miércoles, 28 de noviembre de 2018

FRAY FRANCISCO DE NAVARRETE CALDERÓN

   
   Fray Francisco de Navarrete y Calderón nació en la ciudad de Ronda, alrededor del año de 1612 y era hijo de Juan Navarrete Argote y de María Calderón "...los cuales y sus ascendientes  an sido cristianos viejos y hijos de algo conocidos".

   No lo sabemos a ciencia cierta, pero es probable que pasara a Nueva España, actual México, el año de 1617, cuando su padre viajó a ese virreinato acompañando a Antonio Fernández Treviño, teniente de Francisco Ramírez (Gobernador de la provincia de Yucatán) Es también probable que su padre fuera militar y que estando en Yucatán alcanzase el empleo de Capitán.

   Posteriormente, pasó a la ciudad de Oaxaca, donde ingresó en la Orden de Santo Domingo, tomando su hábito, tras lo cual aprendió la lengua de los indios de aquel país, pasando a predicarles y a ejercer su ministerio administrando los sacramentos, obteniendo el grado de Predicador General.

   Tras mucho estudiar y trabajar, se graduó de Presentado en Teología y por sus excelentes resultados y por el gran conocimiento adquirido, el General de su Orden le concedió los grados de Doctor y de Maestro. En esa época fue Provincial de su Orden en aquella provincia.

   En 1661 y como consecuencia del amotinamiento de los indios zapotecas de la zona de Tehuantepec, que asesinaron al Alcalde mayor, fue enviado a la zona por orden del virrey, el duque de Albuquerque, junto con el Oidor Juan Francisco Montemayor y Cuenca, para lograr la pacificación de aquellos, pasando después, también por orden del virrey, a la provincia de Xalapa, a pacificar a los indios sublevados, logrando en ambos casos su cometido reduciendo a los sublevados y atendiendo a sus demandas, que fueron la abolición de los repartimientos, es decir, que se ponía fin, por ley, a los trabajos forzados, medida que fue bien recibida no solo por los indios sino que también por los españoles.


   El Obispo de Antequera de Oaxaca, los cabildos tanto civil como eclesiástico, los conventos de San Francisco, de San Agustín, de la Merced, de la Compañía de Jesús y los curas y beneficiados de aquella ciudad dieron fe públicamente de sus muchas virtudes, de su humildad, de su religiosidad y de lo acertado de las disposiciones que hizo  a lo largo de su gobierno, afanándose en la protección y enseñanza de los indios, así como que recorrió el país visitando a los sacerdotes y exhortándoles al cumplimiento de las obligaciones que habían contraído con su ministerio, que no se les olvidara la razón de su vida.

   En el año de 1669 publicó una obra titulada Memorial de la devoción a el Ángel Custodio, en la cual proponía "...á los Fieles los beneficios espirituales, y temporales,  que por ministerio de los Santos Angeles reciben...". Estos beneficios que cita, los agrupa en dos, en beneficios espirituales y en beneficios temporales.

   No hemos encontrado más noticias de este fraile rondeño.

IHPMalagueñas
Málaga - 2018

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