho de armas, demostrando resolución y dotes de mando.


Enrique García de Toledo Clemens

   El trece de febrero de 1912, promocionó a segundo teniente, empleo que mantiene con ese nombre hasta 1918, que pasó a ser alférez, manteniendo la misma antigüedad que tenía como segundo teniente.

   No sabemos cuánto tiempo permaneció en el ejército de operaciones, pero si sabemos para 1915 ya le vemos como reserva gratuita en la segunda región y así hasta 1919, que es la última noticia militar que de él tenemos, pues en este año la escala gratuita quedó disuelta y parece ser que nuestro hombre no se integró en la escala de complemento -lo que sustituyó a la reserva gratuita-, se licenció y retornó a la vida civil y a sus negocios.

   En 1918, aun en la reserva, adquiere un solar en la playa de Pedregalejo, a la altura del conocido como monte de San Telmo, a unos tres kilómetros del centro de la ciudad, un lugar bastante despoblado y, en principio, poco atractivo para el negocio que decidió montar: un balneario, con instalaciones y demás para tomar baños de mar al aire libre, al que puso por nombre Baños del Carmen.

   Así, el diez de enero de 1918 solicitó y obtuvo permiso para instalar cincuenta casetas de lona y madera y ya en el julio siguiente instala sillas y mesas en un pequeño bosquete de eucaliptos que allí mismo había, todo al "estilo de San Sebastián". Para sorpresa de todos, tras su inauguración el dieciséis de julio, el balneario tuvo mucho éxito, pues tuvo su propietario la vista de enfocarlo hacia la alta sociedad malagueña, quien respondió como esperaba.

   Desde entonces hasta hoy... ya es otra historia.

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Málaga - 2021

sábado, 14 de agosto de 2021

EL BAUTIZO DEL BORRACHO, POR NARCISO DÍAZ DE ESCOVAR.

    Buenos días.

   Aquí traigo un nuevo chascarrillo escrito por el cronista malagueño Narciso Díaz de Escovar, de su serie Cosas de mi tierra. Esperamos que lo disfruten. 

Buen cuerpo, cómo que fue cabo de gastadores cuando prestó servicio al rey, buenos ojos y buenos andares, tenía Pepe el de los «Morcillones», muy querido en el barrio de la Trinidad, donde en su época, pues ya había pasado de los treinta años, fue el preferido de las mocitas y el coco de las mamas, que tenían datos fehacientes de cómo las gastaba mi hombre en cuestiones de amoríos y de su inconstancia probada, que hizo llorar á más de una soltera.
Pepe trabajaba en una de las compañías del Muelle, y cuándo el trabajo escaseaba, no perdía el tiempo ni el jornal, pues se dedicaba á la venta de morcillones, boquillas de la isla y otros mariscos, por las calles de la ciudad.
A esta industria debía el apodo con que se le conocía, y que jamás le produjo molestia alguna, antes bien lo aceptaba como si de un título nobiliario se tratase.

Mi hombre tenía sus defectos, pero ninguno tan grande como su afición desmedida al zumo de las uvas.
Todas las noches "copeaba" de lo lindo; y al llegar un día festivo, comenzaba á recorrer estaciones, y de taberna en taberna, visitaba todo lo más florido del gremio de expendedores de vino, dejando en cada visita una perra gorda á cambio de un vaso de vino-Málaga» adulterado.
Al llegar la noche, algún amigo cariñoso y paciente, lo conducía casi arrastrando á su sala de la calle del Carril, ó con los peores modales cuidaba algún municipal de buscarle cama en la Prevención, donde ya todos le conocían, mirándole como competidor del famoso "Botáco", tan popular en los barrios malagueños.
Llegó la tarde del Corpus, y Pepe el de los Morcillones quiso celebrar la fiesta con toda solemnidad, no sólo por consideración al día, sino por la buena venta que había hecho aquella misma mañana, gracias á unos rumbosos botijistas que á buen precio se quedaron con toda la mercancía para obsequiar á sus parientes y amigos de Alcaudete.
Pepe cogió una "mona" descomunal. Dando traspiés pudo llegar hasta el "jondilón" de la Plaza de la Merced; pero allí se rindió á discreción y cayó al suelo hecho un pellejo. ,
Corrieron á levantarle Paquillo el mozo del establecimiento, y dos veteranos consumidores que allí se encontraban, pero todo en balde, el de los Morcillones no daba cuenta de su persona; ni se movía, ni hablaba.
En esta situación, llamaron á Manolo el sereno, que dejando el diálogo interesante que sostenía con un vecino de la calle de la Victoria, con el chuzo en una mano y el farol en otra, acudió á cumplir sus autoritarios deberes.
Viendo Manolo el estado de aquel hombre, se le ocurrió para que volviera en sí, rociarle la cabeza y cara con agua. Dicho y hecho
El dependiente le proporcionó un jarro que rebosaba, y aquello fue una ducha. El borracho, impasible, á pesar de que lo pusieren convertido en un surtidor.

Nueva ducha mayor que la de antes.

Entonces Pepe hizo un movimiento.

El baño había hecho efecto.

Abrió los ojos, miró al sereno y se sintió empapado.
El agente de la autoridad se apresuró á decirle: —¡Vamos para arriba!

— ¡Si no pueo, si no pueo!—replicó Pepe. —

Está bien. Díme, ¿cómo te llamas? —

¡Como osté quiera, señó sereno! —

¿Te estás burlando, granuja?

Entonces Pepe con tono sentimental, exclamó:

—¡No es eso, compare! Es que como me está osté bautizando, yo le permito que me ponga el nombre que le dé la rial gana.

NARCISO DÍAZ DE ESCOVAR

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Málaga - 2021.   

domingo, 1 de agosto de 2021

TORRE VIGÍA O ALMENARA DE LAGOS (VÉLEZ MÁLAGA)

    Lagos es una pedanía costera oriental del término municipal de Vélez Málaga, situada a unos 12 quilómetros de esta última ciudad y a unos 45 de Málaga capital.

   Cuenta con menos de mil habitantes y debido a que es zona costera, es destino turístico, habiendo más zona construida que la necesaria para su población, pues cuenta con segundas residencias de gente de Málaga o de provincias del interior de Andalucía y con un significativo número de apartamentos turísticos. Además, a unos 7 quilómetros hay un campo de golf.

   En este núcleo poblacional se halla situada una torro vigía, del mismo nombre que la localidad, fabricada de mampostería, con ladrillo en la base, en las troneras y en el hueco de la puerta. Se halla la torre a a 20 metros sobre el nivel del mar y próximo al río -rambla- del mismo nombre-, de forma troncocónica, con 26 metros de perímetro mayor y algo más de 8 metros de altura.

   Su interior es una base maciza en su primer cuerpo, sobre el que se sitúa una cámara dividida en dos alturas: la inferior, con cuatro ventanucos o troneras y la suprior, que es donde se encuentra la puerta de entrada, mediante un arco escarzano, orientada al norte y protegida por un matacán, del que queda poco menos que el recuerdo, y el acceso a la azotea y la chimenea. En la azotea encontramos un cuerpo circular que sobresale y que es el tiro de la chimenea para las señales diurnas con humo y donde se quema combustible para las señales luminosas nocturnas.

   Se halla en un estado aceptable de conservación, aunque presenta zonas deterioradas, fundamentalmente en la parte superior y junto a la puerta del acceso al interior de la torre. Además, como no puede ser de otra manera en esta tierra de vándalos, es víctima de las pintadas estúpidas y sin ningún sentido, carentes de estética e irrespetuosas con la propiedad pública.

   La primera referencia que he encontrado de esta torre es de  hacia 1497, cuando se la menciona como una estancia del término municipal de Vélez Málaga donde los moros de Benamocarra, Carcis, Santillana y Peaupel construir dicha torre, recibiendo la ayuda de los vecinos de Lagos. En 1501 aun aparece como una estancia.


   Al final fue construida, con suelo de madera y no de bóveda, aunque durante la revuelta de los moriscos fue quemada, permaneciendo desocupada hasta 1571, tras lo cual se la vuelve a mencionar por Antonio de Berrio y Luis Machuca, quienes informa que a partir de esa fecha, aunque carecía de suelo, se la dota de guarnición. No obstante, ya se habían librado veintiséis ducados para su reparación y adaptación a las necesidades propias de su clase.

   "... Desde esta Estançia de Carchila la Torre de Lagos ... torre respeto de ser sus suelos de madera y no de boveda, la quemaron los moros despues del lebantamyento. Esta despoblada hasta quatro de Jullio deste presenta año de 1571que se bolvio a poblar, no ostante questa sin suelos, los quales y los demas reparos que la dicha torre a menester se enpeçaran luego a hazer, porquestan rrematados en veynte y seis ducados, con sus condiçiones hechas y el dinero librado en el rreceptor de las dichas guardas muchos dias ha por el Conde de Tendilla y y este dicho dinero, los diez y seis ducados dellos los rreçibio el Capitan Pero Belez, vezino de la dicha çiudad y los diez rrestantes el rrequeridor de dicho partido , que fue el que nos dio aviso desto, y assimesmo quedo a su cargo del mismo rrequeridor hacerlo todo cunplir. Aqui se a de adbertir y tener cuidado si este dicho rreparo se hace o no por estar el dinero entre las dos personas ya dichas, podria ser tardar en hazerse."

   Las siguientes noticias sobre ella son ya del siglo XVIII, donde se informa de las reparaciones que se necesitan hacer, según las visitas de inspección realizadas durante ese siglo y el siguiente por individuos como Felipe Crame, Antonio María Bucarelli, Juan de Urbina, Esteban de Aymerick, José Crame, Ramón de Navas, Francisco Gozar, Joaquí de Villanova y otros, que hablan de reparar bóveda, piso, recalzos, realizar repellos, reparar la cnimenea, el lugar común, la escalera, ..., en fin, todo lo que el tiempo -y posiblemente la mala calidad de los materiales- iba deteriorando.

   En el informe de 1763 se dice que tenía dos torreros y ocho fanegas de tierra de secano, incorporando un cabo en el informe el siguiente año y, al parecer, nunca contó con pieza de artillería alguna.

   En algún momento debió realizarse una obra de calado en la torre, pues en el informe presentado por Felipe de Paz en 1803 se dice que "...de nueva planta para señales y se hallaba en un monte a 200 varas del mar..." buen estado que es reafirmado por Juan Pérez en su informe de 1821 y por Mauricio Rodríguez de Berlanga en 1830, añadiendo este que necesitaba una escalera de esparto y otra de madera.

   En 1849, Miguel de Santillana informa que está bastante deteriorada y en 1854, José Herrera García dice de ella:

   "Fundada sobre un cerro que abanza hacia el mar sin tocar á su orilla por la retirada que ha ido haciendo este. Dista un quarto de legua largo de la torre anterior [torre vigía de Güí]. Su forma la de cono truncado: su objetivo vigilar las playas contiguas: su posición propia para el objeto: necesita varios reparos."

   El proyecto de estaciones telegráficas de José Herrera García incluía esta torre dentro de las hábiles para el establecimiento de la línea del telégrafo que recorrería la costa.








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Málaga - 2021