Conocido con el nombre de Fray Alonso de Santo Tomás, fue el decimonoveno Obispo de la Diócesis de Málaga, siéndolo entre los años de 1664 y 1692.
Vio por primera vez la luz nuestro hombre en la ciudad de Vélez-Málaga, un nueve de junio
del año del Señor de 1631, siendo sus padres José Henriquez de Guzman y Dª. Constanza de Rivera
y Orosco, marqueses de Quintana y
condes de Castronuevo, según consta en su partida
de bautismo, la cual podríamos leer en el libro 7.° de los de la parroquia
de San Juan Bautista, si no nos lo hubieran quemado los salvajes en aquellos desgraciados días de la década de los 30 del pasado siglo XX. Su madre era dama de honor de la reina Isabel de Borbón.
Esta es su partida de bautismo, la cual se hallaba en el Libro 7 de Bautismos, folio 302 vuelto, libro que por desgracia hoy no existe al haber sido quemada la iglesia de San Juan de Vélez-Málaga en los años treinta del pasado siglo XX:
En la Ciudad de Vélez-Málaga á veinticuatro días del mes de Julio de mil y seiscientos y treinta y uno: el Licenciado Don Luis de Toledo y Mercader, Cura de esta Iglesia de Sr. S. Juan Bautista, catquicé al Sr. D. Alonso heríquez de Guzmán, hijo legítimo y natural del Sr. D. Joseph de Porres Henriquez de Guzman, Marques de Quintana, Gentil Hombre de Cámara de S. M. y de la Sra. Dª. Constanza de Rivera y Orosco, su mujer, Marquesa de Quintana. Fueron sus Padrinos el hermano Rodrigo de la Natividad de Christo, religiosos profeso Descalzo de N. Sra. del Carmen y la Sra. Dª. Francisca de Porres y Henriquez, hija legitima del Sr. D. Christoval de Porres Henriquez de Guzman, Caballero del Hábito de Alcántara, Conde de Castronuevo, Marques de Quintana, Señor de las Villas de Santo Tomé y Portonovo, y de las demás de su distrito, Mayordomo del Rey Nuestro Señor, y Gobernador General de la Gente de Guerra de la Costa de este Reyno de Granada, y de la Sra. Dª. Mariana de Moxicay Velasco, su mujer, Condesa de Castronuevo, y Marquesa de Quintana: echóle el agua por necesidad en 9 de junio de este presente año, que fue el dia de su nacimiento el Licenciado Sebastián Díaz de Bribiesca, Cura asi mismo de esta dicha Iglesia, y le tuvo el dicho Conde, advirtiendole el parentesco espiritual, y obligacion: de que doy fee = El Licenciado D. Luis de Toledo y Mercader = Joseph Barreso.-
Esta es su partida de bautismo, la cual se hallaba en el Libro 7 de Bautismos, folio 302 vuelto, libro que por desgracia hoy no existe al haber sido quemada la iglesia de San Juan de Vélez-Málaga en los años treinta del pasado siglo XX:
En la Ciudad de Vélez-Málaga á veinticuatro días del mes de Julio de mil y seiscientos y treinta y uno: el Licenciado Don Luis de Toledo y Mercader, Cura de esta Iglesia de Sr. S. Juan Bautista, catquicé al Sr. D. Alonso heríquez de Guzmán, hijo legítimo y natural del Sr. D. Joseph de Porres Henriquez de Guzman, Marques de Quintana, Gentil Hombre de Cámara de S. M. y de la Sra. Dª. Constanza de Rivera y Orosco, su mujer, Marquesa de Quintana. Fueron sus Padrinos el hermano Rodrigo de la Natividad de Christo, religiosos profeso Descalzo de N. Sra. del Carmen y la Sra. Dª. Francisca de Porres y Henriquez, hija legitima del Sr. D. Christoval de Porres Henriquez de Guzman, Caballero del Hábito de Alcántara, Conde de Castronuevo, Marques de Quintana, Señor de las Villas de Santo Tomé y Portonovo, y de las demás de su distrito, Mayordomo del Rey Nuestro Señor, y Gobernador General de la Gente de Guerra de la Costa de este Reyno de Granada, y de la Sra. Dª. Mariana de Moxicay Velasco, su mujer, Condesa de Castronuevo, y Marquesa de Quintana: echóle el agua por necesidad en 9 de junio de este presente año, que fue el dia de su nacimiento el Licenciado Sebastián Díaz de Bribiesca, Cura asi mismo de esta dicha Iglesia, y le tuvo el dicho Conde, advirtiendole el parentesco espiritual, y obligacion: de que doy fee = El Licenciado D. Luis de Toledo y Mercader = Joseph Barreso.-
Bueno, pues resulta que a los tres años de edad quedó nuestro Alonso huérfano de
padre y de madre, pasando a ser criado por Antonio Henriquez, a la sazón Obispo de Málaga
y tío del niño, llevándoselo con el a Málaga capital.
Una vez en Málaga, estuvo estudiando latín y retórica hasta los 17 años, viéndose animado por el buen ejemplo de su tío y tutor, quien se volcó en proporcionarle la mejor educación posible, dirigiéndo por la senda de la religión, es decir, pretendía, como lo consiguió, hacerlo cura, lo cual, efectivamente, ocurrió, tomando el hábito en el convento de Santo Domingo de la capital malacitana, consagrándose el veintinueve de abril de 1648.
Tras esto, pasó a Salamanca a continuar sus estudios, en cuya Universidad logró un buen nombre por su talento, y con los años de estudio llegó a hacerse un gran teólogo y un hábil escritor.
Una vez concluidos sus estudios, regresó a Málaga, pasando a ser prior del convento de Santo Domingo, de cuya orden fue elegido Provincial el once de mayo de 1658.
Una vez en Málaga, estuvo estudiando latín y retórica hasta los 17 años, viéndose animado por el buen ejemplo de su tío y tutor, quien se volcó en proporcionarle la mejor educación posible, dirigiéndo por la senda de la religión, es decir, pretendía, como lo consiguió, hacerlo cura, lo cual, efectivamente, ocurrió, tomando el hábito en el convento de Santo Domingo de la capital malacitana, consagrándose el veintinueve de abril de 1648.
Tras esto, pasó a Salamanca a continuar sus estudios, en cuya Universidad logró un buen nombre por su talento, y con los años de estudio llegó a hacerse un gran teólogo y un hábil escritor.
Una vez concluidos sus estudios, regresó a Málaga, pasando a ser prior del convento de Santo Domingo, de cuya orden fue elegido Provincial el once de mayo de 1658.
Por sus elevadas capacidades intelectuales y su refinada educación, a las que unir una reputación de virtuoso, se le presentó Felipe IV para dirigir el Obispado de Osma, con tan solo treinta años de edad, cargo al que se resistió aceptar durante algún tiempo, alegando su juventud como obstáculo para el desempeño de tan alta responsabilidad. No obstante esto, los que tenían en su mano el colocarlo se salieron con la suya, pues no estaban dispuestos a perder a un sujeto como el, adornado de excelentes prendas espirituales y materiales por lo que, finalmente, fue consagrado con gran pompa el dieciséis de abril del año del Señor de 1662.
Permaneció en aquel obispado hasta el siguiente año de, 1664 en que fue presentado para el Obispado de Plasencia, el cual dirigió por poco tiempo, pues en el mismo año fue nombrado obispo de Málaga el quince de diciembre de ese mismo año.
En el desempeño de su obispado malagueño, resultó ser un hombre bueno, prudente, caritativo y con una preocupación permanente por los pobres de la Diócesis. En su Vélez Málaga natal, ordenó construir la capilla bautismal de la iglesia de San Juan, colocandose en ella su retrato, el cual, casualmente, desapareció en 1853, cuando se hizo una reforma en el citado templo.
Mandó construir, en la finca de Santo Tomás del Monte, en Churriana, un casa para retirarse a descansar y recrear su ánimo, finca que pasó a llamarse El Retiro, donde, probablemente, escribiría muchas de las pastorales que las que animaba a sus feligreses a moderarse en sus excesos y a tener costumbres sanas y decentes. Así mismo, en aquel retiro debió escribir más de una pastoral dedicada a los eclesiásticos de la Diócesis recordándoles que debían ser ejemplo de moral y de buenas costumbres, cumplir con la disciplina que le era debida en función de su estado y anteponer al pobre a cualquier otra consideración. Para conseguir este último fin, celebró un sínodo el veintiuno de noviembre de 1671, que corre impreso y que es uno de los documentos que acreditan su celo y su virtud.
Hubo de hacer frente a la oposición de los jesuitas, quienes en sus ataques llegaron a llamarle el Espurio Goliath, queriendo hacerle pasar por hijo de Felipe IV, respondiéndoles escribiendo un libro llamado la Católica Querimónia, donde ponía de manifiesto que sus padres fueron los marqueses de Quintana, su origen fue legítimo, fuera de toda duda, que su madre vivió en Vélez Málaga, donde todo el mundo la tenía reputada como buena y honrada señora y que contrayendo una enfermedad, pasó a tomar los baños a Alhama de Granada, de donde se trasladó a Granada, falleciendo en esa capital el doce de Agosto de 1631.
Al parecer, y según la documentación disponible, si era realmente hijo de Felipe IV y al enterarse de que Constanza, la madre de nuestro Obispo, se había quedado embarazada de el, hizo que esta se casase con su "padre", José Henríquez de Guzmán.
Ocurrió que el nueve de octubre de 1646 falleció Baltasar Carlos, el príncipe de Asturias y ante tan inesperada y desoladora situación, volvió el rey sus ojos al joven Alonso, moviendo los hilos necesarios para legitimarlo y traerlo a la corte.
Pero, ¡ay!, el rey se encontró con que el joven Alonso se negó a aceptar semejante propuesta, probablemente por amor a quien había le había tratado como auténtico padre desde que nació y por respeto a su amada madre, y al contrario de lo esperado -y deseado- por el rey, decidió tomar los hábitos de la orden de Santo Domingo, como hemos visto más arriba y siempre negó ser hijo de Felipe IV.
Sea como fuere, fue un gran Obispo, escribió y publicó varios ensayos, entre los que se encuentra la Catholica Querimonia, que fue editado tanto en Málaga como en Madrid en 1686. Fue, así mismo, protector de las artes y de los artistas, entre los que encontramos al escultor Pedro de Mena, que realizó diversos trabajos en la catedral de Málaga, y a Alonso Cano, con quien mantuvo una excelente relación personal, a quien le encargó una Virgen del Rosario y que le realizara algunos retratos.
Después de haber dirigido la Diócesis durante más de veintisiete años y hallándose enfermo en el convento de Santo Domingo, entregó su alma al Señor a las siete de la tarde del domingo treinta de Julio de 1692.
Permaneció en aquel obispado hasta el siguiente año de, 1664 en que fue presentado para el Obispado de Plasencia, el cual dirigió por poco tiempo, pues en el mismo año fue nombrado obispo de Málaga el quince de diciembre de ese mismo año.
En el desempeño de su obispado malagueño, resultó ser un hombre bueno, prudente, caritativo y con una preocupación permanente por los pobres de la Diócesis. En su Vélez Málaga natal, ordenó construir la capilla bautismal de la iglesia de San Juan, colocandose en ella su retrato, el cual, casualmente, desapareció en 1853, cuando se hizo una reforma en el citado templo.
Mandó construir, en la finca de Santo Tomás del Monte, en Churriana, un casa para retirarse a descansar y recrear su ánimo, finca que pasó a llamarse El Retiro, donde, probablemente, escribiría muchas de las pastorales que las que animaba a sus feligreses a moderarse en sus excesos y a tener costumbres sanas y decentes. Así mismo, en aquel retiro debió escribir más de una pastoral dedicada a los eclesiásticos de la Diócesis recordándoles que debían ser ejemplo de moral y de buenas costumbres, cumplir con la disciplina que le era debida en función de su estado y anteponer al pobre a cualquier otra consideración. Para conseguir este último fin, celebró un sínodo el veintiuno de noviembre de 1671, que corre impreso y que es uno de los documentos que acreditan su celo y su virtud.
Hubo de hacer frente a la oposición de los jesuitas, quienes en sus ataques llegaron a llamarle el Espurio Goliath, queriendo hacerle pasar por hijo de Felipe IV, respondiéndoles escribiendo un libro llamado la Católica Querimónia, donde ponía de manifiesto que sus padres fueron los marqueses de Quintana, su origen fue legítimo, fuera de toda duda, que su madre vivió en Vélez Málaga, donde todo el mundo la tenía reputada como buena y honrada señora y que contrayendo una enfermedad, pasó a tomar los baños a Alhama de Granada, de donde se trasladó a Granada, falleciendo en esa capital el doce de Agosto de 1631.
Al parecer, y según la documentación disponible, si era realmente hijo de Felipe IV y al enterarse de que Constanza, la madre de nuestro Obispo, se había quedado embarazada de el, hizo que esta se casase con su "padre", José Henríquez de Guzmán.
Ocurrió que el nueve de octubre de 1646 falleció Baltasar Carlos, el príncipe de Asturias y ante tan inesperada y desoladora situación, volvió el rey sus ojos al joven Alonso, moviendo los hilos necesarios para legitimarlo y traerlo a la corte.
Pero, ¡ay!, el rey se encontró con que el joven Alonso se negó a aceptar semejante propuesta, probablemente por amor a quien había le había tratado como auténtico padre desde que nació y por respeto a su amada madre, y al contrario de lo esperado -y deseado- por el rey, decidió tomar los hábitos de la orden de Santo Domingo, como hemos visto más arriba y siempre negó ser hijo de Felipe IV.
Sea como fuere, fue un gran Obispo, escribió y publicó varios ensayos, entre los que se encuentra la Catholica Querimonia, que fue editado tanto en Málaga como en Madrid en 1686. Fue, así mismo, protector de las artes y de los artistas, entre los que encontramos al escultor Pedro de Mena, que realizó diversos trabajos en la catedral de Málaga, y a Alonso Cano, con quien mantuvo una excelente relación personal, a quien le encargó una Virgen del Rosario y que le realizara algunos retratos.
Después de haber dirigido la Diócesis durante más de veintisiete años y hallándose enfermo en el convento de Santo Domingo, entregó su alma al Señor a las siete de la tarde del domingo treinta de Julio de 1692.
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
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