Buenas.
Empezamos este artículo reconociendo que es un atrevimiento por nuestra parte hablar de un individuo del que apenas tenemos información. Sabemos, eso si, que era Regidor Perpetuo de la Línea de la Concepción.
Se trata del Teniente de Infantería Juan José del Castillo y del Río.
Haciendo un cálculo, creemos que debió nacer alrededor de 1764, aventurándonos a decir que ingresó en el Real Ejército allá por 1779, pues por informaciones fidedignas sabemos que se halló en el sitio de Gibraltar de 1779-1783, donde estuvo realizando el servicio de su clase a bordo de las baterías flotantes, siendo herido en el pecho.
En 1805 y tras recibir la Real Licencia, contrajo matrimonio con Dª. Joaquina Antonia Estébanez. Este matrimonio tuvo, entre otros, por hija a Juana del Castillo Estébanez, quien casó con Antonio Cánovas García, matrimonio que tuvo varios hijos, entre ellos a Antonio Cánovas del Castillo, malagueño ilustre que fue Presidente del Gobierno.
Posteriormente, tras haber ascendido en el escalafón y ya siendo Teniente, fue destinado a la plaza de Málaga como Ayudante Mayor de ésta, en el Regimiento de Infantería de la Reina y en el desempaño de sus funciones y seguramente esperando su próximo ascenso a Capitán, le halló la invasión francesa, no dudando en ningún momento en ponerse a la defensa de su patria, muriendo en el empeño si necesario fuese.
Efectivamente, tras haber irrumpido impetuosamente los gabachos procedentes de Antequera al mando de Sebastiani, arrollaron a los primeros defensores que se hallaban situados a la altura del parque de la Balsa de Decantación, quienes tuvieron que retroceder hasta las proximidades de la ermita de Zamarrilla, donde nuevamente fueron desalojados por las imparable máquina de guerra napoleónica.
Ver NOTA
No tardó la canalla francesa en llegar al centro de la ciudad, arrasando, saqueando, violando y matando todo lo que a su paso hallaba, hasta que a la altura de la calle de Cuarteles, se toparon con unos hombres bragados, dispuestos a morir en el empeño, un puñado de soldados, vecinos percheleros y campesinos, no más, quienes mandados por nuestro Teniente Juan José del Castillo se plantaron ante los mejores soldados del mundo dispuestos a vender cara su patria...y su vida.
Todos sabían que habían nacido mortales y todos sabían también que ese era una día tan bueno para morir como cualquier otro, pero lo harían matando al enemigo con "...un puñal, hasta con picas y hoces...", con las mismas manos si necesario fuese, pero cada uno de ellos se iría al infierno acompañados de un francés.
Tras la fenomenal embestida de las bien entrenadas líneas de los soldados imperiales, cayeron nuestros compatriotas, acompañados, eso si, de la canalla francesa traspasada por esos sus aceros malagueños.
Tras unas horas de intensos y trágicos combates, nuestro Teniente "...Aislado de los suyos, siguió combatiendo, herido, jadeante. Se defendió hasta caer atravesado por una lanza enemiga..."
Era el cinco de febrero de 1810 y entre la sangre derramada por el resto de los patriotas malagueños y tras una defensa épica, cayó derramando, él también, su sangre por la libertad de la Patria, mientras que en Francia un rey felón y traidor se la entregaba en bandeja al tirano de Europa.
El cinco de febrero del año 2010, doscientos años después de aquella heroica gesta, la Asociación Histórico Cultural Teodoro Reding, de Málaga, rindió homenaje a los patriotas percheleros que se opusieron con sus vidas a ser esclavos de Napoleón, así como a su Teniente, colocando una placa conmemorativa en la calle de Plaza de Toros Vieja, frente a la iglesia del Carmen.
NOTA: Monolito
con cerámica, que se encuentra junto a la avenida de Lope de Vega, en el parque
Balsa Decantación, de Málaga, y fue colocado el cinco de febrero de 2016 por la
Asociación Histórica Cultural Teodoro Reding, para conmemorar el 206
aniversario de la resistencia malagueña frente a las tropas napoleónicas.
IHPMalagueñas
Málaga - 2018