sábado, 23 de septiembre de 2023

CEMENTERIO INGLÉS DE MÁLAGA. GEORGE GUELPHS BARRELL. CÓNSUL DE ESTADOS UNIDOS 1818 - 1838.

    Nació en Massachusetts, Estados Unidos de América, el 14 de noviembre de 1780, aunque en otros sitios se dice que nació en Maine. Era hijo de Nathaniel y Sara Sayward.

   De él se conserva un diario, que es un relato encuadernado titulado "Diario de un viaje de Boston a Málaga en el bergantín Venus y regreso en la goleta Luisiana", donde refleja la vida de un marino y sus observaciones tanto escritas como dibujos de lo que veía en las costas españolas, fundamentalmente, para lo que nos interesa en nuestro caso, de la ciudad y costas malagueñas y de Gibraltar.

   Comienza su diario-relato en el día 13 de julio de 1806, cuando embarca en el bergantín Venus con destino, vía Azores, a la península ibérica, dando cuenta del estado de la mar o de su encuentro con corsarios españoles e ingleses, que en algunas ocasiones intentaron abordar su barco.

   Arribó a Gibraltar a mediados de agosto, plaza que describió con detalle: la plaza, la gente, el clima, la comunidad judía, los oficiales británicos, los edificios, ... Permaneció casi mes y medio en esa plaza, tras los cuales el bergantín puso rumbo a Málaga, donde llegó un par de días después y de la que también tomó numerosas notas e hizo algunos dibujos, permaneciendo en esta ciudad hasta el siguiente veintiocho de septiembre partió de regreso a Nueva York, aunque esta vez lo hizo en la goleta Luisiana, teniendo en este viaje de retorno el mar en contra, con tormentas y vientos contrarios, que hicieron que dicho viaje se alargase algunos meses.


Dos supuestos retratos del cónsul

   En este viaje, como ya se ha dicho, hizo notas y dibujos sobre sus observaciones de las costas, barcos, oficiales, paisajes, edificios, ... españoles, por lo que es posible que esto influyera para que en 1817 fuese designado como cónsul de los Estados Unidos en Málaga por James Monroe, presidente de ese país americano. Llegó a Málaga en 1818.

   Entre la poca información que de él tenemos, aparte de lo dicho sobre su viaje a Málaga, se sabe que era aficionado al arte y en su casa se podían encontrar un buen número de estas y de diferentes estilos y formatos. Se tiene conocimiento de    

- un óleo de San Gerónimo de medio cuerpo, en ademan de estar traduciendo la Biblia, de José Ribera,  llamado el Españoleto.

- doce cuadros que representan varios hechos de la Vida de San Pablo: son de 1,67 x 1,25  metros, ejecutados por Antonio Palomino.

- un San Antonio de igual tamaño, de Donoso.

   Las demás pinturas que se exhibían en las paredes de su casa, eran también muy escogidas, encontrándose, además,  muchos cobres y algunas tablas flamencas de buen estilo.

   Entre las piezas de arte que poseía, se hallaba un gran biombo de diez hojas, que por un lado representaba la conquista de México y por el otro una vista de esta ciudad.

   Según se dice, este biombo fue realizado por un nativo americano, que pasó a propiedad de la casa de los duques de Veraguas, obteniéndolo el cónsul del duque del momento, con quien mantenía una gran relación de amistad.

   Sobre él, se sabe que era una persona de carácter enérgico, vivo y franco, trato agradable y con un gran sentido de la caridad y con severidad en sus principios, siendo reconocido por cuantos ciudadanos estadounidenses que reclamaron sus servicios como un hombre firme y gran defensor de los derechos de sus compatriotas.

   Amigo de las Bellas Artes, sabía apreciar el mérito no solo de las obras, sino también de los artistas, prestándoles apoyo y aprecio cuando la situación lo aconsejaba y permitía.

   Aquejado por la enfermedad, se le recomendó un cambio de aires para ver si le sentaba bien a su salud, por lo que se trasladó a la ciudad de Barcelona, pero sin los resultados deseados, pues falleció en esa ciudad a la edad de 57 años, el 12 de noviembre de 1838, siendo sus restos trasladados a Málaga a bordo del vapor Mercurio, acompañados por su sobrino Guillermo Barrell.

   Su sepelio y traslado al Cementerio Inglés de Málaga el 17 de diciembre, fue seguido por una gran multitud de personas, que lloraron sentidamente la pérdida de este cónsul que supo hacerse un hueco entre los malagueños de su tiempo.

   En el Cementerio, su tumba se halla, o hallaba, en la Sección A, Tumba 16.

IHPMalagueñas

Málaga - 2023

lunes, 4 de septiembre de 2023

CEMENTERIO INGLÉS DE MÁLAGA: ROBERT BOYD

    Es bien conocida, porque se ha estudiado en el colegio en la asignatura de Lengua y Literatura cuando se trataba sobre el movimiento conocido como Romanticismo, la figura de Lord Byron, ese británico aristócrata, revolucionario, soldado y poeta lírico que llevado de un generoso sentimiento preñado del romanticismo de su tiempo, se halló luchando al lado del pueblo griego cuando este se levantó contra el imperio de los turcos por su independencia, cayendo muerto en el empeño a la edad de treinta y seis años.

   Lo que muchos ignoran es que otro aristócrata y militar británico, quizás igual de revolucionario que el anterior pero no menos impregnado hasta el fondo de su alma del espíritu del Romanticismo, ligó su suerte a la de los emigrados revolucionarios españoles que desde Londres urdieron entre 1830 y 1831 un plan para acabar con el régimen despótico y cruel que imperaba en España, régimen encabezado por un monarca vil y traidor a su pueblo, y prendado Robert de los ideales de esos españoles, uniéndose a ellos, cedió generosamente su hacienda y su vida para contribuir a la libertad y restauración de la Constitución de los españoles, pisoteada aquella y anulada esta por aquel ser vil y despreciable llamado Fernando VII y de sus despreciables colaboradores.

   Hablamos del irlandés Robert Boyd, quien murió fusilado por los sicarios del más despreciable de los absolutismos un once de diciembre de 1831, en la playa de San Andrés de Málaga.

Nació Robert el 7 de diciembre de 1805 en Templemore, condado de Londonderry, Irlanda. Fue el tercero hijo de Archibald Boyd, tesorero de Londonderry, y de Anne McNeill, nacida en Dunmore (Escocia), quienes contrajeron matrimonio en el año de 1792. Era, por tanto, hijo de una familia de importante posición social y económica de Derry.

   Si atendemos a la descripción que de nuestro biografiado hizo su sobrino William Boyd basándose en un retrato que al parecer había en el domicilio familiar de Robert Boyd, su aspecto respondía a estas características

   "...Sus ojos son azules, su tez clara, sus rasgos irregulares, pero no insignificantes. Su rostro, bien afeitado, está coronado por una abundante mata de pelo castaño claro. Mira a uno con una mirada de modesta audacia, no exenta de humor y sentimiento."

  Bien, la primera noticia que de Robert he encontrado es que el 2 de noviembre de 1814 es internado en el Foyle College-en un recién construido y bien proporcionado edificio de estilo georgiano, ubicado fuera de las murallas de la ciudad-, donde recibió una esmerada educación, propia de un individuo de su clase social.

   En 1824, con diecinueve años, ingresa en el ejército, siendo nombrado cadete por William Elphinstone, director del ejército de la Compañía Británica de las Indias Orientales, a propuesta de Sir Charles Macdonald Lockhart, jefe del regimiento nativo de infantería de Bengala, Nº 65 en la escala, consiguiendo el nombramiento de teniente en 1825 -en otras fuentes se dice que obtuvo el despacho de teniente el 9 de abril de 1826-, siendo su destino la ciudad de Mutra, tras lo cual, y por necesidades del servicio, se trasladó a la ciudad de Agra.

   Tras cuatro años de servicio en el ejército colonial, el 9 de noviembre de 1828 y por causas que no están claras, renunció a su cargo, aunque se especula que quizás fuera porque acabó harto o decepcionado de la Compañía de la India Oriental, íntimamente relacionada con su regimiento. Quizás su carácter rebelde, romántico y aventurero le hicieron ver que no era la India el destino que creía debía tener.

   Sea como fuere la cosa, parece ser que se desplazó a Filipinas, donde el día 14 del mismo mes, quizás días más tarde, el gobernador español aquellas islas, Mariano Ricafort Palacín, le expidió un pasaporte en Manila para que pudiera embarcar rumbo a Europa, haciéndolo en el bergantín holandés Luisa Augusta.

   Debido a su espíritu inquieto y aventurero e imbuido de los ideales propios del Romanticismo imperante en su época, se desplazó a Grecia para participar en la guerra que los griegos libraban contra los turcos por su independencia, aunque también, todo hay que decirlo, luchaba por mantener los intereses comerciales británicos en aquel país, que no todo es romanticismo. Parece ser que en Grecia obtuvo el empleo de teniente coronel, aunque ha pasado a la historia como un simple teniente.

   Finalizada la contienda heleno-turca en febrero de 1830 con el reconocimiento internacional de Grecia como estado independiente, Boyd retorna al Reino Unido, donde a través de un primo suyo, John Sterling, quien junto a otros había organizado un grupo llamado “Los Apóstoles de Cambridge” o “Los Doce Apóstoles”, cuyo objetivo era la ayuda a los españoles, que en torno a José María de Torrijos y Uriarte trabajaban para volver a España y combatir el absolutismo del tirano Fernando VII.

   Precisamente Torrijos, debido a su elevada capacidad intelectual, a su fino talento, a su porte elegante y distinguido, prestancia, elevadísima educación y superlativo amor a su patria, hizo volar la imaginación y elevado entusiasmo de aquellos jóvenes británicos de corazones generosos y románticos, quienes se lanzaron a ayudar a nuestros compatriotas con ayuda personal y económica.

   Animado por su primo, Boyd ingresó en dicho grupo, donde entabló relación de amistad con Torrijos y con quien se comprometió a prestarle su ayuda, tanto económica -4000 libras esterlinas, un pastón-como personal, embarcándose así en esta aventura que al año siguiente le llevó a través de Gibraltar a las cercanías de Málaga, donde el grupo de Torrijos, y Boyd con ellos, tras ser traicionados y detenidos, fueron llevados a la ciudad de Málaga, donde el 11 de diciembre de 1831 fueron fusilados por las fuerzas al mando del gobernador militar de Málaga, Vicente González Moreno.

   Su cuerpo fue recogido por el cónsul del Reino Unido en Málaga, William Mark y su hijo, William Penrose, quienes lo trasladaron al recientemente inaugurado cementerio inglés y enterrado allí, habiendo, aparte de las placas que un día señalaron su fosa en el antiguo recinto del cementerio, un obelisco, también en el cementerio aunque en la parte más moderna, en honor a su memoria, probablemente erigido en el entorno del año de 1930.

   En la ciudad de Málaga tiene una calle rotulada con su nombre, perpendicular a la calle Eduardo Marquina.

   Sus últimas cartas fueron las siguientes:

            Málaga,

   Convento del Carmen,

  10 de diciembre de 1831

             Medianoche

   Las tétricas noticias que esta carta incluyen, te las confío a ti de forma que lleguen a mi querida y venerada madre de la mejor manera posible. Antes de que recibas esta carta yo me estaré pudriendo en mi tumba en tierra extranjera.

    Los preparativos para el ajusticiamiento siguen su curso con presteza a mi alrededor; y mientras estoy sentado con cadenas entre mis sufridos compañeros en el refectorio desde el que te escribo, heraldos de muerte, vestidos con ropaje de tumba, revolotean a mi alrededor, agonizando, según los españoles, los pobres diablos ante la confesión. No han sido pocos y violentos los ataques que me han dirigido para hacerme retractar, y si esa es la versión que se difunde, estoy seguro de que sabrás desmentirlo.

   Gracias a Dios estoy tranquilo y perfectamente resignado, en un futuro tengo el presentimiento de que mi espíritu pedirá cuentas por mis errores. Esta noche se llevará a cabo un hecho tenebroso en el Convento de las Carmelitas. La acusación en este caso equivale a condenación.

   Piensa en mí en alguna ocasión, ya que a mí en este momento sólo me pasa por la cabeza el dolor que les supondrá esta noticia a mis adorados hermanos y hermanas. Vaya para ellos mi último abrazo y, si acaso llegan a sus oídos los avatares de mi vida, ojalá olviden mis locuras de otro tiempo con el pensamiento de que yo salí en defensa de algo para mí preciado, y no hay ni la más mínima sombra de deshonor en la muerte de vuestro hermano.

   Él es un hombre afortunado. Su vida ha llegado a su término. Para él ya no existe el futuro. Su vida fue limpia, clara; sin mancha fue y siempre lo será. No hay ningún momento siniestro que llame a su puerta con noticias de una desgracia. Él ya está lejos, más allá del deseo o del miedo. Ya no estará sometido al azar o al cambio de inestables planetas. ¡Ay, él ya está en paz!

   Mi último y más cariñoso abrazo para mi madre. Adiós.

   Tuyo por siempre. Con afecto

   Robert Boyd.

   Ten en cuenta que muero como un caballero y un soldado: me van a fusilar junto con otras sesenta personas en aproximadamente una hora.

Williams era su hermano.

------------------------------

   A la par que la anterior, escribió otra carta a un antiguo amigo que por entonces se encontraba en Gibraltar. Como en la carta anterior, manifiesta su temor de que circule cualquier información falsa sobre algún cambio en sus opiniones que pudiera manchar su nombre. Se desconoce el apellido del amigo a quien se le escribió.

               Málaga,

  Convento del Carmen,

  10 de diciembre de 1831

              Medianoche

   Mi querido Harry:

   Antes de que ésta obre en tu poder habrás perdido un amigo que siempre te tuvo un sincero aprecio. Los preparativos para el ajusticiamiento avanzan inexorablemente, y dentro de dos horas el caprichoso anhelo de la existencia habrá acabado. El sonido de las cadenas retumba en mis oídos; y esos heraldos del desastre, seres vestidos con ropaje siniestro, revolotean ante mí por el refectorio del convento desde donde escribo. 

   Me rodean insistiendo en que me retracte; pero como mi fe es un poco especial, y mis pecados (debido a su origen) no pueden ser perdonados con su mediación, me siento en la obligación de pedirte que desmientas mi retractación.

   Le he enviado 160 dólares al cónsul inglés.

   Piensa alguna vez en tu viejo amigo.

   Todavía tengo conocidos en Gibraltar y, ya que sería imprudente por mi parte decirte quienes son, dedúcelo y exprésales mis mejores deseos con tus propias palabras.

   Dios te bendiga mi querido Harry. Ojalá tengas más suerte y seas más afortunado que

   Tu afectísimo,

   Robert Boyd

   Parece ser que durante muchos años, en la capilla de Ense, sita en el interior de la iglesia de San Agustín, en la ciudad de Londonderry, hubo una placa en memoria de Robert Boyd en la cual se puede leer:

   Sagrado a la memoria de Robert Boyd, escudero de esta ciudad y en algún momento teniente del ejército de Bengala, quien con 53 valientes y devotos compañeros cayó en Málaga el 11 de diciembre de 1831 en un intento audaz pero infructuoso de derrocar el despotismo en España y promover la sagrada causa de Religión y libertad en ese país degradado 26 años.

   El retrato que pongo de Robert Boyd, es un cuadro anónimo, al parecer de 1827.Lo he encontrado en un libro escrito por el reverendo William Boyd Carpenter Algunas páginas de mi vida. Este individuo, como comenté al principio, era sobrino de nuestro biografiado.

   Como ya sabemos, sus restos mortales fueron enterrados en el Cementerio Inglés de Málaga, en el recinto primitivo y aunque no se sabe con exactitud cuál es su sepultura, si permanece aun su lápida, de la que pongo también foto. Así mismo, extramuros este primitivo recinto, se levantó en tiempos de Isabel II, y al parecer  costeado por la familia, un cenotafio a su memoria, con su apellido grabado en la parte delantera y en la parte trasera existe una lápida que reza los siguiente:

A la memoria

de

Robert Boyd Esqr

of

Londonderry Ireland

El amigo y compañero mártir

de Torrijos, Calderón, etc.,

que cayó en Málaga, en la

sagrada causa de la Libertad,

el 11 de diciembre de 1831,

de veintiséis años.

   



IHPMalagueñas

Málaga - 2023