martes, 5 de octubre de 2021

FRANCISCO GUTIÉRREZ RIVERA. UN PINTOR NERJEÑO DESCONOCIDO.

El pintor con alrededor de treinta años

   Francisco Gutiérrez Rivera fue uno de tantos pintores que florecieron en la provincia de Málaga del siglo XIX, siglo prolífico que dio grandes figuras en el mundo de la pintura. No obstante esto, se trata de un pintor prácticamente desconocido y del que hemos tenido noticia gracias al Sr. D. Hugo Mancebo Decaux, filatélico, numismático y académico uruguayo, al cual queremos agradecer desde aquí su amabilidad al facilitarnos la información.

   Tan descocido es que ni siquiera aparece mencionado en el libro Historia social de los pintores del siglo XiX en Málaga, obra de Francisco J. Palomo Díaz, editada en Málaga en 1985.

   Nació Francisco en la localidad costera de Nerja, el 31 de mayo de 1881 -otras fuentes que nos merecen más confianza dicen que en 1871-, hijo de Diego Francisco Gutiérrez y de María del Carmen Rivera.

   No sabemos nada de su infancia y primera juventud. Las primeras noticias nos lo sitúan en Málaga capital, donde entre 1889 y 1895 se formó como pintor, conociendo las obras de Muñoz Degrain, Emilio Ocón, Moreno Carbonero, Martínez de la Vega y muchos otros más, que contribuyeron a la formación de su espíritu artístico.

Firma del pintor

   Se presentó a algunos concursos de pintura, obteniendo los siguientes premios:

   - en agosto de 1893, el 2º premio en la Exposición de Bellas Artes de Málaga,

   - en agosto de 1894,  el premio de honor en la misma Exposición malacitana, y en este último mes y años el premio por oposición en el Certamen Artístico del Ayuntamiento de aquella capital (Aniversario de la Reconquista de Málaga por los Reyes Católicos).

   - Mayo de 1895, Exposición de Bellas Artes de Madrid, cuadro de dos metros que recibió una tercera medalla,

   Tras un probable paso por Barcelona, en 1896 se embarca rumbo a Suramérica, desembarcando en Montevideo, ciudad de la que se enamora de inmediato, aunque en 1897 debe pasar a Buenos Aires por culpa de los sucesos revolucionarios sucedidos en la capital uruguaya, donde tuvo tiempo de pintar algunos cuadros de importancia, los cuales fueron adquiridos algunos de ellos por los por personas tales como D. Guillermo Udaondo, D. Juan G. Peña, D. Francisco Ayerza, D. Jacobo Peuser, D. Manuel T. Luque y otros muchos.

   Una vez empezaron a calmarse las aguas regresó de inmediato e introduciéndose en el ambiente cultural y bohemia de la capital, deambulando por sus bares, cafés, confiterías, lugares que  acunaban la imaginación de estos poetas del arte, lugares que junto a los paseos por la plaza Matriz y por las playas de Pocitos y Ramírez, eran atractivos en busca de las musas inspiradoras.

   Cafés como Polo Bamba, Tupi, El suizo, El rojo y blanco, La alborada, Blas Mil y otros más, fueron el escenario donde junto a literatos, periodistas, pintores y otros del mundo artístico y cultural compartía tertulias entre cafés y copas.

   Fue, por tanto, Francisco Gutiérrez Rivera un artista muy conocido y reconocido en los círculos montevideanos, concurriendo a peñas donde se encontraban la mayoría de los pintores contemporáneos uruguayos como: Diógenes Hequet, Ernesto Laroche, Humberto Causa, Rufalo, Queirolo Repeto, tal vez en sus últimos años de vida el pintor de la patria Juan Manuel Blanes o escultores, además de pintor, comoJosé Luis Zorrilla de San Martin. 

El pintor jugando al ajedrez

   En 1902, hizo una exposición de cuadros, siendo dignos de mención, entre otros muchos los siguientes Regata a vela (marina) y Legua tras legua, adquiridos por el senador Blengio Roca y Mal tiempo se prepara, Playa de Málaga y Sierra Nevada (paisaje) adquiridos por D. Mariano Conde.

   Gutiérrez Rivera cultiva también el género retrato habiendo llamado la atención el del coronel González de Trinidad, por el perfecto parecido, el del general Amilivia y otros muchos.

  Por problemas de salud, en 1909 abandona la pintura y poco después accede al empleo de Inspector de Pensiones a la Vejez, en la ciudad de La Florida, con el probable apoyo del también pintor e influyente Ernesto Larroche, cargo en el que se jubilaría.

   Probablemente su última visita a España fue en 1927, pasando por Madrid y su Málaga natal, ciudad de la que se trajo el único cuadro que le quedaba de su etapa malagueña, un paisaje a pleno sol, agreste, roqueño, La Sierra de los Gaitanes, aunque acabó por venderlo junto con una marina que representaba un trozo del Muelle Viejo de Montevideo en 1904, al final de la calle Treinta y Tres, donde existían unas barracas que cargaban y descargaban allí sus mercancías.

   Añadir que realizó una serie de pinturas que fueron trasladadas a tarjetas postales de circulación oficial.

   Falleció en la ciudad uruguaya de Florida, el 22 de octubre de 1942, viviendo en ese entonces en el número 477 de la calle 25 de Mayo, actualmente con el nombre de José Batllé y Ordóñez. En el momento de su muerte estaba divorciado y dejaba tres hijos.

   A continuación, presentamos una exposición de obras de Gutiérrez Rivera que hemos podido encontrar:















IHPMalagueñas

Málaga - 2021

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