sábado, 26 de noviembre de 2016

ISABEL DE LAGUNO ZUZUARREGUI - PINTORA MALAGUEÑA ©

      Es Málaga ciudad de excelentes y afamados pintores, bien nativos, bien adoptivos, que han dejado una amplia muestra de su arte no solo en los museos de la ciudad, sino que también en los de otras ciudades de España y del mundo, ya públicos, ya privados, paseándose así el arte y el buen hacer de los artistas que por Málaga pasan o que en Málaga nacen, siendo el más universal de todos, como es público y notorio, D. Pablo Ruiz Picasso.

   Ocurre que cuando se realiza un recorrido por el panorama pictórico malagueño, se hace de todo punto imposible -o cuando menos muy difícil- juntarlos a todos a la hora de estudiar dicho panorama, quedando, injustamente, muchos de ellos -y de ellas- relegados a un segundo o a un tercer plano o simplemente ni mencionados, aun cuando en su momento destacaron y ofrecieron en más de una ocasión muestras de su arte en exposiciones individuales o colectivas, tanto dentro como fuera de nuestra ciudad, habiendo dejado su impronta en el hacer pictórico malagueño y creando, cada uno en su medida, escuela, incluida esta en la gran escuela pictórica malagueña, de reconocido prestigio.


Isabel de Laguno Zuzuarregui
   Una de estas personas, una de estas artistas, la que con sus pinceles reflejó ampliamente el alma malagueña y sus colores fue, sin lugar a dudas, Dª. Isabel de Laguno Zuzuarregui, nacida en Madrid pero de alma malagueña y a quien de manera un poco injusta se la obvia en la gran mayoría de las ocasiones en que se trata al elenco de pintores de la segunda mitad del siglo veinte de esta ciudad mediterránea.


Cenachero 1

   Precisamente este trabajo responde a ese olvido, viéndonos incitados a escribirlo a partir del momento en que leyendo el libro editado por la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga titulado "Diccionario de pintores, escultores y grabadores en Málaga. Siglo XX", del Sr. D. Julián Sesmero, se observa cómo es Dª. Isabel de Laguno totalmente ignorada. Sí, es cierto que no se puede decir que fue una de las más famosas y más influyentes artistas de Málaga, pero durante una época fue muy conocida y su obra y estilo incidió de alguna manera en el hacer pictórico malagueño, pues no en vano tuvo una muy extensa producción pictórica expuesta en numerosas ocasiones -dentro y fuera de Málaga- y celebrada reiteradamente por el público y la crítica. Este trabajo versará, fundamentalmente, sobre su obra creada en Málaga, que fue mucha y buena.

   Nació Dª. Isabel en Madrid, a las siete menos diez de la mañana del día cuatro de abril de mil novecientos diecisiete, en el seno de una familia burgueso - aristocrática de la Villa y Corte,  biznieta por parte de madre del conde de Clonard, siendo su padre un rico hacendado con intereses en la isla de Cuba y que en esa época trabajaba en la sección de extranjería del banco Hispano Americano.

   Vino Dª. Isabel a nacer en el seno de una familia donde se vivían intensamente la cultura y el arte en varias de sus facetas, siendo las más favorecidas la pintura, la literatura y el teatro, y no como una novedad snob propia de las clases pudientes de fines del XIX y principios del XX, sino como algo heredado del tiempo de sus bisabuelos Raimundo y Agustina, condes de Clonard (2), quienes llevados por su pasión al teatro montaron uno en su domicilio particular de Madrid primero y luego otro en la calle de la Flor Baja después, y adonde concurrían gentes de lo más granado de la capital de España, no solo de la aristocracia sino que también de la burguesía acomodada, llegando a ser uno de los teatros decanos de la buena sociedad de Madrid.

   Comentar, también, que su tatarabuelo fue Serafín de Sotto - Clonard ab Ach, autor de numerosos trabajos fundamentales de tipo militar e histórico y miembro, entre otras, de la Real Academia de la Historia, siéndolo desde el veinticuatro de enero de 1846 hasta su fallecimiento en febrero de 1862.

   Así mismo y habida cuenta que las hijas de los condes de Clonard actuaban en estas representaciones teatrales, no es de extrañar que éstas estuvieran imbuidas de ese espíritu culto y refinado, tendiendo a buscar estas mismas inquietudes y valores en otras personas con las que establecer lazos de amistad, y precisamente por esto fue que Dª. María de los Ángeles, la abuela de Dª. Isabel, escogiera como novio primero y como marido después, a un joven militar de caballería que destacaba por su afición y pasión por el dibujo y la pintura al óleo.

Cenachero 2

   Este hombre, llamado D. Antonio Zuzuarregui y Flórez - Varela, era hijo de hacendado y hombre de negocios, con intereses tanto en la Península como en Cuba y que falleció siendo D. Antonio aún niño.

   Por parte de su madre, su abuelo fue un militar que le inculcó los valores de la milicia, consiguiendo que D. Antonio sintiera pasión por las armas y acabara ingresando en la academia militar de caballería de Valladolid.

   Desde pequeño había destacado D. Antonio por sus excelentes dotes para el dibujo, obteniendo en las materias con el relacionado brillantes calificaciones, motivo por el cual su familia le animó a cultivar ese don innato inscribiéndole en academias de dibujo en Madrid, desarrollándolo y perfeccionándolo hasta tal punto que, una vez acabados los estudios militares a final de junio de 1879 y tras permanecer por unos años en algunos destinos, obtiene una beca para ir a estudiar dibujo y pintura en Roma, donde coincidió con algunos de los futuros más importantes pintores españoles de finales del siglo XIX y primeros del XX.

      Partió D. Antonio para Roma en marzo de 1885, permaneciendo en la Ciudad Eterna por un periodo de dos años y de donde volvió dueño de su propio estilo y participando en algunos trabajos de difusión nacional y algunas exposiciones.  

   Y ya, para terminar, apuntar que Dª. Agustina, la madre de Dª. Isabel, tenía una gran afición por escribir, tanto prosa como poesía y teatro, habiendo escrito no menos de once obras, dos de poemas, dos de teatro y el resto novelas, de estilo romántico y moral.

   Así pues, y con estos mimbres, no era de extrañar que surgiera en la familia una pintora de la categoría y de la intensidad como lo es Dª. Isabel de Laguno, a quien a su pasión y visión de la pintura hay que añadir la luz infinita e intensa y los colores, diríamos que casi excesivos, de la costa mediterránea, pues fue en esta costa donde se forjó su espíritu pictórico, demostrándolo reiteradamente tanto con el óleo como con la acuarela, la tinta china y el dibujo a lápiz.

   Tras volver de un viaje realizado junto a sus padres y hermanos a Cuba en el año de 1927, con motivo del interés de su padre por realizar sus propiedades en Cuba y residir definitivamente en España, desembarcó la familia en el puerto gijonés de El Musel en 1929, desplazándose primero a Madrid y casi de inmediato a la localidad de Burjasot, cercana a Valencia, donde estuvieron residiendo por un espacio de tres años y donde decidió su madre que, dadas las cualidades de sus hijas -sus hermanas María y Josefina también destacaban en dibujo-, recibiera clases de un maestro en la materia, siendo la persona elegida ni más ni menos que el pintor D. Juan Belda, burjasotense, discípulo de reconocido prestigio que fue de D. Joaquín Agrasot. Fueron precisamente la luz y el color de ese entorno valenciano los que marcaron definitivamente el devenir de su camino artístico.

   Las circunstancias por las que la familia atravesaba, determinaron que se trasladasen a residir a la ciudad malagueña de Marbella, donde sus padres montaron un hotel de lujo y consecuencia de estos sucesos su formación académica se vio interrumpida, pues no contó con una academia o profesor que continuara con su aprendizaje, aun cuando ella procurase su continuidad en un proceso diríamos que autodidacta. Si a esto le añadimos las trágicas circunstancias por las que España en general y Marbella en particular pasaron
durante la malhadada Guerra Civil, y su posterior traslado en 1940 a la ciudad de Málaga, podemos decir que su formación sufrió un parón de varios años.

      Así, en el año de 1940 reside ya la familia en la malagueña calle de Madre de Dios y donde se inicia una nueva época en la vida de los Laguno Zuzuarregui, entrando a trabajar su padre como administrativo de la sección de extranjero de las Bodegas Mata, y Dª. Isabel debe renunciar, de momento, a su formación, aunque ello no fue óbice, como ya se ha dicho, para que continuara creciendo en el dibujo y la pintura mediante la autoformación, cosa nada difícil en una mujer de la tenacidad y paciencia como las suyas, aun cuando las circunstancias no estuvieran de su parte, por la coyuntura española y por ser mujer.

   Tras unos años de incertidumbre, se apunta en la Escuela de Artes y Oficios, donde aprende técnicas tanto en dibujo como en pintura, y tras salir de la Escuela realiza algunas buenas obras, las cuales decide, por fin, exponer al gran público, teniendo lugar la muestra el trece de febrero de 1952, en la exposición colectiva  I Exposición de Acuarelistas, patrocinada por Educación y Descanso. Presenta la obra “Flores”, la número 50 del catálogo, y que es catalogada como “conseguida”.


Jardines de la Alcazaba  1948


Málaga   1947

   Este pequeño éxito la anima a seguir esforzándose, acudiendo a perfeccionarse a la Escuela de Artes y Oficios, poniéndose bajo la dirección de la profesora Dª. Trinidad Rey Navarro y como consecuencia de la calidad de la enseñanza y de su férrea voluntad mejora notablemente.

   Así, tras avanzar en sus estudios, se organiza por parte de esta profesora una exposición de sus alumnas en la Sociedad Económica de Amigos del País, la cual fue abierta al público el viernes catorce de abril de 1954, participando aparte de Dª. Isabel de Laguno, otras creadoras como Pilar Caffarena, Pilar Such, María Luisa Lazarraga, Adela Caffarena Aceña, Rafael Urbaneja, Antonio Cortés Cortés, Rodrigo Vivar Aguirre y otros. Se presentaron un total de cuarenta y siete obras, tanto óleos como pastel y de temas tales como bodegones y retratos. Como anécdota referente a esta exposición, decir que participó con una serie de dibujos una niña de diez años llamada María Victoria Mandly, hoy afamada pintora.

   Continúa en su línea progresiva de producción pictórica, participando en varias exposiciones en lugares como el Club de la Prensa o la Sociedad Económica de Amigos del País, donde da muestras de una obra rica y variada, no solo en temas sino que también en colores y matices, destacando sobremanera las flores, sus eternas flores. De ello dan fe sus obras tituladas “Dalias”, “Flores”, “Rosas”, “Claveles”, “Margaritas”…, que destacan la suavidad, el matiz, la fluidez de su discurso pictórico, la elegante composición y el cromatismo empleados en cada una de esas obras.


      Crepúsculo

   Ofrece, así mismo, elegantes muestras realizadas con la técnica del pastel, realizándolas usando variedad de temas, como el retrato, los paisajes, la playa, las flores, etc., demostrando, también, un dominio absoluto de la técnica con la acuarela, presentando obras de un acabado exquisito y de una gran sensibilidad.
   Obras realizadas con la técnica del pastel podemos citar algunos retratos: “Viqui Talavera”, “María Cristina de Laguno Oviedo”, “María Fernández Gómez”, “Matilde Gil Struch” y otros muchos. En la acuarela citar los que representan a los marengos en sus faenas, las playas de Pedregalejo, las de la Caleta, interiores de viviendas,…Trabaja así mismo los bodegones.

   El tres de junio de 1956 expone por primera vez en solitario, lo cual tiene lugar en la Sociedad Económica de Amigos del País, donde presenta una amplia muestra de su arte, pudiéndose apreciar una notable mejora en su estilo, mostrando un mayor dominio del color, la composición y el dibujo, destacando por la fuerza emanante de sus retratos a la vez que deja ver una fuerza sobria y un color contenido, lo que permite ver el interior de las personas retratadas. Ejemplo de retratos presentados en esta exposición son “Alfonso Conejo Ortega” y “Retrato de niña”.

   Llaman la atención en esta exposición sus naturalezas muertas, intensamente decorativas, de un brillante colorido y que dejan ver un matiz impresionista en la técnica empleada, siendo notables las llamadas “Estudio” y “En la huerta”.

   Para la acuarela recurre a lo simple, consiguiendo transmitir con ellas cierta simpatía por la vida, la luz y el color, tranquilidad y un cierto capricho, destacando de entre ellas “San Francisco el Grande” y “Lago de la Casa de Campo”.

   Puede deducirse de esta exposición que se ha preocupado la pintora por refinar las figuras, atando el dibujo a la realidad, huyendo de experimentos inciertos, dejando que sea su visión real de las cosas las que se muestren a los ojos del espectador.

   Tras esta exposición y casi sin tiempo para recogerla, ofrece otra al público de Marbella del veinticinco de julio al dos de agosto en el Casino de Marbella, colgando en sus paredes veinticinco cuadros y dos acuarelas, todo con motivos malagueños. Poco después expondría en Algeciras.

   Tras estas exposiciones, decide parar de exponer por un tiempo y dedicarse a la experimentación con los colores y los estilos, llenando cuadros que deshecha, insatisfecha con los resultados, pero empecinada en plasmar en el lienzo su idea, persiste en su empeño y conforme pasa el tiempo consigue firmar varios lienzos de gran calidad, tras lo cual decide volver a “los ruedos”  y se presenta nuevamente el cuatro de abril de 1961 en la Sociedad Económica de Amigos del País con veintitrés cuadros, consiguiendo los notables progresos arrancar los elogios del numeroso público que acude a la cita, destacando el colorido y la fuerza meridional de la obra expuesta, resaltando en concreto dos retratos al paste por la suavidad y belleza. También son elogiados los bodegones y nocturnos y, como no, sus rosas, tan típicas por su finura.

   Su trabajo no cesa y las ocasiones de mostrarlo al público tampoco, siendo por ello que en junio de ese mismo año la vemos exponiendo en Jaén, en las salas de exposiciones de la Caja de Ahorros de Jaén, donde presenta veintidós óleos, cosechado un éxito diríamos que merecido. Se trató de bodegones, nocturnos, flores, marinas, paisajes,…

   Ya por esta época había mejorado la técnica de una forma sobresaliente para la realización de nocturnos y empezaba a tocar temas que hasta entonces lo hizo pero como de puntillas. Ejemplo de esto son los cuadros con motivos religiosos y a pesar de que opinaba que era un tema de mucha envergadura y responsabilidad, no lo evitó y, así, podemos citar una “Cena”, encargo que le realizó una familia de Granada, una cabeza del Nazareno, que se halla en una iglesia de Málaga, y algunas copias, una de las cuales se la regaló al Obispo coadjutor de Cádiz.


María Cristina pintada por su tía Isabel - 1960

   Ya en esta época va relegando los bodegones a un segundo plano motivado por la poca atracción que sentía por ellos, llegando con el tiempo a obviarlos totalmente. Detestaba profundamente el bodegón clásico, de la misma manera que detestaba los certámenes oficiales, pues era de la opinión que en ellos primaba el favoritismo y no la calidad y el trabajo. En esta línea criticaba los favores que recibían los artistas que en Málaga pretendían formar una escuela picassiana, pintores vanguardistas entre los que reconocía a auténticos valores, pero que al estar preferenciados  se les primaba en detrimento de otros.

   Sobre la pintura moderna declaraba gustarle Dalí y el surrealismo daliniano y “…detesto el feísmo. Lo odio cordialmente…”

   Tras Jaén viene Madrid, donde el veintidós de octubre de 1961 expone veinticinco obras en la Casa de Málaga de la capital de España, después de la cual decide nuevamente tomarse una temporada de reflexión y serenidad, recapitular sobre lo hecho e iniciar nuevos retos y proyectar sobre el futuro, cuyos frutos se ven plasmados el quince de marzo de 1965 cuando se presenta en las salas de la Caja de Ahorros de Ronda de la calle Strachan de Málaga, con dieciocho óleos y el siguiente 26 de enero de 1966 lo hace  en una exposición patrocinada por la Caja de Ahorros de Málaga y celebrada en la Casa del Consulado, titulada “Rincones malagueños”, presentando varias obras, una de las cuales fue adquirida por la propia Caja, al igual que hizo con otras de Bono, Pérez Alameda y Rojano, todas por su valía.

   Participa el siguiente febrero en el Segundo Salón de Invierno, creado por la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, en el Palacio de Bellas Artes, haciéndolo junto a artistas como Alberka, Chirico, Cossío, Brinkman, Luis Bono, Cañete, Bornoy, Chicano, Evaristo Guerra, Mingorance y otros más.

   Como no todo iban a ser óleos y acuarelas, hace incursiones en otras áreas expresivas de la pintura y llevada por la confianza en sus posibilidades y entusiasmada por la idea, es por lo que decide participar con una obra en la Exposición de Carteles Turísticos, patrocinada por Delegación Provincial de Información y Turismo, y que se celebró el veintiséis de abril de 1967 se llevó a cabo en el Pabellón de Arte Joven de Torremolinos, consiguiendo alzarse con la copa Iberia por su trabajo, el cartel “España”, que fue calificado como de muy brillante.

   Tras esto, en julio de 1967 participa en una exposición benéfica llevada a cabo en la Casa de la Cultura de Málaga -hoy desaparecida- por la institución valenciana Vicente Ferrer, donando un cuadro, al igual que hicieron otros artistas como Chicano, Bornoy, Moreno,…

      Siguiendo su trayectoria, va cada vez definiendo mejor su particular estilo, aunque debido a determinadas circunstancias no participa durante una temporada en exposiciones en Málaga, centrándose más en experimentar y progresar personalmente en su propia manera de interpretar pictóricamente los motivos objeto de su pincel, no siendo hasta principios del año de 1976 que regresa a una sala malagueña. En el interín trabaja como Oficial 1ª en la empresa CEREGUMIL, desde el primero de junio de 1972 y hasta fin de agosto de 1977.

   Tras esta pausa, expone el veintiocho de febrero de 1976 en una subasta pro Guatemala organizada por los artistas de Málaga en colaboración con el Liceo malagueño y la obra sindical Educación y Descanso, siendo un éxito tanto la colaboración de los artistas como la participación y entrega del público. Duró la subasta más de cinco horas y se vendieron todos los cuadros.

   Entre los pintores participantes señalaremos a Berrocal Villena, Sánchez Gallardo, Rafael Bejarano, Somera, Dámaso Ruano, Stefan, Paulino, Alberca, Amparo Ruiz de Luna, Elvira Jabato y muchos más, siendo el cuadro que alcanzó la mayor puja uno que alcanzó las 125000 pesetas.

   Como curiosidad, señalar que también participó un niño de ocho años, llamado Fernando Izquierdo García, con un dibujo que en la puja valía cero pesetas y para sorpresa de todos acabó adjudicándose en seis mil pesetas.

   La siguiente exposición fue en la Casa de la Cultura de La Línea, en solitario, donde presentó veinte óleos y cinco grandes retratos al pastel, oscilando los precios del catálogo entre las ocho mil y las treinta mil pesetas y no se la volverá a ver en una exposición hasta el veintiocho de diciembre de 1978, en que participa con una obra en una subasta de cuadros a favor de los niños sordos en la sala de exposiciones de la Diputación Provincial.


Marengos  1964

   Se presentaron más de cuarenta cuadros de muchos artistas, entre los que reseñar a Ramón Pino, Rafael Carmona, María Fernanda y Elvira Poullet, Mari Pepa Estrada, Evaristo Guerra, Dámaso Ruano, Jorge Lindell, Mariana Pérez Estrada y otros. Así mismo había un óleo de Stefan, un grabado de Marina y un dibujo de Cambell.

Rosas  1976

   En el desarrollo de su carrera no todo era pintar y exponer, no, también había lugar para otras cosas, como por ejemplo ejercer de jurado, lo que ocurrió el doce de junio de 1979, en un concurso infantil de pintura convocado por la Asociación de Amas de Casa Santa María de la Victoria, en el local de la asociación. Junto a ella como jurados estaban Mari Pepa Estrada Segalerva y José Martín Ocaña.


Rosas 1980

   A la clausura asistió el Delegado Provincial de Cultura, Sr. Salinero Portero, y siendo la ganadora Ana Elena Sánchez Martínez, de ocho años y alumna del colegio Gregorio Marañón y correspondiéndole el accésit a la niña Cristina Pastor Ayala, de siete años y del colegio las Teresianas.

   Junto a pintores como Celia Berrocal, Eugenio Chicano, Díaz Rittwagen, Pineda Barroso, Mari Pepa Estrada, Martínez Borrego, Esteban Arriaga, Francisco Estrada, Francisco Moreno Ortega, José Cerón, Fernando Arcas, Machú Harras y otros muchos, participa sucesivamente en la exposición subasta de la Real Hermandad del Santo Sepulcro, realizada el diecinueve de diciembre de 1979 y donde presentó el lienzo titulado “Redes”

   Después de esta, en la exposición llamada Primavera 80 celebrada en la Galería Miramar el veintiuno de marzo de 1980; el siguiente dos de septiembre nuevamente en la Galería Miramar, en la exposición llamadaMálaga Primavera 80 y en otra patrocinada por el Banco de Bilbao, también en la Miramar, donde además de sesenta y un pintores tenían su hueco tres escultores.


Jarrón con flores

   Por fin, y tras casi quince años de no exponer en Málaga en solitario, ofrece al público y a la crítica una amplia muestra de su obra, la que del tres al diecisiete de noviembre de 1980 expone en el Museo Diocesano de Arte Sacro, donde ofrece una muestra que deja ver bien a las claras la habilidad innata para expresar la sensibilidad de la luz, con paisajes calientes, frondosas arboledas por las que se cuelan los rayos de la luz del día, destacando la amplia gama del verde, del ocre, del amarillo, del marrón,…consiguiendo que el espectador crea poder adentrase en esa vereda entre los árboles o mojar sus pies en las aguas que lamen la orilla del mar.

   Sus cuadros trasmiten emoción, estado de ánimo, sensualidad y delicadeza. Color y vida en las flores, sus eternas flores, más vivas si cabe.

   Algunos de los óleos presentados fueron “Invierno en Aranjuez”, “Cortijo del Cantalejo”, “Paisaje con niebla”, “El Monasterio de Piedra”, “Rastrojos”o el catalogado como magnífico “Rebaño al amanecer”.

   También produjeron asombro sus marinas y sus rosas.


Regreso tras la faena

   Después de esta exposición participa en unas cuantas colectivas entre noviembre de 1980 y septiembre de 1988, las patrocinadas por la Real Hermandad del Santo Sepulcro -salón de actos de la Caja de Ahorros de Ronda-, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, el Rico -antiguo Conservatorio María Cristina-, Museo Diocesano -Campaña contra el Hambre y Exaltación de la Familia, Asociación de Amigos del Museo Diocesano-, Centro Miramar -exposición Primavera 82-, Hermandad de Santa María de la Victoria -en la Sociedad Económica de Amigos del País, en el hotel Málaga Palacio- y por último en la realizada el veinticinco de septiembre de 1988 en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Málaga.

   En estas exposiciones mencionadas, compartía cartel con pintores como Félix Revelló de Toro, Evaristo Guerra, Luis Bono, Mari Pepa Estrada, María Victoria Mandly, Alberka, Díaz Rittwagen, Celia Berrocal, Capulino Jauregui, Brinkman, Fernando Arcas, Mingorance, Juan Cerón, Francisco Moreno Ortega, Alfonso de Ramón, Vargas Machuca, Martínez Borrego, Rojano, Rodrigo Vivar y muchos más.

   Se ha puesto esta serie de nombres, muchos de ellos pintores consagrados, para que se vea que era Doña Isabel una pintora de renombre, conocida y admirada en el mundo artístico malagueño, que participó en numerosas exposiciones tanto en Málaga como en otras ciudades españolas, tales como Madrid, La Línea de la Concepción, Marbella, Alicante, Murcia, Córdoba, Algeciras, Jaén, Torrevieja…También participó en diversas colectivas en ciudades de fuera de España, como Caracas, Puerto Cabello, Nueva York, Namur,..

   Y decimos todo esto para apoyar que, a mi juicio, ha sido poco acertado haber omitido a la Sra. Dª. Isabel de Laguno Zuzuarregui del libro del Sr. D. Julián Sesmero que hacíamos mención al principio, queriendo con este trabajo rendir un homenaje a una pintora malagueña de amplia trayectoria, con un estilo personal e inconfundible y que con su arte y visión particular de la realidad ha llenado de rosas, retratos, marengos, bosques, pájaros y demás paisajes y paisanaje las casa de muchas familias españolas, incluyendo, como no podía ser de otra manera, las de sus hermanos y sobrinos.

   En la senectud la pintora, la mujer, se dedicó serenamente y con una profunda vida espiritualidad -no en vano era profundamente creyente y católica- desde su casa el paso del tiempo, dejando su estela de persona sencilla, sensible y amante del arte y de las expresiones amables de la Naturaleza, que tan bien supo elle plasmarlo en sus óleos, dibujos y acuarelas.

   Falleció cristianamente en su casa a las catorce horas del 21 de octubre de 2014, siendo sus restos depositados en el columbario de la parroquia de San Miguel de Miramar.

   Añadir que  uno de sus cuadros forma parte de la colección permanente del Museo Diocesano de Arte Sacro, de Málaga.


Tinta China 1


Tinta China 2


                                                                    Flores de Málaga

IHPMalagueñas
Málaga - 2016

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