Noticia aparecida en la prensa, en junio de 1910:
"En los primeros días
del mes de Mayo, se desarrolló en el puesto de carabineros del castillo de
«Casa Fuerte» en el término del Rincón de la Victoria una horrible tragedia de
la que resultaron víctimas el cabo de carabineros Nicolás Gorjón herido
gravemente y su esposa que resultó muerta.
El autor de la muerte y heridas Adrián
Tornero, huyó, refugiándose en la sierra donde ha permanecido oculto
alimentándose de lo que le daban los caminantes, 34 días. El día 8 del
corriente el director de «La Unión Mercantil» D. José Navas Ramírez, recibió
una carta de Tornero, en la que le daba cuenta de su precaria situación y pedía
socorro para su esposa. La carta estaba fechada en el cerro de Santo Pita y
aparte de la idea de justificar la acción cometida, se veía en ella el deseo de
que le prendieran, pues su vida errante y de martirios le había cansado. Al día
siguiente, Tornero, desesperado sin duda, se presentó al guarda jurado Juan
Anaya.
Este se hallaba la noche del día 9, como de
costumbre, vigilando la finca de Santa Cristina, cuando vio acercarse á un
hombre que hacia él se dirigía. Al acercarse, reconoció en él al carabinero
Tornero.
Al aproximarse al guarda le dijo que no
tuviera cuidado que él no le hacía daño á ningún paisano. Después de un gran
rato de estar hablando con el Anaya, Tornero se convenció de que lo que debía hacer
era entregarse. Entonces el guarda, que sabía que Tornero no se entregaría de
ningún modo á la fuerza armada, le dijo que el llamaría á dos caballeros que
harían en su favor todo cuanto pudieran, y estas manifestaciones decidieron por
completo al carabinero á entregarse.
Inmediatamente Juan Anaya se dirigió en
busca del médico de Benagalbón D. José García Saenz-Diente, que en unión del
Alcalde de dicho pueblo D. Francisco Castellano, del secretario D. Juan Sal
azar y del alcalde del Rincón D. Antonio López, salieron hacia el sitio donde
se encontraba Tornero. Cuando se encontraban distantes de Tornero Linos diez
metros, éste tiró la tercerola, abrazando y besando á dichos señores.
Merecen grandes elogios y son acreedores a
una recompensa el guarda Anaya y los antedichos señores, que con exposición de
sus vidas, han evitado nuevas desgracias y han ayudado eficazmente á la acción
de la justicia en este triste y célebre suceso.
El desgraciado Tornero se hallaba, cuando
fue detenido, en un estado que horrorizaba. En su rostro se podían apreciar las
necesidades y miserias sufridas durante los días que se hallaba oculto.
Aseguran las personas que lo conocían bastante, que uno cualquiera de sus
compañeros podía haber pasado junto á él, sin haberlo reconocido.
Se encontraba casi desnudo. La cueva donde
permaneció escondido se halla en la cumbre de un monte. Para penetrar en ella
precisa arrastrarse por el suelo. Delante de la cueva hay un árbol que da mayor
defensa á la persona que en ella se oculte. Los cuatro días que llevaba
escondido en la cueva desde su regreso de la provincia de Granada, salía todas
las noches paseando por el Rincón de la Victoria.
Una de las noches estuvo en el mismo cuartel
de carabineros, y encañonó desde una de las ventanas al cabo de dichas fuerzas,
pero lo pensó mejor y se retiró de aquel sitio sin hacer daño á nadie. Varias
veces ha tenido ocasión el carabinero Tornero, durante su huida, de hacer
algunas víctimas."
NOTA:
Hasta 1949 el municipio era Benagalbón, pero al perder relevancia este pueblo en favor de Rincón de la Victoria, se trasladó a este último la administración municipal.
AUTOR DEL ARTÍCULO: Francisco José Lapeira
IHPMalagueñas
Málaga - 2016
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