El catorce de enero de 1912 aparecía publicado en un periódico de la provincia de Málaga una crónica que daba cuenta sobre la coronación de los reyes del Reino Unido como emperadores de la India.
En principio, esta noticia no tendría que aparecer en este blog dedicado a la provincia de Málaga, pero si lo traemos a estas páginas es porque dicha crónica fue enviada por, ni más ni menos, Anita Delgado, la famosa malagueña que contrajo matrimonio a la temprana edad de dieciséis años con el maharajá de Kapurtala, convirtiéndose, de un plumazo, en la maharaní de dicho principado indú.
No vamos ha hablar aquí de Anita Delgado, pues ya existen crónicas precisas sobre su extraordinaria vida y obra. Aquí, tan solo, vamos a transcribir la crónica que envió desde la lejana Kapurtala y aparecida en el periódico:
Artículo de una princesa
La popular Anita Delgado, la hoy princesa de Kapurtkala, esposa del soberano de este Estado indiano, estimada de millares de súbditos por su belleza y su talento, nos envía por conducto de un estimado amigo nuestro, unas cuartillas relatando la coronación de los Reyes de Inglaterra como Emperadores de la India, fiesta á la que ha concurrido y que ha sido revestida de gran solemnidad.
Con gusto las publicamos y agradecemos á la bella princesa malagueña, que no se olvida de su país y de sus paisanos, el favor que nos otorga. Hé aquí el articulo:
"DESDE LAS INDIAS Á MI TIERRA NATAL
Siendo interesante cuanto se relaciona con el viaje de los Reyes de Inglaterra á los Principados de la India y creyendo sinceramente que estas cortas líneas puedan interesar á los lectores de ese ilustrado periódico, no resisto á la tentación de transmitirles la impresión que he sentido al presenciar la visita de los monarcas de Inglaterra á este magnifico país.
Los Reyes llegaron á Bombay el 2 de Diciembre, y recibieron, desde luego una de esas ovaciones que demuestran la nobleza y el entusiasmo de un pueblo. Allí pasaron algunos días á bordo, hasta marchar á la ciudad inolvidable de Delhi.
El castillo soberbio donde se alojaron es un tesoro de curiosidades históricas y una arca de tradiciones y leyendas. Sus paredes nos hablan del pasado y de la historia de la India.
Todos los príncipes de las Indias, señores de millones de súbditos, con sus lujosas comitivas y los altos personajes Ingleses, esperaban la llegada de los soberanos. Estos llegaron al viejo y rico castillo, en expléndida procesión. ¡Qué riqueza de joyas, que variedad de trajes, que multiplicidad de colores! Era un sueño de «Las mil y una noches.» El Rey Jorge V montaba un magnífico caballo negro. Vestía uniforme militar. Llevaba á su lado á lord Harding, su virrey y representante en la India.
La Reina lucía su belleza en una gran carroza de gala. Parecía impresionada al ver la entusiasta y calurosa acojida que le dispensó el pueblo indiano. Los hijos de los diversos soberanos de esta tierra, escoltaban, ginetes en soberbios caballos, á la Reina. Iban seguidamente todos los príncipes de la región, en riquísimos coches de plata, nácar y otras valiosas materias, ostentando sus joyas inapreciables.
El pueblo vitoreaba, loco de alegría y entusiasmo.
Llegó, al fin, el día por todos esperado, el día de la ansiada coronación, que fué el 12 de Diciembre.
La impaciencia era general.
En las cercanías de la ciudad de Delhi se alzó un amplio anfiteatro y en medio un trono.
Allí se congregaron los príncipes con sus séquitos numerosos, de gran gala, los herederos de los Principados, palaciegos, generales y diplomáticos. Más de un millón de indios pudieron presenciar el acto, pues se habla escojido una llanura á propósito.
Los Reyes de Inglaterra subieron al sitial. Allí fueron coronados como Emperador y Emperatriz de las Indias á los que rendían homenaje los principes. Usaron los mismos vestidos de Corte que lucieron en Inglaterra. Sólo la corona del Rey era otra, riquísima, llena de piedras preciosas, fabricada para esta ocasión, y lo mismo la de la Reina.
Jorge V pronunció, en inglés, un discurso elocuentísimo enalteciendo á los hijos de la India, y á la vez, designó á Delhi capital de ella. Esto ha sido muy del agrado del pueblo, no solo por ser la población más interesante del territorio, sino por su situación, por su historia y por la importancia que tuvo en pasadas épocas.
El Emperador ofreció plantear reformas y preocuparse por esta región, que le es adicta, constante y fiel.
Los príncipes desfilaron delante del trono inclinándose, ó haciendo reverencia en la forma aquí acostumbrada. No es fácil consignar la riqueza de sus bordados y trajes. A la luz del sol ardiente de este país, deslumbraban tantas joyas reunidas, aquel lujo de perlas, diamantes y esmeraldas.
Terminada la ceremonia, que duró largo rato, Jorge V y su esposa volvieron á subir á la plataforma donde estaba el trono, para que el pueblo los viera ya coronados. En este instante, la ovación fué inmensa. Aquella oleada de turbantes de cien colores, se agitó llena de entusiasmo. Millares de voces aclamaron al Emperador.
Un numeroso ejército hizo los honores.
Cuantos lo presenciamos no es posible que borremos de los corazones acto tan imponente, solemnidad tan conmovedora.
Los Emperadores abandonaron á Delhi, nuestra nueva capital, no solo emocionados sino llenos de orgullo natural y viva alegría por la afectuosa acogida, por el amor que estos príncipes le han demostrado y por la simpatía despertada en el pueblo.
Es seguro que estarán satisfechos de haber realizado este largo viaje.
PRINCESA PREM KAUR DE KAPURTKALA.
Kapurtkala 19 Diciembre 1911"
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