viernes, 28 de agosto de 2020

ANTIGUA TORRE VIGÍA DE SAN TELMO

 


 Plano de la costa donde aparecen las torres desde la de Chilches hasta la de Torreblanca.
De Juan de Medrano. 1730. Biblioteca Nacional.

   La torre de San Telmo era una torre vigía que se hallaba a casi tres kilómetros del centro de la ciudad por el este y que tras varios siglos de existencia acabó siendo demolida en 1889 por circunstancias de las que después daré cuenta. Lógicamente, al haber sido destruida desconocemos su diámetro -no así su altura, como luego veremos-, aunque no creo equivocarme al asegurar que debía ser muy similar al de la torre de las Palomas, en La Araña, es decir, alrededor de siete metros de diámetro en la base. Al igual que la mayoría de las de su clase, debía de estar hecha de mampostería, con piedras y cal sacadas del mismo lugar donde se emplazó, un cerro rocoso de piedra caliza.

   Es probable que estuviera levantada sobre un zócalo y al contrario que la de La Araña, no parece haber tenido matacán o, al menos, las fotos disponibles no muestran que lo hubiera tenido en los lados que miran al oeste y al sur.

   De la misma manera, de tratarse de una torre de origen árabe, una almenara, debió ser respetada su fisonomía tras su reconstrucción, conservándose en la azotea un recinto de ladrillos gruesos con chimenea al cual se accedía mediante una escalera. Esto al menos si hacemos caso de la pintura de Mariano Ramón Sánchez titulada Torre de San Telmo, expuesta en el Museo del Prado, Madrid.


La torre antes de la explosión de 1880. (Biblioteca Cánovas del Castillo)

   Noticias sobre la edificación

   Esta torre debía tener un origen musulmán, pues la primera mención que he encontrado de ella es una Instrucción de 1497.

   Tras esto, sabemos que en 1500 fue erigida una torre por Fernando de Baeza a su costa y que la mantuvo en su poder hasta su fallecimiento. Esto lo sé por un documento existente en el Archivo General de Simancas, de fecha veintiocho de agosto de 1500, y en él se dice que su viuda solicitaba que se revisara y se respetara el asiento firmado entre su difunto esposo y la ciudad de Málaga. Supongo que el terreno y la posible torre nazarí allí existente le correspondió en suerte en los repartimientos de la ciudad.

   El paso del tiempo mermaba el estado de la torre y así, en el informe presentado por Antonio Berrio y Luis Machuca en 1571 que se hallaba en muy mal estado, no estando en ella los guardas, sino en una estancia próxima a la que consideraban suficiente para cumplir con el cometido encomendado. Pero alguien debió pensar lo contrario, pues para 1575 encontramos a la torre reedificada, habiendo cobrado el maestro albañil por las obras mil ducados de vellón.

   En 1673, por orden del gobernador político-militar de Málaga Fernando Carrillo Manuel, se lleva a cabo una obra de restauración de esta torre.

   Esta torre, como le pasaba a la anterior, a lo largo del tiempo se deteriorada, como así lo recogen los diferentes informes entre 1749 y 1759 que sobre ella se dieron, anotando estos en diferentes veces la necesidad de darle cal,  arreglar la azotea, el piso interior, poner recalzos, repellar zonas o hacer una zona común, entre otros.

   No parece que estos consejos se llevaran a cabo o si lo hicieron, la calidad de las obras dejó bastante que desear, pues en 176o la ciudad de Málaga hace notar su mal estado de conservación, solicitando su demolición, opinión que fue ratificada por Antonio María de Bucarelli tras su visita de inspección de 1762, recomendando hacer una nueva en un emplazamiento cercano y derribar la existente, presupuestándolo en seis mil escudos de vellón.


Estado en que quedó la torre tras la explosión de febrero de 1880 (Biblioteca Cánovas del Castillo)

   Puestos a la obra, en 1765, Esteban de Aymerick demarca los puntos en los cuales debe estar emplazada la nueva torre, la cual tendría un presupuesto de quince mil reales y que la obra sería dirigida por el subteniente de infantería Manuel Jiménez, quien solicitó por ello una tenencia de caballería en algún regimiento de la costa, según no cuenta el informe presentado por Juan de Urbina en septiembre de 1766.

   Por fin, en 1767 Jaime Coca informa que la torre se halla concluida, que se ha realizado un buen trabajo tanto en mampostería como en cantería, pero que la cal se había requemado. Ya tenemos nueva torre, en le mismo acantilado, solo que desplazada una distancia de la anterior.

   Miguel de Santillana, en su visita de inspección de 1849, dice que la torre se hallaba situada a 300 pies del mar -casi 84 metros-, a 420 pies de altura -algo más de 115 metros- y que medía 45 pies de altura -unos 12,5o metros- También informa que a 300 pies de ella -unos 80 metros- se producía cal a partir de la piedra del peñasco donde se hallaba emplazada la torre.

   En la memoria presentada por José Herrera García en 1857, este manifestaba que se hallaba medianamente bien y la incluía en el proyecto de estaciones telegráficas que se estaba elaborando pues consideraba que ya no era necesaria como torre vigía.

   La torre dejó de existir en 1889, como ya veremos más adelante.


Cómo quedó la cosa tras la voladura del cerro según el periódico 
La Ilustración Española y Americana

   Noticias sobre dotación de la torre

   Por lo que a la dotación de esta torre se refiere, esta ha variado bastante a lo largo del tiempo, aunque son pocos los documentos que nos informan del número de torreros que ha tenido a lo largo de su existencia. En la Instrucción para la guarda de la costa del reino de Granada dada el trece de septiembre de 1497 arriba citada, se dice que tenía dos guardas

  "...Otrosy en la Torre de San Telmo a de aver dos peones guardas, el uno queste continuo estante por atalaya en la dicha Torre y el otro que vaya a dormir cada noche por escucha a la Cala del Moral con la otra guarda que viene del Peñón de Besmeliana y otro día de mañana vuelva haciendo su atajo hasta la dicha Torre de San Telmo, éstos a de poner la çibdad o quien yo mandare et se les ha de pagar de los maravedís de los moros veynte et cinco maravedís cada día a cada uno de los dichos peones."  

   En la visita de inspección de 1571 se habla de cuatro guardas pagados por el rey.

   No será hasta el Reglamente de 1764 que no volvamos a tener conocimiento de qué dotación tenía, informando que este debía ser de un cabo y dos torreros. Tras esto, Mauricio Rodríguez de Berlanga anota en su visita de inspección de 1830 que en una casa de la playa, a la altura aproximada de la torre, había una casa donde paraban los siete soldados de infantería que tenía como dotación.

   Se tiene constancia de que en 1819, los torre-vigían disponían de casi dos fanegas de tierra alrededor de la torre para subsistencia de los torre-vigías y obtención de materiales combustibles, aunque no informa de cuantos hombres conformaba la dotación.

   En 1842, los torreros protestan porque se les ha reducido de tres a una fanega la tierra de que disponen alrededor de la torre para su subsistencia, así como porque también se les ha reducido el sueldo  a dos reales y medio. En este caso tampoco informa del número de estos.

   En 1849, Miguel de Santillana dice que los torreros disponían para sus necesidades de nueve fanegas de tierra, aunque no informa ni de su número ni de si seguían aun ocupando la casa de la playa, siendo esta la última información que he encontrado.  

Noticias sobre sus últimos días

   Como ya adelanté líneas arriba, está torre fue sentenciada a desaparecer desde principios del siglo XVIII. Un par de causas originan esta circunstancia.

   Efectivamente, con motivo de la construcción del muelle de Levante en el puerto de Málaga, se estuvo extrayendo roca del cerro donde se hallaba la torre desde el veintidós de septiembre de 1722 hasta julio de 1786. No afectaron a la torre, pero ya se inició el progresivo desmonte que concluiría con la demolición de la misma.

   Aunque supongo que se extraería más roca para otras obras, no he encontrado más referencias a voladuras en este cerro hasta mayo de 1879, que tenían por objeto, al igual que lo anterior, nuevas obras en el puerto, las cuales necesitaban de piedras de gran tamaño y que no dudaban en sacarse de allí.

      El veinticuatro de febrero de 1880 tuvo lugar una voladura de grandes proporciones y tras la detonación de veintiún mil kilos de pólvora se obtuvieron cien mil metros cúbicos de piedra, volviéndose a repetir una nueva voladura el dieciséis de junio siguiente, quedando la torre herida de muerte.

   El veintiséis de agosto de 1889 se efectuó la quinta voladura en el cerro, hundiéndose definitivamente y cayendo al vacío junto con toneladas de piedras, consumándose así la definitiva desaparición de la torre, testigo mudo del paso del tiempo y de los hombres, la destrucción de un monumento histórico-artístico con, al menos, casi cuatro siglo de vida, si no más.

   El segundo motivo que da lugar a estas voladuras es acerca de la seguridad, pues este cerro, sobre todo en épocas de lluvias, desprendía rocas, a veces de gran tamaño, que caían sobre el camino que iba de Málaga a Vélez Málaga, suponiendo un riesgo para el tráfico que se desarrollaba en él y no fueron pocas las veces que aparecieron noticias en la prensa dando cuenta del peligro y de la necesidad de solucionar el problema, habiéndose dado el caso en una ocasión, de que debido al desprendimiento de un enorme trozo del cerro provocó el corte del camino, debiéndose habilitar uno nuevo por el interior, a través de Cerrado de Calderón.

   Ya, por la documentación que he manejado, desde 1760 venía el ayuntamiento de la ciudad pidiendo la demolición de la torre y del cerro en el que se emplazaba, debiendo haber empezado a solicitarlo prácticamente desde que se empezó a demoler el monte para extraer la roca para las obras del puerto en 1722. 


Archivo Municipal de Málaga.

   Noticias en torno a la torre

   Si bien información sobre su fábrica y época de construcción no he obtenido gran cosa, no ocurre lo mismo en cuanto a anécdotas o historias que se sucedieron alrededor de ella y, así, tenemos las siguientes:

   - Entre 1785 y 1787, el pintor y miniaturista valenciano Mariano Ramón Sánchez pintó un cuadro donde sobre el cerro destaca con total claridad la torre de San Telmo. Se trata de un óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 47 x 67 cms, en el que se puede advertir una ligera influencia del pintor francés Joseph Vernet.

   - El veintiséis de julio de 1842, los torre-vigías de Benagalbón, El Cantal y San Telmo se dirigen al Capitán General de la región para protestar porque las tierras que tenían asignadas alrededor de cada torre habían sido reducidas de las tres fanegas que cada una disfrutaban a una fanega, exponiendo que de esos terrenos se proveían de pasto y de malezas para el consumo de los hachos de iluminación para las señales de avisos nocturnos a los destacamentos del Resguardo cuando observaban que se estaban descargando alijos los contrabandistas  que estos desembarcaran para aprovisionarse.

   Así mismo, protestaban de que se les hubiera rebajado el sueldo a dos reales y medio, lo que les dañaba en su poder adquisitivo y, por tanto, de subsistencia, por lo cual reclamaban la devolución de las tres fanegas de tierra que hasta entonces disfrutaban.

   - el tres de junio de 1844, es hallado ahogado junto a la torre un muchacho que días antes había desaparecido y al que se tenía por demente.

   - El veinte de marzo de 1846, el torre-vigía Antonio Liñán que había adquirido un terrenito junto al de la torre, solicitó al Comandante General permiso para construir una tapia entre ambos terrenos. De la misma manera, solicitó permiso para construir una vivienda.

   Finalmente, este Antonio Liñán obtiene en julio de 1875 la propiedad de la torre, en virtud de la subasta general de bienes basada en leyes de 1855 y 1856 que disponían la enajenación de bienes tanto urbanos como rústicos pertenecientes al estado y corporaciones, tanto religiosas como civiles.

   Pero pasa que al final o no llegó a hacerse con la propiedad o hubo de devolverla o el Estado volvió a hacerse con ella, pues resulta que como en 188o estaba considerada como un bien del Estado, del Ministerio de la Guerra, y a pesar de hallarse en buen estado aunque sin escalera de acceso, se pudo derribar el veinticuatro de febrero de 1889, cuando se dinamitó el cerro en el que estaba para, como dije más arriba, obtener piedra cara las obras del puerto.


Cuadro de Mariano Ramón Sánchez.

   - El veintiséis de enero de 1849, en la calera del cónsul de Gran Bretaña, aneja a la torre, se asfixiaron dos hombres y quedando un tercero en estado muy grave.

   - El ocho de febrero de 1862, fue localizado en la torre, y detenido, un ladrón que días antes había robado joyasal ciudadano Carlos Paur .

   - Esta torre dio origen a un llamado Club de los obreros de la torre de San Telmo, quienes en 1868 se adhirieron a la proclamación de la República Federal.

- El veintidós de marzo de 1871, en sus proximidades se suicidó de un tiro en la cabeza el notario Manuel Quero.

   - El veintisiete de julio de 1872, ante la amenaza de una oleada de huelgas, las autoridades ordenaron que un retén de la Guardia Civil se apostara en la torre.

   - En 1873, nuevamente la pintura vuelve a hacerse eco de la torre, al ser reflejada en un cuadro del pintor malagueño Emilio Herrera y Velasco -discípulo de la Escuela Especial de Pintura de Málaga- por encargo de Carlos Larios y del que creo que merece la pena describir, pues es una de las escasas ocasiones en que este tipo de construcciones aparecen reflejadas en la prensa independientemente de su función militar para la que fueron construidas.

   Se observa en el cuadro la playa, donde una familia se halla situada en una tienda hecha de palos, jarcias y velas, junto a la que aparece un cenachero -un vendedor ambulante de pescado ambulante-, una abuela sentada en una silla peinando a una cría que se sienta en el suelo arrimada a sus pies y completando la escena un marengo arreglando sus efectos de pesca.

   Por encima de esto, sobre el cerro, encontramos la torre de San Telmo, que domina la altura del cuadro. 

IHPMalagueñas

Málaga - 2020

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