La calle
Tomás de Cózar se encuentra en el centro histórico-artístico de la ciudad de
Málaga y es uno de los muchos ejemplos que podemos encontrar en esta Ciudad del Paraíso de calles en las que se encuentran
edificios antiguos que por la desidia de los malagueños y de las corporaciones
municipales se está cayendo a pedazos y que, al parecer, irremediablemente
terminarán formando parte del catálogo de lo que pudo ser y no fue, como ya les
ocurrió a las casas que se hallaban enfrente de las motivo de esta entrada, que
hoy día son un hermoso solar pendiente de...¿qué?
Lo más
gracioso, es que los edificios de los que vamos a hablar están incluidos en el
catálogo municipal de edificios protegidos (PEPRI). Estamos hablando en
concreto de las ruinas con los número diez y doce de la citada calle de Tomás
de Cózar.
Del número
diez (10), el catálogo nos informa lo siguiente:
Se trata
de un edificio decimonónico malagueño, con grado de protección arquitectónica
2.
Presenta
el edificio muy importantes asientos diferenciales de muros y humedades
ascendentes por capilaridad, hallándose en situación de infravivienda total y
su estado de conservación es casi ruinoso, según el catálogo. Según nuestra
apreciación es una pura ruina.
Edificio
entre medianeras que posee la misma composición de planta y fachada que su
colindante nº 8, apuntando que responden a una actuación unitaria.
Con
planta baja y dos en altura, se separan éstas entre sí por línea de imposta
moldurada.
Composición
de fachada simétrica, con tres huecos por planta alineados verticalmente. En
planta baja presenta portada central adintelada y ventanas enrejadas laterales.
En las plantas superiores, balcones de hueco adintelado y vuelo recto. Ningún
hueco está decorado o enmarcado por jambas o dintel. Separa las fachadas
idénticas de los edificios 8 y 10, una pilastra que recorre las tres plantas y
en la que se remarca el paso de las líneas de imposta que separa las distintas
plantas.
Ambas
viviendas poseen, también, plantas similares, destacando en su distribución
interna zaguán en cuya puerta interior se lee la inscripción 1878 y un patio
cuadrado central, a cuya derecha se abre el cuerpo de escalera de doble tiro
Del número
doce (12), el catálogo nos informa de lo siguiente:
Se trata
de un edifico del tipo barroco popular del siglo XVIII, con grado de protección
arquitectónica 2.
Edificio
entre medianeras con bajo y una planta.
Composición
de planta y fachada idéntica con la colindante nº 14, siendo simétrica entre
ellas. En planta baja se abre portada y una ventana enrejada con guardapolvo.
Ambos huecos no están decorados ni enmarcados por jamba o dintel.
Separa el
bajo de la primera planta una línea de imposta muy simple.
En la
planta superior, los huecos son ventanas enrejadas de vuelo curvo y balcón
adintelado de vuelo recto, también sin decorar. Se corona por línea de cornisa
y teja morisca. Planta rectangular con zaguán en su lateral izquierdo que da
acceso a un patio cuadrado en cuyo lado derecho se abre un pasillo, eje de la
composición.
Se
recomienda la renovación de la edificación, conservando la altura y la
tipología (secuencia zaguán - patio - escalera).
Reconoce
que se halla en mal estado general de conservación. Ruina en elementos
estructurales. Se califica como infravivienda.
Estos dos
edificios están condenados a su demolición y, una vez más, ni los malagueños ni
las autoridades competentes moverán un dedo por evitarlo. La autoridad por sus
motivos, que ya nos enteraremos de cuáles son, y la sociedad malagueña por lo
de siempre: su pasividad, su desinterés, su desidia y el poco aprecio a lo
propio.
Y este
que escribe, desde luego, no elude su responsabilidad, pues es consciente que
podría haber hecho más.
Ya
conocemos el dicho ese de "entre
todos lo mataron y el solo se murió"
IHPMalagueñas
Málaga -
2016
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