PREGUNTA: ¿Cuales fueron los actos realizados por Málaga en la temprana muerte del rey D. Luis Fernando I, hijo de Felipe V?
Luis I de España
RESPUESTA: En los libros de actas municipales, escasa noticias hemos podido hallar, pero en cambio un folleto por entonces publicado en las oficinas de Don José López Hidalgo, nos trae noticias sobre las extraordinarias exequias que se llevaron a cabo en la Catedral, de acuerdo y por disposición de ambos Cabildos, el 17 de noviembre de 1724.
Fueron organizadas bajo la dirección del Provisor y Vicario General del Obispado, Sede Episcopali vacante, Dr. D. Diego de Toro y Villalobos.
Se elevó un soberbio túmulo sobre el que aparecían sobre el que aparecían la corona y el cetro, no se escasearon centenares de hachas y negras colgaduras y la Iglesia Mayor se vio llena de selecto concurso, a cuyo frente aparecía el Concejo Municipal, con el Corregidor y Alcaldes Mayores, representaciones de la milicia, de los gremios y de las Congregaciones.
Málaga acordó perpetuar en letras impresas este acto y sobre todo dar a luz el Sermón notable que pronunció el Dr. D. José Cornejo, Colegial del Mayor de San Ildefonso de Alcalá, Canónigo Lectoral de la Santa Iglesia de Orense y Tesorero Dignidad y Canónigo de la de Málaga.
Nombrose una comisión compuesta de los Regidores D. Fernando de Viana-Cárdenas, D. Diego Andrade Méndez de Sotomayor y D. Juan Francisco de Solís y Gante y el Secretario D. Juan Calvos.
Fueron invitados los poetas locales y ellos ilustraron el texto con versos de mayor o menor mérito, aunque saturados del mal gusto de la época.
El Escribano Público y Mayor de Millones de la ciudad D. Juan de Ortega insertó en elogio de la oración fúnebre del Dr. Cornejo el soneto siguiente:
¿Naces o mueres? Dime, el lucimiento
de esta pira, que ilustran los horrores,
mortal te vaticinan sus fulgores,
a inmortal te presagia el Monumento.
¡Unirse sombra y luz! ¡Poblarse el viento
de elogios tristes, fúnebres loores!
Es la primera vez, entre dolores
que se admira gozoso el sentimiento.
Pero ya de la duda, oscurecido,
hispano Sol, Cornejo, me ha enviado
docto, sutil, profundo, delicado.
Vivo y muerto te advierte mi cuidado
muerto, porque en su llanto sumergido,
vivo, porque en su palma eternizado.
El vate D. Francisco de Medina agregó este otro soneto:
Que sazonaste frutos tierna planta
nuestro difunto rey, el cielo alabe,
y eternice sus glorias, el que acabe,
florida juventud, muerte tan santa.
Mas la tuya, que tanto se adelanta,
docto Cornejo, con acento grave,
la fama aplauda, pues la fama sabe,
aplaudir sin injuria ciencia tanta.
En asunto difícil siempre brilla
tu sutil discurrir, tu grande idea;
digno al fin eres de inmortal renombre.
La presente admirable maravilla
a la estampa le da, porque se vea
pensamiento de un Ángel, voz de un hombre.
Otro poeta, aquel D. Alonso de Villafuerte, cuyo peregrino ingenio se demostró en el notable vejamen de la justa poética de 1715, aquel victoriano de especial competencia; que mezclaba a las prosaicas tareas de su oficio de Escribano, las inspiraciones de una musa nada vulgar, colaboró también en homenaje al Dr. Cornejo con este
SONETO
¿Quien predica y de quién? El Tesorero;
del joven Luis, defunto Rey de España,
y en un punto desmiente cuanto engaña
este incansable monstruo lisonjero.
La pena abulta el canto lastimero,
cuya ternura tantos ojos baña,
en cuanto reverbera aquella extraña
luz funeral, de Divino esmero
Tutelar Ángel, por tu España ruega,
grábense desengaños en su historia
y el Iris en sus términos desplega.
De tu Real padre ilustra la memoria;
descansa en paz y en tu sermón sosiega,
que es otra accidental postrera gloria.
Escudo de Luis I de España
También escribieron versos D. José de Ortega (unas décimas) y D. Antonio Sedeño (otro soneto). En prosa aparecen elogios del Rector del Colegio de Jesuitas D. José de Iturrate y del Arcediano D. juan de Lázaro de la Vega y Aparicio.
Este D. José Cornejo Sancho tan elogiado por su Sermón, era natural de Toledo, hijo de D. Manuel Rodríguez Cornejo y de Dª. Juliana Sancho Granado. Estudió en Alcalá y se licenció en Teología en Ávila. Hacia 1718 se le designó Canónigo Lectoral de Orense y en 31 de Julio de 1731 se posesionó de la Tesorería de Málaga, vacante por muerte de D. Félix de Solís Bedmar.
Veinte y cuatro años estuvo en esta Iglesia y según Bolea fue de los Capitulares más celosos de la prosperidad de ella. En 25 de octubre de 1746 se despidió del Cabildo para ir a Palencia, de donde había sido nombrado Obispo, posesionándose en 15 de Diciembre. Cinco años después se le trasladaba a la Diócesis de Plasencia. Murió en esta ciudad el 4 de Diciembre de 1755.
Existe otro impreso otro sermón suyo en honor de San Estanislao de Kotska (1727)
Narciso Díaz de Escovar
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El D. José López Hidalgo, autor e impresor del folleto antes relacionado, es también el autor del folleto siguiente:
Breve ajustada descripción de la aclamación Real, plausible, que en el día veinte y siete de febrero de 1724 publicó la Muy Noble, Leal, Antigua, Fidelíssima Ciudad de Málaga, en que levantó el Estandarte Real, en nombre del Sr. D. Luis Fernando I, glorioso invicto Rey de las Españas; y de las demostraciones de Lealtad que a tan elevado assumpto, executaron sus vezinos. Málaga, Joseph López Hidalgo.
IHPMalagueñas
Málaga - 2017
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