miércoles, 28 de noviembre de 2018

PEDRO MUÑOZ Y ARROYO. 1775 - 1842. UN CURA LIBERAL.

   Nació en Benamocarra el quince de enero de 1775, hijo de Pedro Muñoz Muñoz y de María Arroyo Gallego.

   Estudió latín y al tiempo fue enviado al Sacromonte, Granada, donde estudió filosofía, teología e instituciones eclesiásticas, doctorándose en Teología Sagrada por la Universidad de Orihuela, en julio de 1796.

   A partir de ahí, su carrera pasa por la obtención del Beneficio de su pueblo, en 1798, opositó en 1799 a los Beneficios magistrales de Coín, Vélez y Coria, así como al Lectorado de Almería, obtuvo una Cátedra en el Colegio del Sacromonte, donde fue vicerector, maestro de ceremonias y de capillas en 1799 y obtuvo una canongía en ese colegio en 1800.



    Fue Canónigo Magistral de la Colegiata de Antequera desde el siete de agosto de 1807 por oposición. Así mismo, apareció como uno de los liberales más activos de su época, participando en más de un disturbio. No en vano, era considerado como un hombre de talante progresista e ilustrado, representante del clero avanzado y un tanto afrancesado.

   Cuando la invasión napoleónica de España, en Antequera se formó el treinta y uno de mayo de 1808 la Junta Gubernativa de Antequera, de la que pasó a formar parte.

   A las once de la mañana del día dos de febrero de 1810, una vez tomada Antequera por los franceses, presta, junto a otras personalidades de Antequera el obligado juramento de adhesión al José Bonaparte, mediante la fórmula de "Juro fidelidad y obediencia al Rey, a la Constitución y a las Leyes", en una ceremonia presidida por Joaquín Bernard y el Alcalde mayor de la ciudad, Salvador Vidal, supervisado todo por una agente napoleónico nombrado por el general francés, Milhaud. Se juró sobre los Evangelios.

   El siguiente trece de marzo hizo su entrada José I en Antequera, por la Puerta de Málaga, dirigiéndose a la calle Lucena, donde tras entrar en el palacio de los marqueses de Villadarias, recibió a las distintas diputaciones de la ciudad, entre ellas a nuestro Pedro Muñoz y Arroyo.

   Precisamente por sus ideas liberales fue detenido, procesado y encarcelado, hasta que el veintiséis de octubre de 1813 se probó su inocencia y fue liberado.

   Fue elegido diputado en mayo de 1820, siendo alta en el Congreso el siguiente primero de julio, permaneciendo como diputado hasta el catorce de febrero de 1822.

   En las Cortes se integró en la comisión eclesiástica y en la premios al Ejército y en la sesión del 31 de julio de 1820 proponía que se pasara a la comisión correspondiente la memoria que existía en poder de los Secretarios, concretamente en lo referente a los contrabandistas y a las medidas que reclamaban los desórdenes que tanto se sucedían en Andalucía.

   En 1822, por ausencia del obispo Cañedo Vigil, que había sido desterrado, ocupó de forma provisional el gobierno de la Diócesis de Málaga. Una vez en el cargo y con el pretexto de someter al Colegio Seminario al  nuevo Plan de Instrucción Pública y poder cambiar su régimen, desbarató cuanto se había hecho en los últimos tiempos, a la vez que expulsaba del Seminario a los superiores. Estuvo ocupando este cargo hasta el veintitrés de agosto de 1823, que marchó a Barcelona primero y a Génova después, regresando al año siguiente y estableciéndose en su pueblo.

   Pero tras abrir el vicario de Antequera en 1825 una causa contra los liberales de aquella ciudad, se vio perseguido y en febrero de 1826 se le detiene y se le recluye en el convento de San Francisco de Asís de Málaga, desde donde se pone a trabajar rápidamente en su defensa, nombrando y otorgando poder al madrileño Anastasio Santolín para que le represente en su defensa en la Villa y Corte.

   No obstante esto, el siguiente tres de marzo es llevado preso a la cárcel de la Corte de Granada, a la vez que se le embargan sus bienes y las rentas que le correspondían por ser Canónigo Magistral.

   Pero no acaban ahí sus penas, pues en 1828 se le formó causa por pertenecer a la Sociedad de Amigos Liberales de Zújar.

   Es puesto en libertad condicional, trasladándose a su pueblo, donde permaneció hasta que gracias al Decreto de Anmistía del treinta de octubre de 1832 queda libre y sin cargos, recuperando su canongía magistral.

   Después de esto, su vida política tuvo los siguientes hitos:

- entre 1835 y 1838,  formó parte de la Junta Directiva del Gobierno de la provincia de Málaga, miembro de la Junta Central de Andalucía de Andújar y diputado provincial por Antequera,
- en junio de 1838 se presenta para senador, aunque no sale elegido,
- en 1841 se halló entre los propuestos para ocupar plaza de senador por Málaga.

   Falleció en su pueblo en agosto de 1842 y se le considera como un precursor de la introducción de la filosofía alemana en España.

   Escribió varios trabajos, de entre los cuales destacamos:

- Cuestión moral religioso-política: ¿qué es la verdad con relación a los gobiernos? (Granada, 1820), predicado en la dominica de Pasión el diecinueve de marzo de 1820 en la iglesia de los Remedios, de Antequera,

- Al clero secular y regular y a todos los fieles de la diócesis de Málaga (Málaga, 1822),

- Discurso que en la solemne función de jura de nuestra Augusta Reina Dª María Isabel II, hecha por este I. Ayuntamiento el día 28 de diciembre de 1833, pronunció el Dr. D. Pedro Muñoz Arroyo (Antequera, 1834)

- Oración fúnebre en que las honras que celebraron los dos cabildos Eclesiástico y secular de Antequera, y el Ayuntamiento de Vélez Málaga en los días 5 y 10 de febrero de 1837 por la víctimas de Bilbao (Antequera, 1837)

Sermón predicado en la función solemne celebrada por el Ilustre Ayuntamiento de Loja el 9 de abril de 1820 en acción de gracias por el feliz restablecimiento de la Constitución.

IHPMalagueñas
Málaga - 2018

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