viernes, 29 de diciembre de 2017

MALAGA SQUARE PARK, EN MOBILE.

   Desde el veintitrés de febrero de 1965, las ciudades de Málaga y de Mobile, en los Estados Unidos, al norte de México, se encuentran hermandas.

   El motivo hay que encontrarlo en la relación entre nuestra provincia, y más concretamente Macharaviaya, con esta ciudad a través de Bernardo de Gálvez, quien como es de público conocimiento fue un actor fundamental en el proceso de independencia de aquella república transatlántica.

   Esta ciudad de Mobiele era, a fines del siglo XVIII, una de las ciudades inglesas más importantes en la zona, la cual fue tomada por Gálvez el catorce de marzo de 1780. Otrea ciudad clave tomada por Gálvez fue Panzacola o Pensacola.

   En el acto de hermanamiento, la ciudad de Málaga donó a la de Mobile una réplica del cenachero y otra del burrito que tenemos en el Parque, lo cuales se encuentran en el Malaga Plaza Park, en el centro de una fuente. Está esta plaza junto a la Spanish Plaza, separadas ambas por Church Street.




   A un lado de la plaza y separados por Hamilton Street, se encuentran unas oficinas municipales. Al otro lado, y separados por Franklin Street, se encuentra el Mlaga Inn, un hotel con magníficas habitaciones y salones, un patio central, un pequeño jardín y una piscina. A continuación, algunas fotos de dicho hotel:







  
Por último, en el cuarto lado de la plaza y separados por Civic Certer Drive, se encuentra el centro Cívico de Mobile. A continuación unas foto del la zona de Malaga Plaza Park y el Malaga Inn,  de Spanish Plaza y del Civic Center tomadas de Google Maps




IHPMalagueñas
Málaga - 2017

VIDA Y MUERTE DEL BANDIDO JORDÁN. 1815-1867.

   Artículo aportado por nuestro colaborador 

Francisco José Lapeira

   Esto que a continuación sigue es la transcripción literal de un artículo aparecido en Nueva Revista Comarcal Ilustrada, de febrero de 1934 , en su página 10. Se trata de una revista editada en la ciudad de Antequera y quien lo escribió fue Narciso Díaz de Escovar.

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   La triste celebridad alcanzada por José María, Diego Corrientes, Zamarrilla, Becerra, los Naranjos y otros seres, baldón de nuestra sociedad, no alcanzó en grado tan superlativo al criminal Jordán, que, no obstante, tenía sobrados méritos para ello. Hubo una época en que fué terror de la provincia de Málaga y aunque ni novelas, ni terroríficos dramas, nos lo recuerden, en papeles de aquella época hay datos para reconstituir en parte su triste historia.

   Nació en la villa de Archidona hacia el año 1815, siendo hijo de padres de probada nobleza y honradez, estando emparentado con distinguidas familias granadinas. Su padre se distinguió siempre por sus ideas absolutistas, hasta el punto de que por ellas consumió toda su fortuna, nada despreciable, sufriendo persecuciones y embargos.

   Llegó la guerra civil, a la muerte de Fernando VII, y aunque las tendencias de Nicolás Jordán no iban por igual lado que la de su padre, en su instinto aventurero acató la indicación que aquél le hizo de lanzarse a la guerra, uniéndose a la vez que otro hermano suyo a las fuerzas que mandaba el general Avilés.  Allí se dió a conocer por sus deseos sanguinarios y por el poco respeto a sus jefes, lo que le valió arrestos y reprensiones.

   Volvió a la villa de Archidona en 1838, no dejando sus estudios, en los que fué compañero de personas que luego ocuparon altos puestos en la política y en las letras. Como la familia de Jordán había quedado en la pobreza, acordaron trasladarse a la ciudad de Antequera, donde tenían protectores y parientes que les ofrecieron ayuda.


   Ya por entonces el carácter pendenciero y provocador de Nicolás se notó frecuentemente, dando lugar a reyertas, violentas discusiones y amenazas. Logró imponerse en garitos y lupanares, y, como no carecía de cultura ni de talento, era temido por todos, valiéndose de su ingenio para obtener préstamos y vivir en la holganza y en continua orgía.

   Una noche provocó en un café a varios oficiales de Caballería. Luchó con todos ellos, y como, además del escándalo, resultaron algunos heridos, se marchó de Antequera, recorriendo varios pueblos con nombre fingido.  Deseoso de continuar su vida de aventuras, sentó plaza en el ejército de la Reina Gobernadora y pidió ir a América, estando algún tiempo en la Isla de Cuba.

   Se presentó de nuevo en Antequera hacia el año 1848, y allí pudo decirse que empezó su vida criminal, reuniéndose con gente de escasa instrucción que le oían como oráculo y obedecían sus planes. Intervino y dirigió algunos secuestros, y aunque no todos se le pudieron probar, pues preparaba muy discretamente las coartadas, la Audiencia de Granada le condenó a ocho años de reclusión, que debía cumplir en aquel presidio.

  En 1854, de acuerdo con el capataz de brigada y mediante una habilísima combinación, huyeron del presidio y ambos se dirigieron a los campos y sierras de Archidona, que Jordán conocía muy bien. Tuvo disgustos con el capataz, y éste proyectó deshacerse de aquel enemigo, que consideraba importante y con el que no se atrevía a luchar frente a frente. Acechó una noche en que Nicolás estaba dormido, y le arrojó una piedra enorme; pero, resbalando ésta, sólo le ocasionó varias lesiones y la fractura de una pierna, que le causó estar cojo el resto de su vida.

   Con dificultad, pero valiéndose de no pocos ardides, llegó a Antcquera, donde le protegía una hermosísima dama que tenía con él amores. En la casa de ésta se ocultó hasta curarse de las heridas, y, meses después, salió para Sevilla unido al famoso capitán de bandidos Cedacero, y otros de su jaez.

   Usando de curiosos disfraces vivía en la ciudad de la Giralda, centro de sus fechorías, cuando una tarde dió en manos de unos policías que le sorprendieron, sin poder defenderse. Lleváronlo a la cárcel, cuando de pronto dió un golpe a uno de ellos y echó la capa sobre la cabeza del otro, envolviéndolo con ella, mientras que, aprovechando los minutos, trataba de perderse de vista. Pero como la cojera le dificultaba, pronto vió detrás un pelotón de guardias que le iban a dar alcance. Avanzó a la muralla del río y dió con su cuerpo en el Guadalquivir, nadando admirablemente; pero fué todo en vano, pues cercado de lanchas lograron extraerle de las aguas y con todo género de precauciones se vió conducido a la cárcel.

   En Archidona se le tramitaba otro proceso grave, hasta el punto de que se jugaba en el mismo la cabeza; pero no faltaron a su favor las influencias de algún antiguo condiscípulo suyo, siendo la sentencia de cadena perpetua, y no de muerte, como se creía.

   A sufrir la condena se le trasladó a Ceuta, pero un día se disfrazó de vieja pordiosera y no sólo consiguió evadirse de la prisión, sino que se embarcó y vino a España, estando oculto algunos meses en el campo de Gibraltar y después en Málaga. Aunque en su escondite era socorrido y no le faltaban ni alimentos, ni ropas, ni dinero, Jordán no se conformaba a vivir sin sol y sin mucho aire; así es que un día se presentó en la campiña de Antequera, llamando a sus compañeros de presidio y de crímenes.

   Organizó una partida, que le nombró por capitán, y entonces empezó una serie de robos, secuestros y violencias en que dejó pequeños a los bandidos más célebres. En Campillos, en Archidona, en Antequera, en Cañete y en otros pueblos de las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla, se notaron sus efectos. Entre los secuestros que realizó fué uno de los más audaces el que llevó a cabo en la persona del diputado a Cortes don José Sánchez Lafuente y Casamayor, el más rico hacendado de Archidona.

   Había sido éste compañero de juegos de la infancia de Jordán; después, condiscípulo suyo en los años de estudios, y alguna vez, en sus primeras calaveradas, y no le negó su compasión, ni su influencia. Con frecuencia le enviaba a pedir dinero y hasta varias veces se presentó en los cortijos del señor Lafuente, conversando con éste. Como sospechara de que ya no le miraba con ojos protectores y hasta supusiese que podía tener empeño en su captura, se propuso secuestrarlo.


   Una tarde, don José Lafuente salió del pueblo con el alcalde señor Ciézar. A poca distancia se les presentó Jordán a caballo, y le dijo:

   —Pepe, tengo que hablarte.

   El señor Lafuente le respondió:

   —¿Qué es lo que quieres? ¿Vienes a pedirme dinero?

   —No; ahora vengo por ti.

   Y dirigiéndose al alcalde añadió:

   —Usted, don Antonio, se vuelve al pueblo; pero como dé una voz o envíe a los civiles, cuente a éste por muerto.

   Se acercaron varios bandidos y, vendados los ojos, subieron sobre una caballería al señor Lafuente, trasladándolo, favorecidos por la noche, a una cueva del Torcal.

   La historia de este cautiverio fué horrible. No hubo martirio que el secuestrado no sufriese, gozando Jordán en torturar física y moralmente a su antiguo compañero. No recordamos bien si éste pudo escapar, o si fué recuperado por la Guardia civil.

   Desde que don José Sánchez Lafucnte se vió libre, la persecución contra Jordán fué constante. En el mes de Abril de 1867, el juez de Antequera don Pedro Sánchez Mora tuvo una confidencia de que Jordán solía venir a la casa de una joven antequerana que le favorecía. El día 22 del dicho mes supo que estaba allí, y preparó la captura. 

   He aquí cómo la detalló el periódico «El Eco de Antequera» en un suplemento que publicó el día 23:

   «A la una y media de la tarde del día de ayer, ha sido muerto el célebre bandido Nicolás Jordán, hallándose en una casa de la calle de Palomo de esta ciudad. 

   Tan eminente servicio se debe al celo del señor don Pedro Sánchez Mora, juez de primera instancia de este partido, cuyo digno funcionario, a riesgo de su vida, ha demostrado su decisión por el exacto cumplimiento de los delicados deberes que la sociedad confía a la judicatura.


   Antequera, que se ve libre hoy de un malhechor que aterraba no sólo a la provincia de Málaga sino todas las de Andalucía, sabrá agradecer el importantísimo beneficio que se le ha dispensado.

   Aunque se instruyen diligencias sumarias sobre ello, podemos dar a nuestros lectores algunos detalles de tan memorable acontecimiento.

   Tiempo hacía que el referido señor juez trabajaba por la captura del bandido Jordán. En el día de ayer parece tuvo la última confidencia, por la cual supo que el criminal se había refugiado en una casa de la calle de Palomo. Inmediatamente se dirigió al cuartel de la Guardia civil para que se le prestaran los auxilios necesarios.

   El jefe de la línea, señor don Francisco García, con el celo que le distingue, se puso a las órdenes del juez y con catorce individuos de la fuerza se dirigieron a la indicada calle. Esta fué tomada por diferentes puntos, en cuya operación prestaron también oportunos servicios el escribano don Juan Antonio Betes, que autorizaba el acto, y don Antonio Somosierra.

   Fué registrada la casa y encontrado Jordán en el hueco de pared formado en el piso alto de ella y profundizado hasta abajo. Desde allí dirigió multitud de disparos a cuantos se aproximaban y por fortuna no hicieron daño alguno, hasta que habiéndose asomado con el retaco en la mano para disparar de nuevo, la guardia hizo una descarga de la cual cayó herido.

   En este acto llegó el señor alcalde-corregidor, que en el momento que tuvo aviso del suceso se precipitó a la carrera acompañado de los jefes de las rondas rural y municipal y algunos individuos de ésta.

   Continuaron los disparos por algunos instantes, hasta que viendo que no contestaba el criminal se dispuso destruir el hueco que le servía de escondite y se le extrajo ya cadáver. El no tener que lamentar desgracia alguna se debe indudablemente al acierto con que el señor don Pedro Sánchez Mora ha dirigido la emboscada.

   El auxilio prestado por la Guardia civil ha sido, como siempre, decidido y valiente. Guarde esta benemérita institución un nuevo laurel entre los muchos que coronan sus empresas, y el señor don Pedro Sánchez Mora esté seguro del reconocimiento que Antequera le debe por tan señalado servicio.

   El señor alcalde-corregidor, con su reconocido tacto, contribuyó también al buen éxito del asunto.

   Olvidábamos decir que se han ocupado al bandido un revólver de ocho tiros, un retaco de dos cañones, un puñal, una pistola, una lima, pólvora, municiones, un paquete de cartas, varios trajes de mujer y otros efectos que no recordamos.»

   En los campos de Archidona y Antequera es todavía popularísimo el nombre de Nicolás Jordán. Se cuentan infinidad de anécdotas, muchas de las cuales ha revestido el pueblo de fantásticos detalles, como aquella en que se supone que vestido de mujer penetró un día en un convento de Lucena y se apoderó de infinidad de alhajas que la comunidad tenía en custodia, y la de que en cierta ocasión se presentó en Madrid en traje de sacerdote y suponiéndose canónigo de Sevilla solicitó su propio indulto.

NARCISO DÍAZ DE ESCOVAR   Cronista de la Provincia.

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jueves, 28 de diciembre de 2017

DESAPARICIÓN DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÁLAGA.

   Es Málaga una ciudad que ha tenido un patrimonio histórico-arquitectónico muy importante desde siglos pasados, manifestación de su pujanza económica y social, un patrimonio que, desgraciadamente hemos ido perdiendo lenta pero inexorablemente a partir de los años sesenta del pasado siglo XX.

   De esta manera, hemos visto cómo entre la indolencia y desinterés de los malagueños, la miopía y estupidez de los distintos ayuntamientos y la voracidad insaciable de individuos sin escrúpulos, nuestro patrimonio histórico-arquitectónico ha ido menguando.

   Hemos visto, gracias a la incultura y falta de formación de los malagueños, cómo edificios de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX han sido presa de los bulldozers, que han demoliendo y arrasado con ellos, tanto palacios espectaculares como casas tradicionales. 

   A la vez, hemos asistido no sin asombro, a ver cómo en un entorno de edificios de, por ejemplo, el siglo XVIII y XIX se han metido edificios de arquitectura puramente funcional de la segunda mitad del siglo XX. 

   Junto a edificios cargados de elementos artísticos y decorativos propios de un sentido estético y social, se han encajado edificios de cristal y metal. 

   Junto a edificios con los colores propios de esta ciudad se han encajado edificios de colores oscuros y/o chillones. 

   Junto a edificios de líneas curvas y armónicas, se han encajado edificios de líneas rectas y  de aristas que cortan el sentido de la armonía y la belleza. 

   Junto a edificios, en fin, de espíritu malagueño, nos han encajado edificios impersonales, fríos, feos e impropios del lugar.

   Es decir, un desastre, desastre del cual es en gran parte responsable el ciudadano malagueño. 

   Google Maps es francamente útil, pues no solo nos sirve para localizar una calle, una ciudad, un río, etc., sino que también nos sirve para ver cómo era una calle hace unos años y poder compararla con hoy. De esta manera, podemos ver cómo hemos ido perdiendo el patrimonio histórico-arquitectónico del que acabamos de hablar.

   A tener en cuenta que no solo solo son patrimonio los grandes edificios, no, las pequeñas casas tradicionales, populares, también los son...¡y las estamos perdiendo todas! 

   Aquí les dejo unas cuantas imágenes de algunas casas desaparecidas en los últimos años en un sector de la Trinidad, No se trata de grandes palacios, sino casas de la gente normal, de la gente del pueblo. Hoy, o son solares vacíos o son adefesios. Por orden, tenemos:


1º- calle Juan de Mena, 4. Demolida entre 2014 y 2015


2º- calle Luchana, 13. demolida entre 2009 y 2014


3º- calle Malasaña, 36. Demolida entre 2009 y 2014


4º- calle Malasaña, 43. Demolida entre 2009 y 2014


5º- calle San Quintín, 61, 63 y 65. Demolidas entre 2014 y 2015


6º- calle Sevilla, 13, esq. San Quintín, 46. Demolida entre 2016 y 2017 (la misma que nº 11)


7º- calle Sevilla, 28, esq. calle Ventura Rodríguez, 34. Demolida entre 2014 y 2015


8º- calle Sevilla, 28. Demolida entre 2014 y 2015


9º- calle Ventura Rodríguez, 45. Demolida entre 2014 y 2015.


10º- calle San Quintín, 31. Demolida entre 2012 y 2014 (la de la izquierda)


11º- calle Sevilla, 13. Demolida entre 2016 y 2017. (la misma que 6º)



Seguiremos informando
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Málaga - 2017

miércoles, 27 de diciembre de 2017

DETALLADA DESCRIPCIÓN DE LA CONSAGRACIÓN DEL ILMO. SR. OBISPO DE MÁLAGA. 1848.

   Los periódicos dan toda clase de noticia, pues para eso están, para informar. Siguiendo esa razón de ser, un periódico de Madrid, su fecha treinta y uno de agosto de 1848, nos da pelos y señales de la ceremonia de consagración de Salvador José de los Reyes García de Lara como Obispo de la Diócesis de Málaga.

   El nuevo Obispo había nacido en la localidad granadina de La Zubia, el treinta de abril de 1780. 

   Realizó sus estudios en la ciudad de Granada, graduándose como Bachiller en Leyes en esa Universidad en 1799. En 1804 se ordenó como sacerdote, pasando a ser familiar de los Arzobispos de esa Archidiócesis, a la vez que era párroco en la de San José, de Granada, ejerciendo el cargo por treinta y dos años, pasando después a hacerse cargo de la Vicaría general de la zona de Estepa, Sevilla.

   El año de 1846 se le designó para regir la Diócesis de Oviedo, pero rechazó la propuesta, continuando en el desempeño de sus obligaciones, las que hizo has que el veinte de enero de 1848 se lenombra como Obispo de Málaga, poniendo así fin a trece años de sede vacante en la sede malagueña, lo cual fue motivado por la ruptura de relaciones entre la Iglesia y el Estado.

   El veinticuatro de agosto de ese año de 1848 es consagrado como Obispo de Málaga en la ciudad de Granada, haciendo su entrada en la catedral malagueña el siguiente primero de octubre, siendo su primera acción una visita pastoral por la Diócesis, la cual comenzó por la parroquia del Sagrario malacitana en septiembre del 49, siguiéndole las visitas  de 1850 a Totalan, Vélez Málaga. Después, en 1951, fue a Ronda, Cártama, Pizarra y Álora.


   El quince de Septiembre de 1851 es nombrado arzobispo de Granada, abandonando la sede malagueña el veintitrés de enero de 1852. El veinte de octubre de ese año 1851 fue nombrado senador, aunque no tomó posesión.

   En Málaga hay una calle con su nombre, cerca del cementerio de San Miguel.

   A continuación, transcribimos la noticia de su proclamación aparecida en diario de Madrid que antes comentábamos:

   "Desde muy temprano el ante-coro, que se había cerrado con bancos, la capilla mayor, los balconcillos, la galería superior, las tribunas, los púlpitos, los corredores del órgano y el coro estaban llenos de convidados, mientras que en el embocinado y en las naves se agrupaba un numeroso pueblo. Piquetes de la guardia civil, vestida de gala, cuidaban de guardar el orden, y los celadores eclesiásticos recogían las papeletas que facilitaban la entrada a los sitios reservados. 

   Delante del altar mayor se había construido un tablado provisional cubierto de  alfombras: en el estaba la escas capilla de cantores que acompañó la música, los capellanes y las canónigos con sus hábitos talares. 

   El Excmo. e IImo. arzobispo de Toledo, el Ilmo. arzobispo de esta diócesis y el llmo. obispo de Jaén fueron los tres obispos que asistieron como exige el ceremonial de la ordenación, pues así es el uso y tradición apostólica que la Iglesia ha observado en todos tiempos. 

   A las nueve en punto comenzó la ceremonia: el primero de los obispos asistentes dijo al principal consagrante: la Iglesia pide que el presbítero que os presento sea ordenado obispo: se da a entender de esta manera que no se ordena ningún obispo sino para la necesidad de ocurrir á una iglesia vacante, y que el obispo no se presenta por si mismo a la ordenación, sino que la Iglesia, sintiendo la falta de un ministerio, lo pide.

   El consagrante principal leyó la bula, en virtud de la cual se hacia la ordenación, porque según la disciplina de la Iglcsia católiea, los obispos do Occidente no pueden ordenarse sin  'que haya sido su eleecioón confirmada por el Papa y sin haber obtenido las bulas necesarias para su consagracion. 


    Juro el obispo electo en las mano del consagrante para indicar la comunión que quiere guardar toda su vida con la Silla apostólica, y el respeto que tendrá al Papa y a sus  sucesores. El Sr. Orbe examinó al obispo electo sobre fe, sus costumbres, y lo demás que se lee en el Pontifical Romano, pues la Iglesia quiere que solo sean ordenados los que profesasen la fe y tuvieren firme propósito de observar puntualmente los sagrados cánones.

   Después el mismo consagrante declaró al electo también las obligaciones de los obispos para que sea fiel en cumplirlas al recordar su ordenación.  

   En seguida se dijeron las letanías de los santos para convidar la Iglesia del cielo y que se una con la Iglesia de la tierra, para pedir a Dios la abundancia de sus gracias sobre el obispo que va a ser ordenado, porque ¡cuanto bien y cuanto mal no puede causar un obispo! 

   Los tres obispos consagrantes pusieron el libro de los Evangelios sobre la cabeza y las espaldas del obispe electo, dándlole a entender que por la ordenación. se le supene el yugo del Evangelio, que debe llevarlo gustoso toda su vida, esar lleno de las máximas de Jesucristo, y conformar con ello su vida, sus palabras y todas sus acciones. 

   Los obispos consagrantes impusieron sus manos sobre la cabeza del electo, pronunciando oraciones especiales: esta ceremonia es esencial de la ordenación de los obispos, como se manifiesta en la Sagrada Escritura y por la tradición.

    Siguiendo el ordenando fue ungido con el Santo Crisma para pedir a Dios, por medio de esta unción exterior, que descienda la gracia del Espíritu Santo sobre el obispo para llenarle. La oracion que se pronuncia durante esta. ceremonia es admirable y est sacada toda de la Sagrada Escritura. El obispo consagrante que, como hemos dicho, era el Excmo. e Ilmo. Sr. arzobispo de Toledo, ungió también con el Santo Crisma los dos primeros dedos y las manos del electo: así se impetra la gracia del Espíritu Santo para que las manos del obispo que se consagra sean fecundas y tengan la virtud de bendecir, consagrar y santificar todo lo que tocaren en su ministerio.

   Sabido es que la consagración se hace a los presbíteros con el óleo de los catecúmenos y a los obispos con el Santo Crisma para manifestar que estos reciben en su ordenación, con mas plenitud que los presbíteros, la unción del Espíritu Santo, mas expresamente figurada por el Santo Crisma que por el óleo de los catecúmenos.

   El consagrante dio al consagrado el báculo pastoral para ponerlo en posesión de la autoridad episcopal, le entregó un anillo manifestando así que acababa de contraer una especie de matrimonio con la Iglesia. Le puso en la mano el libro de los Evangelios como signo de que una de sus primeras y mas indispensables obligaciones es el predicar el Evangelio al pueblo, cuyo cuidado se le acaba de confiar.

   El obispo electo se mantuvo con el libro de los Evangelios sobre las espaldas siempre abierto, hasta que se le puso en las manos, pues de este modo se manifiesta que el obispo no puede predicar el Evangelio hasta después de haberse llenado el mismo de él y de haber llevado el yugo de Jesucristo para enseñar con eficacia a otros a llevarlo.

   El nuevo obispo dijo misa con el que acababa de consagrarle, porque siempre se ha practicado en toda la Iglesia para dar a entender la unidad del episcopado y el sacrificio. En la iglesia griega el obispo recién ordenado comulga el primero, y luego distribuye la sagrada comunión al obispo consagrante y asistente.

   El obispo electo ofrece cera, pan y vino, por ser las tres cosas mas necesarias para el santo sacrificio, y diferenciarse de las oblaciones de la ley antigua, en la que se llevaba de toda clase de dones.

   Al fin de la misa se da la mitra al nuevo obispo, la cual es como un morrión, como dice el ceremonial, para hacerlos terribles a todos los enemigos de la salvación, valiéndonos de la expresión enérgica de la Pontifical.

   El obispo consagrante da guantes al que es consagrado, y estos pueden mirarse como imagen de la pureza de Jesucristo de que deben estar revestidos los obispos para ser agradables a Dios y útiles al pueblo los sacrificios y oraciones que ofrecen.

   Después se cantó el te Deum para dar gracias a Dios del favor que acababa de hacer a su Igklesia, dándole un obispo para dirigirla: durante este himno el nuevo obispo se sentó en el trono para ponerle en posesión de la cátedra episcopal: luego los obispos asistentes le condujeron alrededor del tablado, aunque se acostumbra a hacerlo por toda la Iglesia, y el prelado de Málaga dio la bendición al pueblo, ejerciendo así la jurisdicción que acababa de recibir: por último se arrodilló tres veces ante el obispo que lo acababa de consagrar, diciendo ad multos annos (por muchos años)

   Finalmente el Sr. Orbe hizo una breve plática que apenas pudimos oir.

   En el palacio tenía preparado el obispo consagrado un expléndido refresco."

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Málaga - 2017

martes, 26 de diciembre de 2017

CINCO CASAS DESAPARECIDAS EN LA TRINIDAD. IMÁGENES PARA EL RECUERDO.

   En un artículo anterior hacíamos un inventario de las casas tradicionales que quedaban aun en la zona delimitada por las calles de Pelayo, de Bailén, de Eugenio Gross y de Martínez Maldonado.

   En este artículo vamos a mostrar algunas de las casas tradicionales que había antes de 2009 y que al día de hoy o son solares o están edificadas, así como una que había y que ha sido demolida este año, temiéndonos que las dos que quedan, una a cada lado de la demolida, tengan un destino similar, para que dentro de no mucho tiempo sea el solar resultante ocupado por un nuevo bloque de viviendas. El tiempo dirá.

   Esta casa que sigue era la esquina de la calle del Ecuador, 33 con la de Diego de Vergara, 63. Fue demolida entre septiembre de 2008 y diciembre de 2009. Debajo, el solar que hay hoy.



   La foto que sigue es de la casa que había en la esquina de la calle de Diego de Vergara, 59 con la de Rafaela, 40. Debajo, el solar que hay hoy.
    


   La siguiente foto nos muestra la casa de la calle de Antonio Jiménez Ruiz, 20 y fue demolida entre marzo de 2014 y agosto de 2015. Abajo, como está hoy.



   En la siguiente foto se puede ver la casa número 31 de la calle de Bailén -la casa del centro de las tres-, la cual fue demolida entre 2012 y 2015. Abajo como está hoy.



   En la siguiente foto vemos las casas con los números 26 y 28 de la calle de Rafaela. Fueron demolidas entre 2009 y 2014. Actualmente es un solar tapiado, como muestra la foto de debajo.



   Y como curiosidad, no queremos terminar este artículo sin enseñar una casa que NO ha sido demolida, sino que ha sido restaurada, manteniendo la estructura pero al gusto de sus actuales inquilinos. Se trata de la casa de la calle de Bailén, 19. Primero, como era hasta 2016 y después, su aspecto actual.



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Málaga - 2017  

lunes, 25 de diciembre de 2017

HISTORIAS DEL PASILLO DE ATOCHA. NOVENA PARTE.

   UNA VECINA, PREMIADA. 12-3-1964.

   Dª. Nicasia Acha, vecina del número 3 del Pasillo de Atocha, resultó agraciada con una muñequita Mari Nieves, sorteada por SAQUITO.

   SAQUITO era un jabón para el lavado de ropa, tanto a mano como a máquina, elaborado por la empresa sevillana PERSÁN


   MINUTO DE SILENCIO EN EL PASILLO DE ATOCHA Y POSTERIOR TENSIÓN. 8-10-1977.

   Algunos malagueños comentaban en La Cosmopolita que la Guardia Civil del cuartel de los Ángeles se habían sublevado. A pocos metros, -de La Cosmopolita, se entiende- las brigadas de la Polcía Armada, equipadas con material antidisturbios, estaban a la expectativa.

   Unas calles más allá, en el Pasillo de Atocha, a las siete en punto de la tarde del sábado, día ocho, se guardaba un minuto de silencio por las víctimas del terrorismo: habían sido asesinados el presidente de la Diputación de Vizcaya y sus escoltas, do guardias civiles.

   La manifestación había sido autorizada por el Gobernador civil y había sido convocada por las organizaciones juveniles para pedir el voto a los dieciocho años y un Estatuto para la juventud, pero se encontraron con que el Teniente Coronel Tejero estaba dispuesto a impedirla....

     ...La Guardia Civil, que había llegado al Pasillo de Atocha y sus alrededores poco antes de las siete de la tarde, con la misma tensión que tenían los manifestantes, tomaban posiciones estratégicas mientras se guardaba el minuto un silencio por los asesinados por los terroristas en Vizcaya.

   Luego, se  desplegaron las pancartas y comenzó la marcha, despacio, por el recorrido que se les había marcado. Pero cuando llevarían andados los manifestantes cosa de ciento cincuenta metros, individuos de la Guardia Civil, obedeciendo órdenes, les cortaron el paso, ante lo cual, el senador Muriel y otros se adelataron para hablar con ellos, sin recibir respuesta.

   Ante la tremenda tensión y en prevención de evitar un mal irreparable, manifestantes y guardias civiles retrocedieron, abandonando todos el campo.

   Nada más tener la Autoridad conocimiento de los hechos, ordenó ésta el arresto del Teniente Coronel Tejero, aunque cuatro días después estaba libre y siendo vitoreados por los de Fuerza Nueva y los del Frente Anticomunista Español.

   ATENTADO CONTRA LA SEDE DE UGT. 4-12-1979.
    
   Hacia las tres de la madrugada del cuatro de diciembre de 1979, tuvo lugar la explosión de un cóctel molotov en la sede de UGT del Pasillo de Atocha, 6, 2º.

   Dicha explosión ocasionó la rotura de cristales, que se quemaran algunos cables de la electricidad y desprendimientos de trozos de la cornisa.

   A la mañana siguiente, individuos de este sindicato se personaron en la Policía a presentar la pertinente denuncia y artificieros de ese cuerpo se personaron en el lugar para realizar las oportunas investigaciones. A la vez, el Secretario general de la provincia de Málaga, que también era diputado socialista, Ramón Germinal Bernal Soto, se personó en el Gobierno Civil para dar cuenta al Gobernador personalmente del suceso.

   El sindicato UGT tenía su oficina en esa dirección desde abril o mayo de 1977, tras ser legalizado y permaneció allí un tiempo antes de trasladarse a su emplazamiento de la calle de Diego de Vergara.

   También ocurrió esa misma madrugada, pero en la sede del sindicato Comisiones Obreras, la quema de una bandera de Andalucía que ondeaba en el balcón de dicha sede.

   UN TRANVÍA POR EL PASILLO DE ATOCHA. ENERO DE 1994.

   Los problemas del transporte metropolitano en Málaga llevaron al Ayuntamiento a plantearse la posibilidad de poner un tranvía que circulando a 25 o 30 kilómetros por hora, recorriera diferentes rutas, con el objeto de agilizar el tráfico y dinamizar la ciudad.

   Una de las líneas pensadas a llevar a efecto, sería una que cubt/riera una amplia zona, circulando por calles como Jacinto Benavente, Ramón y Cajal, Jorge Silvela, Huerto de los Claveles, Avenida de la Rosaleda, Pasillo de Santa Isabel y Pasillo de Atocha.

   Vamos, el recorrido de la línea número 2 del autobús de la EMT.

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Málaga - 2017