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http://joyeriajavierdelaguno.blogspot.com.es/2015/10/los-sellos-de-la-joyeria-javier-de.html
y ha sido incluída en este blog con permiso de sus autores.
1- Introducción
Los sellos, esas pequeñas marcas que se
ponen con tinta en los documentos u otros papeles, son parte de la historia de
cualquier institución, sea pública o privada, y a eso no escapa esta joyería,
institución llamada comercio, y que este año ha cumplido ya, el pasado día 2 de
este mes de octubre de 2016, sus cuarenta y cinco años de vida.
Aunque en un principio los sellos pueden ser
vistos o considerados como algo estático, estanco y carente de vida, desde
luego que para nada se corresponde con la realidad. Están muy vivos y lo normal
es que vayan cambiando con el paso del tiempo, siendo testigos mudos -aunque
muy elocuentes- de las tendencias estéticas de la época a la que pertenecen
y que suelen reflejar la mentalidad del momento.
El sello es fedatario, es decir, da fe y
legaliza, y los símbolos utilizados son de lo más variopinto. En nuestro caso,
no se ha usado ningún símbolo para personalizarlo hasta el último de todos, el
que actualmente está en uso y que incorpora un colibrí, imagen corporativa del
negocio.
Con los sellos de la joyería se han dado
legalidad a certificados de garantía, cartas comerciales, nombrar sobres para
entregar al cliente, facturas, para envío de paquetes, certificar operaciones
realizadas mediante medios de pago sin dinero -tarjetas de crédito-,...
2-
Antecedentes
A principios del año de 1951 partía D.
Javier de Laguno Zuzuarregui a Venezuela con los bolsillos vacíos pero con las
alforjas repletas de ilusiones para iniciar una aventura vital, aventura con la
que iniciar su camino definitivo en la vida y que, a la postre, sería el que le
condujo al éxito. Atrás dejaba una mujer embarazada que no tardaría en iniciar
el mismo trayecto para unirse a él allá en las Américas. Familia, amigos,
conocidos, Málaga quedaban atrás como testigos del fin de una época en la vida
de este joven matrimonio.
Al llegar a Caracas, Don Javier trabajó en
cuantas cosas pudo para ganarse la vida, hasta que llegó el día en que por azares
del destino se le presentó la ocasión de arreglar un reloj y habida cuenta su
habilidad para trabajar con los motores, ni corto ni perezoso lo arregló y lo
dejó en perfectas condiciones: acababa de encontrar su profesión, la cual ya no
abandonaría hasta su fallecimiento.
Se ofreció como relojero a algunas joyerías
de la capital venezolana, adquiriendo una gran experiencia y siendo capaz de
arreglar cualquier reloj, fuese de la marca que fuese y tuviese la avería que
tuviese, lo cual le granjeó la confianza de sus patrones a la vez que le
proporcionaba un conocimiento más exhaustivo y amplio de la relojería.
Andando el tiempo presentó sus facturas
firmadas y con un sello propio, lo que les daba mayor credibilidad y fuerza
legal, sello que estuvo usando durante una temporada. A continuación se muestra
uno de los sellos que usó durante su etapa venezolana.
En
el año de 1964, tras haber venido de Venezuela y asentarse la familia
definitivamente en Málaga, toma Don Javier el traspaso de una relojería sita en el
número 2 de la calle de Martínez de la capital malagueña, la Relojería Universal, relojería que abre al público
como propietario alrededor de octubre de ese año y entre otras cosas, como es
lógico, encarga un sello con el nombre de la relojería, el cual podemos ver en
la siguiente imagen. Por desgracia no se conserva dicho sello, aunque
afortunadamente si se conserva un sobre sellado con él.
Durante el tiempo que estuvo regentando la Relojería Universal, abrió Don Javier una joyería-relojería llamada Zafir,
en el número 45 de la calle de Mármoles -local que antes tuvo como bar
cafetería-, poniendo al frente de ella a su sobrino suyo. De esta
joyería tampoco se conserva el sello, pero si un documento con él
impreso. De todas maneras esa joyería duró poco, pues a los tres años la
traspasó.
Tras
una serie de circunstancias, decide vender la Relojería Universal y toma un local de los que la Inmobiliaria Taillefer había
puesto en alquiler en la misma calle pero en el otro extremo, en el número 20, junto
a la calle del Marqués de Larios, montando una relojería a la que le puso por
nombre Técnica Relojera Javier de Laguno
y desde donde continuó trabajando, siendo fruto de su esfuerzo y
profesionalidad el incremento de la clientela y la recepción de relojes de
prestigiosas marcas, viniendo, incluso, gentes de otros lugares con el único
propósito de que su reloj fuera reparado por Don Javier. Abrió sus puertas al público el día primero de octubre de 1971.
Como es de imaginar, esta nueva relojería -a
la que poco a poco se le iría incorporando la joyería- tuvo su correspondiente sello,
el cual reproducimos a continuación sobre un sobre marrón, pues al igual que el
de la Relojería Universal, este tampoco se conserva.
Falleció en accidente de tráfico Don Javier
en septiembre del año de 1978.
3-
Joyería Javier de Laguno
Tras fallecer Don Javier, tomó las riendas
del negocio su hijo César de Laguno Oviedo -su actual propietario-, quien ya desde hacía tiempo era quien se encargaba
de la contabilidad, de las compras y otros asuntos propios del negocio y, por
tanto, a la hora de hacerse cargo de éste, su gestión y administración continuó
sin sobresaltos. Solo las circunstancias en que se produjo la sucesión fueron
las que pusieron la nota de dificultad en sacarlo adelante.
Durante los años que siguieron pudo Don
César remontar la grave crisis padecida por el negocio tras la muerte de Don
Javier, consiguiendo situarlo en los niveles que tenía hasta 1978 y poco a poco
fue incrementando en cantidad y calidad el género, tanto de joyería como de
relojería. Durante este tiempo se siguió usando el mismo sello.
Andando el tiempo y habida cuenta de que el
negocio de la venta de relojes no era lo que le interesaba, decidió Don César
deshacerse de ellos, y en diciembre de 1989 -tras haber sufrido un atraco a
mano armada en julio de ese año- realiza su última compra de relojes para
aprovechar la campaña de Navidad.
Al dejar de dedicarse a la relojería, se ve
obligado a cambiar el sello y demás material de oficina del negocio, como
papel, sobres, facturas, talonarios de reparaciones,...
Este es el sello que encargó y que estuvo
vigente hasta octubre del año de 2015.
Durante estos años, se han estado usando,
además, otros sellos para otras operaciones propias del negocio, como son:
-
Sello usado para las facturas que se
realizaban con tarjetas de crédito antes de la implantación de los
datáfonos. Para otras tarjetas de crédito se usaba el que venía
incorporado en la máquina mecánica usada a tal efecto. El que se
ofrece primero corresponde a American Express y el segundo a la máquina
mecánica que se usaba para otras tarjetas (Master Card,...)
-
Sello usado para lacrar los paquetes que se envían desde la joyería. "C de
L" se corresponde con "César de Laguno"
- Sello o punzón con el número de fabricante
de la joyería. Se trata de MA*51, con el asterisco bien centrado entre las letras y los
números y de un tamaño algo menor que estos
En
el año 2007 y adelantándose a la crisis que asoló el planeta, decidió Don césar
hacer una reforma en profundidad en la joyería, cambiando por completo el
aspecto y el concepto. Se hizo una joyería atrevida para lo que en Málaga se
estila, usando elementos y colores poco comunes en este tipo de negocio en la
ciudad, obteniendo unas críticas muy favorables, no solo por parte de los
malagueños si no que también de los forasteros.
A la reforma, y como es de suponer, le
acompañó la idea de un cambio en la imagen en los membretes de los papeles de
cartas, de los sobres, los talonarios de reparaciones, facturas, tarjetas de
visita y certificados, los cuales se materializaron finalmente el año 2014
cuando adoptó el colibrí como imagen y cambió el tipo de letra usado. No
obstante, no sería hasta octubre del siguiente año 2015 cuando se mandó
elaborar un nuevo sello que incorporara estos cambios, el cual quedó como
aparece en la siguiente imagen
Sello que al día de hoy es el oficial de la joyería |
Fuentes:
-
Sellos: los existentes en el archivo histórico de la joyería, más los sobres
donde se hallan impresos los sellos perdidos. Dichos sobres también forman
parte del archivo histórico de la joyería.
-
El texto está apoyado en los conocimientos personales del autor y en el trabajo
La vida de la Diócesis a través de los
sellos de sus parroquias, páginas 6 y 7 del número 940 de la revista
DiócesisMálaga. Semanario de la Iglesia Católica en Málaga, y cuyo autor es VEGA
MARTÍN, Miguel, párroco de Santa Rosa de Lima y archivero de la Diócesis de
Málaga.
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