Bueno, bueno, bueno...pues ya estamos en Almogía.
La entrada en el pueblo, como no puede ser de otra
manera, es una cuesta, la cual pasa junto a un mojón de señalización del Camino
y un panel informativo, la Casa-Hermandad del Santo Cristo de la Vera Cruz y si
seguimos subiendo primero por la calle de Rehoyada -donde se halla el Instituto
de Educación Secundaria IES Diego Gaitán-
y después por la calle de Málaga llegaremos, por fin, a la plaza de la
Constitución, donde encontraremos el Ayuntamiento, el bar central y una fuente.
En esa plaza confluyen las calles de la Iglesia y
de Sevilla, a la cual se entra bajo un aro y donde a su derecha encontraremos
un mosaico artístico de grandes dimensiones, en el cual se hace un breve
resumen de la historia y actividades económicas del pueblo. Es muy bonito y hay
que verlo, así como hacerse la foto tanto bajo el arco, en las escaleras y con
el mosaico detrás.
Bien,
nosotros lo primero que hicimos fue tomarnos unas cervezas fresquitas en el bar
Central
y tras refrescarnos y reponer líquido fuimos al Ayuntamiento a pedir
las llaves del albergue para peregrinos. Tras un rato de espera nos la dieron y
hacia allí nos encaminamos, donde nos duchamos y dejamos el petate, tras lo
cual nos fuimos a pasear por el pueblo y a buscar un lugar donde comer.
Ya una vez refrescados, nos fuimos al pueblo buscando un lugar donde comer, el cual fue uno llamado Chiquetete, pero primero anduvimos un poco por las limpias y blancas calles de Almogía, siendo objeto de las miradas de los vecinos.
A lo largo de nuestro paseo observamos una característica del pueblo que nos llamó bastante la atención: azulejos y mosaicos en profusión, unos de comercios, otros puestos por el Ayuntamiento, otros por el SAS, otros por los del Camino Mozárabe. Muchos mosaicos y azulejos, coloridos y alegres que le daban mayor alegría y luminosidad a las calles, las cuales abundaban en macetas y parterres llenos de flores que a la luz del día y en contraste con el cielo azul era una permanente explosión de color contra el blanco puro de las fachadas.
De momento, y como botón de muestra, ponemos estos dos, pues en la tercera parte vamos a mostrar una buena cantidad de los azulejos y mosaicos que adornan y embellecen a Almogía y de los que no se hace mención cuando se habla de este bello pueblo.
En fin, después de haber callejeado, nos fuimos a comer al Chiquetete, el cual es bastante corriente pero con una buena cocina y un trato amable por parte de Juan y de su hijo, también llamado Juan. Tan solo un pero: antes de pedir algo, preguntar el precio, pues la carat de precios que aparece en la pared, a la derecha de la cocina induce a error.
Me explico: en la pared de la izquierda de la cocina, aparece una pizarra que pone RACIONES y debajo cinco o seis cosas. Como he dicho, en la pared de la derecha de la cocina está la lista de precios y dice: Raciones-----6€. Ojo, no se refiere a lo de la pizarra y nosotros, inocentes, nos lo creímos y cuando pedimos la cuenta nos llevamos un buen chasco, pues fue bastante superior a lo que creíamos que iba a ser.
Después de comer nos fuimos al albergue a reposar la comida, tras lo cual nos fuimos nuevamente a callejear y a los puntos de interés de este bonito rincón de nuestra provincia. Pero eso lo describiremos en varias entradas.
CONTINÚA EN LA TERCERA PARTE
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
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